ECONOMIA
Atención ahorristas: este debería ser el precio del dólar para empatar ganancias con el plazo fijo

En un escenario financiero donde el peso argentino sigue sometido a una constante tensión entre tasas de interés, inflación y expectativas cambiarias, uno de los ejercicios más relevantes para el inversor local consiste en comparar los rendimientos reales entre mantenerse en pesos o dolarizar posiciones. Especialmente tras el fin del cepo y el inicio del régimen de flotación entre bandas, el dilema cobra aún más sentido.
Entre julio de 2024 y julio de 2025, el plazo fijo ofreció un rendimiento acumulado del 42,58%, superando a la inflación del período (41,74%), mientras que el dólar oficial promedio avanzó apenas un 34,5%. Esto significa que quien se mantuvo en pesos obtuvo una ganancia en términos reales, mientras que quien se dolarizó, al tipo de cambio oficial, perdió poder adquisitivo.
El precio del dólar para lograr un «empate»
Ahora bien, para que el dólar pueda «barrer» toda la ganancia que obtuvo un inversor en plazo fijo durante ese período, debería llegar en julio a un valor de $1.316, muy por encima del valor promedio de $1.242 que efectivamente registró. En otras palabras, necesitaría una suba adicional del 6% solo para empatar, y más aún para superar el rendimiento real del instrumento en pesos.
Para que el dólar pueda «barrer» la ganancia que se obtuvo en plazo fijo, el dólar debería legar a $1.316,88
Si tomamos solamente el rendimiento del mes de julio 2025, donde el plazo fijo rinde un 2,43% (Tasa Efectiva Mensual), el tipo de cambio oficial debería haber trepado desde $1.242 a unos $1.272 para ofrecer una ganancia equivalente. Es decir, requería una suba del 2,43% en solo 30 días.
Con el nuevo régimen de flotación administrada entre bandas, el Banco Central dejó en claro que intervendrá solo si el tipo de cambio alcanza extremos previamente definidos, aunque no necesariamente públicos. Bajo este esquema, uno de los interrogantes clave es qué sucedería si el dólar se ubicara en el límite superior de esa banda.
En base a las estimaciones actuales, se calcula que el techo de intervención podría ubicarse en torno a los $1.440. Si el tipo de cambio alcanzara ese nivel, el rendimiento acumulado del dólar desde julio de 2024 representaría una suba de un 55,9% nominal, superior al avance actual del 34,5% y por encima de la inflación interanual de 41,7 por ciento.
Ese escenario hipotético implicaría que el dólar pasaría a liderar el ranking de rendimientos frente al plazo fijo, que ofreció un 42,5% real en ese mismo período. Sin embargo, esta ganancia solo sería válida para quien dolarizó en el piso del ciclo y logró desarmar la posición cerca del máximo, algo difícil de anticipar con precisión en un entorno de flotación.
Por otro lado, al comparar julio 2025 en forma aislada, si el dólar subiera de $1.242 a $1.440, implicaría una variación del 15,9% mensual, cifra considerablemente superior a la tasa del plazo fijo, que rinde solo 2,43% en este mes. En ese caso, el dólar también ganaría en términos reales, incluso considerando una inflación estimada del 1,7% para el mismo período.
Pero si el tipo de cambio alcanzara valores más intermedios, como por ejemplo $1.300 o $1.350, el rendimiento seguiría siendo inferior al del plazo fijo o apenas equivalente, según el horizonte que se tome. Por eso, para que el dólar logre superar claramente al rendimiento en pesos, es necesario que rompa el techo de la banda o se mantenga sostenidamente por encima de la inflación y de las tasas.
Y ahí entra en juego el rol del Banco Central. En este nuevo régimen, si el dólar toca el límite superior, el BCRA debe intervenir en el mercado, vendiendo reservas para contener la suba. Es decir, la estrategia de «esperar que el dólar vuele» no es posible. La expectativa devaluatoria como refugio pierde fuerza cuando el esquema es claro y la autoridad monetaria tiene herramientas para corregir desvíos. Hasta la fecha no se registraron ventas de dólares del BCRA en el mercado spot por alcanzar el techo de banda, dado que el tipo de cambio se mantuvo por debajo del limite superior. La mayor parte de la intervención oficial se produjo en el mercado de futuros.
Escenarios de rendimiento de monedas: jugando a la flotación cambiaria
En un régimen de flotación cambiaria dentro de bandas, los movimientos del tipo de cambio pueden generar rendimientos positivos o pérdidas para quienes eligen posicionarse en dólares. Para ilustrarlo, se planteó un ejercicio hipotético que simula un escenario de apreciación del dólar seguida por una reversión parcial, con el objetivo de analizar cómo impactaría sobre el rendimiento final.
Partimos del valor promedio del tipo de cambio en julio de 2025, que se ubica en $1.242,29. En este escenario simulado, supongamos que el dólar se aprecia un 20% en dos semanas, llevando la cotización a $1.490,75. Luego, el mercado revierte parcialmente ese movimiento y el tipo de cambio retrocede un 10%, ubicándose finalmente en 1.341,68 pesos.
El resultado neto es una suba del 8% respecto al valor inicial, a pesar de la corrección. Esta ganancia en pesos puede compararse con otros instrumentos en el mismo período. Por ejemplo, si tomamos como referencia el rendimiento de un plazo fijo tradicional en julio, que ofrecía una Tasa Efectiva Mensual (TEM) del 2,43%, y una inflación del 1,6%, el dólar se posiciona claramente por encima en términos nominales.
Los riesgos del «timing cambiario»
Sin embargo, este tipo de escenarios también deja en evidencia los riesgos del «timing cambiario». Si la reversión fuera más profunda y el tipo de cambio bajara por debajo del punto de partida, la inversión en dólares incurriría en una pérdida nominal. Por ejemplo, si el dólar descendiera a $1.150 tras alcanzar el pico, la caída sería del 7,4% respecto del valor inicial, mientras que quien permaneció en pesos habría acumulado un interés positivo con rendimiento real.
Esta simulación permite observar que, en contextos de flotación cambiaria, las oportunidades de corto plazo pueden existir, pero también conllevan el riesgo de reversión. Cuando se combina con tasas de interés reales positivas en pesos y un sendero de inflación relativamente estable, los incentivos para dolarizarse tienden a moderarse si no hay una tendencia clara y sostenida en el tipo de cambio.
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ECONOMIA
Cuál será el futuro en Argentina de una icónica empresa que se declaró en quiebra y cerró locales en todo el mundo

La histórica firma de envases herméticos Tupperware, símbolo mundial de la venta directa, había tocado fondo en 2024 tras declararse en bancarrota en Estados Unidos. Sin embargo, lejos de desaparecer por completo, el negocio encontró una salida en Argentina: una inversión de capital extranjero permitirá su continuidad en el país, donde supo tener una base sólida de revendedores.
La compañía había atravesado años de dificultades financieras sin lograr actualizar su modelo de negocio, sostenido durante décadas por el sistema de ventas en reuniones hogareñas, las conocidas «fiestas Tupperware». Este esquema, exitoso durante buena parte del siglo XX, quedó fuera de época frente a la digitalización del consumo y la aparición de nuevas estrategias comerciales.
Con una deuda superior a los u$s800.000, en septiembre del año pasado la empresa solicitó la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU., un mecanismo que habilita a reorganizar pasivos para evitar el cierre definitivo. Sin embargo, esa instancia no alcanzó para frenar la crisis: los efectos de la pandemia, sumados a las disrupciones en la cadena de suministros por la guerra en Ucrania, afectaron seriamente el acceso a uno de sus insumos clave, la resina plástica.
Frente a ese escenario, la marca abandonó la mayoría de sus operaciones globales, incluyendo el cierre de tiendas físicas. En Argentina, donde había llegado a tener 90.000 revendedores activos, solo quedaba un tercio de esa fuerza de ventas. Pero un grupo empresario con capital mexicano-estadounidense decidió apostar por su relanzamiento.
Una nueva etapa para Tupperware en el país
Con una inversión inicial de u$s10 millones, el grupo Ascendnova -liderado por los empresarios Miguel Fernández y Héctor Lezama– adquirió los derechos para operar Tupperware en la Argentina. Ambos ejecutivos conocen bien la compañía: Fernández fue CEO global de la firma hasta 2023 y Lezama se desempeñó como director comercial. A ellos se suma el estadounidense Korchaguin Jimenez, con antecedentes de inversión en firmas tecnológicas en el país.
Como parte de esta nueva etapa, la empresa cerró su único local físico en Buenos Aires, ubicado sobre la avenida Santa Fe, para volver a enfocarse por completo en el canal de venta directa. El objetivo principal es modernizar la red de revendedores con un nuevo sistema de captación y capacitación, que le permita volver a crecer en volumen y cobertura territorial.
Según adelantaron desde la compañía, también está previsto ampliar el portafolio de productos. Además de los clásicos envases plásticos, se sumarán líneas vinculadas al hogar, la belleza y el bienestar, en sintonía con una estrategia de diversificación que apunta a recuperar competitividad.
Contra todo pronóstico, Tupperware encuentra una nueva oportunidad en Argentina. El desafío será combinar su legado con las exigencias del consumidor actual.
La historia de Tupperware
Earl Tupper nació en 1907, en Berlín, en la ciudad estadounidense de New Hampshire. A los 10 años, ya vendía -puerta por puerta- los productos que junto con su familia cosechaba.
En los años 30, tras algunas invenciones que no tuvieron éxito, comenzó a trabajar en una fábrica de plásticos y notó el gran potencial que ese material podría obtener. Compró maquinaria y fundó Tupper Plastics, llegando a crear hasta máscaras de gas para la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que Tupper insistía en promover las ventajas de su producto, las ventas no crecían. En ese momento, surgió la otra gran protagonista de esta historia, Brownie Wise, quien organizaba fiestas caseras y mostraba este y otros productos a mujeres conocidas.
A medida que la popularidad de los productos de Tupper Plastics crecía, la de Wise también. Sin ir más lejos, llegó a convertirse en la primera mujer en la portada de la revista Business Week, en 1954.
La incesante popularidad de Wise no impactó de la mejor manera en Tupper. La relación poco a poco se fue enrareciendo hasta acabar con el despido de ella en 1958. Aunque demandó a la compañía, solo consiguió un finiquito de unos 30.000 dólares, lo equivalente a su salario anual.
Meses después, Tupper vendió la empresa por 16 millones de dólares, se divorció y se retiró a vivir a Costa Rica, donde murió en 1983.
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ECONOMIA
Qué valor alcanzará el dólar para fin de año, según una nueva estimación de Orlando Ferreres

En las últimas ruedas, el dólar subió de precios por varios motivos como el pago del aguinaldo y la búsqueda de cobertura preelectoral
22/07/2025 – 20:33hs
A partir del inicio de la fase 3 del programa económico, que incluyó la flexibilización del cepo, sobre todo para las personas humanas, y la implementación del régimen de flotación entre bandas para el dólar, el tipo de cambio oficial se mantuvo relativamente estable en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Entre mayo y junio, la divisa operó en un rango de entre $1.100 y $1.200 para la venta, pero la calma se quebró en julio.
En lo que va del mes, el dólar mayorista acumula una suba de $51,50. El viernes 18 alcanzó su pico máximo desde la flexibilización del cepo, cuando llegó a cotizar $1.286. Actualmente, recortó hasta los $1.256,50. Entre los factores que explican la presión alcista se destacan el fin de la rebaja temporal de retenciones, el pago del aguinaldo, la búsqueda de cobertura preelectoral y el ruido político en el Senado, que según el Ejecutivo pone en riesgo el orden fiscal.
El pronóstico de Orlando Ferreres para el dólar
El reconocido economista Orlando Ferreres vaticinó que el dólar continuará la flotación con pequeñas subas en los siguientes meses: «A lo mejor, a fin de año llega a $1.400, pero no sería un problema: sería reconocer la inflación que está habiendo todos los meses (alrededor del 2%)», señaló en diálogo con Ahora Play.
Además, reconoció que ese valor «estaría bien para responder a las necesidades de importación y exportación«, mientras que «los turistas se verían beneficiados, pero no tanto». Al mismo tiempo, manifestó que esa alza del dólar no se trasladaría a la inflación: «No va a tener mucho peso en la inflación. Algún peso va a tener, pero después de las elecciones de octubre», analizó. Y remarcó: «Va a tener cierta repercusión en los precios, pero sin tanta relevancia. Han sido valores que ya hemos registrado».
El nuevo plan de Caputo para evitar otro salto del dólar
El Gobierno no está dispuesto a correr riesgos ante el final de la liquidación de la cosecha gruesa, y está decidido a jugar fuerte. Desde ayer dispuso una especie de operativo de pinzas, intervenciones en el mercado con distintos instrumentos financieros, que le permitan mantener en calma al mercado cambiario.
Algunos de los instrumentos utilizados en la rueda de ayer ya habían sido aplicados la semana pasada, luego de la operación que eliminó a las LEFIs. Las intervenciones incluyeron una nueva suba de las tasas de interés y también la reaparición en el mercado de futuros del dólar. También hubo ventas de títulos públicos, según la lectura que hicieron distintos operadores de mercado.
Esta seguidilla le permitió al ministro de Economía, Luis Caputo, el cierre a la baja del tipo de cambio a partir del mediodía, cuando parecía que la cotización del dólar mayorista podía superar los 1.300 pesos. Este valor fue puesto por el Gobierno como el techo momentáneo.
En este contexto, el dólar mayorista cerró en $1.275, un descenso de 0,8% versus el cierre del último viernes, luego de tocar un máximo de 1.293 pesos. En lo que va de julio, el mayorista lleva acumulada una suba del 6,0 por ciento.
A su vez, los bancos terminaron la jornada vendiendo a $1.300 en promedio, prácticamente el mismo precio que el viernes. Hasta el mediodía hubo entidades que vendieron billetes a 1.315 pesos.
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ECONOMIA
El FMI se reunió para debatir el caso argentino y definir el desembolso de u$s2.000 millones: la advertencia por reservas

En los días previos a una revisión clave que podría destrabar un nuevo desembolso por u$s2.000 millones, el Gobierno argentino y el staff técnico del Fondo Monetario Internacional intensificaron las negociaciones. Este martes, el directorio del organismo ya mantuvo un encuentro informal para interiorizarse sobre el estado de situación.
Fuentes cercanas al FMI señalaron a la agencia Bloomberg que la discusión formal sobre el caso argentino podría tener lugar la próxima semana, antes de que comience el receso de verano en Washington. En ese encuentro se evaluará el cumplimiento de las metas correspondientes al segundo trimestre del año, en el marco del nuevo acuerdo firmado en abril.
De acuerdo a Bloomberg, la reunión preliminar sirvió para que los directores del Fondo recibieran información actualizada de parte del staff técnico. Este tipo de instancias informales suelen ser habituales antes de que se inicie el tratamiento oficial de un caso en el board.
Las reservas bajo la lupa del FMI, clave para el desembolso de los u$s2.000 millones
En ese contexto, el Fondo Monetario Internacional advirtió que, pese a ciertas mejoras económicas, la posición externa de la Argentina sigue siendo frágil y alejada de los niveles considerados adecuados en función de sus fundamentos de mediano plazo. Así lo expresó en su más reciente Informe del Sector Externo, donde evalúa la situación global y el desempeño individual de sus países miembros.
En el caso argentino, el organismo remarcó que «la economía mostró progresos importantes desde fines de 2023», pero insistió en que las reservas internacionales netas continúan en niveles críticamente bajos. Además, si bien los indicadores de riesgo país bajaron de forma notable, los spreads de la deuda soberana siguen altos, lo que refleja una confianza todavía limitada de los mercados.
Uno de los focos del análisis estuvo en el tipo de cambio real. Según el FMI, el promedio de 2024 se mantuvo prácticamente sin cambios respecto a 2023. Tras una fuerte devaluación en diciembre del año pasado, el peso se apreció más de 40% en el primer trimestre de 2025, alcanzando niveles similares a los de principios de 2017. A mayo de este año, el tipo de cambio real se estabilizó, en un contexto de cambio de régimen monetario y una leve caída del dólar estadounidense en el mercado internacional.
El organismo estimó que, durante 2024, el peso argentino presentó una sobrevaluación promedio de entre 6 y 18%, con una brecha cambiaria de fin de año que podría escalar al rango del 15 al 25%. Sin embargo, consultoras privadas locales relativizaron esta conclusión. De acuerdo a sus mediciones, en lo que va de julio, el tipo de cambio real multilateral habría mejorado un 16%, tras el reciente salto del dólar en el plano local y la pérdida de valor del billete verde en los mercados globales.
En cuanto a la política cambiaria, el Fondo destacó positivamente la adopción de un sistema más flexible, con bandas de flotación amplias, que permite un mayor rol del mercado en la determinación del tipo de cambio. Aun así, subrayó que se necesitan medidas fiscales y monetarias consistentes para sostener el superávit externo y aumentar las reservas.
Reservas: mejora parcial, pero aún insuficiente
El informe pone especial atención en el estado de las reservas del Banco Central. Aunque se reconoce una mejora respecto al punto más crítico –cuando llegaron a estar u$s11.000 millones en terreno negativo-, el FMI advierte que la acumulación de divisas se volvió más complicada desde mediados de 2024. Para fines de marzo de este año, el saldo neto seguía siendo negativo en unos u$s6.000 millones.
Si bien la implementación del nuevo régimen monetario en abril ayudó a estabilizar parcialmente el escenario, el Fondo advierte que la cobertura de reservas es «insuficiente«. Según sus cálculos, a finales de 2024 las reservas representaban apenas un 23% del nivel considerado adecuado.
Tras el desembolso reciente de u$s12.000 millones, la situación mejoró, pero estimaciones del sector privado indican que, aún así, las reservas apenas alcanzarían la mitad de lo requerido.
El organismo concluyó que será clave avanzar cuanto antes en la reconstrucción del stock de reservas, tanto para fortalecer la posición externa del país como para garantizar el cumplimiento de los próximos vencimientos en moneda extranjera.
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