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ECONOMIA

Se desinfla el precio del dólar blue: 4 principales factores que apuntalan la «paz cambiaria»

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El precio del dólar blue y también las cotizaciones de las referencias financieras, como el MEP y el contado con liquidación, retroceden hasta 10% en todo febrero, por lo que reflejan un hecho que el mercado no tenía previsto a esta altura del año, en un marco de incertidumbre política por el cortocircuito del Gobierno con gran parte del Congreso y la volatilidad económica impulsada por una inflación que ronda el 20% mensual. Al respecto, los analistas consultados por iProfesional indican cuáles son las 4 causas que están incidiendo en este efecto.

En concreto, este jueves el dólar blue cerró a $1.075 en las cuevas del microcentro porteño, lo que representó un descenso de 30 pesos respecto a la jornada anterior. Y en todo el mes cae $120 (o 10%).

Algo similar ocurre con el dólar MEP, que retrocedió hasta los $1.090, por lo que cae casi 8% en febrero; mientras que el contado con liquidación se ubicó en torno a los $1.159.

En tanto, el tipo de cambio oficial está subiendo desde comienzo de año alrededor de 3% mensual, según lo anticipado por el Banco Central. Incluso, ahora en febrero parece haber acelerado esta depreciación, ya que en la primera mitad del mes ya ha acumulado este porcentaje de suba.

En este contexto, los economistas consultados por iProfesional detallan cuáles son las 4 causas principales que explican esta baja notoria en el precio del dólar libre y hasta cuándo puede sostenerse.

Al respecto, sobresalen la poca cantidad de pesos que hoy circulan y pueden ir al mercado cambiario, a lo que se le suma la tranquilidad que trae en la City la compra sostenida de reservas por parte del Banco Central y las buenas colocaciones del bono en moneda extranjera para los importadores.

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El precio del dólar blue baja en todo febrero alrededor de 10%, ya que se ubica en torno a los $1.075.

El precio del dólar blue baja en todo febrero alrededor de 10%, ya que se ubica en torno a los $1.075.

1. Menos pesos por ajuste fiscal

Una de las principales causas que indican la caída de precios de los dólares libres es la falta de pesos en la calle por los ajustes monetario y fiscal, a lo que se le agregan los bolsillos «flacos» de los argentinos para poder ahorrar, en el marco de la alta inflación mensual y pleno período de vacaciones, donde el dinero extra de los se vuelca a dicho destino.

«Me da la impresión que es una combinación de diversos factores. Por un lado el ajuste monetario y fiscal que frena el nivel de actividad y absorbe pesos de la economía», resalta a iProfesional Fernando Baer, economista de la consultora Quantum de Daniel Marx.

En tanto, Gustavo Quintana, analista de mercados en PR Cambios, suma: «Me parece que la falta de pesos se está haciendo notar en ciertos segmentos de los mercados. En el blue me dicen que hay poca disponibilidad de pesos, muchos que atesoraron están vendiendo para hacer frente a gastos corrientes, y eso en un mercado chico potencia la tendencia vendedora».

Por ende, si la oferta de dólares es más grande que la demanda, el precio de la divisa tiende a bajar.

2. Más dólares en las reservas del BCRA

A ello se le suma que el Banco Central está sumando casi todos los días dólares a las reservas internacionales, hecho que genera tranquilidad al mercado. Por ejemplo, el jueves adquirió u$s126 millones, y en el acumulado de febrero ya compró u$s1.062 millones. A ello se le suma el saldo neto adquirido en enero de u$s3.273 millones.

«Seguramente los ingresos de exportadores impactan en la cotización de los dólares financieros con caídas en los precios. Hasta cuándo puede durar esto, solo Dios lo sabe, ya que Argentina es muy cambiante, no hay forma de proyectar», sincera Quintana a iProfesional.

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Las perspectivas positivas en mayores compras de divisas se sostienen en que a partir de mediados de marzo comienza a liquidación del campo de la cosecha gruesa, fecha más importante del año en cuanto al ingreso de dólares.

Las reservas del Banco Central suben de forma seguida, hecho que genera mayor calma en el mercado.

Las reservas del Banco Central suben de forma seguida, hecho que genera mayor calma en el mercado.

3 Buenas colocaciones del Bopreal a importadores

A ello se le suma que gran parte de la necesidad de divisas de los importadores para pagar sus compromisos con el exterior se está canalizando por medio de las subastas de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), que tienen buena aceptación ya que el valor implícito de esos dólares es más bajo que la cotización que ofrece el mercado libre.

De hecho, el jueves el Banco Central realizó la segunda subasta de la Serie 2 de los Bopreal, donde se recibieron 480 ofertas, las cuales fueron adjudicadas en su totalidad en un valor nominal de u$s1.170 millones. Así, el monto acumulado de esta serie ascendió a u$s1.440 millones. 

«La Serie 2 se continuará ofreciendo en licitaciones semanales hasta cubrir el monto máximo de un valor nominal de u$s2.000 millones», resaltó el BCRA en un comunicado.

En caso de que la demanda en alguna licitación supere lo que resta hasta alcanzar el monto máximo de emisión de la serie, el mecanismo de adjudicación dará prioridad de asignación a los primeros u$s500.000 demandados por empresa en dicha licitación, para luego distribuir el remanente a prorrata del monto demandado.

«Los dólares financieros, siguen bajando, el jueves cayeron otro 2%. Es que siguió el desarme de posiciones para poder suscribir al Bopreal Serie 2″, comentó Francisco Díaz Mayer, jefe de Operaciones de ABC Mercado de Cambios. 

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4. Cae demanda de dólares por turismo

A ello se agrega otro efecto, que es que a esta altura del año baja la demanda estacional de dólares por parte de los argentinos que viajan por turismo al exterior.

«Estacionalmente hay menos demanda de divisas en este tramo del año por turismo, mientras que el tipo de cambio libre en estos niveles y el implícito en importaciones dejan espacio para acumular reservas, que es lo que estamos viendo», resume Baer.

En este escenario, se observa que el ruido político que hubo en el Congreso días atrás por la falta de acuerdo por el megaproyecto impulsado por el Gobierno, no impactó en el mercado cambiario.

«La cuestión política no creo que sume en esta instancia. Así como no afectó la caída de la Ley Ómnibus en su momento. Mientras que se sigan acumulando reservas y se siga ajustando el excedente monetario, los tipos de cambio estarán calmos», concluye Baer a iProfesional.-





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ECONOMIA

Esta es la plata extra que gastás con el aire acondicionado si lo usás por debajo de los 24 grados

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El aumento de la compra y del uso de equipos de aire acondicionado figura entre las múltiples causas que se consideran del calentamiento global y entre las de mayor demanda de energía eléctrica, que en el caso de la Argentina a veces alcanza niveles críticos de requerimiento al sistema. Pero, a las puertas del verano y en un contexto de tarifas de luz actualizadas, esa utilización de los equipos de refrigeración para un mayor confort en hogares, comercios y oficinas, tiene un consecuente impacto en los bolsillos a fin de mes.

Así, por cuestiones de impacto ambiental y económico, conviene tener presentes algunos datos y consejos destinados a dosificar el uso de estos aparatos sin por eso resignar su capacidad para combatir el calor. Por lo pronto, a la hora de comprar un equipo de aire acondicionado es importante contrastar su capacidad de climatización con las necesidades del ambiente que se desea climatizar y buscar un prototipo que cuente con etiqueta de eficiencia energética.

En este sentido, es conveniente tener en cuenta que la letra A representa el mejor desempeño de eficiencia en modo frío, y de acuerdo a la tecnología del equipo en el mercado se pueden conseguir modelos con etiqueta A+++, como los de tecnología inverter.

Si fuera posible, optar por uno de estos equipos que son de mayor costo inicial pero de recupero a través de las facturas durante su vida útil, se puede lograr que el equipo varíe su frecuencia y regule el ciclo eléctrico de tal manera que permita reducir el consumo energético hasta un 60%. Además este sistema evita los picos de consumo que se generan cuando el compresor arranca, y alcanza mayores niveles de confort ya que mantiene la temperatura del ambiente.

La temperatura en el bolsillo

A la hora de usar el equipo, aunque resulte reiterativo, es importante fijar la temperatura a 24 °C, tal como empresas y autoridades regulatorias vienen promoviendo en los últimos años, considerada una temperatura ideal para el confort en espacios compartidos y porque además optimiza el consumo de energía. Es más, en el país está en análisis elevar esa recomendación hasta los 26 °C tal como ya ocurre en otros mercados.

Este dato es clave ya que se asegura que se trata de la temperatura ideal en la que se puede encontrar el confort en días de calor, y porque el consumo eléctrico de algunos equipos aumenta hasta un 8% por cada grado inferior a ese umbral de 24, una diferencia que se corrobora en base a las tarifa vigentes y la facturación a fin de mes.

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Como referencia del impacto que tiene el seteo de la temperatura de los equipos se puede simular que con un aire acondicionado tipo de 3.000 frigorías de eficiencia energética A con apenas una hora de uso al día, demandará durante el mes 33 kwh adicionales al consumo del resto de la vivienda de un usuario N1 (es decir sin subsidio), lo que equivaldrá a unos $5.176 extras.

Consumos de un equipo con etiqueta A

Si ese mismo usuario decide utilizar, en las mismas condiciones pero a 21 grados, la temperatura el consumo se eleva a 41 Kwh y $ 6.148, mientras que a 19 grados se demandarán 48 kWh y el gasto será de $6.999 mensuales, sólo por el consumo de ese equipo.

Pero si el uso del aire acondicionado es de cinco horas diarias para hacerlo coincidir con los momentos de mayor temperatura externa los resultados se disparan con la temperatura a 24 grados a 167 kwh y $22.859; a 21 grados a 204 kWh y $27.373, o a 18 grados a 241 kWh y $31.887, monto adicional a pagar en la factura sólo por climatización.

Ahora en el caso de que el equipo de ese mismo usuario fuera de tecnología más antigua con etiquetado Clase D, para el uso de una hora diaria a 24 grados demandaría al mes 41 kWh y $6.148, a 21 grados 50 kWh y $7.242, o a 18 grados 59 kWh y $8.337 a fin de mes.

Consumos de un equipo con etiqueta A

Consumos de un equipo con etiqueta D

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Usuarios más que moderados

Pero mirando a futuro, si en algún momento no muy lejano la autoridad regulatoria decide elevar la recomendación de uso de 24 a 26 grados para los equipos de climatización en frío, la demanda y el costo claramente se comportaría en sentido inverso.

Ahí, nuevamente el mismo usuario que utiliza un equipo de 3.000 frigorías de eficiencia A con un uso de un hora diaria consumirá 29 kWh o su equivalente a $4.690, y si el equipo es antiguo de Clase D su demanda energética será de 35 kWh y $5.419 al mes.

Los 26 grados son una referencia en otros países por considerarse que ese rango de temperatura es cómodo para la mayoría de las personas durante los meses de verano, ya que ayuda a mantener la habitación fresca y, al mismo tiempo, proporciona un entorno de vida confortable.

Pero, además, es recomendable que por muy altas que sean las condiciones externas no bajar la temperatura del aire acondicionado de forma brusca para que el cuerpo se aclimate, pues puede acabar afectando a la salud. De la misma forma se indica que no es recomendable que la diferencia térmica entre el interior del espacio interno que se quiere enfriar y el exterior supere los 12ºC.

Además de pensar en otros sistemas de refrigeración como ventiladores o equipos evaporativos de muy inferior consumo energético, los que se pueden utilizar como complemento ideal en las horas en que el calor baja su intensidad, hay algunas recomendaciones adicionales para el uso del aire.

La primera es que cuando el acondicionador esté encendido, es importante cerrar puertas y ventanas para evitar el ingreso de aire exterior al ambiente climatizado; también apagar el equipo cuando se abandona dicho ambiente, y para optimizar el funcionamiento del climatizador, limpiar los filtros cada seis meses.

La altura recomendada para colocar un acondicionador de aire es de 1.80 a 2 metros, porque el aire caliente sube y desplaza al aire frío, que tiende a bajar, con lo cual se asegura que la posición de ventilación también permite utilizar menos energía.

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Pensar y actuar en modo Eco

La necesidad de refrigeración y de poder tener un consumo sustentable por su impacto en el ambiente y en la economía doméstica tiene también recursos tecnológicos a mano, como la poco valorada función Eco de los aires acondicionados, un modo inteligente de uso que optimiza el consumo de energía sin comprometer el confort.

Para ello, estos equipos utilizan algoritmos y sensores que ajustan la temperatura y la potencia del aparato según las condiciones ambientales. Así, las principales ventajas del modo Eco son el primordial ahorro de energía que puede elevarse hasta un 70% en el consumo energético en determinadas condiciones de uso.

A la vez permite alcanzar un nivel de habitabilidad agradable, al mantener una temperatura más estable y confortable, evitando cambios bruscos que puedan afectar al sistema inmunológico, pero también un bienestar del medio ambiente, al consumir menos energía y reducir las emisiones de CO2, lo que contribuye a frenar el cambio climático.

Algunas de las características del modo Eco son el ajuste de la temperatura y la potencia del aire acondicionado según las condiciones ambientales, reduce la potencia cuando la habitación o espacio a climatizar está vacía, ajusta gradualmente la temperatura en lugar de realizar cambios bruscos y regula la velocidad del ventilador, haciendo que funcione más lento y silencioso.

Con un nivel de tecnología un poco más elevado, algunos modelos de aire acondicionado tienen funciones adicionales en modo Eco, como la opción EcoNavi que detecta la presencia de personas en el lugar, mide la intensidad de su actividad y la cantidad de luz presente en el espacio, o la función smart saber, que permite cambiar la temperatura a 24 o 26 grados -según el seteo- si ésta está por debajo durante el enfriamiento.

Todas estas herramientas no solo reducen el consumo de energía, sino que también, puede prolongar la vida útil del aparato, evitando reparaciones o reemplazos constantes y sus consecuentes costos.

Otro recurso no suficientemente atendido es el modo sleep, diseñado para ajustar la temperatura y la velocidad del ventilador para que el usuario pueda dormir de forma más cómoda y tranquila. En este caso, el equipo sube o baja la refrigeración de forma gradual, imitando las variaciones naturales que ocurren durante la noche.

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El aire acondicionado en este modo de funcionamiento también reduce la velocidad del ventilador para crear un ambiente más silencioso, con lo que el consumo de energía también es menor que el modo de enfriamiento convencional, lo que es una ayuda adicional a reducir la factura de electricidad y a contribuir a un medio ambiente más sostenible.



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