INTERNACIONAL
Arturo Pérez Reverte: “Nunca aliento la polémica, en todo caso es un daño colateral inevitable”

Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) es uno de los escritores más populares del mundo en habla hispana. Y más también: sus libros han sido traducidos a 43 idiomas y publicados en países de Europa, América, Asia y Oriente Medio. Licenciado en Periodismo, desarrolló una extensa carrera como reportero de guerra antes de dedicarse por completo a la literatura. Es miembro de la Real Academia Española desde 2003. Su obra combina con sagacidad géneros como la novela histórica, el thriller y la aventura, con una prosa directa y precisa y un lenguaje rico en matices. Se distingue por una mirada crítica, a menudo provocadora, sobre la sociedad y la historia española. Lo leen millones de personas en todo el mundo.
Hasta aquí una breve y pulcra biografía del personaje en cuestión, de visita en Buenos Aires para cumplir los compromisos de un autor bestseller (que por peso específico es una de las estrellas de la Feria del Libro de Buenos Aires 2025). Es dable de pensar que Pérez Reverte, gentil y notablemente jovial a sus 73 años, vino a la capital argentina para hablar de su nueva novela, La isla de la mujer dormida (Alfaguarada – Penguin Random House). Pero la conversación toma otros caminos que conducen a otros destinos y apelan a Pérez Reverte-el polemista, o Pérez Reverte-el cronista de nuestro tiempo. También hay lugar para un poquito de Pérez Reverte-el provocador.
O sea, Pérez Reverte jugando el juego que mejor juega y que más le gusta.
A continuación, el testimonio de su diálogo con Infobae Cultura. Una breve pregunta oficia como disparador y a eso le sigue una larga respuesta, florida en su lenguaje y profunda en su concepto, que permite acordar, disentir, reflexionar. O simplemente aprender.
—Cada vez que uno tipea Arturo Pérez Reverte en Google, siempre aparece alguna polémica en redes, algún tweet suyo que desata pasiones…
—Pero no por culpa mía. Es que en España han tomado la mala costumbre de cada cosa que digo convertirla en polémica.
—¿Y cómo se lleva con eso?
—Yo no lo busco.
—¿Entonces?
—La explicación es muy simple. Ahora todo es clicks, hay que sumar clicks a cualquier cosa. Yo a lo mejor digo, no sé, “el agua que tomé ayer no estaba bien”. El título es “Pérez Reverte critica el agua” para tener clicks. Soy consciente de eso. Soy mayor y tengo ya mucha vida en la espalda. Entonces lo tomo con naturalidad. Lo que nunca hago es alentar la polémica e intervenir en ella. Nunca debato en las redes con nadie. Digo, lo tengo que decir y desaparezco. Entonces, bueno, lo llevo como un complemento, como un daño colateral inevitable en el mundo en el que vivimos. Pero no le doy importancia ni cuántos están a favor ni cuántos en contra. Nunca.
—¿Y no ha tenido la tentación de retirarse por completo?
—No, al contrario. Vamos a ver… Mis redes sociales, Instagram y Facebook no lo llevo yo. Hay alguien que lo lleva por mí. Yo solamente llevo personalmente Twitter. Y Twitter es una herramienta estupenda. Tengo 2 millones y medio de seguidores, lo que significa que es una herramienta muy potente. Cuando quiero mandar un mensaje sé que va a ser un mensaje eficaz. ¿Entonces, por qué voy a renunciar a esa herramienta poderosa? La utilizo, no abuso de ella. Yo no vivo en Twitter, De hecho, en mi teléfono no tengo Twitter.
—¿No lo tiene?
—No, yo tuiteo con el ordenador cuando estoy en casa. No tuiteo desde un teléfono móvil, eso sería una esclavitud… Tengo otras cosas más importantes que hacer en la vida. Para mí Twitter es una herramienta que está bien y tal, a la que recurro cuando necesito, que me divierte cuando entro en ella y cuando hay polémica. Pero no le doy más importancia. Eso en un tipo que escribe novelas, es una actividad fundamental.
—Le voy a hacer un par de preguntas políticas.
—A lo mejor no las contesto.
—El año pasado usted le dijo a una periodista argentina “no voy a hablar de Milei” ¿Por qué?
—Cuando uno va a ver a sus amigos o a sus parientes, a una casa en la que uno se encuentra a gusto y es muy familiar, uno no habla de cómo son los muebles, cómo se lleva la casa, cómo está el servicio, qué comida te han puesto. Uno llega, se adapta a lo que hay y ya está. Y se va con con mucho agradecimiento. Eso es lo que hago yo.

—Sí ha sido, diría, elogioso con Pedro Sánchez. No sé si es el adjetivo que corresponde…
—¿Elogioso? La palabra “elogioso” no corresponde.
—Ok, pero de alguna forma ha destacado alguna de sus virtudes.
—Si yo hablo de Pedro Sánchez aquí, mañana en España dirán “Pérez Reverte ha dicho tal cosa de Pedro Sánchez”. Y yo no he venido aquí para hablar de Pedro Sánchez. Yo fui puta antes que monja. Es decir, conozco el mundo en el que me muevo. He sido periodista muchos años y sé muy bien cómo funcionan las cosas. Por eso sé que hay un momento para cada cosa, y este momento no es para eso.
—Usted sabe y es consciente que puede haber preguntas así. En todo caso tiene el derecho de eludirlas…
—Lo sé y vengo prevenido para eso.
—Bien. Hablemos de su novela: hay ciertos tópicos que despiertan mucho interés en usted y luego, en su numero público lector alrededor del mundo. Uno de ellos (el contexto del relato de La isla de la mujer dormida) es la guerra civil española. Han pasado casi 90 años ¿Por qué cree que sigue despertando tanta fascinación?
—No lo despierta, No es cierto. Eso es un error. Un error inducido. La guerra civil española está resuelta hace mucho tiempo. Hay flecos, gente que fue fusilada y está en las cunetas todavía. Yo tuve familia fusilada por ambos bandos, con lo cual tengo bastante conocimiento del asunto. Lo que pasa es que la guerra civil, no ideológicamente, sino, digamos, en la parte dolorosa, estaba resuelta en mi generación. Yo nací en el año 51. Crecí en una generación educada en la necesidad de olvidar la barbarie que fue esa bestialidad entre españoles. Pero ahora, por razones tácticas, políticas, actuales (no del pasado), políticos jóvenes que no han vivido la guerra civil, que la conocen muy de lejos, la están utilizando como herramienta ideológica. Como ahora, los políticos (hablo en general), carecen de una formación cultural o política que les haga ser originales, brillantes, eficaces y decisivos en el mundo actual, recurren a herramientas tácticas para suplir esa carencia que tienen casi todos ellos.
—Un elemento de distracción.
—La guerra civil es un magnífico elemento de distracción. Porque permite oponer “estos y aquellos”. Lo que habíamos superado en mi generación. Cuando yo crecí, con 20 años, y había una actividad política importante: Franco la universidad, bla bla bla. Nadie hablaba de guerra civil. Hablábamos de Franco, que entonces era el dictador. Pero la guerra civil estaba pasada. Sabíamos los errores de unos y de otros. Lo sabíamos porque nos lo habían contado nuestros padres. ¿Queda claro entonces? Los testigos estaban vivos. Y entonces luchamos. La actitud de la gente joven era contra Franco, dictador de entonces, no contra la guerra civil que estaba ya… No era el mismo Franco de la guerra civil, era un Franco diferente, también evolucionó, como todo. Entonces, ahora, los partidos que carecen de una base, de una formación política sólida, que no tienen nada nuevo que ofrecer en un mundo europeo, en un mundo occidental que está en decadencia en tantas cosas, usan la guerra civil como herramienta para poder decir muy sencilla “eres de ellos o eres de nosotros”. La están resucitando como argumento táctico. Y haciendo un trabajo muy peligroso porque están resucitando viejos demonios que estaban ya super calmados. Esa es mi visión del asunto.

—Hablamos de redes sociales, de los políticos y su alejamiento de la cotidianeidad de las personas. Usted ha sido periodista, conoce bien el rol de los medios: parece haber una separación entre la realidad “virtual” presentada en redes y medios de comunicación, y la vida cotidiana, real. ¿Cómo convive con eso?
—Yo tengo una ventaja, tengo casi 74 años. Tengo la vida, las lecturas, los viajes, el mundo suficiente para poder interpretar. ¿Entonces, qué pasa? Hay una cosa evidente. Yo nací en el año 51. Mis abuelos nacieron en el siglo 19, los dos. Yo fui educado por una generación del siglo 19. Yo vengo de un mundo que tiende a desaparecer. No digo para bien o para mal. No lo digo con lamento. Es un hecho histórico objetivo. Mi mundo, el mundo en el cual yo me crié, el mundo en el cual yo viví, el mundo en el cual yo me pongo una americana para ir a lo que sea, o me comporto o cedo el paso a una señora, o a un señor, o a ti. Yo a ti te cedo el paso. Y eso no es machismo, pero si se lo cedo a una mujer es machismo ¿comprendes? Quiero decir, el mundo del cual yo provengo, está desapareciendo con lo bueno y con lo malo. Entonces, hay dos actitudes. Una, decir “¡qué horror!”, gruñir, “¡el mundo es una mierda!, todo es tan grosero…”. Y la otra es decir, “bueno, venga”. Que es la mía: decir, bueno, la evolución de la historia es así.
Los momentos, los ciclos históricos, como decía Toynbee “circulan”. O bien, como decía Spengler, “pasan, cambian y vienen otros mundos”. Bueno, yo estoy asistiendo al final de un mundo y eso es muy interesante. Asistir al final de un mundo es un privilegio. Es interesantísimo cuando uno viene de un mundo determinado y ve que ese mundo desaparece… Vivir el momento de auge de ese mundo está muy bien, la felicidad social… Pero vivir el final es un espectáculo fascinante. Soy muy lector, mi biblioteca, que es grande, tiene más de la mitad ocupada con libros de historia, desde clásicos griegos y latinos hasta la historia moderna. Entonces, claro, cuando tienes el bagaje intelectual suficiente para comprender, cuando tienes la mirada educada por la cultura en el sentido noble (en cuanto a conocimiento y en cuanto a civilización, visión del mundo) y ves el mundo, es un espectáculo muy interesante. Ver cómo se acaba un mundo, cómo vienen las fuerzas nuevas, cómo hay en demolición viejas estructuras que merecían morir (porque los mundos merecen morir, los mundos que mueren merecen morir). Porque acaso sus ciclos ya se han quedado viejos, caducos, añejos y ya no valen, deben irse.
Entonces, claro, si uno no es un fanático de ese mundo y puede quedarse fuera, o sentado en un lado, ver cómo ocurre es muy interesante. Ver cómo emergen fuerzas nuevas: errores de los que llegan, aciertos de los que llegan, tensiones, coletazos de los que se van y no quieren irse. Y cómo se aferran al poder… Entonces, si tienes, como yo, la suerte de poder asistir a eso con ecuanimidad, es extraordinario. Entonces, para mí el mundo actual es fascinante, más todavía que el que lo era cuando yo estaba con 20 o 30 años. Yo viví en otros lugares. Quizá porque como he visto como reportero, hundirse mucho el mundo, vi arder muchas bibliotecas, violar a muchas mujeres, matar a muchos hombres, destruir muchos edificios, barrer culturas, fosas comunes… Quizá porque tengo, digamos, la cabeza adiestrada para soportar eso y para entender que forma parte de la vida y del mundo y de la historia humana. Me enfrento con la ecuanimidad de decir “bueno, pero también a nuestro mundo le ha llegado”. Y entonces, insisto, si pudiera resumir esto, diría que es un privilegio asistir al final de un mundo. Estoy encantado.

No voy a verlo terminar del todo, no me da tiempo porque no va terminar mañana… A veces tarda un siglo, dos siglos. Por eso a veces, cuando veo a veces a gente lúcida (y otra que no lo es) y los escucho… Digo “no tenéis ni puta idea”. Se ha acabado. Va a tardar. No siempre hay solución, la historia no se soluciona, se vive. Lo que hacer es asumirlo con el estoicismo que te da la cultura. Una vez volando entre Chipre y el Líbano, hablo de hace ya muchos años. Y cayó un rayo en el avión. Se apagó la luz y tuvo una pérdida de altura enorme. La gente gritando. Y yo diciendo “me voy a morir entre gente que está gritando”. ¿Qué pasa? ¿Por qué yo no gritaba? Porque yo sabía que un avión se puede caer ¿De qué vale gritar si te ha tocado? Bien, entonces la cultura sirve para no gritar cuando se cae el avión. La cultura sirve para asumir con naturalidad, con entereza, el final de las cosas, sea tu propia vida o la de otros.
Este es un momento perfecto, un momento feliz, porque tengo la edad suficiente para no lamentar que mi mundo se vaya. Porque yo me voy con él y tengo todavía la lucidez suficiente para ver, para interpretar. Y la cultura adecuada para reconocer los síntomas claros. Y con eso escribo novelas.
—¿En este fin de un mundo, la verdad no tiene sentido? Pareciera que cualquiera puede decir cualquier cosa y no pasa nada.
—La verdad no existe. El mundo es una suma de verdades y de errores que se combinan. Y la verdad es evolutiva, no es definitiva. Esto es un teléfono, pero mañana puede ser un artilugio desfasado. Las verdades evolucionan como el ser humano. Vuelvo a la cultura. La cultura no te dice dónde está la verdad. La cultura te dice la manera de dudar de la aparente verdad, de tomar previsiones y de interpretar. Es decir, si yo veo, voy por la calle a cenar y veo que viene un tipo de frente y ese tipo gira y se me viene a caminar detrás. Digo “este tipo me quiere asaltar”. La cultura es interpretar al tipo que viene y saber qué me va a saltar. Sin cultura, el tipo me va a saltar y yo no me voy a enterar hasta que tenga la navaja en el cuello o la pistola en la cabeza. La cultura sirve para eso, para interpretar. Entonces te protege, te ayuda a sobrevivir, a que no te asalten en la calle. Entonces, en mi opinión, el problema fundamental de esta generación actual es que se las está privando de los mecanismos culturales que permiten interpretar, sustituyéndolos por clichés, lugares comunes, frases fáciles, clics.
Si haces clic aquí, salvas a las focas y las ballenas y eres un tipo estupendo. Eres parte de una comunidad. Ahora es muy fácil. Antes había que pelear por formar parte de una comunidad. Ahora estás en tu casa, haces click y ya está. No estás solo, ya formas parte de una comunidad. No has tenido ni que esforzarte, ni siquiera que leer, ya formas parte. Estamos privando a las generaciones jóvenes de una capacidad de análisis e interpretación. Los estamos dejando indefensos. Frente a eso, tus hijos están más indefensos que lo que estuvimos nosotros.
Frente a los grandes problemas: vida, muerte, fracaso, dolor, sufrimiento, enfermedad, agonía, incertidumbre. Esos son los temas. Y entonces, claro, al privar a un joven de esos mecanismos culturales, lo estamos dejando indefensos ante lo importante. Cuando fracases, cuando pierda tu equipo de fútbol, cuando te encuentres en la calle sin poder alquilar una casa y con un hijo que tienes que darle de comer. Cuando tu madre o tú tengas un cáncer… Para eso no los estamos educando. Entonces, el problema grave de la humanidad y señal también del final de un mundo es que justamente los mecanismos defensivos que hacen que el ser humano pueda hacer frente a la realidad (al final siempre hay un terremoto, un tsunami, una dictadura, un Trump, lo que sea), ya no se enseñan. Ahora no lo estamos haciendo.

—¿Cómo lo afectó la noticia de la muerte de Vargas Llosa?
—Bueno, yo conocí a Mario. Era un caballero. ¿Pero sabes una cosa? Mario estaba ya… Había terminado su ciclo. Ya estaba viejo, ya no tenía facultades. Era natural que se fuera. De hecho, tuvieron la inteligencia de apartarlo de la vida pública. Mario ya no estaba en condiciones. Había cumplido un ciclo. Ha sido un hombre atractivo, ha conocido mujeres guapas, ha tenido éxito, ha tenido el premio Nobel, una vida estupenda. Y acabó de una forma discreta y elegante, como él era. Me parece una vida perfecta. Es una buena muerte para una buena vida. Ojalá todo el mundo pudiera al final, que la muerte no lo estropee. Porque hay muertes que estropean vidas. Hay agonías largas, grotescas, vulgares, dolorosas, que revientan una buena vida. Entonces Mario ha tenido la fortuna de que su vida ha sido impecable hasta el final. Eso se lo envidio.
—Llegó a la Argentina en una semana especial por la muerte del Papa Francisco. No sé si alguna vez opinó públicamente sobre él o sus posturas. ¿Cómo le caía?
—Creo recordar que nunca hice pública mi opinión. Voy a salirme de ese tema, pero voy a entrar por otro lado. Yo soy un hombre religioso. Tuve una educación, como toda mi generación, católica. Fui a un colegio maristas del que me expulsaron, por cierto. Hay una cosa evidente y es que soy consciente de la tradición cultural europea. Yo soy un europeo igual que usted lo es porque Argentina… Esto es Europa. No hay historia. México no es Europa. Perú no es Europa. Pero Argentina sí es Europa. Y yo tengo, digamos, la formación europea. Uno no entiende Europa, no entiende España, ni Italia, ni Alemania, ni siquiera los países protestantes, sin el conocimiento de lo que es la cultura judeocristiana.
Nosotros venimos del Talmud, de la Biblia, del Corán también, porque hay un fleco mediterráneo que llega a España y tal… Es decir, no hace falta que vayas a misa si no quieres, pero es importante que conozcas la religión que conformó el mundo en el que vives. Porque si no, no puedes entender ni un cuadro de Rubens, ni una catedral, ni una monasterio, ni siquiera la literatura. Entonces mi visión de la religión siempre ha sido igual. Entonces, digamos, que mi aproximación a la religión siempre ha sido cultural. Yo soy partidario que se explique en los colegios. Desde ese punto de vista, los papas siempre han sido administradores de una institución secular de 21 siglos de antigüedad. Son las cabezas, son los gerentes, los CEOs, directores generales de esas empresas. Yo nunca he visto en un Papa, ni este ni en otro, un aspecto espiritual. Y lo lamento. Entonces desde ese punto de vista ha sido pues, uno más. Este tuvo una vida más social, otro tuvo una vida más política. Pero es que no tengo nada más que decir.

—¿Por qué sigue escribiendo? Está impecable a los 73 años, tiene una vida buena, no le debe faltar nada…
—Yo no escribo por eso. Es muy complicado de explicar a estas alturas de la entrevista. Escribir es plantearse una aventura cada día. Es decir, yo soy marino. Otra cosa que hago es navegar. Tengo un velero. ¿Entonces por qué navego? Porque cuando subo al barco y me voy a navegar, me enfrento a un montón de problemas: meteorológicos, de rumbo, de velocidad, de vientos, de navegación, de barcos que vienen. Es un desafío.
A mis 74 años, irme solo —a veces no voy solo— a Cerdeña, Sicilia o Grecia con el velero es un desafío. Me mantiene lúcido, pendiente del viento, de la lluvia. No soy un abuelo en su casa viendo la tele, estoy haciendo cosas. Una novela es algo parecido: me obliga a mantenerme vivo, lúcido, activo. Hay muchos tipos de novelista. Yo soy un novelista tipo cazador. Veo a una chica, un amigo, una voz, una música, y digo: “Esto sirve para una novela”. Y después voy sacando cosas de la mochila. Cada novela me obliga a enfrentarme a una nueva aventura. Me obliga… Solo se es joven en vísperas de la batalla.
Yo he vivido batallas. Eres joven cuando, de noche, estás preparado porque al día siguiente vas a luchar. Afilas las armas. Engrasas el arnés. Te preparas. Duermes con mesura, pero no demasiado. Piensas en tu familia. Escribes una carta. Te preparas para luchar. Eres joven. Eres vigoroso. Eres parte del universo que exige de los seres humanos que luchen por sobrevivir o por lo que sea. Cuando ya has combatido, es distinto. Tienes sangre en las uñas. Has matado. Has llorado. Has degollado. Te han matado amigos. Te han herido. Ya has envejecido.
Entonces, cada novela es una batalla. Me siento como el joven que está engrasando las armas. La novela me rejuvenece. Me permite probarme a mí mismo: ¿todavía soy capaz? ¿o ya no? Además, hay otro factor importante. Esto es complicado Todo novelista tiene la cuestión de la “obra maestra” que quiere alcanzar. Y en realidad, nunca se alcanza. Ni siquiera los mejores. A veces ocurre, pero es raro. Yo sé que mi mediocridad me impedirá hacer nunca esa obra maestra con la que sueño. Pero cada novela es un intento. Yo empiezo una novela queriendo hacer esa obra maestra. Y sé, a las diez páginas, que no la voy a hacer. Pero también sé que si hago esta novela, tal vez la siguiente sí lo sea. Ese pensamiento me obliga a trabajar. A seguir escribiendo. En busca de esa novela que nunca escribiré, pero que deseo.
Al mismo tiempo, tengo en la cabeza un rumbo, como si quisiera llegar a Cerdeña dentro de tres días. Eso me mantiene vivo. Podría dejar de escribir y dedicarme a leer. Podría dedicarme a vivir. Tengo la vida resulta. O si me doy cuenta de que ya no funciono, que mi novela ya no funciona… Veréis que eso no ocurre. Todavía funciono. Mientras funcione, una novela es un motivo. Es un estímulo. La idea de escribir nuevas novelas me mantiene vivo. Y es una magnífica actitud ante el mundo. Quizá no envejezco tan mal, me siento razonablemente bien. Por esto: el día que pierda esa ilusión, ese desafío, esa necesidad… Ese día pasaré a ser el viejo, el abuelo que mira la tele, que recuerda los viejos tiempos, aquella mujer hermosa, aquel amigo, aquella aventura. Pero ese día no ha llegado aún.
[Fotos: Adrián Escandar]
INTERNACIONAL
Gran Bretaña se alista para la guerra y construye doce nuevos submarinos nucleares

Tiempos peligrosos
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“Intolerable Gaza”
¿Rusia invadirá en los próximos cuatro años?
Un militar sarcástico
INTERNACIONAL
Hundreds of millions in tax money goes to contracts for DEI groups, watchdog finds: ‘Total racket’

EXCLUSIVE: Over the last several years, a few dozen diversity, equity and inclusion (DEI) consultant groups have racked up over a hundred million dollars in taxpayer-funded contracts from K-12 schools across the country, a new report by Defending Education found.
The report, shared with Fox News Digital, details how 41 DEI consultant groups garnered millions in taxpayer-funded contracts from 303 school districts and public education entities from 2021 until now.
In total, the groups collected over $123 million from public schools in 40 states. The report found public school DEI contracts in both red and blue states, from Florida and Alabama to California and Washington.
Erika Sanzi, a spokesperson for Defending Education, described the schools-consultants partnership as a «total racket that makes schools worse» and often takes no consideration of age-appropriateness in curricula.
THE ‘GRADING FOR EQUITY’ PROPOSAL IS ABOUT LOWERING STANDARDS FOR STUDENTS, EXPERT SAYS
Over the last several years, a few dozen consultant groups have racked up over a hundred million dollars in tax-dollar contracts from K-12 schools across the country, a new report found. (Getty)
According to the report, the biggest winner in the scheme was Amplify, a firm that provides professional development and curricula to school districts, which scored a total of over $70,500,000.
The report states that in a now-scrubbed statement on its website, Amplify said its mission is to «make education, and thereby the world, more equitable and accessible» and to «help teachers support their students in constructing, questioning, expanding, and strengthening knowledge of where they come from and who they are becoming.»
In response, a representative for Amplify told Fox News Digital that the group «publishes textbooks and other instructional materials that help students learn reading, math and science» and that «there is no place anywhere in Amplify’s products, or in the training programs about how to use them, for ideologies or political agendas.»
The representative said «our programs help students learn how to think, not what to think.»
The report highlights another consultant group, Adjusted Equity Solutions, which it says is associated with the Culturally Responsive School Leadership Institute, that claims to help schools challenge «whiteness and hegemonic epistemologies in school,» use «equity audits to measure student inclusiveness, policy, and practice» and serve as «advocate and social activist for community-based causes in both the school and neighborhood community.»
MAHA REPORT RAISES CONCERNS ABOUT CHILDHOOD CHRONIC DISEASE

Students arrive at Benson High School for the first day of hybrid instruction for middle and high schools on April 19, 2021, in Portland, Oregon. (Carlos Delgado/AP Images for Portland Public Schools)
This group took in over a million dollars from public schools during the study period.
«Tinkering in the minds of other people’s children is big business and countless K-12 schools across the country are active participants,» Sanzi said. «They pay big bucks to enter into contracts with ideologues and activists who, in turn, gain access, directly or indirectly, to a captive audience of young minds.»
Speaking with Fox News Digital via Zoom, Sanzi said that «rather than this being a focus on sort of academic interventions, it’s a lot of jargon that so far has not proven itself to be measurable. And there’s really not much evidence, if any, that any of this is helping students or helping schools or helping staff.»
EDUCATION SECRETARY LINDA MCMAHON PUSHES BACK ON CLAIMS THAT THE TRUMP ADMINISTRATION ‘DOESN’T CARE ANYTHING ABOUT THE LAW’
Sanzi said that though these DEI groups couch their activities in agreeable terms like «belonging» and «empathy,» they often end up being a «wolf in sheep’s clothing.»
«At first, you’re thinking lesson on empathy, like that’s good,» she said. «Who wouldn’t want their child to be empathetic? We want that. Until you realize that the lesson on empathy is going to be about something like a little girl in her bathroom at school, a staff member who’s trans, so biologically male, but identifies as female, comes into the restroom with her. She naturally feels uncomfortable because that’s a very natural feeling in a circumstance like that. But she’s told that she needs to have ‘empathy’ for this grownup who identifies as female, right? And that her discomfort is the problem… That feeling discomfort in that situation is wrong or makes her un-empathetic.»

Morning sun lights the front of the Department of Education building in Washington, D.C., Feb. 4, 2025. (Reuters/Kevin Lamarque)
The Trump Department of Education has warned state education departments in all 50 states that they must remove diversity, equity and inclusion policies or risk losing federal funding.
Despite this, Sanzi said many of these consultant groups have adjusted by scrubbing references to DEI on their websites and using other words to describe the same thing.
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«We see a lot of renaming,» she said. «So, they might say, ‘Well, we’re getting rid of our DEI office or we’re getting rid of our equity officer.’ [But] the proof will be in the pudding because what we notice often is that you’ll see a switch, like suddenly we hear the word belonging a lot more now. And so the question becomes, ‘Are you getting rid of it? Or are you just rebranding it and shifting it somewhere else and taking it off your website?’»
«What many people don’t understand is that the founders of these consultant companies and the people who run them and the practitioners are activists. They are ideologues,» she went on. «They have every right to believe that what they’re transmitting is the right thing, but in a public-school setting that is required to maintain viewpoint diversity, these really have no place, not only because of the cost, not only cause it’s public money, not only because they’re not very transparent about what they’re doing, but also because they are really trying to push an ideological agenda on other people’s children.»
The Culturally Responsive School Leadership Institute did not respond to Fox News Digital’s request for comment.
DEI,Woke Culture,US Education,Dept of Education,Donald Trump
INTERNACIONAL
Polish conservative Karol Nawrocki wins presidential election to succeed Duda

Poland has elected Karol Nawrocki, a conservative backed by President Donald Trump, in the country’s presidential runoff election, according to a final vote count issued Monday.
Nawrocki won 50.89% of the vote, gaining a narrow victory over liberal Warsaw Mayor Rafał Trzaskowski, who received 49.11%, the Associated Press reported.
The first round of voting two weeks ago revealed deep divisions in the country along the eastern flank of NATO and the European Union. Nawrocki will succeed Andrzej Duda, a conservative whose second and final term ends on Aug. 6.
Trzaskowski conceded defeat and congratulated Nawrocki on Monday, thanking all those who voted for him.
POLAND’S SOARING ECONOMY SETS STAGE FOR TIGHT PRESIDENTIAL RACE AS US, EU WATCH CLOSELY
Presidential candidate Karol Nawrocki as he arrives at his headquarters after the presidential election runoff in Warsaw, Poland, on Sunday, June 1, 2025. (AP Photo/Czarek Sokolowski)
«I fought for us to build a strong, safe, honest, and empathetic Poland together,» he wrote on X. «I’m sorry I wasn’t able to convince the majority of citizens of my vision for Poland. I’m sorry we didn’t win together.»
U.S. Department of Homeland Security Secretary Kristi Noem last week stumped for Nawrocki at the Conservative Political Action Conference in Warsaw, where she also slammed «weak» European leaders who she argued have allowed mass migration of having «destroyed their civilizations.» Noem praised Poland’s strict border enforcement, warning that «socialists» like Trzaskowski would take such protections away from the Polish people.
Trump hosted Nawrocki at the White House in early May during the conservative candidate’s campaign.
Under the Polish constitution, the president serves a five-year term and may be re-elected once.
Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy was among the leaders offering their congratulations to Nawrocki on Monday morning.
«Poland, which preserves the strength of its national spirit and its faith in justice, has been and remains a pillar of regional and European security, and a strong voice defending freedom and dignity for every nation,» Zelenskyy wrote. «By reinforcing one another on our continent, we give greater strength to Europe in global competition and bring the achievement of real and lasting peace closer. I look forward to continued fruitful cooperation with Poland and with President Nawrocki personally.»

Presidential candidate Karol Nawrocki greets supporters at his headquarters after the presidential election runoff in Warsaw, Poland, on Sunday, June 1, 2025. (AP Photo/Czarek Sokolowski)
The U.S. has about 10,000 troops stationed in Poland and Noem suggested that military ties could deepen with Nawrocki as president. A common refrain from Nawrocki’s supporters is that he will restore «normality,» as they believe Trump has done. U.S. flags often appeared at Nawrocki’s rallies, and his supporters believed that he offered a better chance for good ties with the Trump administration.
POLAND ORDERS RUSSIAN CONSULATE IN KRAKOW CLOSED AFTER BLAMING KREMLIN FOR 2024 ARSON
Nawrocki, a 42-year-old amateur boxer and historian, has also echoed some of Trump’s language on Ukraine. He promises to continue Poland’s support for Ukraine but has been critical of Zelenskyy, accusing him of taking advantage of allies. He has accused Ukrainian refugees of taking advantage of Polish generosity, vowing to prioritize Poles for social services such as health care and schooling.
Hungarian Prime Minister Viktor Orbán, who shares Nawrocki’s national conservative worldview, hailed Nawrocki’s «fantastic victory.»

Presidential candidate Karol Nawrocki, a conservative historian backed by the right-wing Law and Justice party addresses supporters at his headquarters after the presidential election runoff in Warsaw, Poland, on Sunday, June 1, 2025. (AP Photo/Czarek Sokolowski)
Meanwhile, European Commission President Ursula von der Leyen offered measured congratulations, emphasizing continued EU-Poland collaboration rooted in shared democratic values: «We are all stronger together in our community of peace, democracy, and values. So let us work to ensure the security and prosperity of our common home.»
Nawrocki’s victory is a comeback for the Law and Justice party, which governed Poland from 2015 to 2023, when it lost power to Prime Minister Donald Tusk’s centrist coalition.
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Duda’s veto power has been one obstacle to the pro-European Union Tusk in fulfilling certain electoral promises, such as loosening restrictions on abortion or passing a civil partnership law for same-sex couples. Some observers in Poland have said the unfulfilled promises could make it more difficult for Tusk to continue his term until the next parliamentary election scheduled for late 2027, particularly if Law and Justice dangles the prospect of future cooperation with conservatives in his coalition.
The Associated Press contributed to this report.
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