Las versiones sobre el fallido golpe de Estado que el miércoles pasado remeció a Bolivia siguen apilándose. Ahora, el ex jefe de la aviación reveló a los investigadores desde su arresto domiciliario que los golpistas tenían al parecer armado un gabinete de gobierno y contaban con fuerte apoyo local e incluso internacional.

Juan José Zúñiga, el general que el miércoles pasado derribó la puerta del Palacio Quemado con una tanqueta pero que 90 minutos después retrocedió al advertir que nadie apoyaba su intentona, atribuyó el motín a un pedido del presidente Luis Arce como una manera de fortalecer su imagen tras el fracaso de la asonada. Ahora, con el objetivo de desterrar la idea de que el mandatario alentó la conspiración, el Gobierno empezó a difundir las declaraciones judiciales de los generales detenidos.

Según esas confesiones, ya había un gabinete listo para asumir, los golpistas llamarían a elecciones en 90 días, liberarían “presos políticos” y hasta que contaban con apoyos internacionales de embajadas de Estados Unidos, la Unión Europea y Libia. Ahora esas sedes diplomáticas serán llamadas por la Cancillería boliviana.

El gobierno se basa en la declaración del comandante de la Fuerza Aérea, Marcelo Javier Zegarra. Este general participó de la movida de las tanquetas y efectivos que llegaron hasta la céntrica Plaza Murillo en La Paz. Estuvo en el tenso cruce con el presidente Arce pero ahí dudó y se bajó. Eso le valió elogios del propio presidente y en la primera ola de detenciones del jueves, Zegarra quedó exento.

Sin ser llamado por la Justicia, se presentó voluntariamente a declarar y ahí Zegarra sí quedó detenido. No fue exhibido ante los medios de comunicación como el resto de los aprehendidos y el sábado sorpresivamente decidió ampliar su declaración. Reveló los datos que abrazó el gobierno de Arce para desmentir el autogolpe, una teoría venenosa que Zúñiga inoculó en la población y a la que también se subió el expresidente Evo Morales.

“El miércoles 26 fui convocado por el general Zúñiga, me dijo que vaya a su despacho. Señaló una pizarra y dijo que había ‘todo el apoyo de la Embajada Americana, de la Embajada de Libia, de la comunidad Europea, de la Policía Boliviana, de los militares, jubilados y que a estos tienen que plegarse otra organización. Ellos van a apoyar, una vez que consolidemos la toma del poder’”, dijo Zegarra en la declaración que difundió el Gobierno.

Pero además, contó que Zúñiga tenía definidos los nombres de un nuevo gabinete. Como ministro de Defensa, aparecía el general Tomas Héctor Peña y Lillo, y como ministro de Presidencia, asumiría el coronel Calderón. Al tiempo que Zúñiga iba a ser presuntamente el presidente del Estado y desde el Gobierno revelaron que Zúñiga se hacía llamar «el general del pueblo». El general Zegarra también confesó que fueron trasladados cinco francotiradores a La Paz, que por ahora declararon como testigos.

La Justicia dictó prisión preventiva de seis meses para el general Zúñiga, el vicealmirante Juan Arnez y al exjefe de la brigada mecanizada del ejército Alejandro Irahola. Fueron trasladados a la cárcel de máxima seguridad Chonchocoro, en el municipio de Viacha. Sin embargo, por cuestiones de seguridad a Zúñiga al centro penitenciario de El Abra, en Cochabamba. Pero, a diferencia de sus pares de las fuerzas armadas, Zegarra que contó el plan de Zúñiga fue beneficiado con arresto domiciliario.

«Los elementos que brindó Zegarra nos ayudan en el proceso investigativo. Recibimos audios de inteligencia de regimientos militares de gente que está buscando fachadas para tapar lo que ha ocurrido», aseguró el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo en una conferencia de prensa de la que participó Clarín este domingo. También remarcó que encontraron hasta un posible discurso escrito que Zúñiga leería al tomar el poder.

Ante las críticas por la idea del autogolpe y de que no hubo víctimas fatales, el ministro de Gobierno contó que el general golpista dio la orden de disparar pero que el jefe de 8va. división se negó. Por otro lado, sobre el apoyo de las tres embajadas, Del Castillo remarcó que esa «información preliminar, no es algo que podamos corroborar. Seguramente la canciller tendrá que convocar a los distintos embajadores para pedirles explicaciones”.