ECONOMIA
Por qué apostar al dólar no es la mejor inversión, pese al salto de las últimas ruedas

La novela por el dólar sigue atrapando a la mayoría de los inversores. El Gobierno ahora participa activamente de la narrativa, pero el mercado aún no está convencido de lo que viene.
Desde nuestro punto de vista lo más importante no pasa por el desembolso del FMI, mientras el Gobierno sostenga el superávit fiscal y la inflación siga cayendo, es altamente probable que esta tasa de interés y el precio del dólar este muy por encima del precio real que debería tener en el mercado.
Si el Gobierno tiene superávit fiscal y no emite, eso quiere decir que cuando los agentes económicos salen a comprar dólares, sacan el dinero de los bancos disminuyendo el stock de plazo fijo o venden títulos del Estado. La base monetaria no llega a 4,0% del PBI, por ende, no debería ser muy utilizada para compra de dólares, dada la escasa cantidad de pesos que hay en la economía.
Cuando retiras dinero de plazo fijo, los bancos quedan descalzados con la cantidad de créditos otorgados, esto implica que deben subir la tasa de interés para capturar más plazo fijo o bien bajar el stock de créditos otorgados.
Cuando los bancos comienzan a ofrecer más tasas por los plazos fijos para retener fondos, encarecen las financiaciones en el mercado, por ende, el crédito resulta más caro para empresas e individuos.
Las tasas activas de préstamos han subido y hacen antieconómico tomar financiamiento, con lo cual a las empresas solo les queda financiarse con la venta de mercadería o bien vendiendo dólares que tiene atesorados. Si no tiene mercadería o dólares para vender, estamos ante problemas severos para seguir funcionando en el mercado.
Dólar a $1.300: ¿es momento de comprar o esperar?
Hay que recordar que estamos a fin de marzo, el martes comienza abril, el miércoles es feriado, y hay que pagar los sueldos del personal, con lo cual en algún momento de la semana próxima veremos a los dólares ofrecidos.
En este escenario, se vieron a muchos agentes económicos convalidar un dólar de $1.300 sin tener en cuenta, que estamos a fin de mes, y lo más importante es que hay una cosecha de maíz que se ha levantado y necesita venderse, más el inicio de la cosecha de soja que comenzará a mediados de abril, y los productores necesitan vender para cancelar las deudas de la campaña.
En resumen, queremos mostrar que el plan económico se autorregula solo, en la medida que los agentes económicos corran a comprar dólares en forma voluntaria, los bancos tendrán que subir la tasa de interés para competir por los pocos pesos que hay en el mercado, a su vez el Gobierno emite letras que también mostrarán una suba de tasas en este contexto de escasez, retroalimentado el encarecimiento en el costo del dinero, que tendrá su punto culminante en el financiamiento a empresas, que más temprano que tarde, deberán saldar, ya que la tasa de financiamiento es superior a la tasa de rentabilidad que tiene una empresa, ya sea Pyme, mediana o gran empresa.
Esto termina en un proceso de capitalización de empresas, en donde los dueños vuelcan sus ahorros, o bien venden una parte del stock a precio más bajos que los de mercado, lo que termina impactando en el índice de inflación, o bien la empresa ingresa en un proceso de crisis que solo saldrá adelante si logra conseguir que un agente económico inyecte capital.
Clave de inversión: vender dólares y aprovechar las tasas elevadas en pesos
Cuando los agentes económicos salen de posiciones en pesos para pasar a dólares, en un programa económico con superávit fiscal y no emisión, inevitablemente veremos una suba de tasas, recesión y caída de precios. En este contexto, la inflación de marzo puede ser igual o inferior a la inflación de febrero.
El desafío de esta nota era explicar el contexto económico sin remitirnos al acuerdo del FMI, que es condición necesaria, pero no suficiente para que los mercados se calmen. No importa la cantidad de dinero que llegue, lo importante es que el Gobierno siga teniendo superávit fiscal y no emita dinero.
Si llegamos a un acuerdo con el FMI, los desembolsos de fondos serán programados en el tiempo, y habrá metas que cumplir. No cabe duda de que este Gobierno cumplirá las metas, y que el primer desembolso será importante. Sin embargo, el impacto en los mercados se sentirá, si solo sí, seguimos adelante con las reformas estructurales, para ello es vital que sigan desregulando a la economía.
Como creemos que el Gobierno seguirá con las reformas estructurales y la desregulación de la economía, y los desembolsos del FMI llegarán en el mes de abril, creemos que hay que hacer un manejo prolijo de la liquidez en las empresas, y quienes tengan fondos ociosos tienen la oportunidad de ganar dinero, aplicándolos a mercadería con buena tasa de descuento, o inversiones en el área financiera.
El dólar y las tasas de interés están a niveles elevados, esto implica que hay que vender los dólares, y colocar las inversiones en pesos. Las letras están rindiendo una tasa interna de retorno del 40% al 30 de agosto del año 2025 (S29G5), contra una inflación estimada anual inferior al 20%, esto implica que puede ser un buen negocio colocarse en este instrumento. Los bonos duales a marzo del año 2026 (TTM26), proyectando tasa Tamar tiene una tasa interna de retorno del 43,6% anual.
Los bonos en dólares como AL35 que cotizan en pesos y dólares no son atractivos, porque si baja el dólar MEP el precio del bono baja en pesos y sube en dólares por ende preferimos invertir en bonos en pesos directamente.
Las acciones son las que tienen un mayor potencial, porque si la llegada de fondos frescos al Gobierno logra vertebrar mecanismos para que las empresas comiencen a remesar dividendos retenidos desde el año 2019 al exterior, comienza una nueva etapa para el país, ya que es el puntapié inicial para levantar el cepo. Por otro lado, si el dólar blend baja del 80% / 20% actual, a 90% que se liquide en el mercado mayorista y solo 10% en el mercado del dólar CCL, ingresaran más fondos a las reservas del Banco Central, y se lograría una mayor capitalización, y la balanza de pagos mejoraría notablemente.
En conclusión, no es el acuerdo con el FMI la solución de los problemas de Argentina, lo importante es que el Gobierno siga haciendo teniendo superávit fiscal, no emita pesos y acelere la desregulación del Estado.
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ECONOMIA
Caputo compra reservas pero el mercado igual se prepara para un dólar más alto post octubre

El mercado se está reacomodando al nuevo escenario político-financiero, que además del «efecto Scott Bessent», implica el shock de oferta de dólares por los u$s7.000 millones de exportación agrícola -de las cuales ya se liquidaron u$s2.000 millones. Los analistas celebraron las señales de que el Tesoro está comprando divisas –se habla de más de u$s700 millones comprados entre martes y jueves-, pero, aun así, las advertencias y las señales de inestabilidad no desaparecieron.
El dato que llamó la atención es el de la búsqueda de cobertura contra devaluación. Se notó primero por el ensanchamiento de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el «contado con liqui», que ya está en 4,8%. Es cierto que, en comparación con la brecha de hace un año resulta una cifra menor, pero igualmente es el doble del lunes pasado, lo que está dando indicios de que hay jugadores del mercado -probablemente los exportadores sojeros- que después de liquidar al precio oficial se redolarizan en el mercado financiero.
Si esa brecha se sigue ensanchando, implica una mala noticia para el gobierno y para todo el mercado, porque precisamente el clamor generalizado que se hace desde el sistema financiero es que Toto Caputo no desaproveche la oportunidad de comprar una cantidad sustancial de dólares.
Para algunos analistas, una caída muy acelerada en el tipo de cambio oficial es algo que ya ingresaría en la categoría de las malas noticias, porque implicaría que ante una sobreoferta generada por el «tax holiday» del agro, las compras fueron menos voluminosas de lo que se podría esperar. Y, en consecuencia, el posterior rebote del dólar podría ser más violento.
Y se instaló la inquietud por el riesgo de que, si el gobierno demora, el sector privado se quede con buena parte de esa inyección de u$s7.000 millones, que se tiene que terminar de liquidar hasta el martes próximo. Si eso ocurriera, el peor escenario sería que el dólar sólo baje para tomar un nuevo impulso que lo acerque al techo y sin que haya aumentado significativamente el «poder de fuego» del BCRA y el Tesoro.
Otra vez, explosión en dólar futuro
Toto Caputo y Santiago Bausili ya captaron ese temor del mercado, lo cual se refleja en algunos cambios de estrategia financiera, con el objetivo de convencer a los inversores de quedarse en pesos. Primero, hubo un agregado de último momento en el «menú» del llamado a licitación del Tesoro de este viernes, ante el vencimiento de deuda por unos $6 billones: reaparecieron los bonos «dólar linked», que ajustan igual que el dólar oficial y suelen tener demanda en los momentos de expectativa devaluatoria.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, fue el encargado de hacer el anuncio, que implica un bono con vencimiento al 31 de octubre, otro al 28 de noviembre y un tercero al 15 de diciembre. Es decir, todos inmediatamente posteriores a la elección legislativa. En la oferta original, también había un título dólar linked, pero con vencimiento a abril del año próximo.
Pero, sobre todo, la situación que causó sorpresa entre los analistas fue el «regreso» del mercado de futuros, donde se operó un volumen de u$s2.700 millones, con subas en todas las posiciones. En algunas fechas, la cotización volvió al nivel que se negociaba en medio del pánico «pre- tuit de Scott Bessent».
En algunos casos, como los contratos a mayo 2026, la suba de la cotización llegó al 70%. Y todas las posiciones correspondientes al año próximo se ubicaron, otra vez, por encima del techo de la banda de flotación. Hablando en términos de tasas, implicaría pagar hasta 60% anualizado por tomar el «seguro de devaluación».
Por un lado, fue una situación sorpresiva, dado que quienes habían tomado coberturas en las últimas semanas sufrieron grandes pérdidas -se estiman en $700.000 millones, que embolsó el Banco Central-. El dolor de esas pérdidas fue tan grande que hasta hubo quejas en el mercado en el sentido de que el estilo de intervención oficial estaba poniendo en riesgo la utilidad del mercado de futuros como herramienta financiera.
Sin embargo, retornó una fuerte demanda y, por consiguiente, también la oferta. El BCRA volvió a intervenir, y se espera que la colocación de los bonos «dólar linked» emitidos por el Tesoro ayuden a calmar ese apetito de cobertura.
El campo, entre el enojo y la cobertura
Pero, si bien los analistas -y el propio gobierno- mostraron sorpresa, también es cierto que ese repunte era una consecuencia previsible por el masivo ingreso de los dólares del campo. Ocurre que las grandes exportadoras agrícolas, para aprovechar el beneficio fiscal de corto plazo, anotaron las declaraciones juradas por exportaciones todavía no concretadas. Eso, en los hechos, implica que recurrieron a la toma de fondos propios o de financiación para darle a Caputo los u$s7.000 millones.
Como contrapartida, se quedan con unos $9 billones, que usarán para comprar granos a los productores y, además, divisas para repagar lo que hayan tomado de líneas crediticias.
El negocio consiste, justamente, en la exención de las retenciones, que se calcula en u$s1.500 millones –hay mucho enojo por parte de los pequeños productores, que sostienen que prácticamente no verán en sus bolsillos nada del beneficio impositivo-.
Los analistas del campo asimilan esta operación a un préstamo que las grandes cerealeras le hacen al gobierno, con un interés de 21%. El final de esa cadena es la recuperación de los dólares para las exportadoras, que ocurrirá cuando compren la mercadería a los productores y efectivicen la exportación. Esto puede demandar varios meses.
Por eso, hay quienes ven la mano de las cerealeras detrás del súbito incremento del volumen negociado en el mercado del dólar futuro, donde los contratos de mayor demanda coinciden con los meses de la cosecha gruesa.
Esto, claro, no significa que los exportadores sean los únicos dispuestos a cubrirse de un salto del dólar, porque tanto el mercado bursátil como el de bonos soberanos demostraron que, al menos hasta las elecciones, seguirán volátiles.
Preparándose para la devaluación
Y, sobre todo, lo que se está percibiendo es una expectativa generalizada de un nuevo esquema cambiario, que le permita al BCRA la acumulación de reservas en cualquier momento. Es algo que a Caputo se lo reclaman los economistas desde las redes sociales, los banqueros y empresarios en reuniones privadas y hasta figuras de alto perfil en las finanzas globales, como Gita Gopinath, ex vicedirectora del Fondo Monetario Internacional.
Nadie se anima a dar una cifra concreta sobre cuál sería un dólar «de equilibrio», aunque hay unanimidad en que estaría bien por encima del techo de la banda -hoy de $1.478.
El argumento de los economistas es que cuantas más reservas se compre en este período, menos brusco será el salto cambiario. Por eso, se escuchan más críticas cuando el tipo de cambio mayorista cae mucho, dado que se lo interpreta como cierta lentitud de reflejos en la compra de divisas para las arcas estatales.
Entre los bancos, hay una percepción en el sentido de que el escenario más probable será el de una flotación «sucia», con intervenciones oficiales para evitar reacciones de «overshooting», y muestran escepticismo sobre que el gobierno se anime a un esquema de flotación puro y sin restricciones regulatorias.
Se interpretó como una buena noticia la baja de la tasa de interés «repo» de 35% a 25%, a la que se ve como una señal de normalización en el crédito. De todas formas, la advertencia es que la economía seguirá frenada en la medida en que el BCRA mantengan los encajes obligatorios en 53%, un nivel que consideran sólo explicable por el pánico de las últimas semanas.
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ECONOMIA
Desaceleró la inflación de alimentos en la última semana, pero algunos productos aumentaron más del 3 por ciento

En la cuarta semana de septiembre, la inflación de Alimentos y Bebidas registró un incremento semanal del 0,9%, lo que marcó una desaceleración respecto de la suba del 1,6% observada en la semana previa. Así lo señaló la consultora LCG en su relevamiento de precios, que se realiza semanalmente y permite captar la dinámica de los productos de consumo masivo.
La desaceleración semanal se tradujo en un menor ritmo de aumentos respecto de lo que se había visto en la primera mitad del mes. En las últimas cuatro semanas, la inflación promedio del rubro se redujo a 1% mensual, aunque la medición “punta a punta”, es decir, comparando los precios del inicio y del final del período, se ubicó en 2,3% mensual. Según el informe, “la inflación promedio de las últimas cuatro semanas desaceleró a 1% mensual (-0,2 puntos porcentuales respecto de la semana previa), pero la medición contra las puntas trepó arriba del 2%”.

El comportamiento semanal mostró además una dispersión de precios levemente menor respecto de la tercera semana de septiembre. El porcentaje de productos que no registraron variación de precios cayó en siete puntos porcentuales, un ajuste que se repartió en partes iguales entre aumentos y bajas. De esta manera, la proporción de bienes con incrementos se mantuvo elevada, aunque con menor concentración que en la semana anterior.
Dentro de la canasta relevada, algunos artículos tuvieron incrementos marcados. Las verduras fueron el rubro de mayor suba, con un alza de 4,7% en siete días. Junto con las frutas, que avanzaron 3%, explicaron más de la mitad de la inflación semanal. Los productos lácteos y huevos también mostraron un aumento destacado, de 2,6%, mientras que las carnes se encarecieron un 2% en la semana. En conjunto, estos rubros aportaron más de tres cuartas partes de la inflación de alimentos registrada en el período.
El informe de LCG precisó que “los aumentos de frutas y verduras explicaron el 56% de la inflación de la semana”, lo que refleja el peso de los productos frescos en la formación de precios de corto plazo. En sentido contrario, algunos rubros mostraron descensos. Fue el caso de los condimentos y otros productos alimenticios, con una baja de 1,4%, y de azúcar, miel, dulces y cacao, que retrocedieron 1%. Estos movimientos ayudaron a moderar el promedio general, aunque sin revertir la tendencia al alza.
La mirada mensual ofrece un panorama diferente. Al analizar las variaciones de las últimas cuatro semanas, LCG encontró que las frutas explicaron un cuarto de la inflación del mes. Otros dos rubros concentraron buena parte del impacto: los productos de panificación, cereales y pastas, junto con las carnes, que en conjunto representaron alrededor del 50% de la suba mensual.
Dentro de este período, las frutas mostraron un incremento acumulado de 5,6%, mientras que los aceites avanzaron 5,2%, consolidándose como dos de los segmentos más inflacionarios. También se destacaron las alzas en panificados, con un aumento de 2%, y en carnes, con una variación de 0,7%. En contraste, las verduras presentaron una caída de 1,9% en el promedio de las últimas cuatro semanas, lo que amortiguó en parte la presión sobre el índice general.

Otro punto a resaltar es que la incidencia de los aumentos se mostró más distribuida que en semanas anteriores. La menor proporción de productos sin variaciones indica que las alzas se extendieron a un mayor número de artículos, aunque en magnitudes dispares. Según LCG, la tendencia refleja una dispersión moderada en el comportamiento de los precios, con incrementos puntuales en rubros de fuerte peso en la canasta de consumo de los hogares.
La evolución de los precios en septiembre deja en evidencia que, si bien la inflación de alimentos logró cierta desaceleración en la última semana, todavía persisten focos de presión en productos sensibles como frutas, verduras y lácteos. Estos rubros, de consumo cotidiano y con fuerte impacto en el bolsillo, fueron los que empujaron el índice en los últimos días y explicaron buena parte de la variación mensual.
ECONOMIA
El sueldo de una empleada doméstica por 4 horas semanales en octubre 2025

En octubre las empleadas domésticas cobran el sueldo de septiembre con aumento y con el bono de acuerdo a la cantidad de horas trabajadas.
26/09/2025 – 07:47hs
Las empleadas domésticas que solo trabajan para un mismo empleador cuatro horas semanales cobrarán entre …. y …. pesos en octubre, por los servicios prestados en septiembre.
A este sueldo básico por cuatro horas semanales de servicio doméstico se le deben agregar los adicionales que correspondan y el bono de septiembre, que por el último acuerdo de la Comisión Nacional de Casas Particulares, corresponde abonar por última vez este mes.
A continuación, todos los detalles de cómo abonar el sueldo de la empleada doméstica por horas en Argentina en octubre.
Escala salarial de las empleadas domésticas para octubre 2025
Las empleadas domésticas cobrarán en octubre el sueldo de septiembre, que llega con 1% de aumento sobre agosto y el tercer pago de la suma extra no remunerativa.
Así lo definió la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares, en su último encuentro. En virtud del mismo, las escalas salariales de septiembre para el personal auxiliar de casas particulares es la siguiente:
Supervisor/a:
- Con retiro: $3.683,21 por hora / $459.471,73 por mes
- Sin retiro: $4.034,05 por hora / $511.800,22 por mes
Tareas específicas:
- Con retiro: $3.487,00 por hora / $426.875,19 por mes
- Sin retiro: $3.822,91 por hora / $475.184,56 por mes
Caseros/as:
- Sin retiro: $3.293,99 por hora / $416.485,63 por mes
Cuidado de personas:
- Con retiro: $3.293,99 por hora / $416.485,63 por mes
- Sin retiro: $3.683,21 por hora / $464.129,59 por mes
Tareas generales:
- Con retiro: $3.052,99 por hora / $374.541,36 por mes
- Sin retiro: $3.293,99 por hora / $416.485,63 por mes
En el caso de que el trabajo que realiza una empleada doméstica pueda ser encuadrado en más de una de las categorías del Régimen de Personal Auxiliar de Casas Particulares, lo que corresponde por ley es que perciba el pago por la categoría mejor remunerada.
Sueldo de la empleada doméstica por cuatro horas
En septiembre, las empleadas domésticas que prestan tareas cuatro horas semanales habrán brindado sus servicios durante 5 semanas si trabajan los lunes o martes, y 4 semanas si lo hacen cualquiera de los otros días.
En ese marco, los siguientes son los valores de salario mínimo que le corresponde al personal auxiliar de casas particulares en septiembre, por 4 horas semanales:
Supervisor/a:
- Con retiro: 58.931,36 pesos si trabajó 4 semanas y 73.664,20 pesos si trabajó 5
- Sin retiro: 64.544,80 pesos si trabajó 4 semanas y 80.681 pesos si trabajó 5
Tareas específicas:
- Con retiro:55.792 pesos si trabajó 4 semanas y 69.740 pesos si trabajó 5
- Sin retiro: 61.166,56 pesos si trabajó 4 semanas y 76.458,20 pesos si trabajó 5
Caseros/as:
- Sin retiro: 52.703,84 pesos si trabajó 4 semanas y 65.879,80 pesos si trabajó 5
Cuidado de personas:
- Con retiro: 52.703,84 pesos si trabajó 4 semanas y 65.879,80 pesos si trabajó 5
- Sin retiro: 58.931,36 pesos si trabajó 4 semanas y 73.664,20 pesos si trabajó 5
Tareas generales:
- Con retiro: 48.847,84 pesos si trabajó 4 semanas y 61.059,8 pesos si trabajó 5
- Sin retiro: 52.703,84 pesos si trabajó 4 semanas y 65.879,80 pesos si trabajó 5
Adicionales y bono
A estos sueldos de empleada doméstica en septiembre se suman los siguientes adicionales, según corresponda:
- Adicional salarial por «Antigüedad», equivalente a un 1% por cada año de antigüedad de la trabajadora en su relación laboral, sobre los salarios mensuales.
- Adicional por zona desfavorable, equivalente al 30% sobre los salarios mínimos establecidos para cada una de las categorías respecto del personal que preste tareas en las Provincias de La Pampa, Rio Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, o en el Partido de Patagones de la Provincia de Buenos Aires.
A la vez, se debe abonar el bono o la suma extra no remunerativa, que en el caso de las empleadas domésticas que solo prestaron servicios para un mismo empleador por cuatro horas semanales, es de $4.000 por lo trabajado en septiembre.
Vale la pena remarcar que, al igual que ocurre con los aportes, cada empleador está obligado a abonar la suma extra a la empleada doméstica, aunque solo le preste servicios por unas horas semanales.
Claro que todos estos salarios son solo los montos básicos legales para empleadas domésticas registradas debidamente. Aquellas que no tienen formalizado el vínculo laboral, no tienen tampoco garantizados estos montos, así como el pago de los adicionales y del bono de septiembre.
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