JERUSALÉN – Funcionarios estadounidenses e israelíes expresaron el jueves un renovado optimismo sobre un acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza, después de que Hamás revisara su posición y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le dijera al presidente estadounidense Joe Biden que enviará una nueva delegación de negociadores a la estancada zona. negociaciones.

Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que creían que los nuevos avances en las conversaciones equivalían a lo que se llamó repetidamente «un gran avance» en las negociaciones que duraron meses, aunque señalaron que llevaría algún tiempo determinar los muchos pasos necesarios para implementar una tregua.

Los funcionarios israelíes y otros involucrados en las conversaciones coincidieron en que hubo avances, pero los describieron en términos más cautelosos.

Las discusiones se basan en un acuerdo marco de tres etapas publicado por Biden a fines de mayo y respaldado por las Naciones Unidas.

Si se lleva a cabo, el acuerdo estipularía en última instancia el fin de la guerra, una retirada total de Israel de Gaza y que Hamás y sus aliados liberarían a los 120 rehenes vivos y muertos restantes en Gaza para los palestinos detenidos en cárceles israelíes.

Un alto funcionario de la administración de Biden directamente involucrado en las conversaciones dijo que ahora existe un amplio acuerdo sobre los pasos necesarios para la transición de la Fase 1, un alto el fuego temporal, a la Fase 2, un fin permanente de los combates y la liberación de los rehenes vivos restantes. .

El funcionario, que pidió no ser identificado debido a las sensibilidades de las negociaciones, comparó la situación actual con el acuerdo finalmente alcanzado en noviembre que condujo a un alto el fuego durante varias semanas y la liberación de unos 105 rehenes.

Dijo que “ya existe un marco” para una nueva tregua, pero que aún queda mucho por hacer para llegar a un acuerdo final.

El cambio se produjo tras el anuncio de Hamas el miércoles de que había “intercambiado algunas ideas” con los mediadores sobre el acuerdo de alto el fuego después de semanas de estancamiento.

Un funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato para discutir las delicadas conversaciones, dijo el miércoles por la noche que persistían grandes brechas entre las partes, pero que la posición revisada de Hamás dejaba potencial para avanzar en las conversaciones.

David Barnea, jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad, encabezará el equipo negociador israelí en Qatar el viernes, dijeron un segundo funcionario israelí y otro funcionario familiarizado con las conversaciones.

Quedan muchos obstáculos, incluida la cuestión de si Netanyahu arriesgará su coalición de derecha al acordar un alto el fuego con Hamás.

Dos de sus socios de coalición de extrema derecha han insistido en que la guerra contra Hamás continúe, lo que podría obligar a Netanyahu a elegir entre un acuerdo que ponga fin a la guerra y libere a los rehenes, y la supervivencia de su gobierno.

La oficina de Netanyahu dijo que el primer ministro reiteró en su llamada a Biden el jueves por la noche que Israel pondría fin a la guerra “sólo después de lograr sus objetivos”.

Los objetivos declarados de Israel incluyen destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás en Gaza y garantizar que el enclave palestino no pueda volver a representar una amenaza.

Ambos objetivos aún podrían tardar mucho tiempo en lograrse, si es que se logra.

Las conversaciones de alto el fuego se paralizaron en junio. Después de que Biden anunciara la propuesta, Hamás exigió enmiendas, lo que llevó a Israel a declarar rápidamente que Hamás había rechazado el acuerdo.

La administración Biden dijo que algunas de las demandas de Hamás eran inviables.

La Casa Blanca, en un comunicado el jueves, dijo que Biden “acogió con agrado la decisión del primer ministro de autorizar a sus negociadores a colaborar con mediadores estadounidenses, qataríes y egipcios en un esfuerzo por cerrar el acuerdo”, pero no mencionó las advertencias israelíes.

Los esfuerzos para reactivar las negociaciones se produjeron en medio de tensiones latentes a lo largo de la frontera norte de Israel, con el grupo armado libanés Hezbollah lanzando un ataque inusualmente grande con cohetes y drones hacia Israel el miércoles y uno aún mayor el jueves, en represalia por el asesinato por parte de Israel de un comandante de Hezbollah en Miércoles.

El bombardeo de cohetes mató a un oficial reservista israelí y provocó incendios forestales a lo largo de la frontera norte de Israel.

Los principales obstáculos en las conversaciones de Gaza han estado relacionados con una disputa fundamental:

Hamás quiere garantías de que el acuerdo conducirá al fin de la guerra y a una retirada total de las fuerzas israelíes, mientras que los líderes israelíes han prometido seguir luchando hasta que Hamás sea destruido y mantener el control de la seguridad de Gaza en la posguerra en manos israelíes.

Según dos altos funcionarios informados sobre las conversaciones, los desacuerdos recientes se habían centrado en gran medida en dos párrafos del acuerdo propuesto, ambos relacionados con las negociaciones sobre una tregua permanente.

Esas negociaciones se llevarían a cabo durante la primera fase del acuerdo, una propuesta de alto el fuego de seis semanas, durante la cual algunos rehenes serían intercambiados por prisioneros palestinos.

Hamás quería limitar esas conversaciones al número y la identidad de los prisioneros palestinos que serían liberados por cada rehén restante, mientras que Israel quería dejarlas abiertas, para que se pudieran agregar más temas a las discusiones, según los dos altos funcionarios.

Hamás temía que Israel pudiera torpedear las conversaciones ampliándolas para abordar otras cuestiones efectivamente irresolubles, lo que permitiría a Israel continuar la guerra, dijeron los funcionarios.

Los negociadores qataríes ofrecieron a Hamás tres posibles alternativas la semana pasada, según los dos altos funcionarios, aunque no dieron más detalles.

La propuesta también estipula que si Israel y Hamas no pueden llegar a un acuerdo sobre un alto el fuego permanente antes de que expire la tregua de seis semanas, las negociaciones continuarán hasta que lo logren.

Los dos altos funcionarios dijeron que Hamás quería un lenguaje que garantizara que Israel no podría declarar unilateralmente que las conversaciones habían fracasado y regresar a la batalla.

Algunos miembros influyentes del gobierno de coalición de Netanyahu han expresado su oposición a un posible acuerdo con Hamás.

«Ahora no es el momento de detenernos, es todo lo contrario: es el momento de traer más fuerzas y aumentar nuestra presión militar», dijo el martes Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de extrema derecha del país.

«Sería absurdo si nos detuviéramos justo un momento antes del éxito: el final, la victoria total sobre Hamás».

La administración Biden espera que una tregua en Gaza permita que Israel y Hezbolá, que ha estado disparando contra Israel en solidaridad con Hamás, lleguen también a un acuerdo diplomático.

El jueves, Hezbollah lanzó uno de los mayores ataques contra el norte de Israel desde que comenzó la guerra en Gaza, activando sirenas de ataque aéreo en toda la zona durante más de una hora y enviando a miles de personas a buscar refugios fortificados.

Según el ejército israelí, se lanzaron aproximadamente 200 cohetes y morteros y 20 drones hacia el norte de Israel.

Desde el ataque liderado por Hamás contra Israel el 7 de octubre, Hezbollah, el grupo armado libanés políticamente poderoso, ha atacado repetidamente el norte de Israel en solidaridad con Hamás, lo que provocó ataques israelíes en el Líbano.

Más de 150.000 personas a ambos lados de la frontera entre Israel y el Líbano han huido, sin saber cuándo podrían regresar a sus hogares.

Hezbolá dijo que el bombardeo del jueves fue en parte una respuesta al asesinato por parte de Israel de un alto comandante militar de Hezbolá el día anterior en la región de Tiro, en el sur del Líbano.

Pero las municiones de Hezbollah fueron disparadas principalmente contra zonas fronterizas, evitando un ataque más amplio al corazón de Israel que probablemente habría provocado una respuesta más severa.

Hezbolá ha dicho que sus fuerzas no detendrán sus ataques hasta que Israel ponga fin a su campaña militar en Gaza.

Al mismo tiempo, funcionarios israelíes han expresado amenazas cada vez más belicosas de una posible invasión del Líbano para alejar a Hezbolá de la frontera.

c.2024 The New York Times Company