ECONOMIA
Retenciones, RIGI y acuerdo comercial con Estados Unidos: los detalles de la reunión de Luis Caputo con las automotrices

Tal como ocurrió un año atrás, cuando se acercaba el fin del ejercicio 2024, se repitió una reunión de trabajo entre las autoridades de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) y el equipo económico del Gobierno encabezado por el propio ministro Luis Caputo, junto a Pablo Lavigne, secretario de Coordinación Productiva.
Si bien la reunión formalmente se convocó para repasar los alcances de la agenda común de la industria automotriz y el Gobierno que lleva dos años de trabajo conjunto, también se definieron los principales ejes sobre los cuales se debe profundizar para fortalecer el desarrollo del sector.
Entre los temas que se dejaron como índices para trabajar durante 2026 están la necesidad de bajar la carga fiscal, eliminar las retenciones a las exportaciones y de definir el modo por el cual la industria automotriz podrá tener acceso al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que todavía sigue presentando dificultades, especialmente operativas, para las empresas automotrices.

La reunión sirvió también para que el nuevo presidente de Adefa, Rodrigo Pérez Graziano, encabezara el encuentro por primera vez desde su reciente designación de la entidad que nuclea a las fábricas nacionales de automóviles.
La reunión comenzó con un balance de los resultados positivos del actual período, para los cuales se destacó el impulso que generaron las medidas implementadas en la producción y el mercado interno, y que permitieron dar continuidad a los planes de inversión que ya estaban anunciados en distintas automotrices. Dentro de esas medidas, se resaltó especialmente la reciente Resolución 834 referida a la devolución de los créditos fiscales.
Sin embargo, ambas partes coincidieron en que gran parte del costo impositivo es responsabilidad de los gobiernos de las provincias y las ciudades, porque los impuestos como Ingresos Brutos y tasas municipales son distorsivos y afectan a toda la cadena de valor al piramidar entre fábricas y sus proveedores, pero también entre estos y quienes le suministran insumos y servicios.
Pérez Graciano, también ejecutivo de Stellantis, destacó que “el sector anunció inversiones cercanas a los USD 2.000 millones, se avanzó en la incorporación de nuevas tecnologías y modelos, además de impulsarse la capacitación de colaboradores fortalecer el ecosistema de proveedores”.

Uno de los temas que por recurrente no deja de ser fundamental para los presidentes de las automotrices, fue la necesidad de la industria de acelerar las reformas impositivas que permitan bajar la carga fiscal que pesa sobre la producción industrial de vehículos en Argentina y que perjudica especialmente la competitividad de las exportaciones.
En este sentido se planteó el perjuicio que sigue generando tener que pagar retenciones, derechos de exportación técnicamente hablando, porque además de restarle competitividad a los productos nacionales, penaliza fuertemente a aquellos modelos con mayor integración de partes fabricadas en Argentina, ya que esas retenciones no se aplican para los productos importados que entran al país para salir nuevamente en un vehículo terminado que se vende al exterior.
Este año, adicionalmente, no se renovaron las exenciones a las exportaciones incrementales, una herramienta que en los últimos años había resultado como un incentivo para promover mayores ventas de autos argentinos a los mercados externos, ya que dejaba de percibir las retenciones a partir de las 137.000 unidades exportadas. Este año ya se exportaron 229.000 vehículos y todos ellos pagaron el arancel.
El otro tema que preocupa a la industria es la dificultad que todavía encuentra el sector en general para entrar al RIGI, el programa de incentivos que el Gobierno creó para generar grandes inversiones, y al que la industria automotriz podría adherir a través de proyectos que involucren vehículos con motores sustentables, híbridos o eléctricos.

El principal freno para tomar la decisión de entrar al RIGI está en la exigencia de crear una nueva empresa, un nuevo CUIT, o un negocio adjunto al de la compañía principal para la producción de esos nuevos vehículos, lo que trae aparejados altos costos y complejidades logísticas e incluso contables para las automotrices.
La otra urgencia pasa por los tiempos, porque para adherirse hay dos años de plazo desde la sanción de la ley (mediados de 2024), y sólo quedan siete meses hasta alcanzar la fecha límite.
Naturalmente, en el encuentro se habló del acuerdo comercial recientemente firmado con Estados Unidos y su eventual impacto para la industria y para mercado automotor, aunque no se obtuvieron mayores precisiones y habrá que esperar a la publicación detallada del acuerdo entre ambos países.
En cuanto a las perspectivas para el cierre del año, se explicó que los niveles de producción serán similares a 2024, un crecimiento del mercado interno cercano al 50% y la necesidad de potenciar el perfil exportador del sector.

De cara a 2026, durante el encuentro se acordó continuar con la agenda como se viene realizando y se reafirmó la predisposición a seguir trabajando de manera coordinada con el Ministro y su equipo, para consolidar el crecimiento del sector automotor en Argentina.
ECONOMIA
Ante la suba del riesgo país, Caputo aseguró que nunca hablaron con bancos de un rescate para la Argentina

En medio de la suba del riesgo país a máximos desde finales de octubre, el ministro de Economía, Luis Caputo, rechazó las versiones que surgieron en las últimas horas sobre que un grupo de bancos estadounidenses descartó un préstamo por USD 20.000 millones para la Argentina.
La noticia había sido publicada por The Wall Street Journal, alegando que las entidades financieras norteamericanas estaban evaluando una línea de crédito de corto plazo por USD 5.000 millones, diseñada para que el gobierno de Javier Milei haga frente a los vencimientos de deuda en enero de 2026 por USD 4.200 millones. Esta noticia provocó una suba diaria del riesgo país argentino de 5,6% o 35 unidades a 663 puntos básicos.
“Nunca hablamos con los bancos de un rescate, ni de 20 mil millones. Es una ‘operación’ más con la sola intención de generar confusión”, aseguró Caputo a través de su cuenta oficial de X, desmintiendo la información publicada por el diario estadounidense.

La evolución de los bonos soberanos se vio afectada luego de que trascendiera que JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup habrían rediseñado las herramientas del financiamiento para la Argentina. Esa dinámica bajista de los títulos públicos generó el incremento de la prima de riesgo argentina.
La baja del riesgo país es un factor clave para el programa económico del oficialismo. El equipo económico precisa que el indicador elaborado por JP Morgan se ubique y se mantenga en torno a los 400 puntos básicos para poder regresar a los mercados voluntarios de deuda. El grifo internacional, cerrado desde 2018, permitiría refinanciar los compromisos con bonistas privados de comienzos del año que viene.
Según publicó The Wall Street Journal, el plan inicial, presentado por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, incluía dos componentes principales: un intercambio de divisas por USD 20.000 millones con el Tesoro estadounidense y una línea de crédito bancaria adicional por igual suma. El propósito de ambas herramientas era brindar respaldo al espacio libertario. Sin embargo, la coyuntura política experimentó modificaciones tras los comicios legislativos de octubre, según informó un medio estadounidense.
“El préstamo del sector privado no llegó a concretarse, ya que los bancos esperaban orientación del Departamento del Tesoro sobre qué garantías y colaterales podían utilizar para protegerse de posibles pérdidas. Ahora, los banqueros afirman que ya no se está considerando seriamente, según personas familiarizadas con las conversaciones”, destacó el diario de EE.UU.
Siempre según este medio, a partir de ese cambio, entidades financieras comenzaron a trabajar en una alternativa de financiamiento: un préstamo de alrededor de USD 5.000 millones mediante una operación de recompra, conocida como “repo”. En este modelo, Argentina ofrecería como garantía una serie de activos de inversión a cambio de recibir dólares. De acuerdo con fuentes consultadas, la finalidad principal de esta operatoria sería afrontar un vencimiento de deuda por USD 4.200 millones en enero.
Más allá de la publicación en cuestión, la línea de financiamiento había sido anticipada por el secretario del Tesoro de Estados Unidos a mediados de octubre y por fuera del swap por USD 20.000 millones que acordó la administración Trump con el equipo económico argentino.
“Estamos trabajando en un fondo de 20.000 millones de dólares que estaría junto a nuestra línea de swap, conformado por bancos privados y fondos soberanos, que creo estaría más dirigido al mercado de deuda”, había indicado el funcionario estadounidense en la antesala de las elecciones legislativas.
“En realidad venimos trabajando en esto desde hace semanas”, dijo Scott Bessent por ese entonces a un grupo de periodistas en el Departamento del Tesoro. “Se trata de una solución del sector privado para los próximos pagos de deuda de Argentina”, sumó. Y concluyó: “Muchos bancos están interesados y también varios fondos soberanos manifestaron interés”.
ECONOMIA
Expertos prevén que el plazo fijo seguirá rindiendo más que dólar e inflación: cuándo puede cambiar

La baja de las tasas de interés impulsada por el Banco Central está empezando a poner el foco de los ahorristas en la renta que otorga el plazo fijo tradicional, debido a que empieza a descender y a equipararse con la inflación. A pesar de ello, la estabilidad en el precio del dólar sigue jugando a favor de las colocaciones en pesos y los economistas consultados por iProfesional consideran que, pese al menor atractivo de la remuneración de los depósitos, seguirán siendo atractivos hasta fin de año. Aunque alertan los «ruidos» que se están generando y que pueden impactar en el verano en el tipo de cambio.
Cabe recordar que el jueves pasado el BCRA bajó las «tasas simultáneas», que es el interés que le paga a los bancos por la liquidez sobrante, algo que también tuvo impacto en las tasas que se pagan para obtener cash en el muy corto plazo, en las cauciones, que descendieron hasta el 18% de TNA, en el caso de las emitidas a 7 días.
Al mismo tiempo, el Banco Central permitió a las entidades una mayor flexibilización en la cantidad de dinero que deben mantener encajado, en vistas que, estacionalmente, comienza una época de mayor demanda de pesos para pagar deudas de fin de año, aguinaldos, compras por las fiestas, entre otros compromisos.
En resumen, bajaron las tasas de interés pero la demanda de pesos sigue en niveles elevados, un escenario que genera que los plazos fijos casi no bajen en estos momentos la renta ofrecida, porque los bancos requieren seducir a los ahorristas para poder captar los billetes nacionales, y así poder brindar créditos con ellos.
Para graficarlo en cifras concretas, hoy un plazo fijo está pagando un máximo en torno al 28% de tasa nominal anual (TNA) para las colocaciones a 30 días, que es el tiempo de encaje mínimo requerido por el sistema financiero. Por ende, está ofreciendo una renta cercana a 2,3% mensual.
Este nivel equipara al dato de inflación oficial que hubo en octubre pasado, y le estaría ganando al índice de precios al consumidor (IPC) proyectado para el corriente noviembre, en torno al 1,9%, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), confeccionado por el BCRA entre unos 40 economistas.
Además, los analistas consideran que la inflación se mantendrá en torno al 2% en los próximos meses. Por lo que aún le queda cierto margen a los plazos fijos de seguir siendo ganadores y afrontar, a la vez, un acotado recorte en la tasa que ofrecen.
Incluso, el banco líder que paga menos por un plazo fijo tradicional hoy está proponiendo 24% de TNA, que representa una renta de 1,97% en 30 días.
Y a ello se le suma un factor clave que mira todo ahorrista argentino, que es que el precio del dólar se mantiene estable. Incluso, en todo noviembre baja alrededor de 2% su cotización.
Así, por más que el plazo fijo se equipare a la inflación, sigue superando al comportamiento del dólar como inversión.
«En la historia argentina siempre la gente no se fijó en el nivel de tasas reales en pesos reales, o sea, comparada contra la inflación, sino en la comparación contra el dólar para hacer un plazo fijo. O sea, no le importa perder contra la inflación, pero sí contra el dólar», afirma un director de un banco líder a iProfesional.
Por qué economistas apuestan por el plazo fijo
En esta sintonía, los economistas consultados por iProfesional consideran que este escenario favorable para aprovechar las tasas en pesos y hacer plazo fijo se mantendrá, al menos, hasta mediados de diciembre.
«En el corto tiempo, no creo que pierda atractivo todavía el plazo fijo porque este mes, en general, se necesitan pesos. Entonces, la tasa va a estar alta y el dólar va a seguir estable. No debería haber un cambio en la situación de acá hasta fin de año, al menos, salvo que las condiciones internacionales cambien», detalla Sebastián Menescaldi, economista y director asociado Eco Go.
Es decir, sostiene que la baja de tasas se va a ver porque el BCRA liberó encajes, «pero me parece que la liberación fue menor a la demanda necesitada y no van a bajar mucho más las rentas de los plazos fijos porque se van a necesitar pesos para dar liquidez a las empresas», completa este experto a iProfesional.
Por su lado, Fernando Baer, economista jefe de la consultora Quantum, coincide: «No creo que pierda atractivo el plazo fijo, aun con las tasas bajando, la expectativa es que el tipo de cambio se mantenga estable. El clima internacional no está ayudando, pero, por fundamentos, la tasa en pesos debería seguir siendo atractiva y calculo que seguirá por encima de la inflación».
En la misma línea, Nahuel Bernues, CFA, asesor financiero y fundador de la Consultora Quaestus, concluye que «vamos a un esquema donde las rentabilidades van a ser más acotadas, producto de un riesgo más bajo en general. El plazo fijo seguirá siendo una alternativa más que válida, y el dólar se está moviendo en las bandas cambiarias con cada vez menos de volatilidad, y eso también puede alimentar el apetito por hacer tasa en pesos».
Es decir, considera que la demanda de dólares «siempre va a estar, pero al haber menor volatilidad también disminuye la necesidad de cobertura cambiaria».
De hecho, en el mercado de opciones y futuros del Matba-Rofex se está negociando un precio de dólar mayorista para fin de diciembre de $1.469, lo que implica que las operaciones realizadas contemplan que aumente 3,67% desde ahora hasta finales de año.
Mientras tanto, se mantiene la tranquilidad que dicha cotización se ubica bastante por debajo de la banda máxima de flotación establecida por el BCRA, en la que no debe intervenir con la venta de divisas, que hoy es de $1.506 y se actualiza a razón de 1% mensual.
Luces amarillas para el verano: dólar y tasas
Ahora bien, algunos economistas están alertando que el menor rango de ganancias otorgadas por el plazo fijo puede hacer caer su atractivo para los ahorristas, y que el abaratamiento del dólar puede ser también seductor para posicionarse en moneda estadounidense a la «espera» que haya una mejora competitiva en el tipo de cambio.
«La baja de tasas de los plazos fijos va a dejar la tasa mensual por debajo de las tasas de inflación mensual, haciendo que ya entremos en terreno de tasas reales negativas. Por lo que es probable que veamos alguna baja en el stock de estos depósitos», afirma Andrés Salinas, economista e investigador de la Universidad de La Matanza (Buenos Aires).
Y agrega: «Pensemos que el Central entró en un proceso en el cual comienza a dar señales para que haya más liquidez en la calle, empieza liberar ese apretón monetario que llevó a cabo hace un mes y medio. Por lo que la flexibilización de encajes y la convalidación de tasas más bajas en las licitaciones realizadas, son claro ejemplo que hace que la curva de tasas descienda un poco y queden instrumentos con tasas reales negativas».
Asimismo, indica Salinas que parte de la dolarización de carteras que se llevó a cabo antes de las elecciones, «ya comenzó a desarmarse, lo que hace que haya pesos en busca de tasas reales positivas. Por lo que la flotación del precio del dólar hace que sea más difícil pararse en moneda estadounidense sin invertir».
A ello se le suman noticias que ponen en alerta a algunos expertos y que se vinculan con la actual escasez de dólares que tiene el Gobierno, como la reciente noticia que los bancos estadounidenses no van a otorgarle el crédito por u$s20.000 millones a la Argentina, algo que puede ejercer presiones en el precio, después que pase la demanda de pesos de diciembre.
«Sí, efectivamente, luego de que se confirmó que no va a haber rescate para la Argentina, parece que el veranito cambiario se va a acabar. Tenemos reservas netas negativas por más de u$s13.000 millones, tocando máximos históricos, y se aproxima el pago de deuda internacional de enero. Evidentemente, será necesario un tipo de cambio más alto y es probable que empiece a presionar al alza el dólar estos días, por una cuestión de demanda por cobertura», afirma la economista Natalia Motyl.
Y finaliza: «Cabe remarcar que no es consistente el nivel de balanza comercial con el nivel de flujo de intereses más el saldo de cuenta capital y financiera. Inclusive, esto ocurre en un contexto de entrada de dólares por parte del sector privado, que aún no se está dando, y de endeudamiento por parte del sector público. Por eso, en una economía bimonetaria, será necesario acumular un fuerte colchón de dólares para sostener la estabilidad macroeconómica, y eso sólo es compatible con un tipo de cambio más alto».-
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ECONOMIA
Las dudas de Wall Street afectan a los activos argentinos y vuelve a subir el riesgo país

Las acciones y los bonos argentinos se encuentran sujetos al movimiento errático de los índices de Wall Street y a las noticias sobre el financiamiento para la Argentina. Esto se vio en la operatoria del jueves, cuando los activos locales pasaron a pérdidas después de la abrupta reversión de precios en el exterior.
Un clima de mayor incertidumbre financiera internacional también se observa este viernes en aversión al riesgo emergente. A las 12:30 horas, los bonos Globales y Bonares de Argentina promedian una baja de 1% en promedio, con un riesgo país de JP Morgan que avanza 27 unidades para Argentina, en los 655 puntos básicos, el nivel más alto desde el 4 de noviembre.
Impactó en la evolución de los bonos que un anunciado plan para prestarle USD 20.000 millones a la Argentina por parte de JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup se pospuso, después de que los banqueros optaran por un paquete de préstamos a corto plazo más pequeño, según informó The Wall Street Journal.
Por otro lado, Milo Farro, estratega de Rava Bursátil, comentó que los mercados “afectados por el escepticismo de los inversores respecto de las valoraciones de las empresas tecnológicas y el curso de la política monetaria. Aunque el balance de Nvidia superó las expectativas del consenso, el optimismo inicial se diluyó a lo largo de la rueda”.
“A pesar del optimismo derivado de las elecciones, a los activos argentinos les está costando desacoplarse de la dinámica internacional, mientras los inversores esperan por noticias que permitan el regreso a máximos”, agregó Farro.
Ante los vencimientos de capital e intereses de los bonos hard dollar previsto para enero, por unos USD 4.200 millones, el diario The Wall Street Journal informó además que el Gobierno está negociando un REPO (préstamo de bancos garantizado con bonos) por unos 5.000 millones de dólares.
Eric Ritondale, economista Jefe de Puente, señaló que “esta liquidez permitiría cubrir el pago externo de los Globales y Bonares por USD 4.000 en enero, mientras el Gobierno se prepara para regresar a los mercados en los próximos meses y cancelar el REPO mediante una nueva emisión internacional. El REPO se apoya en colaterales claramente definidos, puede ejecutarse rápidamente y no requiere una delegación del Congreso”.
“Este mecanismo está en línea con la secuencia que presentamos en nuestro escenario base para los próximos meses. Hemos sostenido que la prioridad inmediata del Gobierno sería cubrir vencimientos de corto plazo en manos de acreedores privados mediante un instrumento puente -como un REPO- en lugar de recurrir a un mayor uso del swap con el Tesoro de los EEUU. Este enfoque le daría a Argentina margen para postergar una emisión internacional más grande hasta que las condiciones de mercado sean más favorables y se cumplan ciertos requisitos institucionales y mejoren aún más las condiciones del mercado a partir de avances en diferentes frentes», consideró Ritondale.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, observó que “el mercado mantiene como incógnita cómo será finalmente el sendero de acumulación de reservas netas, luego de que el Gobierno asegurara que no habrá un cronograma de acumulación. Así, estaremos atentos a cómo continua, si es que lo hace, la dinámica de compras de divisas del Tesoro, considerando los flujos importantes vía colocación de Obligaciones Negociables corporativas y CABA”.
“Recordamos que no hay obligatoriedad de liquidación, y que un punto a mirar, desde el lado del Tesoro, es si las compras las realiza en el MULC o en bloques. En tanto, otro catalizador podrá ser la recompra de bonos en dólares o alguna operación de manejo de pasivos que permita la reducción de pagos en dólares de los próximos años. Aquí, destacamos que una operación semejante tendría foco en aquellos bonos con vencimiento en 2029 y 2030 dado que son las amortizaciones de estos las que engrosan las necesidades financieras en moneda extranjera de aquí en adelante”, añadió Franco.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cae 3% a 2.760.000 puntos. En Wall Street, Grupo Galicia baja un 3% en dólares, Banco Supervielle cede 4,3% e YPF baja 3,7 por ciento.

En la Bolsa local hay negociación este viernes, pero no liquidación en ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos). Dado el feriado nacional del lunes 24 por la celebración del Día de la Soberanía, las operaciones T+1 del 21 se liquidarán el martes 25.
Los bancos argentinos permanecen cerrados el viernes y también lo harán lunes próximo, con inactividad en el tipo de cambio y en bonos extrabursátiles. Esta larga inactividad obliga a los inversores a repensar estrategias de carteras.
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