ECONOMIA
Se aceleró la inflación de marzo por factores estacionales y presión cambiaria

Tras el dato de inflación de febrero de 2,4%, el costo de vida en marzo se aceleró de acuerdo a las proyecciones finales de casi todas las consultoras privadas, impulsada por factores estacionales y en medio de la tensión cambiaria por la incertidumbre por el futuro esquema cambario.
La única medición que dio en marzo una inflación igual a la de febrero fue de la Fundación Libertad y Progreso. El resto de la consultoras reflejaron una aceleración: el relevamiento del Centro de Estudios Orlando Ferreres arrojó 2,9%: los sondeos de Eco Go, EconViews, y C&T -se efectúa en el Gran Buenos Aires- y Lambda Consultores un 2,7%; FMyA y Analytica 2,5%
Los analistas proyectan que la inflación de abril podría evidenciar una desaceleración respecto a marzo, aunque otra vez no perforaría el 2% que anhela el Gobierno, en parte porque la reciente escalada de los dólares paralelos y las dudas sobre el futuro régimen cambiario podrían impactar negativamente, y derivar en aumentos preventivos.
En ese sentido, algunos analistas consideran que este ruido cambiario sumado a un contexto internacional más adverso por la suba de aranceles a las importaciones que impulsa el presidente de Estados Unidos, podría demorar más de los previsto que la inflación perfore ese 2%.
Inflación de marzo: los motores de la aceleración
La cifra oficial de inflación de marzo será difundida por el INDEC el viernes 11 de abril. De acuerdo a los sondeos privados, el costo de vida el mes pasado estuvo impulsado principalmente por factores estacionales como el inicio de clases, el precio de los alimentos, y la tensión cambiaria.
La consultora Eco Go señaló que «a pesar del crawling al 1% y la contención en la suba de las tarifas, que volvieron a definirse de forma discrecional por debajo de la inflación en marzo, el IPC no termina de romper la tan esperada barrera del 2% y anota un segundo mes consecutivo al alza».
Indicó que «varios contribuyeron, como la propia estacionalidad de marzo, donde el fin del verano y la vuelta a clases, suponen subas algo más pronunciadas en rubros como Educación (+5%), que traccionó el indicador al alza».
«En segundo lugar, la dinámica de alimentos (+3,3%) continuó presionando el índice. Por un lado, la carne vacuna, que en febrero fue protagonista, mostró nuevas subas, aunque algo más moderadas, con un aumento del 5,1%, mientras que el pollo acompañó con un aumento del 6,6%. Por otro lado, los precios de las verduras experimentaron una fuerte suba tras las lluvias y se ubicaron 12,2% por encima de lo registrado el mes pasado», explicó.
La consultora remarcó también que «la incertidumbre derivada de la falta de precisiones respecto al acuerdo con el FMI y el futuro del esquema cambiario, se tradujeron en una fuerte presión sobre los dólares paralelos que experimentaron una marcada suba a pesar de los intentos de intervención –tanto a nivel discursivo como con reservas- por parte del Gobierno».
Por su parte, Florencia Iragui, analista de LCG, comentó que «para marzo proyectamos una inflación general como piso similar a la de febrero (2,4% mensual): el estancamiento en la inflación de alimentos y bebidas en torno al 3% y la incertidumbre cambiaria que reina desde mediados de mes incidirían desfavorablemente en el porcentaje de variación de precios promedio».
La medición de la consultora Ferreres detectó que los principales aumentos en marzo se verificaron en los rubros Educación, Alimentos y bebidas e Indumentaria encabezaron las subas del mes, registrando alzas de 5,4%, 4,9% y 4,% respectivamente, seguidos por Transporte y comunicaciones y Vivienda con incrementos de 2,5% y 1,9%, cada uno.
¿Qué inflación estiman para abril?
Eco Go planteó que «para abril, la estacionalidad propia de marzo debería diluirse llevando la inflación a niveles inferiores a los de marzo, pero la incertidumbre que implica un potencial cambio en el esquema cambiario podría jugar en el sentido contrario, impulsando la inflación al alza».
Al respecto, Rocío Bisang, analista de Eco Go comentó a iProfesional.com que «para abril estamos proyectando una inflación del 2,3% sujeta a que no haya grandes modificaciones ni saltos en lo cambiario».
Consultada sobre si el reciente salto de dólares paralelos y la incertidumbre cambiaria puede generar aumentos preventivos en abril, la analista sostuvo que «es probable, va a depender de cómo se sigue desarrollando el tema, cuánto se tarde en dar definiciones».
«Va a depender de que pase con las expectativas en los próximos días, los márgenes que tenga cada sector dada su estructura de mercado, costos y demanda, en particular en este contexto donde los salarios todavía están recuperándose, y capacidad para absorber o trasladar precios», acotó.
Leila García Kerman, analista de EconViews dijo que «para marzo proyectamos una inflación del 2.7%, y en abril estimamos que será un poco menor, ya que no contará con el componente estacional de educación y prendas de vestir».
«En cuanto a la incertidumbre cambiaria de estos últimos días, podría tener un pequeño impacto en ciertos rubros debido a un ajuste en las expectativas».
De igual mirada, Eliana Scialabba, Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI) advirtió que «la reciente escalada de los dólares financieros podría presionar al alza la inflación de abril, especialmente en sectores con insumos importados o dolarizados». Y precisó que «los rubros más afectados serían electrónica, vehículos, alimentos y bebidas, e indumentaria, donde los costos de reposición se ajustan rápidamente al tipo de cambio.
«La incertidumbre sobre el esquema cambiario también puede generar aumentos preventivos en los precios«,especuló.
A su vez, Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, proyectó una inflación para abril en torno a 2,6%.
En tanto, Camila Antequera, analista de Ferreres precisó que «para abril esperamos que la inflación baje hasta el 2,5%, en parte por los menores aumentos estacionales, y consideró que «la suba del dólar libre siempre puede repercutir sobre la inflación, pero por ahora la magnitud del alza del blue y los financieros no ha sido tan elevada, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos meses no han habido demasiado saltos cambiarios, por lo cual no se espera que impacte de manera notable, aunque si continúan subiendo, si podría verse un impacto».
Por su parte, Claudio Caprarulo, director de Analytica, precisó que «por el momento mantenemos una proyección de 2,5% para abril, similar a la de marzo». Y enfarzó que «el gran interrogante es sobre el tipo de cambio oficial durante el mes por el nuevo acuerdo con el FMI».
«El traslado de un salto cambiario va a ser rápido, como siempre primero en los productos importados, pero en un contexto donde la economía en muchos rubros sigue por debajo del nivel de hace un año puede no ser similar la reacción respecto por ejemplo al salto que tuvo en 2023 después de las elecciones primarias», alegó.
Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso precisó que «la inflación en abril creemos que va a estar alrededor de 2%».
El economista Federico Glustein estimó que la inflación en abril rondaría «entre 2,4 y 2,5% pero si se cambia de esquema cambiario, podría presionar a un alza y pasar el 3%, dependerá de cuales sean las modificaciones».
Asimismo, Iragui coincidió que la cifra inflacionaria de abril dependerá de como continué la cuestión cambiaria: «Cuánto se demore en conocerse y como sea el acuerdo con el FMI. también lo que pida el organismo a cambio de los desembolsos, implicarán mayor o menor presión sobre el nivel de precios«.
Inflación: ¿cuándo perforará el 2%?
Scialabba esgrimió que la suba de «los aranceles que impulsa Trump pueden afectar indirectamente a Argentina al generar mayor volatilidad en los mercados y alterar precios de exportación e importación, y esto podría frenar la desaceleración inflacionaria».
«Si bien la inflación mensual se ha estabilizado entre 2% y 3%, la combinación de factores externos y cambios en el esquema cambiario podría demorar una baja sostenida por debajo del 2% en el corto plazo», auguró.
A su vez, Ramirez prevé que en función del actual escenario «recién la inflación podría empezar con 1% en agosto o septiembre, antes lo esperaba para mayo, pero todo este ruido con el FMI y la dinámica en Estados Unidos, donde ahora en abril arranca la guerra comercial lleva a que rompa el piso del 2% en la segunda parte del año».
Antequera pronosticó que «si se mantiene el crawling al 1%, estimamos que la inflación podría perforar el 2% en mayo o junio»
Por su parte, Abram dijo que «recién estamos viendo una inflación por debajo del 2% en mayo». Y argumentó que «el hecho de que se haya depreciado el peso que es lo que vos ves en el alza de los dólares paralelos en la medida que se sostiene en el tiempo tiene impacto inflacionario»
En ese sentido, Abram señaló que esa tensión cambiaria puede empezar «a pegarle al resto de los bienes y servicios de la economía». Cree «que mayormente le va a pegar a los servicios y le va empezar a poner un piso más alto a la inflación futura»,aunque no la ve arriba del 2%..
Bisang contó que «estamos revisando las proyecciones de cuándo podría perforar el2%, pero probablemente sea un poco después del abril o mayo que esperábmos originalmente» y enfatizó que dependerá de que pase con el acuerdo con el FMI y si trae cambios en el esquema cambiario.
Bisang afirmó que el impacto que podrían tener los aranceles de Trump»es complejo».
Y fundamentó: «En términos teóricos una suba de aranceles implica un abaratamiento de los precios a nivel local, dado que parte de la oferta de bienes que antes se destinaba a exportar se reduce y va al mercado local, lo que se compensa parcialmente por el encarecimiento de las importaciones, dada la potencial caída en la producción de EE.UU frente al encarecimiento de los insumos y aumento de precios en general».
«¿Eso implica que los precios en Argentina van a bajar? No necesariamente, y no de forma generalizada. Sí puede suceder en algunos sectores puntuales, pero es una medida que también tiene efectos sistémicos en la producción, el empleo, y el tipo de cambio que no son para nada menores y pueden impactar en los precios a nivel local. De base, la incertidumbre que genera además supone un fly to quality que complica a la Argentina y puede afectar la disponibilidad de dólares y por tanto los precios», explicó.
Para la economista Natalia Motyl, «es poco probable que en abril logremos alcanzar una inflación del 2%, en todo caso podría ser más factible en mayo, y en el mejor de los casos observar una desaceleración gradual con tasas inflacionarias en torno al 1,5-2% en los meses siguientes».
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ECONOMIA
“Si no fuera por mí …”: Trump choca con legisladores y con ganaderos de EEUU por el aumento de la cuota de carne argentina

La decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar 20.000 a 80.000 toneladas anuales la cuota de carne argentina con arancel mínimo (que ahora pasará a cero) generó una ola de protestas de sectores ganaderos y legisladores de EEUU.
En un contexto de aumento persistente de los alimentos y en particular de la carne vacuna, la medida puso en primer plano la resistencia de los rancheros y de los políticos demócratas al aumento de la cuota argentina.
En los últimos meses, los precios de la carne en Estados Unidos alcanzaron niveles inéditos y generaron fuerte presión política. Ante las dificultades para contener la suba y luego de evaluar alternativas para aumentar la oferta interna, el gobierno de Trump optó por aprobar el aumento de la cuota de importación de carne desde Argentina y, esta semana, anunciar la eliminación del 10% de arancel que aplicaba a cuotas de países como la Argentina, que además se cuadruplicará, de 20.000 a 80.000 toneladas.
La nueva cuota, que aún no se precisó cuándo y cómo entrará en vigencia, equivale a apenas el 0,6% del consumo anual de carne vacuna de EEUU (unos 12 millones de toneladas) y a 4% de su importación (unos dos millones de toneladas), pero reavivó las protestas del lobby ganadero, que tuvo eco en la carta que 50 legisladores enviaron a la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y al Representante Comercial de EEUU, Jamieson Greer, adjudicando al mero anuncio del aumento de la cuota para la Argentina haber creado “caos” en el mercado interno debido a la decisión de Trump de ayudar a la Argentina y calificando al presidente Javier Milie de “líder extremista”.

Las asociaciones de ganaderos de varias regiones argumentaron que la creciente presencia de carne importada amenaza la rentabilidad de los productores nacionales y compromete la sustentabilidad de explotaciones familiares. “El ingreso adicional de carne extranjera fuerza a los pequeños ganaderos a reducir precios mientras sus costos siguen subiendo. Esto pone en riesgo a una parte esencial de nuestras comunidades rurales”, afirmaron voceros de National Cattlemen’s Beef Association (NCBA).
La carta a Rollins y Greer, encabezada por Shontel Brown, una legisladora demócrata de Ohio, y Jim Costa, demócrata de California, fue firmada por otros 48 legisladores, con abrumadora mayoría demócrata y de estados ganaderos.
El texto dice que el intento de Trump de reducir el precio de la carne aumentando las compras a la Argentina “desestabilizó el mercado ganadero” y generó gran volatilidad en los mercados de futuros. “Esta volatilidad puede no preocupar a los billonarios que el presidente prioriza, pero tiene efectos reales para los ganaderos que envían sus animales al mercado”, dice un pasaje de la carta.
Aunque adjudica al anunciado aumento de la cuota argentina grandes efectos, otro tramo de la misiva de los legisladores destaca que la Argentina es actualmente el octavo proveedor extranjero de carne vacuna a EEUU y que con el aumento de cuota pasará a ser el sexto. “El argumento del gobierno de que esto reducirá el precio de la carne es erróneo, las importaciones proveen apenas 18% del consumo interno y la Argentina es una porción pequeña de eso. Lo único que esto ha logrado es introducir incertidumbre en el mercado y costarle dinero a los ganaderos norteamericanos”.
La carta termina instando a la Casa Blanca “a no apoyar gobiernos extranjeros contra los ganaderos norteamericanos y asegurar que la política agraria no consista en cálculos políticos cortoplacistas”.

En respuesta a las críticas, Trump hizo un posteo en su propia red social y enrostró a los ganaderos haberse beneficiado de las tarifas que impuso a las importaciones de carne brasileña. “Si no fuera por mí, estarían como han estado en los últimos 20 años, terriblemente. Sería bueno que lo entiendan: también tienen que reducir sus precios, porque pienso que los consumidores también son importantes”, escribió.
El jefe de la Casa Blanca también ordenó al Departamento de Justicia iniciar una investigación criminal por posible colusión de precios a las cuatro principales cadenas de frigoríficos (Tyson Foods, JBS USA, Cargill y National Beef), que explican entre 80 y 85% de la oferta cárnica total.
Como muestra el gráfico de abajo sobre el precio de la carne (en dólares por libra, 453,6 gramos), publicado por la Fed de Saint Louis, desde que asumió Trump, en enero pasado, el precio aumentó sostenidamente. Ganaderos y analistas lo atribuyen a factores estructurales, como el hecho de que el rodeo vacuno norteamericano está en los niveles más bajos desde la década del cincuenta del siglo XX, hace más de 70 años.

La cuestión del precio y de un aumento de la cuota de carne argentina ganó peso y visibilidad en los debates públicos con protestas de agrupaciones rurales en reclamo de medidas compensatorias y rechazo a una mayor apertura a la importación. Hubo movilizaciones en estados como Texas, Nebraska y Dakota del Sur, que concentran una parte clave de la producción cárnica de EEUU.
Además, destacó el diario británico Financial Times en una extensa cobertura sobre el precio de los alimentos, la presión política llevó a varios diputados y senadores a pedir audiencias con funcionarios del Departamento de Agricultura (USDA) y de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), para recolectar información sobre las condiciones acordadas con el gobierno de Milei y explorar alternativas para limitar el ingreso de carne desde la Argentina.
El gobierno de Trump defiende la medida como un recurso para estabilizar los precios internos frente a una coyuntura inflacionaria y asegura que la apertura se hará “bajo estricta supervisión sanitaria”.
ECONOMIA
Precio confirmado del dólar en Banco Nación para cuando abra este lunes 17 de noviembre

La definición electoral a mitad de camino del mandato de Javier Milei trajo consigo una calma en el dólar, que en los últimos días tocó su nivel más bajo desde el 15 de octubre pasado.
En ese contexto es que arrancará este lunes una nueva semana financiera en la Argentina, que será más corta de lo habitual por el feriado bancario del viernes 21, debido al Día no laborable con fines turísticos. Y para eso, el valor del dólar en el Banco Nación ya está confirmado para la apertura, y este operará como referencia para el resto de las instituciones cambiarias del país.
Precio confirmado del dólar en Banco Nación para cuando abra este lunes 17 de noviembre
Cuando la semana inicie a media mañana de este lunes, en el Banco Nación cada dólar se venderá por $1.425, a 20 pesos menos del que se abrió la semana anterior y 50 menos considerando la apertura del primer lunes del mes. En el resto de los bancos, el precio será:
- Banco Galicia: $1.430
- Banco Santander: $1.435
- Banco Piano: $1.440
- Banco ICBC: $1.435
- Banco Supervielle: $1.434
- Banco Macro: $1.435
- Banco Provincia: $1.435
- Banco Columbia: $1.430
- Banco BBVA: $1.430
- Banco Ciudad de Buenos Aires: $1.435
- Banco Patagonia: $1.440
En tanto, el dólar blue arrancará la semana a $1.435, mientras que en cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se venderá a $1.486, y el MEP, a $1.462.
Dólar planchado y tasas en caída reaviva el apetito por los CEDEAR: en cuáles invierte hoy la City
Luego de meses de tensión cambiaria, la calma del dólar y la estabilización inflacionaria reconfiguraron el tablero. Con una inflación del 2,3% mensual y una tasa nominal anual del 35%, los rendimientos en pesos se vuelven menos atractivos. En ese marco, el mercado local vuelve a armar algo de posición en dólares, y el vehículo predilecto son los CEDEARs, que permiten invertir en acciones internacionales de manera ágil y fácil.
El diferencial de tasas entre pesos y dólar MEP ya no compensa el riesgo cambiario. En consecuencia, los fondos y carteras personales vuelven a buscar exposición internacional con cobertura natural ante cualquier salto del tipo de cambio. Desde la City porteña, las mesas coinciden: «No se trata de salir a comprar en masa, sino de ir acumulando en la calma». La estrategia de entrada en promedio, típica de los períodos de estabilidad, empieza a dominar el discurso de los brokers.
En su reporte de carteras de noviembre, PPI (Portfolio Personal Inversiones) define su visión como «prudente pero constructiva». La consultora propone una estructura diversificada y balanceada con fuerte sesgo global.
Su cartera sugerida destina 40% a consumo básico (ETF XLP), 20% a finanzas (XLF), 20% al S&P 500 (SPY), 15% a Brasil (EWZ) y 5% a Meta (META).
«El contexto local de calma cambiaria y menor expectativa de devaluación abre espacio para reposicionar carteras con foco en activos del exterior, sobre todo en empresas con balances sólidos y exposición a innovación tecnológica», señala el informe.
El enfoque combina dos pilares:
- Resiliencia (a través de sectores defensivos)
- Exposición al crecimiento estructural (vía tecnología)
La apuesta por consumo básico se explica por su capacidad de sostener márgenes aun en ciclos de desaceleración, mientras que el S&P 500 y los CEDEARs tecnológicos ofrecen cobertura frente a la inflación internacional y el debilitamiento del dólar.
Según PPI, los niveles de valuación de las Big Tech volvieron a ser razonables tras las correcciones de septiembre y octubre, especialmente en firmas que mostraron earnings sólidos y márgenes en expansión.
Desde Inviu, el análisis del mercado internacional gira en torno a un eje central: la inteligencia artificial como motor de la inversión y del crecimiento corporativo.
En su Global Weekly Report #48, titulado «La fragilidad de la deuda vs. el motor de inversión en IA», el equipo de research advierte que el gasto de capital de las principales tecnológicas creció 58% interanual y alcanzará entre u$s360.000 y u$s364.000 millones en 2025.
El fenómeno se refleja empresa por empresa:
- Alphabet superó por primera vez los u$s100.000 millones trimestrales de ingresos, con un avance del 16% interanual y un Capex de u$s22.400 millones (+71% YoY). Su negocio de nube creció 35% y la app Gemini ya supera los 650 millones de usuarios.
- Microsoft reportó un incremento del 13% en ingresos, con Azure creciendo 40% y Microsoft Cloud avanzando 20%. El grupo proyecta un Capex anual de u$s91.300 millones (+42%), impulsado por su alianza con OpenAI, donde posee un 27% de participación accionaria valuada en u$s135.000 millones.
- Meta, pese a un efecto contable adverso de u$s15.900 millones por un cargo fiscal, registró un crecimiento del 26% en ingresos y un Capex trimestral récord de u$s19.370 millones.
- Amazon, en tanto, disipó dudas sobre AWS al mostrar una reaceleración del 17,5% al 20% interanual, y elevó su guía anual a u$s125.000 millones.
La conclusión de Inviu es que la IA no muestra señales de desaceleración. El gasto en infraestructura, chips y centros de datos se convirtió en una carrera armamentista que el mercado sigue premiando. «El mayor temor de las corporaciones ya no es gastar de más, sino quedarse atrás», señala el documento.
Incluso con valuaciones exigentes, los ratios financieros siguen siendo saludables y las Big Tech mantienen un ROIC de entre 25% y 30%, más del doble que la mediana del mercado. «Las empresas pueden invertir agresivamente sin comprometer su rentabilidad», afirma Inviu.
No obstante, advierten que el mercado comienza a castigar la falta de claridad en la asignación de recursos. Amazon fue premiada con una suba del 10% tras detallar su Capex, mientras que Meta cayó 11% al no justificar plazos ni retornos concretos de su gasto.
La lectura es que la transparencia en la estrategia de inversión será determinante para sostener valuaciones altas.
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ECONOMIA
Inflación: qué esperan las consultoras para noviembre y los rubros que serán clave para el cierre del año

Hace apenas unos días el Gobierno nacional celebró el decimoctavo mes consecutivo con inflación interanual decreciente y todo apunta a que noviembre mantendrá la misma tendencia. Sin embargo, las consultoras privadas anticipan una posible aceleración del ritmo de suba de precios en la evolución intermensual.
Esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó que en octubre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 2,3% en comparación a septiembre. En cuanto a las estimaciones de noviembre, si bien aún restan otras dos semanas para que termine el mes, ya hay varios indicios que invitan a pensar en una nueva aceleración.
Sirve de ejemplo el último trabajo publicado por la consultora LCG, donde se muestra el ritmo de avance del precio de los alimentos y bebidas. El informe señala que los productos de ese rubro tuvieron un incremento de 0,4% en la primera semana de noviembre y luego saltaron un 1,8% en la segunda. Este último es el valor más alto en 14 semanas e implica un salto significativo en relación a los siete días previos. No es un dato menor, teniendo en cuenta que el rubro de “alimentos y bebidas” es el de mayor incidencia en la medición del IPC.
El mismo estudio indica que dos categorías de productos tuvieron incrementos bastante por encima de la media en las primeras dos semanas de noviembre. La suba más pronunciada la tuvieron las carnes (3,7% de variación), pero también se destacó el ajuste de precios de las verduras (1,9%) y las frutas (1,7%).
Considerando los indicadores mencionados, desde LCG señalaron que la inflación fue de 3% en las últimas cuatro semanas y que en lo que va del mes acumula ya un alza del 2,1%. Si la tendencia se mantiene, podría resultar un dato mensual superior al de octubre.
Otras consultoras también anticipan un noviembre más movido en materia de precios. Eco Go, por ejemplo, proyecta que la inflación de noviembre podría ubicarse cerca del 2,5%, impulsada principalmente por el avance de los alimentos. La consultora midió un aumento semanal superior al 1% en la primera parte del mes y anticipa que, si esa dinámica continúa, el cierre quedará por encima del registro de octubre.
Por su parte, Orlando J. Ferreres & Asociados detectó un avance aún mayor en su medición de alta frecuencia: la primera semana mostró una variación cercana al 1,5%, lo que eleva el piso de la estimación mensual. Con esos datos sobre la mesa, la consultora evalúa que noviembre podría ubicarse entre los meses de inflación más alta del año.
También EconViews, la firma dirigida por Miguel Kiguel, registró un arranque acelerado en su monitoreo semanal de precios y prevé una variación mensual similar al resto de los privados, en un rango aproximado de 2,3% a 2,7%.

En conjunto, estas proyecciones muestran un escenario más exigente para noviembre: si no hay una desaceleración significativa en los días que quedan, el mes podría cerrar como uno de los más elevados del año y sumar presión al índice acumulado hacia fin de año.
No todas las proyecciones dan por sentado que noviembre será un mes con mayor inflación. De acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora mensualmente el Banco Central, los analistas del mercado esperan un avance del IPC algo más moderado para el penúltimo mes del año.
En concreto, lo expertos indicaron en la última encuesta que el IPC de noviembre será del 1,9%. Si ese pronóstico se cumple, no se verá una aceleración de los precios, sino una desaceleración. De todas formas se debe tener en cuenta que la proyección de los especialistas fue realizada durante el mes de octubre, antes de que se dieran los aumentos de precios que sí fueron contemplados por las consultoras.
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