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ECONOMIA

El Gobierno abrió la importación de alimentos para bajar los precios y desacelerar la inflación

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La lógica económica que subyace detrás de la polémica decisión del gobierno de Javier Milei de permitir la importación de productos básicos que no dejan de incrementar su precio de venta al consumidor final es «…dar un empujoncito para que las cadenas de supermercados tengan el poder de negociación con los productores, si les van a poner precios de lista más altos. Que tengan libertad de importar», explicó Luis Caputo.

Si bien la medida del Gobierno de La Libertad Avanza es más profunda que la adoptada por la del Frente de Todos hace un año cuando Sergio Massa planificó abrir la importación de alimentos utilizando el poder de compra del Mercado Central, que implicó la competencia desleal con las empresas industriales de alimentos nacionales, estaría revelando la profunda preocupación que mina la credibilidad ciudadana en el presidente Javier Milei para terminar con el impuesto inflacionario empobrecedor de millones de argentinos.

Lo cierto es que la medida adoptada por Sergio Massa en 2023 fue una locura total porque se aplicó en medio de un proceso inflacionario generado por la emisión excesiva de la moneda nacional. 

El tándem Milei-Caputo hacen de la emisión monetaria el principal anatema de cualquier política monetaria al punto tal de considerar incluir la emisión de dinero sin respaldo en el Código Penal de la Nación.

Los precios de los alimentos no paran de aumentar

Sin embargo, los precios en las góndolas de los supermercados de los productos básicos de la canasta de bienes no hacen más que aumentar de manera desconsiderada para los magros ingresos de los argentinos.

En este contexto, la medida anunciada ayer puede ser similar en sus efectos a la puesta en práctica por Sergio Massa en el pasado, un manotón de ahogado ante un rival implacable que destruye la carrera política de cualquier político encumbrado porque la inflación es un enemigo que sufrieron entre otros líderes, Juan Domingo Perón, Raúl Alfonsín, Cristina Kirchner y, hoy, Javier Milei. 

Importación de alimentos: Milei y Caputo apelan al plan de Sergio Massa para bajar la inflación

Importación de alimentos: Milei y Caputo apelan al plan de Sergio Massa para bajar la inflación

Sólo Carlos Menem, tras el régimen monetario de convertibilidad, ideada por Domingo Cavallo, logró alcanzar una estabilidad duradera para la Argentina de los precios de los bienes y servicios.

Sabido es que la medida recibió los cuestionamientos lógicos de los industriales que se reúnen en la UIA, de los productores agropecuarios y de fabricantes nacionales que tienen sus razones válidas para oponerse y que detallaremos a continuación. 

Dónde están las posibles soluciones para bajar los precios de los alimentos 

Pero, una de las posibles soluciones para bajar los precios de los alimentos que los argentinos consumen, podría estar en una frase de archivo del propio Javier Milei que, en el año 2018, escribía en X, que es su formato preferido de comunicación, «Argentina produce alimentos para 400 millones de seres humanos por lo que tomando la presión impositiva media del 50%, el Estado podría dar alimentos gratis para 5 poblaciones argentinas. Sin embargo, hay un montón de personas cagándose de hambre. POLÍTICOS CHORROS DE MIERDA».

Hoy, el propio presidente Milei, tapándose la nariz, intenta conformar a los políticos que gobiernan provincias para que le aprueben algunas reformas a través de sus legisladores que dirigen como marionetas en el Congreso, proponiendo aumentar el impuesto a las ganancias. Un tributo medieval que castiga al que trabaja.

La importación de bienes para bajar la presión inflacionaria no parece estar justificada en el rubro de los alimentos si se tiene en cuenta la fallida experiencia de Sergio Massa con el Mercado Central del año pasado, en un régimen diferente, donde la industria alimentaria convivía con la inflación generada diariamente por el propio Estado a través de la emisión descontrolada del denominado «plan platita» y con la obligación de participar del programa oficial de cabecera del kirchnerismo, de precios máximos o «precios justos».

Por lo demás, si uno recorre las góndolas de los supermercados hay varios productos de la canasta básica y del rubro alimentario que provienen del exterior y que se comercializan al consumidor con un precio similar de venta que la oferta local. La percepción de costo alto o de «caro» de un bien determinado proviene, en realidad, de los patéticos ingresos de los habitantes argentinos.

De hecho, si no hay más productos extranjeros en los supermercados es porque no hay interés de ofrecerlos a sabiendas que el público no los adquirirá por razones de escaso presupuesto en sus carteras.

Caputo explicó que decidió abrir las importaciones a productos de la canasta básica para reforzar la competencia y proteger al consumidor

Caputo explicó que decidió abrir las importaciones a productos de la canasta básica para reforzar la competencia y proteger al consumidor

Ya era posible importar alimentos

Las normas de comercio exterior de nuestro país no impiden, en la actualidad, que se importen alimentos de origen extranjero y lo anunciado por Luis Caputo es que habrá «quitas de impuestos de posiciones arancelarias» que habrá que consultar en el Boletín Oficial, para conocerlas, así como para tomar nota del porcentaje de rebaja de los aranceles de importación. Cuestiones que sirven para negociar con los industriales locales que se ocuparon de señalar de manera anticipada «un trato desigual» con respecto a los importadores.

Según explicaron en la Unión Industrial Argentina (UIA), mientras los fabricantes argentinos deben pagar en cuatro cuotas mensuales y con impuestos los insumos necesarios para producir, los importadores de bienes terminados estarán exentos de impuestos y tendrán acceso total a las divisas necesarias en un solo pago a 30 días. «El anuncio realizado hoy afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país», afirmaron.

Los investigadores del CONICET, Rolando García Bernado y Tomás Carroza publicaron un trabajo donde señalan las razones del fracaso de una medida, la importación de bienes para domar la inflación, que en el caso de los alimentos siempre se reveló como bastante inútil.

Y, una de las razones anotadas por los académicos, es que se ignora que «el sector productor de alimentos ya no es primario, en el sentido original de la definición, ya que no produce localmente la mayoría de los insumos que utiliza. En la actualidad, los precios de los alimentos que producimos localmente tienen un fuerte componente dolarizado, incluso cuando hablamos de alimentos de mesa. Bajo las normas socialmente impuestas de producción se requieren insumos y traslados que son una parte fundamental de los costos finales: el precio de los productos de mesa sigue el costo de los combustibles y los precios de los fertilizantes y agroquímicos. Subestimar el componente dolarizado de la producción de alimentos ha sido tal vez el principal error del gobierno en lo que respecta a este tema».

Alimentos: el Estado ejerce una demanda notable

Además, el Estado que conduce el primer presidente libertario del mundo, Javier Milei parece no tomar nota que es uno de los principales compradores de productos de la canasta básica.

Siguiendo con los alimentos, el Estado ejerce una demanda notable. Un ejemplo puede ser el sistema educativo que provee comida a miles de personas en todo el país. El Estado, como gran comprador, tiene herramientas disponibles para negociar mejores precios o una transformación en la distribución de los productos.

Para la UIA, El anuncio realizado hoy afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país

Para la UIA, El anuncio realizado hoy afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país

Sea como fuere, lo que sucede en el mundo también repercute en la Argentina, y son temas que escapan a la dirigencia local pero la realidad indica que los precios de los alimentos y bebidas tienden a aumentar en el resto del planeta y las causas no hay que buscarlas tanto en la crisis del Covid-19 y de la guerra en Ucrania, como pretendía justificarse la administración de Alberto Fernández sino en la reducción constante de stocks de productos donde se anotan varios factores que lo provocan. 

Desde la competencia por los suelos con otros rubros de la economía, pasando por la demanda asiática de alimentos, Brasil acaba de firmar un convenio muy importante para exportar carne y proteínas a China, el aumento en los precios de los combustibles y de los fertilizantes y el impacto de la financiarización de los commodities agrícolas, factores que ayudan al incremento de los precios que terminamos pagando como consumidores finales.

La opinión del sector industrial y el recuerdo a «los pollos de Mazzorín»

En el sector industrial relevado por iProfesional para este informe, existe coincidencia en señalar, sin importar el rubro que se trate, puede ser inclusive el de indumentaria que se ha tornado un lujo para el argentino promedio, que «…la apertura de importaciones para combatir la inflación de los bienes debe darse, fundamentalmente, en el canal de los insumos, que es el elemento clave para que la actividad económica no se detenga y los bienes no escaseen. Importar productos terminados, como bienes finales para disciplinar o castigar, es una idea errónea».

Los industriales de más edad recuerdan siempre el triste y célebre caso, que pasó a la historia como, «los pollos de Mazzorín» hace 46 años.

Ricardo Mazzorín fue el secretario de Comercio Interior del gobierno de Raúl Alfonsín, entre los años 1986 y 1988. Fue el funcionario responsable de la importación a la Argentina de unas 38.103 toneladas de pollos de Hungría y otros países. Lo que quedó como recuerdo de este caso es que hubo una gran cantidad de esta mercadería que se echó a perder y debió ser arrojada al cinturón ecológico de la Ceamse, y se perdieron cerca de 50 millones de dólares.

Mazzorín trabajaba bajó la órbita del fallecido ministro de Economía radical, Juan Vital Sourrouille, que había implementado el Plan Austral en 1985, que incluía un cambio de moneda y un congelamiento de precios. 

Cuando se descongelaron los precios en 1986 se produjo otro de los puntos que demuestran en la historia económica que nunca sirvieron para nada porque la presión inflacionaria estalló en el rubro alimentos y bebidas. Los precios de la carne se volvieron prohibitivos y los consumidores argentinos la reemplazaban por el pollo, por lo que al gobierno se le ocurrió importar ese producto para evitar problemas de stock, de oferta, en el rubro avícola.

Ricardo Mazzorín fue el secretario de Comercio Interior del gobierno de Raúl Alfonsín, entre los años 1986 y 1988

Ricardo Mazzorín fue el secretario de Comercio Interior del gobierno de Raúl Alfonsín, entre los años 1986 y 1988

Para Mazzorín, se «evitó que los precios se dispararan y no tuvimos necesidad de vender a precios subsidiados, sino a los que en aquellos momentos eran los precios máximos para el producto», se justificaba ante el diario La Nación en el año 1992.

Sin embargo, la historia nacional, anotaría a «los pollos de Mazzorín» como la anécdota más cabal de un fracaso de apertura de las importaciones para tratar de dominar la inflación.





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Sturzengger ya es ministro y prepara un plan de fuertes reformas, mientras Caputo blinda su cartera

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Tras una larga novela de anuncios no exentos de polémicas, finalmente Federico Sturzenegger asumirá esta tarde al frente del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, cuya misión será avanzar con los fuertes cambios planteados en la ley Bases.

Este nombramiento se hizo efectivo a través del decreto 586/2024, que fue publicado en la madrugada del viernes en el Boletín Oficial y que lleva las firmas del presidente Javier Milei y del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

El desembarco de Sturzenegger representa la llegada de un peso pesado del mundo económico muy elogiado por Javier Milei y autor intelectual del polémico decreto 70/2023, el primer paso que dio el gobierno libertario y que fue torpedeado por la Justicia.

«Sturze» ya tuvo un rol clave en la primera parte del gobierno de Mauricio Macri, cuando fue presidente del Banco Central. Su gestión terminó en medio de polémicas, cuando en una conferencia de prensa se anunció que el gobierno daba por terminada la etapa de las «metas por inflación» ideadas por él.

En ese anuncio, uno de los que sobresalió fue Luis Caputo, quien luego reemplazaría a «Sturze» al frente de la autoridad monetaria.

Sturzenegger y una misión de avanzar con fuertes reformas

Hace varias semanas que el jefe de Estado viene conversando con el futuro ministro sobre los alcances que tendrá su área. Estas conversaciones llevaron a que en distintas áreas del Estado especularan sobre cierta tirantez que podría llegar a desatarse entre Sturzenegger y Caputo, quien maneja las principales áreas sensibles del Gobierno.

El desembarco de Sturzenegger representa la llegada de un peso pesado del mundo económico muy elogiado por Javier Milei 

Esa tensión de hace unos años explica que ahora los operadores observen con lupa cómo será la convivencia entre un ministro de Economía que está soportando fuertes presiones para devaluar, y un nuevo integrante del Gabinete nacional que tendrá la potestad de avanzar sobre distintas áreas de la función pública. Tal vez también por eso, Caputo hizo fuertes elogios para «Sturze» en su última conferencia de prensa.

De hecho, la asunción de Sturzenegger llega en momentos en que el Gobierno lleva adelante una segunda ola de despidos en el Estado, con más de 6.000 cesanteados en esta nueva andanada de recortes encarada por la administración libertaria.

Milei ya anticipó que habrá reformas estructurales y dijo que el flamante Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado se encargará de llevar adelante esas transformaciones para que «ganemos libertad económica y podamos seguir creciendo». Para ello, se eliminarán más de 100 regulaciones que entorpecen el funcionamiento del sistema económico, que a su vez implicarán muchas más reformas estructurales.

En esa misma línea, en el Decreto 585/2024 se recalcó que el nuevo organismo se encargará de «todo lo concerniente a los cursos de acción para la implementación de la desregulación, reforma y modernización del Estado en miras a redimensionar y reducir el gasto público y aumentar la eficiencia y eficacia de los organismos que conforman la Administración Pública Nacional, la transformación de gestión, la simplificación del Estado, el diseño y ejecución de políticas relativas al empleo público».

Entre los objetivos específicos, el Poder Ejecutivo indicó que el nuevo ministerio tendrá la finalidad de «eliminar tareas innecesarias, duplicadas y/u obsoletas»; elaborar «políticas tendientes a aumentar la competitividad, eliminar cargas burocráticas, facilitar el funcionamiento de los mercados, impulsar el crédito, disminuir regulaciones y controles, aumentar la libertad económica y disminuir los costos del sector privado y productivo, en coordinación con las áreas competentes de la Administración Pública Nacional».

Sturzenegger versus el «Triángulo de las Bermudas»

En los últimos días, Milei había mantenido varias reuniones de trabajo con el nuevo funcionario, algunas de tres horas. El objetivo de Milei es utilizar como modelo a Irlanda. Dice que «era el país más miserable de Europa y hoy es un país que tiene un PBI per cápita 50% superior al de Estados Unidos. Un país más libre es mucho más rico».

El ministro se prepara para eliminar más de 100 regulaciones que entorpecen el funcionamiento del sistema económico

El nuevo funcionario es hijo de Adolfo Sturzenegger, quien fue en los ’90 un estrecho asesor de Domingo Cavallo. En sus últimas declaraciones, dijo que la corporación empresarial, el sindicalismo y el peronismo son el «triángulo de las Bermudas» que hay que desarmar, y los acusó de ser «agentes bloqueantes del cambio».

Sus declaraciones anticipan fuertes encontronazos con la oposición, que empezó a debatir en las últimas semanas si ofrecer el liderazgo del Partido Justicialista a Cristina Kirchner, quien estaría interesada en encabezar un frente anti Milei rumbo a las elecciones legislativas de medio término.

Sturzenegger disertó semanas atrás en el Foro «Renacer de la libertad en Argentina y el mundo», que organizó la Fundación Libertad y Progreso. Allí dijo que el problema de la Argentina «no es de hace cien años, sino que nuestra generación es la responsable de la debacle».

El flamante funcionario fue más allá y anticipó que, para desactivar ese «triángulo», hay que «desarmar el poder de los agentes bloqueantes del cambio» e identificó dos factores: «Para la corporación empresaria, es la competencia y para la sindical, las cajas«. Sobre este punto, destacó que fuera del país «no entienden cómo en la Argentina el sindicalismo se lleva entre el 3% y el 3,5% de los salarios formales».

Luis Caputo y una nueva jugada para reforzar su ministerio

En este escenario, Caputo decidió avanzar con la formación de segundas líneas de mayor peso para coordinar áreas claves.

Por ahora sin viceministro por la declinación de Joaquín Cottani, el jefe del Palacio de Hacienda decidió conformar segundas líneas con el fin de llevar adelante la coordinación de áreas claves de un megaministerio. El primer sector que decidió reforzar fue el energía y minería. Caputo designó a Daniel González como vicecoordinador de ambas áreas. González tendrá una injerencia clave sobre áreas en las que la Argentina aguarda fuertes inversiones a partir de la ley Bases y el régimen de incentivos para grandes inversiones, el RIGI.

Antes de su paso por la petrolera, González trabajó en el banco Merrill Lynch/Bank of America en Buenos Aires y Nueva York, así que es un conocedor a fondo de los mercados. González se desempeñará en un rol estratégico que lo ubicará por encima del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y el de Minería, Luis Lucero.

El nuevo funcionario era hasta ahora el director Ejecutivo del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Antes, fue gerente general y financiero de la petrolera YPF durante la presidencia de Macri, y luego regresó al sector privado.

 Caputo decidió avanzar con la formación de segundas líneas de mayor peso para coordinar áreas claves

La creación del área responde a una reestructuración del Gabinete que encaró La Libertad Avanza para la «segunda etapa» de su Gobierno. Caputo tendrá mayor control sobre áreas centrales para la economía, como energía (donde todavía se debe resolver la quita de subsidios y la desregulación de los mercados) y minería.

El objetivo es que la llegada de González contribuya a acelerar el desembarco de inversiones en Vaca Muerta, en especial las vinculadas al proyecto para instalar una planta de licuefacción para exportar al mundo el gas producido en el megayacimiento neuquino.

Todavía es motivo de debate si esa planta, un proyecto clave de YPF y Petronas, se construirá en Bahía Blanca o en Río Negro, pero sí hay una decisión de hacerla, ya que permitirá enviar el gas licuado por barco hacia otros países.

Cerca de Javier Milei destacan que en sus casi siete meses de gestión, Rodríguez Chirillo tuvo un rol clave en las negociaciones de la ley Bases. Además, aplicó el inicio de la quita de subsidios para los hogares, aunque no pudo completar el sistema que debería reemplazar la segmentación de las tarifas.

Rodríguez Chirillo también tuvo a su cargo ordenar la estructura de tarifas de empresas de transporte y distribución de energía eléctrica y gas natural, como Transener, Edenor, Edesur, TGS, TGN, Metrogas, Naturgy y Camuzzi, entre otras.

Días atrás, González dijo que el sector empresarial está de acuerdo con el RIGI, pero aclaró que «no van a llegar decenas de millones de dólares de inversión sin una macro ordenada y confiable.

Incluso, consideró que «esto es un ajuste absolutamente ortodoxo y nadie puede estar sorprendido de que pase por una recesión brutal. El presidente fue elegido cuando dijo que iba a pasar eso. Nosotros miramos el contexto y miramos que la receta de desequilibrio fiscal y estímulo al consumo no funcionó. Alguien nos presentó una propuesta distinta: un ajuste fiscal relevante para que nunca más el Estado sea el ancla que tira para abajo a toda la economía. Vemos que pareciera que la peor parte ya pasó».

Pero la estrategia de Caputo de reforzar su cartera no se agota en energía y minería. Aún está pendiente el reemplazo de Cottani en la estratégica área de Programación Económica.

El nombramiento de ese virtual viceministro de Economía se está haciendo esperar. Se había anunciado que asumiría el economista José Luis Daza, pero por ahora la asunción está congelada. Hubo ruidos en los mercados respecto del nombramiento de Daza luego de trascender las diferencias visiones que tienen Caputo y el director para el Hemisferio Occidental del FMI, el chileno Rodrigo Valdés. Valdés y Daza trabajaron juntos a lo largo de su carrera.

Quienes analizan con ojo muy crítico el funcionamiento del Palacio de Hacienda, arriesgan que la llegada de Daza, quien vive en Nueva York, nunca se concretará.



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