ECONOMIA
El detrás de escena del plan Caputo: el pedido que no fue, el peligro de Ingresos Brutos y la advertencia del FMI

Para gran parte de los analistas económicos, los anuncios del equipo económico tuvieron gusto a poco, al menos en referencia a la expectativa generada de antemano. En los bancos, la recepción de las nuevas medidas fueron bien recibidas, aunque la percepción de los financistas fue similar a la que se percibió en las consultoras.
«El impacto será muy paulatino; acá nadie está esperando un shock o un movimiento brusco de los ahorristas dolarizados», sintetizó el director de un banco líder de capitales extranjeros ante una consulta de iProfesional.
Todavía queda por conocer el contenido de las leyes que el Ejecutivo enviará al Congreso para proveer un blindaje de los ahorristas hacia adelante. Una clave para que el programa anunciado ayer tenga éxito.
Por lo pronto, según pudo saber iProfesional de distintas fuentes, hasta último momento hubo cavilaciones en el equipo económico sobre el contenido final de se denominó el «Plan de Reparación histórica de Ahorros de los Argentinos».
De hecho, hubo adelantos que el propio Luis Caputo se apuró por comentar —como la posibilidad de pagar en dólares y en cuotas la adquisición de vehículos—, que ni siquiera formó parte del anuncio final.
El rechazo de los bancos a las medidas de Luis Caputo
Los bancos se plantaron y rechazaron la posibilidad de otorgar financiamiento en dólares. No es la primera vez que el Gobierno intenta flexibilizar la imposibilidad de que las entidades otorguen créditos en moneda dura a clientes que no sean generadores de divisas.
«Es sano que no le prestemos dólares a quienes no los generan», comentó a iProfesional el ejecutivo de un banco líder de capital privado nacional.
Para los financistas, la única chance que tiene el Gobierno de llevar adelante una iniciativa de ese tipo sería bajo riesgo de la propia compañía. En el caso de la compra en cuotas de autos, sería la propia terminal automotriz.
Lo llamativo fue que el propio ministro había adelantado esa medida, que por ahora no forma parte del paquete.
«Excelente reunión mantuvimos junto con Pablo Lavigne, con Martín Galdeano y el equipo de Ford. Van a continuar invirtiendo más en el país», señaló Caputo, quien agregó: «Hablamos también de lo próximo que se viene, la remonetización en dólares y cómo ser más competitivos. Todo el que venda en cuotas en dólares va a tener un salto importante en su demanda», había posteado Caputo apenas unos pocos días atrás.
Alerta por Ingresos Brutos
Una de las cuestiones que el Gobierno dejó de lado, pero que los gobernadores podrían interceder, tiene que ver con el cobro de Ingresos Brutos sobre el capital blanqueado.
«Esos fondos serían susceptibles de percepción de IIBB», advirtió el economista Amílcar Collante a iProfesional. «Cuando se hizo el blanqueo anterior, las cuentas especiales quedaban excluidas de la lupa de las provincias. Pero ahora es diferente. Al menos con lo anunciado hasta ahora», agregó Collante.
La percepción de IIBB escala desde el 3% al 9% en la provincia de Santa Fé. Se trata de montos onerosos para alguien que blanquea capitales.
La advertencia del FMI
En simultáneo con el anuncio de Caputo, Santiago Bausili (BCRA) y Juan Pazo (ARCA), la vocera del Fondo Monetario, Julie Kosack, dejó su visión sobre la medida oficial.
La coincidencia fue casual: la portavoz del organismo suele dar sus conferencias de prensa los días jueves, justo en el momento del anuncio en la Casa Rosada. Kosack dejó en evidencia que ya estaba al tanto de lo que se estaba diciendo en Buenos Aires.
«Las autoridades se han comprometido a fortalecer la transparencia financiera y a alinear el marco de prevención del lavado de dinero y la financiación del terrorismo de Argentina con los estándares internacionales, así como a desregular la economía para fomentar su formalización. Por lo tanto, cualquier nueva medida, incluyendo aquellas que puedan estar dirigidas a incentivar el uso de activos no declarados, debe ser, por supuesto, coherente con estos importantes compromisos», expuso Kosack.
La prudencia del ministro: ¿blanqueo o nuevo régimen?
De ahí se entiende la prudencia que tuvo Caputo en las últimas jornadas. Hubo un giro en su discurso y en el adelanto de lo que se venía.
El ministro dejó de mencionar la posibilidad de que habría un blanqueo muy amplio destinado a cualquier consumo (sobre todo en dólares) que quisieran hacer los ciudadanos.
Por eso no fue casual que Caputo hablara del «nuevo régimen» y no de un blanqueo frente a los empresarios nucleados en la Amcham, la cámara de empresas de capital estadounidense con presencia en la Argentina.
Allí, el ministro dio el mensaje que los ejecutivos esperaban: la Argentina no se convertirá en un imán de capitales de origen sombrío, por más dólares que necesite la economía para reactivarse.
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ECONOMIA
Caputo minimizó el déficit de dólares y cruzó a los críticos: «Es razonable y hasta sano para la economía»

El ministro de Economía Luis Caputo salió al cruce de las críticas que recibe el Gobierno por el abultado déficit de cuenta corriente, que durante el primer trimestre del año superó los u$s5.000 millones, según cifras oficiales del INDEC.
Durante una exposición en el Congreso Somos Pymes, realizado en La Rural, el funcionario defendió ese resultado como un fenómeno previsible e incluso saludable dentro de una economía que -según sus propios cálculos- «está creciendo al 6%».
Luis Caputo minimizó el déficit de dólares y dijo que es «hasta sano para la economía»
«Es algo absolutamente razonable y hasta sano para una economía que está creciendo al 6%», afirmó Caputo ante un auditorio conformado por empresarios y referentes del sector privado.
La declaración fue una respuesta directa a las advertencias lanzadas en las últimas semanas por economistas como Domingo Cavallo, Ricardo Arriazu y Martín Rapetti, quienes alertaron sobre la pérdida de divisas, el deterioro del balance externo y las reservas netas negativas del Banco Central, que aún rondan los u$s4.000 millones.
A juicio del ministro, el rojo en la cuenta corriente está vinculado al repunte de la inversión y al incremento de la demanda externa que acompaña la reactivación de la actividad. «Ese déficit ya no financia más el rojo del sector público, sino que es déficit del sector privado», explicó Caputo, marcando distancia con experiencias pasadas. En el mismo sentido, aclaró que no mantuvo encuentros con los funcionarios del FMI que se encuentran en Buenos Aires revisando el acuerdo con el organismo.
«Es algo absolutamente razonable para un país que estaba totalmente descapitalizado y donde está creciendo al 31,8%, era obvio que iba a pasar esto», reforzó, y agregó en tono crítico: «No es que no le prestamos atención, pero hago esta explicación para que entiendan y no se dejen seguir engañando por gente que no entiende o tiene otros objetivos».
El dólar, el ajuste y el equilibrio fiscal, según Luis Caputo
A pesar de ese deterioro externo, Caputo defendió el régimen cambiario implementado tras el acuerdo con el Fondo Monetario y descartó que exista un atraso del tipo de cambio. «El tipo de cambio flota. Si a cualquiera le parece que está barato, puede ir y comprar», sentenció.
El ministro también buscó resaltar una diferencia estructural con gestiones anteriores: la actual política de «orden macroeconómico voluntario». «En la Argentina nunca hubo orden macroeconómico, fiscal y monetario por decisión política. Los que creen que es algo que ya vimos, sepan que no la vivimos», sostuvo. Y amplió: «El país tuvo déficit fiscal en 113 de los últimos 124 años, y las consecuencias de cómo se financiaba ese déficit eran las cosas que todos sufríamos como ciudadanos, porque se hacía con emisión o deuda, que generaba inflación o defaults».
Caputo remarcó que los escasos momentos de estabilidad macro fueron producto de crisis severas, y no de decisiones políticas. «Cuando se gatilla una crisis, el ajuste lo hace el mercado. No son momentos de convicción política de tener orden fiscal y monetario, sino que se llegaba por accidente y no por vocación», explicó. Y marcó como diferencial que «la gran diferencia ahora es que evitamos esa crisis y le hicimos pagar el costo del ajuste al sector público».
En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda detalló que el gasto público tuvo una caída real del 30% acumulada en lo que va de 2024, gracias al recorte de partidas clave como obra pública, jubilaciones, subsidios energéticos y de transporte, y sueldos de empleados estatales.
Cambio de modelo y mensaje a los empresarios
Mirando hacia adelante, Caputo pidió a los empresarios «cambiar el chip» y adaptar sus estrategias a un nuevo esquema macroeconómico. «Hasta hace 18 meses, el negocio era sobrestockearse y esperar porque una devaluación iba a poder fijar el precio en cualquier lado, y se lo iban a convalidar porque no había referencias. Y se convalidaban negocios que no funcionaban bien», describió.
Reafirmó que el «modelo» del Gobierno se basa en abrir la economía, reducir la presión impositiva y fomentar la competencia. «Ese es el cambio de modelo. Vamos a bajar impuestos, desregular y abrir paulatinamente la competencia, para que se pueda beneficiar la gente con bienes de mejor calidad a mejor precio. Eso es lo que estamos haciendo».
Como cierre, el ministro apeló directamente al sector privado: «Hay que pensar en ser eficiente e invertir. Hace mucho que en este país no se invierte, y por décadas se pensó en lo financiero y no en lo comercial. Ese clic no va a pasar de un día para el otro. Es un proceso duro, pero el camino es único».
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ECONOMIA
Fintech argentina compró dos unidades de negocio de Mastercard en México y refuerza su expansión

La startup anunció la adquisición de las operaciones de pago de facturas y manejo de efectivo de Arcus, una filial de Mastercard en ese país
27/06/2025 – 18:51hs
La startup argentina de servicios de pago Tapi anunció la adquisición de las operaciones de pago de facturas y manejo de efectivo de Arcus, una filial de Mastercard con base en México. La operación forma parte de su estrategia para ampliar presencia en ese país, considerado el segundo mercado más relevante de América Latina.
Fundada por emprendedores argentinos, pero con foco operativo en México, Tapi colabora con bancos y fintechs para facilitar pagos recurrentes, operaciones en efectivo y transacciones digitales mediante una única integración tecnológica. Entre sus principales clientes figuran Mercado Pago, DollarApp y Stori.
Con esta adquisición, la compañía accede a una red ampliada de ingreso y retiro de efectivo en puntos estratégicos, incluyendo cadenas como OXXO y 7-Eleven, además de fortalecer su conectividad con emisores de facturas en todo el territorio mexicano. La meta, explicaron desde la empresa, es profundizar la digitalización en un entorno donde el uso de efectivo todavía es dominante, a pesar del avance de las soluciones financieras tecnológicas.
«Modelo híbrido»: foco en inclusión y escala
En diálogo con la prensa, el director ejecutivo y cofundador de Tapi, Tomás Mindlin, explicó que el modelo híbrido de operaciones -que combina pagos digitales con manejo de efectivo- fue clave para el crecimiento sostenido de la compañía. Según detalló, esta modalidad les permite facilitar cobros a empresas fintech mediante una conexión centralizada y, al mismo tiempo, llegar a segmentos de usuarios que antes estaban fuera del sistema financiero digital.
Aunque el monto de la operación no fue revelado, Mindlin confirmó que se trató de una compra 100% en efectivo. El financiamiento provino de los u$s32 millones que la empresa levantó desde su fundación, además de las utilidades generadas en los últimos tres años.
Con la integración de la red de pagos de Arcus, Tapi proyecta cerrar 2025 con más de 270 millones de transacciones procesadas en América Latina, lo que equivaldría a un volumen de pagos cercano a los u$s5.500 millones.
Mastercard conserva marca y tecnología
Tras el acuerdo, Mastercard conservará tanto la marca Arcus como sus plataformas de procesamiento y conciliación de pagos. Estas soluciones están integradas a la red interbancaria en tiempo real de México, conocida como SPEI, que permite transacciones inmediatas entre cuentas bancarias del sistema financiero.
Mindlin destacó que la compra no busca una rentabilidad inmediata, sino consolidar una plataforma regional robusta que potencie el desarrollo del ecosistema fintech. «Creemos que es una inversión que se amortizará rápidamente, por el flujo de caja, el alcance de lo que podemos construir junto a Arcus y el crecimiento del sector en la región», afirmó. Y remarcó que el objetivo de largo plazo es «aportar al desarrollo de la industria en América Latina, especialmente en México».
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ECONOMIA
Precios por las nubes: ¿por qué esta tan cara la ropa en la Argentina?

Pocas personas lo saben, pero cada vez que comprás una remera hecha en Argentina, la mitad de lo que estás pagando no es por la tela, ni por la costura, ni por el diseño. Es por impuestos. Así lo explicó Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer, en una entrevista exclusiva con iProfesional. «El 50% del precio de la ropa está compuesto por impuestos».
Muchos consumidores se quejan del alto precio de la ropa cuando comparan los valores locales con los de países vecinos o con lo que encuentran por internet en tiendas extranjeras. Pero desde la industria textil local advierten que esa diferencia se explica, en gran parte, por el esquema tributario argentino. Entre IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, impuesto al cheque, tasas municipales, cargas laborales y costos financieros, producir en Argentina implica asumir una carga impositiva que no se ve, pero pesa.
Y no se trata solo de una percepción del sector. Los organismos internacionales lo confirman: el Global Competitiveness Report del World Economic Forum ubica a Argentina entre los últimos 10 países —sobre un total de 141— en lo que respecta al impacto negativo de los impuestos sobre la competitividad. En la misma línea, el indicador Doing Business del Banco Mundial coloca al país entre las 20 economías con mayor carga tributaria del mundo.
«La estructura tributaria penaliza desproporcionadamente a la producción formal y federal. Afecta la competitividad, el empleo y también los precios que paga el consumidor», remarcó Galfione. Desde su visión, la cuestión fiscal no es un tema técnico o sectorial, sino más bien una barrera estructural para el desarrollo del país.
Importaciones con dumping y carga fiscal extrema ponen en jaque a la industria
Un buzo Dfac tributa hasta un 40%
Para entender cómo este peso fiscal se traslada al precio que paga el consumidor, hay un ejemplo concreto: Dfac, la marca de básicos atemporales, accesibles y sostenibles creada por TN Platex, una de las hilanderías más grandes del país. Dfac basa su modelo de negocio en la eficiencia y la transparencia: vende sin intermediarios, con comercialización directa al público, producción integrada y un fuerte compromiso con mostrar al cliente el desglose real del costo de cada prenda.
En su tienda online, cada producto detalla de forma abierta cuánto representa cada componente del precio final. En su producto más caro —un buzo de frisa oversize de algodón peinado, que se vende online a $40.300—, el 40% del precio corresponde a impuestos y contribuciones. El resto se reparte entre materia prima (6%), mano de obra (12%), costo industrial (11%), marketing y publicidad (12%), comisión de Mercado Pago (8%) y costos administrativos (4%). El margen neto que le queda a la empresa es de apenas un 7 por ciento.
Esto demuestra que, incluso en un modelo eficiente y transparente como el de Dfac —que realiza internamente casi todas las etapas del proceso, desde el hilado hasta la confección, excepto la tintorería—, los impuestos terminan siendo el componente más elevado del precio.
Desde la Fundación ProTejer advierten que no se puede sostener una industria nacional, que emplea a más de 500.000 personas, si el que produce paga todo y el que importa entra sin controles. En el primer cuatrimestre de 2025, las importaciones de indumentaria crecieron un 113% con precios promedio de 17,3 dólares por kilo, el valor más bajo en once años. China representó el 70% de esas importaciones, que ingresan muchas veces con condiciones de competencia desleal.
«Producir en Argentina es pagar impuestos para competir con productos que vienen subfacturados, sin controles y con condiciones laborales que no se permiten en nuestro país. Así es muy difícil sostener el empleo y la producción nacional», advirtió Galfione.

Dfac muestra cómo una prenda nacional tributa más que lo que gana la empresa
En la última Encuesta de coyuntura realizada por la fundación en el primer trimestre del este año, el 84% de las empresas respondió que considera prioritaria una reforma tributaria orientada a la producción, seguida por el control de la competencia desleal (54%) y la corrección del tipo de cambio (38%).
«La apertura comercial no puede, ni debe, traducirse en una competencia basada en estándares laborales indignos, sin convenios colectivos, sin regulaciones ambientales y con subsidios encubiertos por parte de otros países», enfatizó Galfione. «En esas condiciones, no solo es difícil competir para el sector textil, sino para cualquier industria que produzca con reglas formales y respetuosas del trabajo y el ambiente».
Desde ProTejer también sostienen que reducir la carga impositiva no solo mejoraría la competitividad de la industria local, sino que también contribuiría a bajar los precios al consumidor.
El precio final de la ropa hecha en el país resume todos estos conflictos. No es solo una prenda de uso cotidiano, es un termómetro del entramado productivo argentino y una señal de alerta sobre la necesidad de discutir cómo se diseñan los impuestos, qué sectores se privilegian y quién termina pagando el costo de competir en desventaja.
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