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¿Dónde está Melania? Una pregunta delicada en la Casa Blanca

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A medida que pasan las semanas en la Casa Blanca, el rincón de la residencia utilizado durante mucho tiempo por las primeras damas permanece a oscuras, porque esta primera dama en realidad no vive en Washington.

Melania Trump desaparece durante semanas, refugiándose en la Torre Trump de Manhattan o en Florida, donde puede pasar desapercibida en Mar-a-Lago. Los funcionarios del gobierno aseguran que está en la Casa Blanca más a menudo de lo que el público sabe, pero no quieren (o quizá no pueden) decir con certeza cuándo exactamente y durante cuánto tiempo.

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Es como tener a Greta Garbo de primera dama.

Se espera que Melania Trump reaparezca en la capital el jueves para develar un sello de correos en honor de Barbara Bush, la ex primera dama, y para asistir a una ceremonia en favor de las madres militares. Pero dos personas con conocimiento de su agenda dijeron que había pasado menos de 14 días en la Casa Blanca desde que su marido fue investido hace 108 días. Otros dicen que incluso eso es una estimación generosa. Funcionarios del ala este y del ala oeste declinaron múltiples peticiones de comentarios para este artículo.

Una Primera Dama de perfil bajísimo

El hecho de que el paradero de la primera dama sea uno de los temas más delicados de la Casa Blanca solo aumenta la intriga.

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“No habíamos visto una primera dama de perfil tan bajo desde Bess Truman, y eso se remonta a la memoria humana viva, hace casi 80 años”, dijo Katherine Jellison, historiadora de la Universidad de Ohio cuya investigación se ha centrado en las primeras damas. Dijo que, al igual que Melania Trump, Bess Truman pasaba gran parte de su tiempo yendo de vuelta a “su casa siempre que podía”. (En el caso de Truman, era Independence, Misuri)

“Le gustaba su mundo privado”, dijo Jellison.

Imagen oficial difundida por la Casa Blanca despues de la asunción del presidente Trump, obra de la fotógrafa belga Regine Mahaux (Foto: Casa Blanca)

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Lo mismo puede decirse de esta primera dama. Contrató personal para que trabaje para ella en el ala este, pero rara vez entra en el despacho. Incluso los habituales de Mar-a-Lago dicen que no suelen verla por las instalaciones.

Todos los matrimonios tienen sus altibajos, pero como en tantas otras cosas, los Trump están en una liga propia. El año pasado, en unos pocos meses, la pareja soportó un juicio público sobre sus aventuras amorosas, dos intentos de asesinato y una campaña presidencial.

El juicio, relacionado con el dinero que Donald Trump pagó a una estrella del porno para silenciarla, supuso un momento especialmente difícil para la pareja, dijeron dos personas conocedoras de su dinámica. Melania se mantuvo alejada del tribunal del Bajo Manhattan y de la campaña que se intensificó en las semanas siguientes.

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La seguridad de su familia, una de las obsesiones de Melania

El intento de asesinato de su marido durante el verano —y un incidente posterior en el que un hombre armado se acercó a Donald Trump en uno de sus campos de golf— asustó profundamente a una mujer que ya estaba preocupada por la seguridad de su familia y lo había estado durante años, según dos personas familiarizadas con su forma de pensar. La primera vez que el presidente Trump fue investido, en 2017, le preocupaba incluso salir del coche para participar en el desfile.

Esta vez, en la Casa Blanca, Trump ha asumido algunas funciones que normalmente recaerían en una primera dama. No es ella quien selecciona cuidadosamente las lámparas de la residencia de la Casa Blanca, rediseña el Jardín de las Rosas, recibe a los grupos de turistas en el ala este u organiza recepciones para el Mes de la Historia de la Mujer. Es él.

U.S. President Donald Trump speaks during a Women's History Month event at the White House in Washington, D.C., U.S., March 26, 2025. REUTERS/Evelyn Hockstein

U.S. President Donald Trump speaks during a Women’s History Month event at the White House in Washington, D.C., U.S., March 26, 2025. REUTERS/Evelyn Hockstein

Ha pasado una década desde que marido y mujer descendieron juntos por esa escalera mecánica dorada hacia la vida política nacional. Ahora, él ha llegado a un momento en el que se encuentra rebosante de poder y confianza en sí mismo como nunca antes. Y, sin embargo, mientras él se expande, ella se encoge.

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Donald y Melania Trump comparten, sin embargo, un enfoque común de los cargos públicos. Ambos saben cómo ganar dinero con la exposición. En enero, Melania Trump lanzó su propio token de criptomoneda. “Ya puedes comprar $MELANIA”, escribió en las redes sociales un día antes de la segunda toma de posesión de su marido.

¿Dónde está Melania? Una pregunta delicada en la Casa Blanca

Y luego está el acuerdo que cerró con Amazon, del que se dice que fue de unos 40 millones de dólares, para un documental que ofreciera una mirada “tras bambalinas” a su vida como primera dama.

¿Qué podría mostrar? Es difícil decirlo con exactitud.

La última vez, Melania Trump esperó meses para mudarse a la Casa Blanca. Pero eso se debió a que su hijo solo tenía 10 años, y como su madre se tomó el tiempo necesario para organizar su escolarización y la transición a una nueva ciudad. Por aquel entonces, los padres de Melania estaban omnipresentes en la Casa Blanca mientras ella aprendía a desenvolverse en el cargo. La madre de Melania Trump, Amalija Knavs, murió en enero de 2024. Actualmente, pasa mucho tiempo con su padre, Viktor.

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Barron Trump ahora tiene 19 años. Está terminando su primer año en la Universidad de Nueva York y es cada vez más independiente. Aun así, hay una parte de Melania que sigue apegada al papel maternal protector que ella tiene en su vida, según dicen personas de su entorno.

“Sabes, siento que, como hijos, los tenemos hasta que tienen como 18 o 19 años”, dijo Melania a Fox News en una entrevista inusual que concedió en enero, antes de la toma de posesión. “Los enseñamos. Los guiamos. Y luego les damos las alas para volar”.

¿Dónde está Melania? Una pregunta delicada en la Casa Blanca

Se le preguntó dónde pensaba pasar la mayor parte de su tiempo este mandato.

“Estaré en la Casa Blanca”, respondió. “Y cuando necesite estar en Nueva York, estaré en Nueva York. Cuando tenga que estar en Palm Beach, estaré en Palm Beach. Pero mi primera prioridad es, ya sabes, ser madre, ser primera dama, ser esposa. Y una vez que estemos adentro, el 20 de enero, servimos al país”.

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La Primera Dama que nunca está

Como a la primera dama se le ve o se le oye poco, las veces que aparece permiten vislumbrar cómo ve su papel. Algunas de sus decisiones se han ajustado a las obligaciones tradicionales del cargo, hasta cierto punto.

U.S. President Donald Trump and U.S. first lady Melania Trump attend the annual White House Easter Egg Roll event, on the South Lawn of the White House in Washington, D.C., U.S., April 21, 2025. REUTERS/Ken Cedeno

U.S. President Donald Trump and U.S. first lady Melania Trump attend the annual White House Easter Egg Roll event, on the South Lawn of the White House in Washington, D.C., U.S., April 21, 2025. REUTERS/Ken Cedeno

El mes pasado presidió, junto a su marido, la fiesta de los huevos de Pascua en la Casa Blanca, pero incluso eso suscitó problemas éticos y legales tras revelarse que se permitía la participación de empresas patrocinadoras. (Todo el dinero recaudado debía destinarse a la Asociación Histórica de la Casa Blanca, una organización educativa privada sin fines de lucro fundada por Jacqueline Kennedy en 1961).

El 1 de abril, habló en el Departamento de Estado con motivo de los premios Internacionales a las Mujeres de Coraje, la primera vez que se la veía en público en Washington desde hacía semanas.

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U.S. first lady Melania Trump attends the 19th annual International Women of Courage Award ceremony at the Department of State in Washington, D.C., U.S., April 1, 2025. REUTERS/Nathan Howard

U.S. first lady Melania Trump attends the 19th annual International Women of Courage Award ceremony at the Department of State in Washington, D.C., U.S., April 1, 2025. REUTERS/Nathan Howard

En la Casa Blanca, la primera dama ha contratado a su propio personal en el ala este. Pero, ¿qué hacer cuando la jefa no viene al despacho? “Tuvimos el honor de dar la bienvenida a estos curiosos y jóvenes jardineros a la Casa Blanca la semana pasada”, se lee en el pie de foto de un video reciente publicado en la página de Instagram de “FLOTUS” (Primera dama de los Estados Unidos, por su sigla en inglés).

Pero la propia primera dama no aparece en el video. Ni siquiera está claro si estaba allí.

Últimamente se han visto equipos de filmación cerca de Melania Trump. Pero, en su mayor parte, el documental de Amazon sobre su vida está, como su tema, rodeado de misterio. Los directores de documentales y los ejecutivos de Hollywood afirman que los 40 millones de dólares que Amazon habría pagado por el documental, cuya producción ejecutiva corre a cargo de Melania Trump, son decenas de millones de dólares más de lo que se pagaría normalmente por este tipo de proyectos. Amazon declinó múltiples peticiones de comentarios para este artículo, al igual que el director de la película, Brett Ratner.

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Del mismo modo que la presencia de Melania Trump puede ser un espectáculo interesante, también lo puede ser su ausencia.

Cuando el primer grupo de visitantes fue conducido por el ala este, fue Donald Trump quien apareció para sorprender. “La primera dama ha trabajado mucho para que todo sea perfecto”, dijo al grupo. Pero ella no estaba allí.

¿Dónde está Melania? Una pregunta delicada en la Casa Blanca

Durante el primer mandato de Trump, ella replantó y restauró el Jardín de las Rosas. Este mandato, el presidente planea pavimentarlo para convertirlo en un patio y poder recibir invitados al aire libre. En un principio, a Melania Trump le molestó el plan de su marido, según dos personas informadas del asunto. Desde entonces le han asegurado que los rosales se dejarán en paz.

También le pareció bien la idea del salón de baile que él se empeña en construir en la Casa Blanca, una vez que le dijeron que la construcción no tendría lugar demasiado cerca de la residencia.

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Una persona que conoce a la primera dama desde hace mucho tiempo es Paolo Zampolli, un antiguo agente de modelos italiano que la vio por primera vez en Milán en los años noventa. El matrimonio Trump dice que fue Zampolli quien los presentó por primera vez, en 1998, en el Kit Kat Club de Manhattan. Se refiere a Melania reverentemente como “la dama”. Cualquier pregunta quisquillosa sobre la ausencia de en Washington, dijo, era infundada. “Le encanta la Casa Blanca”, insistió, “y le encanta el papel de servir como nuestra primera dama”.

Cuando el presidente realice su gran gira por Medio Oriente la semana próxima, a Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos, no se espera que la primera dama vaya con él.

Pero sí lo acompañó a la Ciudad del Vaticano para asistir al funeral del papa Francisco.

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Donald Trump y Melania, al regreso del funeral del Papa (Foto: REUTERS/Nathan Howard)

Donald Trump y Melania, al regreso del funeral del Papa (Foto: REUTERS/Nathan Howard)

Cuando aterrizaron de nuevo en Newark un sábado por la tarde, Melania Trump cumplía 55 años. El presidente le dio un beso en la mejilla. Ella subió a un coche, él subió al Marine One y cada uno siguió su camino.

Shawn McCreesh es reportero en la Casa Blanca para el Times y cubre el gobierno de Donald Trump.

casa blanca, Melania Trump

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Columbia caminó por la cuerda floja en su camino hacia un acuerdo de 200 millones de dólares con Trump

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Una vista del campus principal de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, Nueva York, EE. UU. REUTERS/Caitlin Ochs

Justo después del Día de los Caídos, Claire Shipman, presidenta interina de la Universidad de Columbia, visitó a Linda E. McMahon, secretaria de educación del presidente Trump. La institución y la administración Trump se encontraban en un punto muerto por el antisemitismo en el campus, y la mayor parte de los 1.300 millones de dólares en fondos federales para investigación de Columbia estaban en peligro.

Fue una reunión difícil, pero hubo momentos sorprendentemente colaborativos. La Sra. McMahon dijo que no le interesaba destruir la universidad. Empatizó con lo difícil que era dirigir una gran organización. Quería hablar de temas más allá del antisemitismo, como la necesidad de tolerar diversas voces en los campus.

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En lugar de desestimar esas preocupaciones de plano, la Sra. Shipman, experiodista y copresidenta del consejo directivo de Columbia antes de asumir la presidencia interina, escuchó.

Fue un momento revelador que contribuyó a los trascendentales acontecimientos del miércoles.

Esa noche, se reveló que Columbia y la administración Trump habían llegado a un acuerdo que permite que cientos de millones de dólares de fondos federales para investigación vuelvan a fluir a Columbia. El acuerdo pone fin a las investigaciones de derechos civiles sobre antisemitismo en la universidad. A cambio, Columbia pagará una multa de 200 millones de dólares al gobierno y 21 millones adicionales para resolver las demandas por discriminación laboral. Un monitor independiente informará al gobierno sobre el cumplimiento del acuerdo por parte de la universidad.

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La presidenta de la Universidad
La presidenta de la Universidad de Columbia, Claire Shipman, habla durante la ceremonia de graduación de la Universidad de Columbia en el campus principal de la universidad, en Manhattan, Nueva York, EE. UU., el 21 de mayo de 2025. REUTERS/Jeenah Moon/Pool

Aunque hubo aspectos en los que no coincidieron, la Sra. Shipman y otros líderes de Columbia coincidieron en gran medida con Washington en que existía un problema de antisemitismo en el campus. Según una encuesta reciente encargada por Columbia, el 62 % de los estudiantes judíos del año pasado afirmaron no sentirse aceptados por su identidad religiosa en la universidad. Algunos consideraban que también existía un problema más amplio de intolerancia, ya que demasiadas personas optaban por excluir, en lugar de interactuar, con otros puntos de vista.

Así pues, la Sra. Shipman buscó lo que llamó las “semillas” de la verdad en los asuntos citados por la Casa Blanca, incluyendo lo que percibía como una ortodoxia académica en el campus o la incapacidad de escuchar otras voces. Ella y otros líderes de Columbia se convencieron de que podían negociar un acuerdo con Trump para abordar los aspectos del campus que, según ellos, estaban rotos, siempre y cuando no traspasaran sus límites ni comprometieran la libertad académica.

El acuerdo fue inmediatamente criticado por muchos, tanto dentro como fuera de Columbia, por considerarlo una cesión ante la administración Trump. La misma táctica de retener fondos para investigación científica para presionar a Columbia por los disturbios en el campus probablemente era ilegal, según dictaminó un juez de Massachusetts. Sin embargo, algunos en el campus, en particular aquellos preocupados por el futuro de la investigación científica, aplaudieron el acuerdo, con la esperanza de que permitiera a Columbia recuperar su estabilidad.

Manifestantes pro-palestinos se manifiestan frente
Manifestantes pro-palestinos se manifiestan frente al campus principal de la Universidad de Columbia durante la ceremonia de graduación en Manhattan. REUTERS/Jeenah Moon/Foto de archivo

“Entiendo perfectamente el deseo de una narrativa simple: capitulación versus valentía, o hablar versus luchar”, declaró la Sra. Shipman en una entrevista con The New York Times el miércoles. “Miren, como experiodista, me inclino por esos temas. Pero supongo que todos sabemos que las situaciones de la vida real son profundamente complejas. Y realmente diría que proteger nuestros principios, lenta y cuidadosamente mientras estabilizamos la institución, también requiere valentía y está lejos de ser una capitulación”.

Este relato de cómo y por qué Columbia decidió llegar a un acuerdo con la administración Trump en lugar de litigar se basa en entrevistas con seis personas con conocimiento de las negociaciones, la mayoría de las cuales hablaron bajo condición de anonimato para poder hablar de conversaciones privadas.

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Columbia ha enfrentado disturbios en el campus desde los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. El estallido de sentimiento del lado pro-palestino, que aprovechó el momento como una oportunidad para pedir la liberación de Palestina, tomó a muchos por sorpresa. A las pocas semanas de los atentados, mientras los estudiantes judíos e israelíes aún lloraban a sus muertos, estallaron en el campus enfrentamientos a gritos entre estudiantes proisraelíes y propalestinos, acusándose mutuamente de apoyar el genocidio.

El movimiento estudiantil propalestino de Columbia galvanizó el campus, logrando el apoyo de miles de personas. La mayoría de los estudiantes que votaron en referendos no vinculantes apoyaron la desinversión en Israel, cuyas bombas caían sobre Gaza. Sin embargo, algunos estudiantes judíos se sentían cada vez más aislados y asustados. Cánticos como “no queremos sionistas aquí” parecían dirigidos a ellos personalmente.

Minouche Shafik, entonces presidenta de Columbia, no pudo controlar el creciente activismo estudiantil y se negó a llegar a un acuerdo con los manifestantes para desinvertir. Decretó el cierre del campus y llamó al Departamento de Policía dos veces para poner fin a las manifestaciones. Apenas unas semanas antes del inicio del nuevo año académico, en agosto de 2024, dimitió. Aun así, los problemas de Columbia siguieron siendo en gran medida un asunto interno, hasta que el presidente Trump fue elegido.

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La presidenta de la Universidad
La presidenta de la Universidad de Columbia, Nemat «Minouche» Shafik. REUTERS/Ken Cedeno

El 7 de marzo, el gobierno federal canceló o congeló más de 400 millones de dólares en fondos de investigación, argumentando que Columbia ya no cumplía los requisitos para recibir el apoyo debido a su presunta tolerancia al acoso antisemita en el campus. Fue la primera universidad en ser sancionada de esta manera. Harvard, Cornell y Northwestern le siguieron poco después. Un grupo de trabajo sobre antisemitismo que Trump reunió tras llegar a la Casa Blanca emitió una lista de nueve demandas que reflejaban las peticiones de algunos grupos judíos en el campus, solicitando más restricciones a las manifestaciones, mayor supervisión académica y una disciplina más estricta.

La junta directiva de Columbia, compuesta por 21 miembros, en consulta con los abogados de la universidad, decidió negociar. Los abogados informaron a la junta que demandar probablemente traería beneficios a corto plazo, pero que el gobierno aún podría excluir a Columbia de la consideración para futuras subvenciones. Esto generaría una situación extremadamente inestable, que pondría en riesgo miles de millones de dólares de importantes fondos de investigación.

Durante la presidencia interina de Katrina Armstrong, la junta llegó a un acuerdo con el que consideró viable. La universidad modificó cada exigencia de forma que no comprometiera sus valores fundamentales ni la independencia académica.

En lugar de una prohibición total del uso de mascarillas, por ejemplo, se exigiría a los manifestantes enmascarados que mostraran una identificación cuando se les solicitara. En lugar de someter al departamento de Estudios de Oriente Medio a administración judicial, una medida que eliminaría su independencia, un nuevo vicerrector revisaría el trabajo del departamento, junto con el de otros departamentos.

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“Si podemos hacer algo que ya teníamos pensado hacer sin tener que litigar y restaurar lo que nos importa aquí, ese es, en nuestra opinión —o en la mía—, el mejor camino”, declaró Keith Goggin, miembro del consejo, en una asamblea pública del senado universitario en primavera. “Y quizá no podamos seguir ese camino, pero ahí estamos hoy”.

La secretaria de Educación de
La secretaria de Educación de Estados Unidos, Linda McMahon. REUTERS/Jonathan Ernst

La Sra. McMahon, secretaria de educación, afirmó públicamente que Columbia iba por buen camino. Sin embargo, días después, la Dra. Armstrong fue duramente criticada por cómo describió el acuerdo en una reunión privada del profesorado. Una transcripción de la reunión se filtró a los medios, insinuando que estaba minimizando su compromiso con cambios reales. A los pocos días, renunció y la Sra. Shipman la sucedió.

A principios de abril, la Casa Blanca presentó a Columbia los términos de un decreto de consentimiento, un plan de mejora del rendimiento legalmente vinculante que generalmente implica una orden judicial y que dejaría a Columbia bajo supervisión federal durante los próximos años. El plan, mucho más estricto que el acuerdo final, se filtró a la prensa y se presentó como inminente, a pesar de que las negociaciones continuaban.

El 11 de abril, Harvard publicó su propia carta de la Casa Blanca, que exigía aún más a la universidad que recuperara miles de millones de dólares en financiación para la investigación. Sintiendo que su independencia estaba en juego, Harvard declaró que demandaría, no negociaría. De repente Washington tuvo ante sí una situación más urgente y cambió su enfoque.

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El tiempo extra ayudó a Columbia a consolidar su estrategia de negociación. A medida que se retiraban miles de millones de dólares de Harvard y se ponía en duda su capacidad para matricular estudiantes internacionales, lo que estaba en juego se hizo evidente. También se hizo evidente internamente en Columbia que el golpe a su iniciativa científica era mucho mayor que los 400 millones de dólares originales.

Columbia ahora afirma que la mayor parte de sus 1300 millones de dólares en subvenciones federales anuales se había congelado o suspendido. También se le prohibió a la universidad competir por nuevas subvenciones. En mayo, cerca de 180 personas fueron despedidas. Cada día, los científicos recibían nuevas ofertas y tenían la incertidumbre de si Columbia seguiría siendo un centro de investigación importante.

El gobierno continuó aumentando la presión, abriendo nuevas investigaciones sobre violaciones de los derechos civiles contra estudiantes judíos en Columbia. A finales de mayo, el gobierno federal declaró a Columbia violando las normas de derechos civiles por “actuar con deliberada indiferencia” ante el acoso a estudiantes judíos. En junio, el Departamento de Educación envió una carta al organismo que otorga a Columbia y otras escuelas un sello vital de aprobación (la acreditación) y advirtió que la universidad podría perder esa credencial vital, clave para recibir ayuda federal para estudiantes.

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Manifestantes pro-Israel cantan el himno
Manifestantes pro-Israel cantan el himno nacional de Israel frente a la Universidad de Columbia. REUTERS/Mike Segar

Todos estos eran problemas muy reales que debían resolverse con el gobierno.

“Pensamos que tenía sentido seguir dialogando mientras se lograran avances”, dijo la Sra. Shipman.

Mantuvo múltiples conversaciones con la Sra. McMahon y miembros de su personal, según una persona con conocimiento de las conversaciones. La Sra. Shipman también habló con abogados de las agencias que integran el grupo de trabajo sobre antisemitismo de la administración Trump, así como con representantes de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia.

La Sra. Shipman trabajó con los fideicomisarios y un pequeño equipo académico que reunió. Este incluía a un experto en negociación, quien les indicó que es posible llegar a un acuerdo, incluso con un oponente con el que se tienen profundas diferencias, siempre que se mantengan los principios fundamentales.

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El trabajo fue minucioso. “En realidad, es un acto de equilibrio”, dijo la Sra. Shipman, aproximadamente una semana antes de que se anunciara el acuerdo. “Queremos este acuerdo, lo necesitamos. Queremos recuperar una buena relación con el gobierno y volver a ser un socio de investigación. Y, sin embargo, debemos proteger algunos aspectos fundamentales de nuestra identidad como institución”. Se selló un acuerdo.

Pareció producirse un avance en las negociaciones cuando la Casa Blanca propuso multas monetarias para ayudar a resolver las quejas sobre derechos civiles. Las partes también acordaron nombrar a un monitor independiente, a quien elegirían mutuamente. El monitor garantizaría el cumplimiento de los términos del acuerdo.

Columbia adoptó un enfoque práctico respecto a la enorme tarifa del acuerdo. El dinero era menos importante que los valores fundamentales: Columbia consideraba que este acuerdo no dictaría quién enseña, qué enseña ni qué estudiantes son admitidos.

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“No se trata de una cantidad de dinero que nos quiebre, pero los valores fundamentales son la clave”, dijo un alto administrador académico de Columbia involucrado en las negociaciones.

La presidenta de la Universidad
La presidenta de la Universidad de Columbia, Claire Shipman. REUTERS/Jeenah Moon/Pool

A juicio de los negociadores de Columbia, gran parte de lo acordado —el compromiso de respetar las leyes de derechos civiles y no participar en prácticas ilegales de diversidad— habría sido necesario de todos modos bajo la administración Trump. La mayoría de las reformas internas, como la centralización del control disciplinario estudiantil y el nombramiento de al menos 36 agentes de seguridad con facultades de arresto, son cambios a los que ya se habían comprometido.

Para la semana pasada, se estaba cerca de un acuerdo. Un equipo de funcionarios y abogados de Columbia, incluida la Sra. Shipman, se reunió en una sala de recepción diplomática de la Casa Blanca durante una hora con May Mailman, estratega política, y otros funcionarios de Trump para discutir algunos detalles finales.

“El daño a Columbia no fue especulativo. Fue real y real”, declaró Jeh Johnson, copresidente de la junta y secretario de Seguridad Nacional durante la administración Obama.

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“Sin una resolución con el gobierno, nos enfrentábamos a la pérdida de nuestra actividad de investigación tal como la conocemos, incluyendo la salida de nuestros mejores científicos y, sin duda, más despidos”, declaró el Sr. Johnson. “Teníamos que detener la hemorragia”.

© The New York Times 2025.



Crime,Asylum / Immigration / Refugees,North America,NEW YORK

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Una exposición de manuscritos de hace 1.300 años muestra que los monjes no se limitaban a copiar: en los márgenes hay bromas, ironías y quejas

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Según informó Fox News, estos documentos, junto con más de un centenar de objetos históricos, ofrecen una ventana inédita a la vida y personalidad de los monjes irlandeses.

Unos manuscritos medievales de 1.300 años, repletos de garabatos y anotaciones inesperadamente humanas, han salido a la luz en una exposición que desafía la imagen solemne de la vida monástica irlandesa. El Museo Nacional de Irlanda, en Kildare Street, Dublín, presenta hasta el 24 de octubre una muestra que revela cómo los monjes del siglo IX no solo copiaban textos sagrados, sino que también dejaban constancia de sus frustraciones, bromas y temores cotidianos.

Según informó Fox News, estos documentos, junto con más de un centenar de objetos históricos, ofrecen una ventana inédita a la vida y personalidad de los monjes irlandeses, mostrando que la espiritualidad medieval también tenía espacio para la queja, el humor y la preocupación por las amenazas externas.

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El ‘Institutiones Grammaticae’ destaca por sus miles de garabatos en irlandés antiguo, reflejando la vida cotidiana de los monjes (National Museum of Ireland)

La exhibición, titulada “Words on the Wave: Ireland and St. Gallen in Early Medieval Europe“, reúne más de 100 piezas de alto valor histórico y cultural, muchas de las cuales se muestran al público por primera vez. El acceso es gratuito, lo que facilita que tanto especialistas como curiosos puedan acercarse a este periodo fundamental de la historia irlandesa. De acuerdo con el reporte de Fox News, la muestra incluye diecisiete manuscritos antiguos cedidos en préstamo por la Biblioteca de la Abadía de San Galo, en Suiza, una de las instituciones monásticas más antiguas de Europa.

Entre los libros expuestos destaca el “Institutiones Grammaticae” de Prisciano, un tratado gramatical del siglo VI que, siglos después de su redacción, se convirtió en el lienzo improvisado de los monjes irlandeses. Según detalló el National Museum of Ireland en declaraciones recogidas por Fox News, este volumen contiene “miles de garabatos en los márgenes escritos en irlandés antiguo”, lo que lo convierte en un testimonio excepcional de la vida intelectual y emocional de sus copistas.

La exposición en el National
La exposición en el National Museum of Ireland revela manuscritos medievales con anotaciones humanas de monjes del siglo IX (Wikipedia)

Aunque los manuscritos se conservan hoy en la Abadía de San Galo, su origen se remonta a los monasterios de Nendrum o Bangor, en el norte de Irlanda. Estiman que los monjes irlandeses realizaron estas anotaciones en la década de 850, antes de que los libros viajaran al continente europeo, donde se integraron en la biblioteca suiza en menos de una década.

El “Institutiones Grammaticae” no solo es valioso por su contenido gramatical, sino también por las voces que emergen de sus márgenes. Estos garabatos permiten a los visitantes acercarse a una dimensión poco explorada de la historia monástica.

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La exposición 'Words on the
La exposición ‘Words on the Wave’ estará abierta hasta el 24 de octubre con acceso gratuito en Dublín (Stiftsbibliothek, St. Gallen)

Lejos de limitarse a copiar textos sagrados, los monjes irlandeses del siglo IX aprovecharon los márgenes de los manuscritos para expresar sus pensamientos más mundanos. Entre los ejemplos más llamativos, recogidos por Fox News y The Guardian, figura la confesión de un monje que escribió estar “ale-killed“, una expresión que indica que sufría una resaca. Esta anotación, traducida como “muerto por la cerveza”, rompe con la imagen de austeridad y recogimiento que suele asociarse a la vida monástica.

Otras anotaciones reflejan las dificultades materiales y climáticas que enfrentaban los copistas. Uno de los garabatos más citados reza: “Nuevo pergamino, mala tinta. Oh, no digo nada más“, una queja que pone de manifiesto los problemas cotidianos de quienes trabajaban en la producción de libros. Además, los monjes no ocultaban sus temores ante las amenazas externas. En una de las entradas, un fraile expresa su preocupación por las incursiones vikingas: “Amarga es la noche, el viento agita el cabello blanco del océano: no temo el curso del mar claro por los fieros héroes de Lothlend”.

El curador Matthew Seaver, en declaraciones recogidas por The Guardian y citadas por Fox News, subrayó el valor de estos textos: “Ofrecen una visión poco común y muy real de la vida cotidiana de los monjes irlandeses medievales”. Seaver añadió que los manuscritos están “llenos de voces humanas, humor, frustración y resiliencia”, lo que permite comprender mejor la complejidad emocional y social de los religiosos de la época.

Los manuscritos, originarios de Irlanda
Los manuscritos, originarios de Irlanda del Norte, fueron trasladados a la Abadía de San Galo en Suiza en el siglo IX (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para Matthew Seaver, curador del National Museum of Ireland, la importancia de estos manuscritos radica en su capacidad para humanizar a los monjes medievales. Según explicó en declaraciones recogidas por Fox News, los garabatos y anotaciones “ofrecen una visión rara y muy real de la vida diaria y las personalidades de los monjes irlandeses medievales”.

Seaver destacó que estos textos están “llenos de voces humanas, humor, frustración y resiliencia”, lo que permite a los visitantes conectar con los sentimientos y preocupaciones de quienes vivieron hace más de un milenio. El curador también señaló que, aunque muchas de las bromas y juegos de palabras requieren conocimientos de irlandés antiguo para ser comprendidos en su totalidad, la esencia de las emociones y situaciones descritas resulta universal.

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La exposición, según Seaver, invita a repensar la imagen tradicional de los monjes como figuras exclusivamente espirituales y a reconocer su humanidad en toda su complejidad.

La muestra incluye más de
La muestra incluye más de 100 objetos históricos, entre ellos manuscritos, un broche celta, una espada vikinga y un relicario de libros (National Museum of Ireland)

La muestra no se limita a los manuscritos. Entre los objetos más destacados figuran un broche del siglo VIII, una espada vikinga y el relicario de libros más antiguo y grande de Irlanda, conocido como el Lough Kinale Book Shrine. Estos artefactos, según detalló Fox News, complementan la narrativa de la exposición al ilustrar la riqueza material y simbólica de la Irlanda medieval.

El broche celta, ejemplo de la orfebrería de la época, y la espada vikinga, testimonio de los contactos y conflictos con los pueblos nórdicos, permiten contextualizar las preocupaciones expresadas en los manuscritos. El relicario de libros, por su parte, subraya la importancia que los monjes otorgaban a la conservación y protección de los textos sagrados y literarios.

El presidente del museo considera
El presidente del museo considera la muestra como la más significativa en décadas y destaca la conservación de piezas inéditas (National Museum of Ireland)

El presidente del Museo Nacional de Irlanda, Cathal O’Donoghue, destacó la relevancia de la exposición en una declaración recogida por Fox News. O’Donoghue afirmó sentirse “honrado de recibir este préstamo significativo” y calificó la muestra como “la exhibición más significativa en décadas” para la institución de Kildare Street. Según él, la presentación de los manuscritos proporciona “un contexto único para la exhibición de artefactos de nuestra propia colección, muchos de los cuales han sido recientemente conservados y se muestran al público por primera vez”.

La exhibición “Words on the Wave: Ireland and St. Gallen in Early Medieval Europe” permanecerá abierta hasta el 24 de octubre en el National Museum of Ireland, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de descubrir, a través de manuscritos y objetos, el lado más humano y cotidiano de los monjes irlandeses medievales.

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Unearthed video exposes Mamdani’s ‘unabashed’ commitment to supporting anti-Israel sanctions as lawmaker

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NEWYou can now listen to Fox News articles!

FIRST ON FOX: A resurfaced interview by New York City socialist mayoral candidate Zohran Mamdani highlights his commitment to BDS and sanctions against Israel, as he runs for mayor in a city with the highest Jewish population in the United States outside of Israel.

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«I’m very excited about being a member of DSA, specifically the New York City chapter,» Mamdani told SAAG Interactive in June 2021.

«Within the questionnaire when you submit to be considered a candidate to be endorsed by the organization, you’re asked what your views are on BDS and I think that has also brought what it is typically thought of as a separate issue into the sphere of local politics where we create a bench of candidates. We’re not legislating on BDS on a daily basis, but it’s clear that our commitment is unabashed to justice.»

Mamdani was interviewed in the clip by a journalist named Naib Mian, who has a social presence littered with anti-Israel posts, including accusing Israel of benefitting from «manufacturing antisemitism» and defending the phrase «from the river to the sea.»

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NYC COUNCILWOMAN WARNS MAMDANI VICTORY WILL DRIVE AWAY KEY VOTING BLOC: ‘AFRAID TO LIVE HERE’

Democratic socialist candidate Zohran Mamdani, who won the Democratic primary for mayor of New York City, speaks at an endorsement event on July 15, 2025 in New York City. (Spencer Platt/Getty Images)

Mamdani went on to speak more about BDS, an acronym for Boycott, Divestment and Sanctions, in the interview, saying that «the ways in which we can marry our struggle to our day-to-day life and show our solidarity in that life, I think that’s critical to winning this fight because it can’t all be, as you’ve very well stated, just kind of exclusively considered a legislative battle. It has to be a society-wide battle.»

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«And I think there is no thing that’s too banal to stand up against the brutality of the occupation and apartheid. And so, you know, if it’s a shipping container, or if it is a university that is being funded, a university that helped to develop IDF’s weapons technology, or it is an event with an Israeli ambassador, whatever it may be, I think that we have to showcase what that solidarity looks like.»

Dating back to his college days, Mamdani has expressed support for BDS, which Influence Watch describes as «an international campaign to delegitimize the State of Israel as the expression of the Jewish people’s right to national self-determination by isolating the country economically through consumer boycotts, business and government withdrawal of investment, and legal sanctions.»

MAMDANI’S FORMER DEM COLLEAGUE RAILS AGAINST HIS SIGNATURE CAMPAIGN PROMISE: ‘NAIL IN THE COFFIN’

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Zohran Mamdani visits Washington, D.C.

NYC Mayoral candidate Zohran Mamdani briefly speaks with reporters as he leaves the Dirksen Senate Office Building on July 16, 2025 in Washington, D.C. (Photo by Michael M. Santiago/Getty Images)

Mamdani, who founded the Students for Justice in Palestine chapter at the prestigious Bowdoin College in Maine, wrote about the importance of an academic boycott of Israel in the school paper, Fox News Digital previously reported.

«It also helps to highlight just how intertwined this oppression is, and just how much it relies on us normalizing it and saying that, you know, my convictions stop at the point when it becomes inconvenient, and we have to showcase that convenience means nothing in the face of these things,» Mamdani said in the interview. «On a personal level, I am very much committed to actively working to stop any additional anti-BDS bills that come through the Assembly.»

Mamdani told Mian that he has been working on a letter to «circulate to support proactive measures that we can take to stop apartheid and to hold Israel accountable.»

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Mamood Mamdani

From left to right, New York mayoral candidate State Rep. Zohran Mamdani stands with his mother, Mira Nair, and father, Mahmood Mamdani, as they celebrate during an election night gathering at The Greats of Craft LIC on June 24, 2025 in the Long Island City neighborhood of the Queens borough in New York City. ( (Photo by Michael M. Santiago/Getty Images))

Mamdani continued, «My predecessor was somebody who very much marched in support and showed up at press conferences in support of the Israeli state. And I am somebody who is unabashedly in support of Palestinian liberation. My constituency hasn’t changed that much in between our terms. But it’s very clear to me that my constituency now, after I’ve said these things, the response that I received is just overwhelmingly in support. And so there are so many other people, so many other districts in New York City where people are just waiting to be given the go-ahead to express that solidarity.»

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Mamdani said that it is «my job» to give those people he previously mentioned «as many opportunities as possible and to push as many other colleagues of mine and people in any place of power to do the same.»

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«I really do believe that we have not yet hit the ceiling of support for the Palestinian people’s fight for justice,» Mamdani said. 

Fox News Digital reached out to the Mamdani campaign for comment.

Mamdani’s support for BDS has drawn criticism from Jewish groups in New York and his father, Mahmood, has also voiced support for BDS while sitting on the advisory board of a tribunal that has routinely called for sanctions against Israel,» Fox News Digital previously reported.

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Mamdani has defended his support of BDS on the campaign trail, including in May where he said, «My support for BDS is consistent with my core of my politics, which is non-violence.»

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