Pedro Sánchez llevaba casi cuatro meses soñando con pronunciar el discurso de candidato a la investidura que leyó este miércoles en el primer día de debate en el Parlamento español que, si no surgen imprevistos, este jueves lo nombrará de nuevo presidente del gobierno de España.

En un discurso que duró casi dos horas, Sánchez habló más de 60 minutos antes de pronunciar la palabra de la discordia: amnistía.

“En nombre de España, vamos a conceder una amnistía a las personas encauzadas por el procés (proceso independentista) catalán”, dijo el candidato del PSOE sobre el acuerdo que selló con los partidos separatistas a cambio de que apoyen su reelección.

“Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad, virtud”, dijo Sánchez para justificar su polémica decisión.

“La amnistía que planteamos es perfectamente legal y acorde a la Constitución”, subrayó mientras un murmullo recorrió la Cámara.

“Cataluña está lista para el reencuentro total y nosotros tenemos que tener el valor para dar un paso adelante”, agregó.

“La amnistía no será un ataque a la Constitución, sino una muestra de su fortaleza”, dijo, convencido.

El presidente en funciones y candidato del PSOE llega a este debate de investidura, el más tenso y polarizado en décadas, habiendo firmado acuerdos con siete partidos que le permitirán sumar 179 apoyos, tres más de la mayoría absoluta fijada en la mitad más uno de los 360 diputados que integran el Congreso.

Le dirán que sí los suyos -121 parlamentarios del PSOE-, la coalición de izquierdas que integran Sumar, los independentistas catalanes -Esquerra Republicana y Junts-, los vascos -PNV y EH Bildu-, el Bloque Nacionalista Galego y Coalición Canaria.

Si cada diputado vota según lo pactado con el PSOE, Pedro Sánchez saldrá el jueves del hemiciclo ya investido como presidente una vez más.

Con más de 1.600 agentes de policía antidisturbios, el Congreso se blindó desde muy temprano.

Las protestas nocturnas frente a las sedes del PSOE en algunas ciudades llevan doce días tensando el ambiente.

Este miércoles por la mañana, las vallas y el cordón policial no frenaron a los manifestantes que, a medida que los diputados iban llegando para la sesión de investidura, coreaban: “¡No es un presidente, es un delincuente!”, en alusión al aspirante a la investidura.

Sánchez entró al hemiciclo tres minutos antes de las doce del mediodía. Los 121 diputados del PSOE lo aplaudieron de pie. Para esquivar posibles disturbios, había llegado al Congreso de los Diputados con más antelación de la habitual, y a través de un ingreso lateral al edificio de los leones, sobre el Carrer de San Jerónimo, en el centro de Madrid.

“Manifestarse en las calles es una de las formas de democracia”, comenzó su discurso Sánchez refiriéndose a las movilizaciones en contra de la amnistía que él acordó conceder a los independentistas.

“Quiero trasladarles mi respeto y mi reconocimiento porque han ejercido un derecho constitucional de participación política que emana de nuestra Constitución”, agregó sobre las concentraciones en su contra.

“Mientras yo sea presidente, toda la fuerza del Estado se dedicará a defender los derechos y las libertades de los españoles. Ni un solo retroceso, ni una sola involución va a contar con la indiferencia del Gobierno de España”, dijo más adelante.

Y subrayó, para que no quedaran dudas: “Lo que hoy se expresará en esta cámara cuenta con la máxima legitimidad”.

Desde el hemiciclo, Sánchez pidió el alto el fuego de Israel en Gaza. Reconoció el derecho de los israelíes a defenderse, exigió la liberación de los rehenes que mantiene cautivos el grupo terrorista Hamas y rechazó la matanza de palestinos.

“Mi primer compromiso de esta Legislatura: el nuevo gobierno va a trabajar en Europa para reconocer al Estado palestino”, dijo Sánchez.

Anunció luego algunas de las medidas que su gobierno adoptará para “mejorar la vida de los españoles”: boleto gratis para niños, jóvenes y desocupados y la prórroga de la suspensión del IVA en los alimentos hasta junio del año que viene.

Prometió que el salario mínimo equivaldrá al 60 por ciento del salario medio de los españoles y que se van a reducir las listas de espera en la salud pública, aunque la salud es una competencia transferida a las comunidades autónomas.

El partido de extrema derecha Vox presentó el martes una querella ante el Tribunal Supremo para intentar frenar el debate de investidura de Sánchez de este miércoles.

El líder de Vox, Santiago Abascal, denunció al candidato del PSOE por cohecho y usurpación de funciones del Poder Judicial, entre otros delitos, y pidió la suspensión de la investidura como medida cautelar. Este miércoles el Tribunal Supremo desestimó el pedido de Vox.

El candidato del PSOE atacó a las derechas de su país y le dedicó un capítulo al candidato libertario argentino Javier Milei, a quien calificó de “reaccionario”.

En su discurso, Sánchez disparó contra el Partido Popular y contra Vox, a quienes consideró “la derecha retrógrada”.

Y, en dos momentos de su parlamento, mencionó al candidato a la presidencia argentina, Javier Milei.

Sánchez se refirió a “la derecha tradicional argentina, arrollada por el delirante discurso reaccionario de Milei”.

Y, más adelante, volvió a criticarlo: “En estos días se han proclamado muchas cosas en las calles de nuestro país, pero hemos escuchado decir a un líder de extrema derecha en otra parte del mundo, en Argentina, lo siguiente: ‘La justicia social es una aberración y es injusta porque implica un trato desigual frente la ley’ -citó, según él, a Milei-. Algo que aquí, en España, estamos curados de espanto porque no nos sorprende.”

“Este gobierno de coalición que represento no considera la justicia social una aberración -retrucó Sánchez-. Al contrario. La consideramos la condición misma de la vida en sociedad.”

“Ya lo había dicho unos meses antes la líder intelectual del Partido Popular, la señora (Isabel Díaz) Ayuso (presidenta de la Comunidad de Madrid), cuando afirmó que la justicia social es un invento de la izquierda para promover la cultura de la envidia”, agregó el candidato del PSOE.

A la vez, ironizó sobre el apoyo a Javier Milei que el ex presidente español Mariano Rajoy, del PP, expresó hace unos días: “La ultra derecha argentina, por cierto, apoyada por la derecha conservadora. Hay que hacérselo mirar al señor Rajoy que apoya al candidato Milei a la presidencia de la Argentina”, exhortó son sorna al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que lo miraba desde su banca.

“Lo de hoy no hay sido un discurso. Ha sido un delirio”, dijo Núñez Feijóo cuando le tocó subir al estrado.

Luego de la exposición del candidato, fue el turno de los grupos parlamentarios que expusieron sus motivos para apoyar o negar su voto a Sánchez. Lo hicieron de mayor a menor, según el cupo de representación de cada partido político.

“No hay limites ni los habrá para satisfacer la ambición del candidato”, aseguró el líder del PP, quien a fines de septiembre intentó ser investido presidente pero no lo logró.

Núñez Feijóo fue el más votado en las elecciones generales del 23 de julio, pero no logró reunir en el Parlamento los apoyos necesarios para alcanzar la mayoría que lo invistiera.

“El fin justifica cualquier medio y socio”, ironizó sobre los pactos de Pedro Sánchez con los independentistas.

“¿Qué será lo siguiente?”, fue su pregunta retórica.

“Debemos encender todas las alertas democráticas porque del señor Sánchez podemos esperar cualquier cosa”, aseguró.

Con tono cáustico, Núñez Feijóo señaló: “La investidura ya se ha producido. Lejos de esta Cámara. Fuera de España. Pura normalidad democrática. Sin dar la cara. A escondidas. Ya llega investido desde Waterloo”.

Se refirió así a las negociaciones por la amnistía que el PSOE realizó en Bélgica con Carles Puigdemont, el ex presidente catalán que huyó de España luego de declarar unilateralmente la independencia de Cataluña en 2017.

Puigdemont, que lleva seis años refugiado en Waterloo y es hoy líder del partido de derecha Junts, fue el arquitecto de la propuesta de ley de amnistía para los independentistas con causas judiciales abiertas que su fuerza política le exigió a Sánchez a cambio de votar “sí” a su investidura.

“Lo que se trae hoy a la Cámara no se votó en las urnas”, le reclamó Núñez Feijóo.

“Esta investidura se pronunciará a través de un ejercicio de corrupción política -subrayó-. Tomar decisiones contra el interés general a cambio de beneficios personales es corrupción política.”

El líder del PP recriminó al candidato del PSOE a la investidura que hace tres meses decía que no concedería una amnistía. “Usted dice hablar en nombre de la democracia. Si ni puede hablar por el Sánchez de hace tres meses”, le disparó.

“Todo lo que el señor Sánchez le da al independentismo es a cambio de nada para los españoles”, dijo Núñez Feijóo.

Y sentenció: “A usted la historia no lo amnistiará”.

Ya había oscurecido en España cuando la presidenta del Congreso interrumpió la participación de los grupos parlamentarios en el primer día del debate de investidura.

Continuará este jueves, día de la votación que, si no median sobresaltos, culminará con Pedro Sánchez como nuevo presidente del gobierno de España.