Luego de ponerle fin al férreo gobierno de Al Assad, los sirios salieron a las calles este domingo para celebrar después de un sorprendente avance rebelde que llegó a Damasco, la capital. En medio de las manifestaciones hubo saqueos y ataques contra la residencia presidencial y la embajada de Irán.
Una multitud de fanáticos se reunieron en las plazas centrales de Damasco, con la bandera revolucionaria siria como estandarte, en escenas que recordaban a los primeros días de la Primavera Árabe, antes de una brutal represión y el surgimiento de una insurgencia que sumió al país en una guerra civil de casi 14 años.
Pero no todo fue celebración. Otros aprovecharon los festejos para saquear el palacio presidencial y la residencia de la familia Assad después de que el presidente, Bashar Al Assad, y otros altos funcionarios desaparecieran, sin que se conociera su paradero.
Rusia, un aliado cercano, dijo que Al Assad dejó el país después de negociaciones con grupos rebeldes y había dado instrucciones para transferir el poder pacíficamente.
Abu Mohammed Al Golani, un excomandante de Al Qaeda que rompió lazos con el grupo hace años y dice abrazar el pluralismo y la tolerancia religiosa, lidera la facción rebelde más grande y estaba posicionado para trazar la dirección futura del país.
La televisión estatal siria emitió una declaración en video durante la madrugada del domingo de un grupo de rebeldes diciendo que Al Assad había sido derrocado y que todos los prisioneros habían sido liberados. El hombre que leyó la declaración pidió a los combatientes rebeldes y ciudadanos preservar las instituciones del “estado sirio libre”.
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El comandante rebelde Anas Salkhadi, que apareció en el canal más tarde el domingo, intentó tranquilizar a las minorías religiosas y étnicas de Siria, diciendo: “Siria es para todos, sin excepciones. Siria es para drusos, suníes, alauíes y todas las religiones”. “No trataremos a la gente como lo hizo la familia Assad”, agregó.
Celebraciones de madrugada en Damasco
Luego de los anuncios, miles de sirios salieron durante el amanecer a celebrar en Damasco. Mucha gente se reunió para rezar en las mezquitas de la ciudad y celebrar en las plazas, al cántico de “Dios es grande”. La multitud también coreaba consignas contra Al Assad y durante horas fueron ruidosas las bocinas de los coches. Al mismo tiempo, varios adolescentes recogieron armas aparentemente abandonadas por las fuerzas de seguridad y dispararon al aire.
Una multitud llenó la plaza de los Omeyas en el centro de la ciudad, donde se encuentra el Ministerio de Defensa. Varios hombres dispararon al aire en celebración y varios llevaron banderas de Siria de tres estrellas, que precede al gobierno de Assad y fue adoptada por los revolucionarios.
El fin del gobierno de Al Assad supone un golpe importante para Irán y sus aliados, ya debilitados por más de un año de conflicto con Israel.
Los rebeldes enfrentan ahora la desalentadora tarea de sanar las profundas divisiones en un país devastado por la guerra y aún dividido entre diferentes facciones armadas. En tanto, combatientes de la oposición respaldados por Turquía luchan contra las fuerzas kurdas aliadas de EEUU en el norte, y el grupo Estado Islámico sigue activo en algunas áreas remotas.
Durante las últimas horas, soldados y policías abandonaron sus puestos y huyeron, y los saqueadores irrumpieron en el Ministerio de Defensa.
Se difundieron videos de Damasco en el que mostraban a familias enteras entrando en el palacio presidencial, algunas de las cuales salían cargando pilas de platos y otros artículos domésticos. Un saqueo al palacio presidencial.
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El periódico sirio Al-Watan, tradicionalmente afín al gobierno, escribió: “Estamos ante una nueva página para Siria. Agradecemos a Dios por no derramar más sangre. Creemos y confiamos en que Siria será para todos los sirios”.
Por lo pronto, se desconoce el paradero de Assad. El primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali, dijo en una declaración a través de un video difundido que el gobierno estaba listo para “tender la mano” a la oposición y transferir sus funciones a un gobierno de transición.
El video fue compartido en medios opositores sirios, que mostró a un grupo de hombres armados escoltándolo fuera de su oficina y hacia el hotel Four Seasons este domingo.
Asimismo, un diplomático de alto nivel de Emiratos Árabes Unidos, que había intentado rehabilitar la imagen de Assad y recibió a exiliados de alto nivel en los últimos años, declinó hacer comentarios sobre su paradero ante preguntas de periodistas en una conferencia realizada en Bahréin.
Al Assad, acusado de «crímenes de guerra»
Al Assad fue acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante el conflicto, lo que incluye un ataque con armas químicas durante el 2013 contra las afueras de la capital.
En un primer momento no había comentarios de Irán, que fue siempre el más firme defensor de Al Assad. Como el palacio principal, la embajada iraní en Damasco también fue saqueada luego de quedar abruptamente abandonada. Se difundieron videos en que se muestran varias ventanas rotas y documentos dispersos por todo el edificio.
Los rebeldes que ocupan hoy el poder están liderados por el grupo Hayat Tharir al-Sham, o HTS, que tiene su origen en Al Qaeda y está considerado como un grupo terrorista por Estados Unidos y también por las Naciones Unidas.
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Su líder, Al Golani, intentado reformar la imagen del grupo, dice estar comprometido con una Siria que sirva a todos sus ciudadanos, incluidas las numerosas minorías étnicas y religiosas. Así, HTS estableció un “gobierno de salvación” en 2017 para administrar una gran parte del noroeste de Siria bajo su control.
Colombia está desde este lunes bajo un «estado de conmoción interior» ordenado por el presidente, Gustavo Petro, en medio de una embestida de guerrilleros y narcos que deja más de 100 muertos y casi 20.000 desplazados en cinco días.
Ante la escalada violenta sin precedentes recientes, el mandatario tomó esta decisión excepcional que faculta al Ejecutivo para tomar medidas extraordinarias como por ejemplo liberar recursos y restringir la movilidad de los habitantes.
Desde el jueves diferentes focos de violencia estallaron en el país, el más grave en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacó a la población civil y se enfrentó contra disidentes de las FARC que no se unieron al acuerdo de paz de 2016.
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Baño de sangre y estado de emergencia en Colombia: claves sobre el choque entre grupos armados que dejó al menos 100 muertos
La prolongada embestida incluyó asesinatos selectivos y combates que dejan un balance de al menos 80 muertos y casi 20.000 desplazados en esta región plagada de narcocultivos.
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Este lunes, el Ministerio de Defensa informó sobre la muerte de 20 guerrilleros en el departamento amazónico del Guaviare (sur) por choques entre dos facciones enemigas de los desertores del pacto que puso fin a las FARC.
Aterrorizados por la violencia, miles de personas en el Catatumbo huyen hacia poblados más seguros o hacia Venezuela donde el gobierno activó un «operativo especial» para atender a los desplazados en dos municipios fronterizos.
Hasta ahora las fuerzas de seguridad no han entrado a enfrentar a los rebeldes en las zonas críticas. Los más de 5.000 soldados desplegados se han concentrado en rescatar en helicópteros la población en riesgo.
Radiografía de la región del Catatumbo
El Catatumbo, que ocupa la parte septentrional del departamento de Norte de Santander, es un territorio montañoso y selvático en la frontera con Venezuela, donde se encuentran el Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí y dos resguardos indígenas.
Desde el punto de vista administrativo, abarca los municipios de Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), «la mayoría de los habitantes de las áreas urbanas del Catatumbo (…) tienen necesidades básicas insatisfechas», lo que se acentúa en las zonas rurales, «en las que más del 50 % habitan en condiciones precarias».
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Petróleo y primeras guerrillas
El Catatumbo fue en la primera mitad del siglo XX la primera provincia petrolera de Colombia, pero la explotación del crudo nunca trajo progreso a la región y en los años 70 empezaron a llegar distintos grupos guerrilleros, atraídos por la riqueza de esa industria.
La región, que había sufrido en la década del 40 del siglo pasado la violencia partidista de liberales y conservadores, comenzó a sentir a finales de los 70 el impacto del conflicto armado con la creación en 1973 del Frente Libardo Mora Toro del Ejército Popular de Liberación (EPL), guerrilla de corte maoísta, a la que siguieron otros grupos armados para disputar las riquezas de su territorio.
«El 31 de enero de 1979 entra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la toma guerrillera de Convención y para la década de los ochenta se consolida como el actor predominante en la región, infiltrándose en agremiaciones de trabajadores petroleros», señaló el Informe de la Comisión de la Verdad.
El ELN se asentó en los pueblos del Catatumbo con el Frente de Guerra Nororiental Manuel Pérez Martínez, así llamado por el cura español que dirigió esa guerrilla desde 1978 hasta su muerte en 1998.
Las FARC y los paramilitares
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A mediados de los 80 llegaron las FARC, con el Frente 33, y en los noventa los paramilitares de las Autodefensas del Sur del Cesar, el Bloque Catatumbo y el Frente Resistencia Motilona, del Bloque Norte, bajo el mando del temido Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’.
«El conflicto armado llegó y se desarrolló en el Catatumbo por una serie de condiciones que convergieron: se trata de un territorio biodiverso y rico en recursos naturales, comparte frontera con Venezuela y ha sido históricamente marginado por el Estado», según el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Ante la expansión de los distintos grupos armado ilegales, el Estado aumentó su presencia militar en una guerra que sigue dejando muertos y desplazados en el Catatumbo.
Los cultivos de coca
El surgimiento de los cultivos de coca se dio a finales de los años 80 y las disputas por tierras y rutas del narcotráfico exacerbaron la violencia.
Según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, sigla en inglés), en 2023 había en el Catatumbo 43.867 hectáreas sembradas de coca que hacen de esa región la tercera más grande del país, superada solo por la del Pacífico y la de Putumayo-Caquetá.
El acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno y la antigua guerrilla FARC nunca se materializó en el Catatumbo donde, al igual que en otras áreas del país, los distintos armados ilegales llegaron antes que el gobierno para ocupar los vacíos territoriales dejados por la desmovilización de las FARC y apropiarse de cultivos de coca.
Guerras entre guerrillas
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Uno de esos grupos, las disidencias del Frente 33 de las FARC, son hoy blanco de los ataques del ELN, como lo fue en 2018 y 2020 un reducto del EPL, conocido como ‘Los Pelusos’, que fue diezmado en una guerra entre guerrillas.
La actual ofensiva contra las disidencias de las FARC, el ELN asegura que va dirigida contra ‘Richard Suárez’, supuesto jefe del Frente 33 del autodenominado Estado Mayor de los Bloques, al que tacha de «personaje siniestro y perverso» llegado a la región desde El Caguán, en el sur del país, «para pretender imponer su ley a las y los catatumberos».
Sin embargo, eso es lo mismo que ha hecho el ELN durante décadas no solo con asesinatos y secuestros sino también con los ‘paros armados’ con los cuales paraliza durante días todas las actividades de los pueblos de la zona.