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ECONOMIA

El desempleo se mantuvo en niveles mínimos en 2023, ¿pero qué pasará este año?

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El desempleo en la Argentina detuvo el ritmo bajista que mantenía en los últimos años pero permaneció en niveles mínimos en el último trimestre de 2024, de acuerdo a los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, INDEC.

En ese período, la desocupación se posicionó en 5,7% de la población económicamente activa (PEA), manteniendo el mismo nivel del trimestre inmediatamente anterior y descendiendo 0,6% respecto del mismo trimestre en 2022. 

Las noticias coincidieron también con los datos sobre el freno a la actividad económica que difundió el organismo oficial el mismo día: en el cuarto trimestre de 2023, el producto interno bruto (PIB) de la Argentina descendió -1,9% en términos desestacionalizados respecto al tercer trimestre del año, y -1,6 puntos a nivel interanual.

Desocupación 2023

En cifras concretas, en el último trimestre del año: 

  • la tasa de actividad (TA) fue del 48,6%. Mide la población económicamente activa (PEA) sobre el total de la población;
  • la tasa de empleo (TE) fue del 45,8%. Mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total
  • la desocupación abierta fue del 5,7%. Son las personas que no tienen ocupación, están disponibles para trabajar y buscan empleo activamente, como proporción de la PEA
El nivel de desocupación en Argentina se mantuvo en 5,7% de la población económicamente activa

El nivel de desocupación en Argentina se mantuvo en 5,7% de la población económicamente activa

A nivel geográfico, las regiones que presentaron mayores tasas de actividad fueron Gran Buenos Aires (49,4%), Pampeana (48,6%) y Cuyo (47,9%). Por otra parte, la que presentó la menor tasa de actividad fue Noreste (44,3%).

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La desocupación, por otra parte, fue más alta en el Gran Buenos Aires y la región Pampeana, con 6,5% y 5,6% respectivamente. La Patagonia (3,4%) obtuvo el menor índice.

Es interesante remarcar que, con relación a la rama de actividad, el INDEC observó en el trimestre un aumento de ocupados en el sector de servicios financieros, de alquiler y empresariales de 10,5% a 11,7% y una disminución de la proporción de empleo en el sector de administración pública, defensa y seguridad social de 9,0% a 7,9%.

Subocupados e informales

La subocupación -que son quienes tienen empleo pero demandan más horas de trabajo/ingresos- llegó al 10,5% de la PEA. Esto significa que creció sólo 0,2% en el trimestre y sigue por debajo de los niveles del año anterior. En tanto que los ocupados demandantes y los no demandantes disponibles alcanzaron, en conjunto, el 11,3%. Consecuentemente, la presión sobre el mercado laboral fue del 27,4% de la PEA.

De los ocupados, el 73,7% eran asalariados en el último trimestre de 2023. Pero al 35,7% de ellos no se le realiza el descuento jubilatorio, y por lo tanto trabajan en la informalidad. Los informales pasaron de ser el 11,7% de los ocupados en el último trimestre de 2022 a ser 12,1% en el último tramo de 2023. 

Los independientes que trabajan por cuenta propia fueron el 22,6% de los registrados. Se sumaron los patrones o autónomos, con 3,4% son patrones, y el restante 0,3% son trabajadores familiares sin remuneración.

Creció en el último año la informalidad y la cantidad de personas sobreocupadas

Creció en el último año la informalidad y la cantidad de personas sobreocupadas

En el trimestre los asalariados presentaron un descenso relativo de 1,1 puntos (de 74,8% a 73,7%) en el total de la PEA, mientras que las personas cuentarpropistas aumentaron su proporción en de 21,6% a 22,6% y los subocupados de 29,1% a 30,2%. Sin embargo, a nivel interanual la cantidad de asalariados dentro de la masa de ocupados creció casi un punto. 

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En el análisis sobre la evolución del último año sobresalió un incremento de 1,5 puntos de la porción sobreocupada de la PEA, que pasó del 28,8% en 2022 a 30,2% al año siguiente, sugiriendo la necesidad de buscar más ingresos económicos trabajando más horas. Son las personas que ya trabajan más de 45 horas a la semana. 

Brecha de género

La tasa de actividad volvió a ser mucho mayor entre los ocupados varones (71,1%) que entre las mujeres (52,5%). Y la tasa de empleo creció mucho más en el último año entre los primeros que entre las trabajadoras. 

De la misma manera, la desocupación fue también mayor en los casos de mujeres que demandan empleo (6,1%) que en la de sus pares hombres (5,4%)

«Dentro de la población desocupada, se destaca un aumento (internaual) de la proporción de mujeres de hasta 29 años de 2,2 p.p. (de 22,6% a 24,8%) y en el grupo de varones de 30 a 64 años de 1,8 p.p. (de 24,1% a 22,3%)», remarcaron los analistas del INDEC.

Qué esperar para 2024

Los despidos anunciados en los primeros meses de 2024 indican que los índices oficiales de desempleo crecerán

Los despidos anunciados en los primeros meses de 2024 indican que los índices oficiales de desempleo crecerán

Los datos que releva el INDEC para el último trimestre de 2023 parecen denotar el freno de la generación de puestos de trabajo que se produjo con la incertidumbre del recambio de gobierno, ocurrido entre noviembre y diciembre. 

Al analizar la población desocupada del último trimestre de 2023 en relación a los tres meses anteriores, detectó un incremento de 2,7 puntos, de 10,7% a 13,4%, entre quienes llevaban buscando empleo un mes. Es decir, de las personas que se encontraron desocupadas en ese mismo período de fin de año y recambio de administración. 

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En contrapartida, había disminuido la proporción de quienes buscaban empleo desde hace más de 6 y hasta 12 meses en 3,6 p.p. (de 17,4% a 13,8%).

En la comparación trimestral, se veía una baja en el rubro manufacturero, casi como un anticipo sobre los despidos que comenzaron a ejecutarse en el nuevo año, que incluyen a la actividad minera, la industria textil, la metalurgia, y los medios de comunicación, entre otros sectores. 

A esto se suma la reducción de la planta del Estado, anunciada por el gobierno nacional. Se espera que a fin de este mes se den de baja al menos 70.000 contratos. Y también el freno de la obra pública: la Cámara de la Construcción (CAMARCO) viene alertando que de seguir por este camino los despidos en el sector podrían llegar a los 200.000.

Por todo esto es muy probable que los próximos informes oficiales de desempleo resulten en un incremento de la cantidad de desocupados que pondrán más presión sobre el mercado laboral. Que el empleo en la Argentina se recupere dependerá, en gran parte, de la recuperación de la actividad económica y el consumo que se pueda producir con la baja de la inflación. Asimismo, se espera la introducción de cambios en la legislación laboral más allá de los que ya están vigentes con el DNU 70 del Poder Ejecutivo, que por el momento sigue vigente. 





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ECONOMIA

La inflación en dólares se repetiría en 2025 y puede ayudar a Milei

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Ahora que la inflación deja paulatinamente de ser un tema preocupante y que las encuestas demuestran un optimismo de la población sobre su disminución, el gobierno de Javier Milei tiene que lidiar con el otro debate que preocupa a las empresas y consumidores: la inflación en dólares, que promete volver a ser la tónica durante 2025.

Al menos, eso es lo que reflejan encuestas como el REM del Banco Central, donde para la mayoría de bancos y economistas, se va a repetir la situación de precios que evolucionan por encima del tipo de cambio.

La inflación en dólares se mantendría en 2025

Es algo que, en principio, parece contradecir la prédica oficial, que desde la presentación del proyecto de ley para el presupuesto para este año pronosticaba que el IPC y el dólar se moverían casi al unísono.

El REM prevé que en el año la inflación sea del 25,9%, mientras que espera que el tipo de cambio oficial se haya corrido un 16,7%. Esto arrojaría, como resultado, que los precios en Argentina tendrían una suba, medidos en dólares, del 7,8%.

No es un número tan grave si se lo compara con otros momentos históricos -después de todo, durante el gobierno anterior hubo años con inflación dolarizada del 25%- pero está el detalle de que en este mismo momento la economía está embarcada en un intenso debate sobre el atraso cambiario. Es algo lógico si sobre todo si se considera que en 2024, de punta a punta, los precios en dólares aumentaron 27%.

De esta manera, si se consideran los primeros dos años de la gestión de Milei, la inflación en dólares que se acumule podría llegar a 37%.

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Hay, de todas formas, un argumento a favor del gobierno: se prevé que en Estados Unidos la inflación tras la asunción de Donald Trump se mantenga en un 2,7% anual. Así que, si se corrige la inflación argentina por el efecto de la inflación internacional, entonces en 2025 la inflación en dólares «real» se acotaría a 5%.

Para colmo, Brasil se abarata en dólar

Pero, por más que el número parezca pequeño, nada indica que el debate por el dólar se aplaque. Porque, además, entra en juego el otro gran dato del momento: los países de la región vienen desde hace tres meses en un proceso de devaluación de sus monedas -lo que implica que sus precios domésticos son más baratos, en términos de dólar-.

Brasil, la referencia más cercana, además de la más relevante a nivel comercial y turístico, tiene números elocuentes: durante 2024 la inflación fue de 4,6%, mientras que el tipo de cambio subió un 15%. Como resultado de esa cuenta, los precios, medidos en dólares, se abarataron un 9% en el año.

Las proyecciones para 2025 indican que la inflación será del 4,12%. Es difícil pronosticar a cuánto cotizará el real brasileño a fines de este año, pero por lo pronto los bancos están señalando un agravamiento en el déficit de la cuenta corriente, que podría llegar a 2,3%, lo cual deja abierto el margen para que la devaluación continúe.

En todo caso, lo cierto es que el mercado ve un año en el que mientras los precios argentinos siguen creciendo en dólares, los brasileños se mantengan, si es que no bajan.

Esa situación en la que todos parecen estar ansiosos por devaluar menos Toto Caputo, que promete frenar lo antes posible su ritmo de crawling peg, hace que el tema cambiario esté en el centro del debate.

La pelea por el nuevo dólar de equilibrio

Los funcionarios del gobierno no solo justifican el hecho de que el peso argentino se esté apreciando, sino que, lejos de admitirlo como una situación problemática, lo presentan como un síntoma de que las cosas están saliendo bien.

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Es así como en los frecuentes debates en las redes sociales, los economistas como Federico Furiase, Felipe Núñez y el propio ministro Caputo argumentan que hay un cambio de paradigma, en el que habrá que acostumbrarse a que el nuevo tipo de cambio de equilibrio será más bajo que el de los últimos años.

Los ejemplos que suelen citarse para estos casos son los de los años en que el mercado mostró confianza en Argentina, dándole acceso al crédito. Así, en la convertibilidad, el tipo de cambio rondaba los $800 de hoy.

El argumento del gobierno es que hay margen como para que el tipo de cambio real siga cayendo, y argumentan que lo que permitirá esa situación es la consolidación del déficit fiscal, que a su vez permite cumplir la premisa de mantener la base monetaria congelada en $47 billones.

Según la lógica de esa argumentación, no sería raro, entonces, pensar en un 2025 en el que haya otra vez una inflación en dólares.

Por lo pronto, desde el gobierno se reafirmó que, si se confirma que el IPC se mantenga en línea con los últimos meses -noviembre dio 2,4%, se pasaría rápidamente al crawling peg de 1%. Desde el punto de vista oficial, esto ayudaría a una baja más acelerada de la inflación, porque haría más potente el «ancla cambiaria».

Pero los economistas críticos no se muestran tan de acuerdo con ese argumento. De hecho, la expectativa es que, por lo menos hasta abril, el IPC se ubicará por encima del 2%. Traducido a inflación en dólares, eso implicaría que en un cuatrimestre los precios podrían subir 4% en moneda norteamericana.

La influencia del dólar en un año electoral

El otro dato importante de este año viene por el lado político: hay elecciones legislativas. Y, según rezan los manuales de campañas electorales, nunca un Gobierno ha logrado una buena votación en momentos de descontrol cambiario.

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De manera que, si se lo considera desde el punto de vista electoral, la sobrevaluación del peso podría considerarse un factor que jugará a favor de las chances de Milei: tal como les ha pasado a varios mandatarios -desde Néstor Kirchner a Mauricio Macri-, el tipo de cambio bajo genera una mayor sensación de poder adquisitivo en la población, que suele reflejarse en los votos.

Por otra parte, la estadística refleja una correlación bastante directa entre el tipo de cambio y el índice de pobreza. Es después de las grandes devaluaciones cuando se producen los picos de incremento en la pobreza; y también ocurre lo mismo en el sentido contrario, con una mejora de los índices sociales cuando el dólar está «barato».

Si se repitiera ese ciclo histórico, entonces el índice de pobreza correspondiente al primer semestre de 2025 -que se publicará en septiembre, pleno cierre de la campaña electoral- ayudará a los intereses del oficialismo.

Pero claro, del otro lado estarán quienes se quejen por el atraso cambiario, y no son pocas voces las que se alarman ante la suba de los precios en dólares. Sobre todo, por el impacto de ese fenómeno sobre el empleo industrial, dado que las empresas nacionales ven abaratarse los precios de sus competidores importados, que ahora tienen, además, menos barreras de entrada. En los últimos días, connotados directivos de empresas metalúrgicas y textiles pusieron el tema sobre el tapete.

El gran interrogante es cuál de los dos argumentos pesará más a la hora de ir a las urnas. El gobierno, por lo pronto, no niega que el peso pueda seguir revalorizándose. Es decir, no niega que Argentina pueda tener, otra vez, algo de inflación en dólares.

Y en ese debate se juega fuerte. Lo dejó el claro el propio Milei, quien dijo que le daban vergüenza las críticas de su ex admirado Domingo Cavallo, que pidió una corrección devaluatoria. Milei afirma que en los días en que Cavallo era ministro el tipo de cambio real era de $700 -Cavallo dice que era de $900-, con la diferencia fundamental de que aquella gestión no tenía, como esta, un superávit fiscal que mostrar.

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