Connect with us

INTERNACIONAL

El caso Lewinsky, el escándalo sexual que jaqueó la presidencia de Clinton en EE.UU. y tuvo en vilo al mundo

Published

on


Primero, fue Paula Jones

El caso Mónica Lewinsky no comenzó con Mónica Lewinsky sino con otra chica llamada Paula Jones, y lo hizo en el estado de Arkansas y no en Washington. El apuntado fue siempre el mismo, William “Bill” Clinton, primero gobernador de Arkansas y luego presidente de los Estados Unidos. Bill no podía controlar siempre sus manos ni su lengua cuando una señorita lo atraía. Entonces, solía descender a la vulgaridad. Su posición política prominente lo protegía, pero la sangre acumulada en sus fondillos descorría (literal) el velo que cubría la concupiscencia.

En mayo de 1994, cuando Bill era gobernador de Arkansas, estado racista si los hay, Paula Jones, exempleada estatal, presentó una demanda. Alegó que el 8 de mayo de 1991, mientras colaboraba en una conferencia en el Hotel Excelsior de Little Rock, la capital del estado, Danny Ferguson, un policía que pertenecía al equipo de seguridad del gobernador, le dijo que Clinton la quería ver en la suite de su hotel.

Advertisement

Leé también: Diecinueve trompadas y un arrepentimiento que nadie creyó: el crimen de la actriz que conmovió a Francia

Paula entendió que era una ocasión para avanzar en su carrera. Fue. Cuando la vio, Clinton, cuenta Paula, hizo movimientos inesperados, agresivos, que terminaron cuando se bajó los pantalones. Paula dijo que Clinton le pidió que le besara el pene erecto. “No soy ese tipo de chica”, le respondió. El gobernador se la vio venir y replicó: “Sos una chica inteligente; no digas nada”.

Los abogados de Clinton argumentaron contra la demanda de Paula un dislate de grandes dimensiones, pero que en los Estados Unidos fue tomado como válido: el gobernador ya había accedido a la presidencia del país y no podía cumplir sus funciones de gobierno si le daba bolilla a denuncias de este tipo. ¡Que no lo embromen! Clinton pidió inmunidad y el caso lo resolvió la Corte Suprema. En 1997, permitió que la tareas de recolección de pruebas continuaran.

Advertisement

Con ese visto bueno, la jueza Susan Weber Wright dictaminó que los abogados de Jones, para ayudar a probar su denuncia de acoso sexual, podían indagar sobre cualquier relación sexual que Clinton pudiera haber tenido con subordinados, ya fuera como gobernador de Arkansas o como presidente del país. El 5 de diciembre de 1997, los abogados de Jones presentaron una lista de mujeres como testigos que incluía a Mónica Lewinsky.

Mónica Lewinsky

Mónica llegó a Washington en julio de 1995 para trabajar como becaria en la Casa Blanca. Tenía 21 años, recién recibida del Lewis and Clark College, de Portland. En sus primeros meses en el cargo, Lewinsky conoció al presidente, pero no surgieron oportunidades de contacto personal cercano. En noviembre de 1995, Lewinsky fue asignada al Ala Oeste, es decir donde está el despacho del presidente, el Despacho Oval. Pronto se encontró a solas con Clinton. Él le preguntó si la podía besar y ella le dijo que sí. Ese fue el primero de 10 encuentros sexuales a lo largo de 16 meses.

Bill Clinton y Monica Lewinsky. (Fotos: AFP).

Advertisement

Para abril de 1996, el presidente y la becaria ya se habían visto ocho veces. Fue entonces cuando reasignaron a Mónica a un puesto en el Departamento de Defensa, tal vez conscientes del peligro que representaban esos encuentros. En mayo de ese año, Clinton le dijo a Mónica que ya no quería seguir con la relación, pero siguieron viéndose a principios de 1997.

Por lo común se veían durante las mañanas de los fines de semana en el Despacho Oval o lugares cercanos como un estudio o un pasillo o un baño, cuando pocas personas, salvo la secretaria personal de Clinton, Betty Currie, se encontraban en el lugar. Aunque muchos encuentros privados no implicaban actividad sexual, cuando la había, generalmente se trataba de sexo oral al presidente y en tocamientos de los pechos y los genitales de la joven. En tres ocasiones, Lewinsky le practicó sexo oral mientras el presidente hablaba por teléfono. Lewinsky le dijo a Clinton que le gustaría tener relaciones sexuales, pero él se resistió. También interrumpió las sesiones de sexo oral antes de la eyaculación salvo sus dos últimos encuentros.

El silencio de Mónica

Cuando Clinton le volvió a decir a Lewinsky en mayo de 1997 que su relación sexual había terminado, ella redobló los esfuerzos iniciados el año anterior para conseguir la ayuda del presidente para encontrar empleo. Lewinsky recibió una oferta de trabajo del embajador ante la ONU, Bill Richardson, varios meses después, pero la rechazó. Prefirió las empresas privadas, recomendada por personajes influyentes cercanos al presidente.

Advertisement

Menos de dos semanas después de que el nombre de Lewinsky apareciera en la lista de testigos de Paula Jones, Clinton instruyó a Mónica sobre lo que tenía que decir: sus visitas al Despacho Oval eran para entregar documentos. Punto. La secretaria de Clinton, Betty Currie, fue hasta la casa de Lewinsky para llevarse los regalos que el presidente le había dado a la becaria. Currie los trasladó hasta su casa y los escondió debajo de su cama.

La foto que tenía Lewinsky como becaria de la Casa Blanca. (Reuters / Departamento de Defensa)

La foto que tenía Lewinsky como becaria de la Casa Blanca. (Reuters / Departamento de Defensa)

A principios de enero de 1998, Lewinsky firmó una declaración para presentar en la demanda de Paula Jones, donde decía que su relación con el presidente no había sido nunca sexual. Al día siguiente, consiguió trabajo en la firma Revlon.

¿Quién mencionó por primera vez a Mónica como una de las “chicas de Clinton”?

Fue Linda Tripp, que había trabajado en la Casa Blanca con el presidente George Bush padre y se mantuvo en su puesto cuando Clinton asumió la presidencia en 1993. A Tripp, no le gustaba Clinton y mucho menos su cercanía con las empleadas. En 1996, ya pensaba en denunciarlo pero no lo hizo. Un año después, contó en un artículo de Newsweek que una voluntaria de la Casa Blanca, Kathleen Willey, le contó a su vez que Bill la había besado y acariciado en su despacho privado.

Advertisement

Tripp tenía más para contar. Se enteró que su entonces amiga, Mónica Lewinsky, mantenía una aventura con el presidente. Tripp le contó al periodista de Newsweek, Michael Isikoff, que mejor que la historia de Kathleen Willey era la de Mónica. Hasta comenzó a grabar en secreto sus conversaciones con Lewinsky en noviembre de 1997.

El momento en el que el escándalo sale en la tapa de revistas y diarios noteamericanos. (Foto: Archivo)

El momento en el que el escándalo sale en la tapa de revistas y diarios noteamericanos. (Foto: Archivo)

En esas charlas grabadas, Tripp se enteró de que su amiga tenía en su armario un vestido azul que aún conservaba una mancha de semen de un encuentro sexual con el presidente ocurrido nueve meses antes. Tripp llamó a Isikoff y le contó. Hasta le sugirió que una prueba de ADN demostraría que era el semen del presidente. El periodista le dijo que no estaba en sus posibilidades conseguir una muestra del ADN de Clinton para hacer la comparación. Pero Tripp seguía obsesionada y buscó la forma dse convencer a su amiga Mónica de que no llevara el vestido azul a la tintorería.

El estallido del caso Lewinsky

A principios de enero de 1998, Linda Tripp se entrevistó con Kenneth Starr de la Oficina del Fiscal Independiente (OIC) y le contó todo el asunto Lewinsky-Clinton y dio las grabaciones privadas que había mantenido con Mónica. Entonces, todo estalló. Fue un escándalo y la fiscal General de los Estados Unidos, Janet Reno, autorizó investigar el caso Lewinsky.

Advertisement

El 16 de enero, Linda Tripp, en combinación con la fiscalía, fue a almorzar con Mónica al patio de comidas del centro comercial Pentagon City Mall. Allí la becaria fue arrestada por agentes del FBI que la llevaron hasta la habitación 1012 del Hotel Ritz-Carlton. La interrogaron durante 11 horas y la presionaron para que usara un micrófono y grabara sus conversaciones con el presidente Clinton. Le dijeron que si no lo hacía arriesgaba hasta 27 años de prisión por perjurio y obstrucción a la justicia. Lewinsky se negó.

Bill Clinton y Mónica Lewinski durante un acto del partido demócrata en 1996. (Foto: captura de video WTN/AFP)

Bill Clinton y Mónica Lewinski durante un acto del partido demócrata en 1996. (Foto: captura de video WTN/AFP)

Clinton estaba al tanto de lo que ocurría. El 17 de enero, en el Despacho Oval, le confesó a su secretaria Betty Currie de su relación con Lewinsky. Le dijo sin avergonzarse: «Nunca estuvimos realmente solos. Se podía ver y oír todo». Y agregó: «Mónica me insinuó, y yo nunca la toqué, ¿verdad?».

El problema se agravó cuando la relación Lewinsky-Clinton fue difundida por la prensa hacia fines de enero de 1998. Bill dijo públicamente: “No tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky».

Advertisement

A mediados de ese año el presidente se enteró de que su mancha de semen seguía presente en el vestido azul que Mónica lució en el Despacho Oval en febrero de 1997, y de que Lewinsky había firmado un acuerdo de inmunidad con los fiscales. Mientras, se reunieron pruebas: se tomó declaración a los agentes del Servicio Secreto y a amigos de Mónica, se examinaron correos electrónicos y registros telefónicos de la Casa Blanca, y se escucharon horas de conversaciones grabadas entre la empleada Tripp y Lewinsky.

Clinton y una relación “inapropiada”

En medio de la crisis por los ataques terroristas del 7 de agosto de 1998 en las embajadas estadounidenses en Sudán y Tanzania, que causaron decenas de muertos, el día 17 el presidente se enfrentó a un gran jurado federal (instancia judicial que determina si hay motivo para avanzar a un juicio). Se debatió si había cometido perjurio (mentir bajo juramento) en el caso Lewinsky y obstrucción de justicia en caso de Paula Jones.

Bill Clinton y Mónica Lewinsky. (Foto: Archivo)

Bill Clinton y Mónica Lewinsky. (Foto: Archivo)

Clinton hizo algo extraño: declaró que no había mentido sobre su relación con Jones pero agregó que consideraba que el sexo oral no constituía “relaciones sexuales”. Y negó haberle tocado los pechos y los genitales en varias ocasiones a Mónica Lewinsky. A la noche, Clinton habló por televisión a todo el país y causó mucho desconcierto. No se refirió a las represalias por los ataques terroristas (represalias que se producirían el 20 de agosto) sino que afirmó: “Tuve una relación inapropiada con la señorita Lewinsky”. Luego se dedicó a criticar al fiscal Kenneth Starr por meterse en su vida privada.

Advertisement

En los días posteriores a su testimonio ante el gran jurado, aumentaron los pedidos de destitución. El jefe de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, Tom De Lay, aseguró que la destitución del presidente sería: “Lo más importante que haga en mi carrera política”. El presidente de la Cámara, Newt Gingrich, concluyó que sacar a Clinton de la presidencia era lo más justo.

36 cajas de pruebas

El 9 de septiembre, el fiscal Starr cargó en dos camionetas casi 36 cajas de pruebas sobre el escándalo Lewinsky y las llevó la Cámara de Representantes. Había un resumen de 453 páginas donde se describían once acusaciones contra el presidente. Los enemigos de Clinton disfrutaban, especialmente de los detalles explícitos (e innecesarios) del informe, desde que el presidente recibió llamadas oficiales mientras recibía sexo oral hasta un relato de cómo introdujo su cigarro en la vagina de Lewinsky.

Recomendar o no un juicio político recaía en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. El día 5 de octubre su presidente, Henry Hyde, luego de una votación de 21 a 16, autorizó una investigación completa para el “impeachment” o juicio político.

Advertisement
Mónica Lewinsky abraza al expresidente norteamericano y su entonces amante, Bill Clinton. (Foto: Dirck Halstead)

Mónica Lewinsky abraza al expresidente norteamericano y su entonces amante, Bill Clinton. (Foto: Dirck Halstead)

El público en general, según se ha afirmado, interviene en política por medio del voto según el grosor de su bolsillo o la circunferencia de su abdomen. Pues las elecciones de medio término del 3 de noviembre trajeron buenas noticias para el presidente. La economía marchaba muy bien y el “affaire” Lewinsky no influyó en los votantes.

Clinton y Paula Jones finalmente acordaron resolver la demanda por acoso sexual que había causado todos los sufrimientos del presidente. Un problema menos. Quedaba Mónica.

La Cámara de Representantes aprobó el juicio político al presidente

Lo hizo con cargos que incluían perjurio y abuso de poder. Las encuestas realizadas a mediados de diciembre de 1998 indicaban que el público estadounidense apoyaba a Clinton, con un 60% en contra del juicio político.

Advertisement

“¡Escuchen! ¡Escuchen! ¡Escuchen!”, gritó el sargento de armas del Senado el 7 de enero de 1999. “Se ordena a todas las personas guardar silencio, bajo pena de prisión, mientras la Cámara de Representantes exhibe ante el Senado los artículos del juicio político contra William Jefferson Clinton, presidente de los Estados Unidos”.

El juicio comenzó el 14 de enero. Los alegatos iniciales se prolongaban hasta el día siguiente. Todo fue muy aburrido porque los senadores se empeñaban en explicar cuestiones de derecho procesal. Todo se desenvolvía en cámara lenta frente a la presidencia del juez de la Corte Suprema Robert Rhenquist.

ESCÁNDALO. La humillación de Mónica y el silencio de Hillary.

ESCÁNDALO. La humillación de Mónica y el silencio de Hillary.

Charles Ruff, en silla de ruedas, comenzó a hablar en defensa de Clinton. Ya era el 19 de enero, pocas horas antes de que el propio Clinton pronunciara su discurso sobre el Estado de la Unión. Ruff criticó a la acusación por manipular los hechos para favorecer su caso. Concluyó sugiriendo que los senadores tenían la libertad de “considerar su conducta personal desagradable”, pero que deberían preguntarse si “por primera vez en nuestra historia, las acciones de un presidente han puesto en tal riesgo el gobierno que solo hay una solución”. La tarea de concluir los argumentos iniciales del equipo del presidente recayó en Daryl Bumpers, exsenador del estado natal de Clinton, Arkansas. Bumpers resumió: «Cuando escuchás a alguien decir: ‘Esto no se trata de sexo’, se trata de sexo». Seguía la línea de la defensa, es decir, las cuestiones sexuales no se arreglan con un juicio político.

Advertisement

Mónica Lewinsky había recibido la orden de concurrir a la Cámara de Representantes. Fue a regañadientes. Se alojo en el Hotel Mayflower y habló con tres congresistas. Tras recibir garantías de que sus respuestas estaban amparadas por su acuerdo de inmunidad, Lewinsky respondió a las preguntas de los representantes. Estas abarcaban desde por qué conservaba su vestido manchado hasta qué creía que debería sucederle a Clinton (“Creo que debería ser censurado, pero no destituido”).

La decisión

El 27 de enero, el Senado se reunió para votar sobre una moción del senador demócrata Harry Byrd, de Virginia Occidental, para desestimar el juicio político contra el presidente. La moción fue rechazada. Casi inmediatamente después, se realizó una segunda votación sobre la moción para permitir que los fiscales presentaran a sus testigos, la cual fue aprobada.

Durante los primeros tres días de febrero, los fiscales tomaron declaración a Lewinsky y otros dos testigos. La declaración de Mónica se realizó en la suite de un hotel ante una multitud de más de 40 abogados y asesores del Congreso. Describió sus sentimientos actuales hacia el presidente como “ambiguos” y al resto de las preguntas respondió con un seco “sí” o “no”. El caso pasó a decisión del Senado, donde se resolvería el destino del presidente.

Advertisement

Leé también: El Gran Dragón, el temible líder del racista y antisemita Ku Klux Klan condenado por violación y asesinato

Los alegatos comenzaron dos días después y los senadores se reunieron luego a puertas cerradas para considerar sus votos. Cada senador dispuso de quince minutos para hacer una declaración. La mayor atención se centró en un puñado de senadores cuyos votos no estaban claros. El republicano John McCain anunció que concluía que el presidente “subvirtió deliberadamente el estado de derecho” y que votaría culpable. El único demócrata cuyo voto estaba en duda, Russ Feingold, calificó el caso de “cerrado”, pero dijo: “Si debemos equivocarnos, optemos por evitar divisiones, optemos por respetar la voluntad popular”. Feingold votaría a favor de la absolución.

El viernes 12 de febrero de 1999, el presidente de la Corte Suprema, Rehnquist, declaró: «La pregunta es sobre el primer artículo del juicio político. Senadores, ¿qué opinan? ¿Es el acusado, William Jefferson Clinton, culpable o inocente?». Resultó ser inocente: 55 senadores, incluidos diez republicanos, votaron a favor de la absolución por perjurio. La votación sobre el segundo cargo, es decir el de obstrucción de justicia, fue empate, 50 a 50, pero aún muy lejos de los dos tercios necesarios para la condena.

Advertisement

Luego de estas votaciones, Clinton leyó una declaración durante dos horas. Expresó su esperanza de que «todos los estadounidenses nos dediquemos de nuevo a la labor de servir a nuestra nación y construir juntos nuestro futuro».

Bill Clinton, Monica Lewinsky

Advertisement

INTERNACIONAL

El vínculo de 15 años entre Donald Trump y Jeffrey Epstein: un torbellino de fiestas, jets privados y mujeres

Published

on


En el torbellino de dinero y mujeres bronceadas que era su entorno de Palm Beach y Manhattan, Donald Trump y Jeffrey Epstein pasaron casi 15 años conviviendo como amigos públicos.

Hubo cenas suntuosas con figuras prominentes en la mansión de Epstein en el Upper East Side de Nueva York y fiestas estridentes con animadoras y modelos en el club privado y residencia de Trump en Mar-a-Lago, Florida. En el medio, hubo viajes de ida y vuelta de Florida a Nueva York en uno de los jets privados de Epstein.

Advertisement

Pero tras el glamour de la prensa sensacionalista, persisten las dudas sobre qué dice la larga relación de Trump con Epstein sobre su criterio y carácter, especialmente a medida que sus aliados han alimentado siniestras afirmaciones sobre las conexiones de Epstein con los demócratas. Tras la ruptura de su relación, el desacreditado financiero acabó en prisión no solo una, sino dos veces, tras ser acusado de mantener relaciones sexuales con adolescentes.

Una de las jóvenes que posteriormente afirmó haber sido manipulada y abusada por Epstein fue reclutada mientras trabajaba como asistente de spa en Mar-a-Lago. Otra acusadora recordó haber sido observada por Trump durante un breve encuentro en la oficina de Epstein, y afirmó que Epstein le había dicho a Trump en ese momento: «Ella no es para ti».

Otra mujer afirmó que Trump la manoseó cuando Epstein la llevó a la Torre Trump en Manhattan para reunirse con él. La semana pasada, The Wall Street Journal informó que Trump le dio a Epstein una nota para su 50.º cumpleaños en 2003, que incluía un dibujo de una mujer desnuda y una referencia críptica a un «secreto» que ambos compartían. Trump negó haber escrito el mensaje y presentó una demanda por difamación el viernes impugnando la historia. The New York Times no ha verificado el informe del Journal.

Advertisement

Trump nunca ha sido acusado de irregularidades en relación con el caso Epstein y ha declarado no tener ni idea de que Epstein abusara de mujeres jóvenes. En respuesta a una solicitud de comentarios sobre la relación del presidente con Epstein, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, afirmó que Trump había prohibido a Epstein entrar en su club Mar-a-Lago por ser un canalla.

Trump, Melania, Epstein y Maxwell.

“Estas historias son intentos cansados y patéticos de desviar la atención de todo el éxito de la administración del presidente Trump”, dijo en un comunicado.

Trump y Epstein tomaron caminos prácticamente separados después de una pelea en 2004, tomando caminos drásticamente diferentes: uno hacia la cárcel y el suicidio, el otro hacia una mayor celebridad y la Casa Blanca.

Advertisement

A medida que las críticas al manejo del caso de Epstein aumentaron con el paso de los años, algunos de los aliados más firmes de Trump promovieron teorías de que el gobierno había encubierto el alcance de su red para proteger lo que ellos han descrito como una camarilla de hombres poderosos y celebridades, en su mayoría demócratas.

Ahora, esa historia ha enredado al propio Trump en lo que constituye una de las mayores controversias en su segundo mandato en la Casa Blanca. El conflicto ha surgido principalmente de sus propios funcionarios designados, quienes, tras meses de promover el interés en los archivos, cambiaron de postura abruptamente y afirmaron que no existía una lista secreta de clientes de Epstein y respaldaron la conclusión oficial de que Epstein se había suicidado.

Aun así, bajo la creciente presión de sus propios partidarios para que se publiquen los archivos del gobierno sobre Epstein, el presidente ordenó la semana pasada al Departamento de Justicia que solicitara la apertura del testimonio del gran jurado en el caso penal presentado contra Epstein en 2019 y un año después contra su pareja de muchos años, Ghislaine Maxwell, quien cumple una condena de 20 años por tráfico sexual. Maxwell ha solicitado a la Corte Suprema que considere su apelación.

Advertisement

Incluso si se publican, es poco probable que las transcripciones arrojen mucha luz sobre la relación entre los dos hombres, que no figuró de forma destacada en ninguno de los dos casos penales. Lo que parecía unirlos, según quienes los conocían en aquel momento, era su interés común por ligar —y competir— con jóvenes atractivas en fiestas, clubes nocturnos y otros eventos privados.

Vecinos de Palm Beach

Trump y Epstein parecen haberse conocido alrededor de 1990, cuando Epstein compró una propiedad a 3 kilómetros al norte de Mar-a-Lago y se propuso hacerse un hueco en la adinerada y tranquila escena social de Palm Beach. Trump, quien había comprado Mar-a-Lago cinco años antes, ya se había consolidado como un playboy con gusto por la elegancia dorada.

Advertisement

Ambos tenían mucho en común. Ambos eran neoyorquinos de barrios periféricos que habían triunfado en Manhattan. Ambos eran enérgicos promotores de sí mismos. Y ambos tenían fama de ser hombres ostentosos en la ciudad.

En 1992, una cámara de NBC News capturó a la pareja en una fiesta en Mar-a-Lago con animadoras de los Buffalo Bills, quienes estaban en la ciudad ese fin de semana para un partido contra los Miami Dolphins. En un momento de la grabación, se ve a Trump bailando entre un grupo de mujeres jóvenes. Más tarde, parece señalar a otras mujeres mientras le susurra algo al oído a Epstein, lo que le hace reír a carcajadas.

Donald Trump habla con Jeffrey Epstein, durante una fiesta en Mar-a-Largo, Florida./ Captura de videoDonald Trump habla con Jeffrey Epstein, durante una fiesta en Mar-a-Largo, Florida./ Captura de video

Meses después, cuando Trump organizó una fiesta en Mar-a-Lago para jóvenes que participaban en un concurso de chicas de calendario, Epstein fue el único invitado aparte, según George Houraney, un empresario de Florida que organizó el evento. Houraney recordó su sorpresa al descubrir que Epstein era el único invitado aparte.

«Le dije: ‘Donald, se supone que esto es una fiesta con personalidades’», declaró Houraney al Times en 2019. «¿Me estás diciendo que son tú y Epstein?».

Advertisement

La entonces novia y socia de Houraney, Jill Harth, acusó posteriormente a Trump de conducta sexual inapropiada la noche de la fiesta. En una demanda, Harth afirmó que Trump la llevó a una habitación, la besó y manoseó a la fuerza, y le impidió salir. También afirmó que una concursante de 22 años le contó que Trump, esa misma noche, se metió en su cama sin invitación.

Harth retiró su demanda en 1997 después de que un caso relacionado presentado por Houraney fuera resuelto por Trump, quien ha negado sus acusaciones.

Trump y Epstein fueron vistos de nuevo en una fiesta de los «Ángeles» de Victoria’s Secret en Manhattan en 1997. La empresa de lencería estaba dirigida por Leslie H. Wexner, un empresario multimillonario que le entregó a Epstein un amplio control sobre sus finanzas, filantropía y vida privada pocos años después de conocerlo.

Advertisement

Los registros judiciales muestran que Trump se encontraba entre quienes viajaron en el jet privado de Epstein. Durante cuatro años en la década de 1990, voló en el Boeing 727 de Epstein al menos siete veces, principalmente entre Palm Beach y un aeropuerto privado en Teterboro, Nueva Jersey, a las afueras de Nueva York.

“Conozco a Jeff desde hace 15 años. Es un tipo estupendo”, declaró Trump a la revista New York en 2002. “Es muy divertido estar con él. Incluso dicen que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son jóvenes. Sin duda, Jeffrey disfruta de su vida social”.

Un encuentro en Mar-a-Lago

Advertisement

En 2000, según consta en registros judiciales, Maxwell, una socialité británica que durante mucho tiempo había estado vinculada a Epstein, entabló una conversación con una joven de 17 años afuera de un vestuario en Mar-a-Lago.

Se llamaba Virginia Giuffre y era asistente de spa en el club, puesto que había conseguido a través de su padre, quien trabajaba allí como encargado de mantenimiento. Según Giuffre, Maxwell le ofreció trabajo de inmediato como masajista para Epstein tras ver que estaba leyendo un libro sobre masajes, diciéndole que no necesitaba experiencia.

Dijo que cuando la llevaron a la casa de Epstein en Palm Beach, lo encontró desnudo sobre una mesa. Maxwell, según ella, le enseñó a masajearlo.

Advertisement

“Parecían buenas personas”, testificó más tarde, “así que confié en ellos”.

Pero durante los dos años siguientes, aproximadamente, Giuffre afirmó que Epstein y Maxwell la obligaron a mantener relaciones sexuales con varios hombres famosos, entre ellos el príncipe Andrés, miembro de la familia real británica. El príncipe ha negado las acusaciones y se ha negado a colaborar con la fiscalía federal en la investigación de Epstein.

Giuffre, quien se suicidó en abril, siempre sostuvo que había sido traficada con el príncipe y otros hombres, y una vez le dijo a la BBC que había sido «pasada de mano en mano como una bandeja de fruta» entre los poderosos asociados de Epstein.

Advertisement
La fiscal general Pam Bondi habla durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Foto: Pete Marovich/The New York TimesLa fiscal general Pam Bondi habla durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Foto: Pete Marovich/The New York Times

Algunas mujeres que estaban en la órbita de Epstein han dicho que conocieron a Trump durante este período.

Una mujer, Maria Farmer, que dijo haber sido víctima de Epstein y Maxwell, describió un encuentro con Trump en 1995 en una oficina que Epstein alguna vez tuvo en la ciudad de Nueva York.

Farmer, una estudiante de arte que se mudó a la ciudad de Nueva York para seguir una carrera como pintora, recordó en una entrevista de 2019 que cuando le presentaron a Trump, él la miró fijamente, lo que llevó a Epstein a advertirle: «Ella no es para ti».

La madre de Farmer, Janice Swain, dijo que su hija había descrito la interacción con Trump en el momento en que ocurrió.

Advertisement

Stacey Williams, ex modelo de trajes de baño de Sports Illustrated, dijo que Trump la manoseó cuando Epstein, con quien estaba saliendo en ese momento, se lo presentó.

Era 1993, dijo, y estaba paseando con Epstein por la Quinta Avenida de Manhattan cuando él sugirió que fueran a la Torre Trump a saludar a Trump. Williams no le dio importancia en ese momento porque, como ella misma contó más tarde, «Jeffrey hablaba de Trump todo el tiempo».

Después de que Trump los saludó en una sala de espera afuera de su oficina, dijo Williams, la atrajo hacia él, tocándole los pechos, la cintura y las nalgas como si fuera «un pulpo».

Advertisement

Dijo que más tarde se preguntó si había participado en un desafío o una apuesta entre los dos hombres. «Definitivamente me sentí como si fuera un trozo de carne entregado a esa oficina como una especie de juego», recordó al Times el año pasado. En aquel momento, la campaña presidencial de Trump negó que el episodio hubiera ocurrido, calificando las acusaciones de «inequívocamente falsas» y con motivaciones políticas.

En una entrevista el viernes, Williams dijo que le molestó oír a Trump referirse a parte de la historia de Epstein como un «engaño» y una noticia «aburrida». «Es absurdo», dijo sobre su desdén por el caso.

Separación de caminos

Advertisement

Finalmente, a finales de 2004, Trump y Epstein acabaron enfrentándose, esta vez por un inmueble. Se trataba de la Maison de l’Amitié, una mansión de estilo Regencia francesa situada junto al mar en Palm Beach.

Los dos hombres hipercompetitivos hicieron que sus abogados presentaran ofertas por la propiedad. Finalmente, Trump salió victorioso, comprándola por 41,35 millones de dólares.

Hay pocos registros públicos de la interacción entre los dos hombres después de eso.

Advertisement

Trump posteriormente les contó a sus allegados que tenía otra razón para separarse de Epstein en esa época: su viejo amigo, según él, actuó de forma inapropiada con la hija de un miembro de Mar-a-Lago, y Trump se vio obligado a vetarle la entrada al club. Brad Edwards, abogado que ha representado a muchas de las víctimas de Epstein, afirmó que Trump le contó una historia similar en 2009.

No mucho después del enfrentamiento por la mansión frente a la playa, la policía de Palm Beach recibió un aviso de que se había visto a mujeres jóvenes entrando y saliendo de la casa de Epstein.

Cuatro meses después, se presentó una denuncia más sustancial de una mujer que afirmaba que Epstein le había pagado 300 dólares a su hijastra de 14 años para que le diera un masaje mientras estaba desnuda. Esto dio lugar a una extensa investigación encubierta que identificó al menos a una docena de posibles víctimas.

Advertisement

Epstein contrató a un equipo de abogados de primer nivel para defenderlo, incluido Alan Dershowitz, un profesor de derecho de Harvard que más tarde representaría a Trump, y Ken Starr, el ex fiscal independiente que investigó el romance del presidente Bill Clinton con Monica Lewinsky.

Los dos hombres ayudaron a negociar un acuerdo indulgente con R. Alexander Acosta, entonces fiscal federal del Distrito Sur de Florida. En virtud del acuerdo, Epstein se declaró culpable en 2008 de los cargos estatales de solicitar servicios de prostitución a una menor. A cambio, se le concedió inmunidad frente a los cargos federales, al igual que a todos sus posibles cómplices. También tuvo que registrarse como delincuente sexual.

Al final, Epstein acabó cumpliendo casi 13 meses de cárcel antes de ser liberado.

Advertisement
Activistas colocaron un cartel que mostraba al presidente Donald Trump y a Jeffrey Epstein cerca de la embajada de Estados Unidos en Londres. Foto APActivistas colocaron un cartel que mostraba al presidente Donald Trump y a Jeffrey Epstein cerca de la embajada de Estados Unidos en Londres. Foto AP

Por su parte, Trump se mantuvo en gran medida al margen de la controversia. Pero en febrero de 2015, mientras se preparaba para lo que acabaría siendo una reñida campaña contra Hillary Clinton, intentó vincular a Epstein con su esposo, el expresidente.

Bill Clinton «tiene muchos problemas, en mi opinión, con la famosa isla donde reside Jeffrey Epstein», declaró Trump al presentador de Fox News, Sean Hannity, durante una aparición en la Conferencia de Acción Política Conservadora, refiriéndose a la isla privada de Epstein donde residía y donde era sospechoso de traficar con menores. Clinton ha negado haber visitado la isla o tener conocimiento de la conducta criminal de Epstein, y ha dicho que desearía no haberlo conocido nunca.

«Yo no era fan»

En julio de 2019, Epstein fue arrestado de nuevo. Fiscales de la unidad de corrupción pública de la Fiscalía Federal de Manhattan lo acusaron de tráfico sexual y conspiración para traficar con menores con fines sexuales.

Advertisement

Trump, entonces en su tercer año en la Casa Blanca, inmediatamente buscó distanciarse de su viejo amigo.

“Lo conocía como todo el mundo en Palm Beach”, dijo Trump a los periodistas tras la revelación de los cargos. “Es decir, la gente de Palm Beach lo conocía. Era un personaje habitual en Palm Beach. Tuve una discusión con él hace mucho tiempo. Creo que no he hablado con él en 15 años. No era su fan”.

Los nuevos cargos volvieron a poner bajo escrutinio el acuerdo de culpabilidad original. Días después del arresto de Epstein, Acosta, quien se había convertido en secretario de Trabajo de Trump, anunció su renuncia en medio de críticas por su gestión del caso.

Advertisement

En declaraciones a la prensa sobre la decisión de Acosta, Trump reiteró que había roto su vínculo con Epstein «hace muchísimos años». Añadió: «Esto demuestra una cosa: que tengo buen gusto».

Cuando se le preguntó si tenía alguna sospecha de que Epstein estuviera abusando de mujeres jóvenes, Trump respondió: «No, no tenía idea».

Al mes siguiente, tras el hallazgo del cadáver de Epstein en su celda de Manhattan, en lo que posteriormente se dictaminó como suicidio, Trump volvió a intervenir, retomando lo que para entonces era una iniciativa de años de su primera campaña. Compartió una publicación en redes sociales que intentaba vincular la muerte con Bill Clinton.

Advertisement

Días después, cuando lo presionaron sobre sus afirmaciones infundadas sobre la participación de Clinton, Trump no se rindió y pidió una investigación completa, aunque no ofreció ningún hecho para respaldar sus acusaciones.

“Epstein tenía una isla que no era un buen lugar, según tengo entendido”, dijo. “Y yo nunca estuve allí. Así que cabe preguntarse: ¿Fue Bill Clinton a la isla?”

Cuando le preguntaron a Trump sobre el arresto de Maxwell en el verano de 2020 por cargos que incluían incitación y tráfico de niños, su respuesta dejó confundidos a algunos de sus propios aliados. “Le deseo lo mejor, sea lo que sea”, dijo Trump.

Advertisement

En las últimas semanas, personas influyentes de derecha y partidarios de base de Trump expresaron su indignación por la conclusión de su administración de que no había revelaciones que compartir sobre el caso, sobre todo porque algunos de los principales funcionarios encargados de hacer cumplir la ley del presidente, entre ellos la fiscal general Pam Bondi y el director del FBI Kash Patel, habían prometido revelar más información sobre los crímenes de Epstein.

Trump intentó acallar las demandas, calificando el escándalo de Epstein de «engaño» inventado por sus adversarios demócratas. También lo describió como un tema que no merecía mayor escrutinio.

«¿Siguen hablando de Jeffrey Epstein?», preguntó Trump exasperado a los periodistas en una reunión de gabinete el 8 de julio. «Llevan años hablando de este tipo».

Advertisement
Continue Reading

INTERNACIONAL

Guerra en Gaza: denuncian que 21 niños murieron de desnutrición o hambre en las últimas 72 horas

Published

on


Un hospital de Gaza informó este martes que 21 niños murieron de desnutrición o hambre en las últimas 72 horas en el enclave palestino, donde Israel está expandiendo sus operaciones contra Hamas entre una creciente condena internacional.

Los 2,4 millones de habitantes de Gaza se enfrentan a una grave escasez de alimentos y artículos de primera necesidad. Además, para ahondar aún más la crisis humanitaria, los centros de distribución de ayuda humanitaria son atacados regularmente.

Advertisement

Leé también: El Vaticano criticó al gobierno israelí y aseguró que el conflicto en Gaza “no tiene justificación”

“Veintiún niños han muerto debido a la desnutrición y el hambre en diferentes zonas de la Franja de Gaza (…) durante las últimas 72 horas”, declaró Mohamed Abu Salmiya, director del hospital Al Chifa.

Un importante funcionario de seguridad israelí, citado en forma anónima por The Israel Times, dijo que el ejército no había identificado hambruna en Gaza, aunque afirmó que se deben tomar medidas para “estabilizar la situación humanitaria”.

Advertisement

El funcionario reconoció que hubo una caída significativa en la cantidad de ayuda que llega a los palestinos en la Franja, pero culpó a los organismos de las Naciones Unidas por no recoger y distribuir los alimentos y suministros. The Jerusalen Post, en base a una fuente militar, dijo que grupos de ayuda internacional tienen 950 camiones estacionados en el lado de Gaza de la frontera que no entregaron a los palestinos.

Fuerte condena de la ONU

En tanto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el “horror” en Gaza, donde se alcanzó “un nivel de muerte y destrucción sin precedentes en la historia reciente”.

Previamente, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, acusó al ejército israelí de matar a 1054 personas que esperaban ayuda desde fines de mayo, 766 de ellas “cerca de las instalaciones de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) y 288 cerca de los convoyes de ayuda de la ONU y otras organizaciones humanitarias”.

Advertisement

Palestinos tratan de obtener alimentos donados en una cocina comunitaria en Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el lunes 2 de junio de 2025. (AP Foto/Abdel Kareem Hana)

Este martes, la Defensa Civil gazatí, en manos de Hamas, anunció que ataques atribuidos a Israel mataron a 15 personas, 13 de ellas en el campamento de Al Shati, en el norte de Gaza, que alberga a miles de desplazados.

El organismo también informó de la muerte de dos personas en Deir el Balah, en el centro del territorio, donde Israel anunció la expansión de sus operaciones y llamó a la población a evacuar.

Advertisement

Leé también: Trump retiró a EE.UU. de la UNESCO luego de que aceptara a Palestina como Estado miembro

El ejército israelí declaró que sus soldados “identificaron disparos en su dirección, en la zona de Deir el-Balah y respondieron al fuego atacando el origen de los disparos.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre 50.000 y 80.000 personas se encontraban en la zona en ese momento. Casi el 88% de Gaza está hoy bajo orden de evacuación israelí o incluida en una zona militarizada israelí.

Advertisement

Crece la presión internacional sobre Israel

El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, dijo que la situación humanitaria en la Franja de Gaza es “moralmente inaceptable”, tras visitar el enclave palestino.

“Vimos hombres esperar durante horas bajo el sol con la esperanza de hacerse con una simple comida”, agregó.

El lunes, 25 países pidieron poner fin a la guerra en el territorio palestino. “La guerra en Gaza debe cesar inmediatamente”, escribieron en un comunicado los ministros de Relaciones Exteriores de 25 naciones, entre ellas el Reino Unido, España, Italia, Portugal, Canadá y Francia.

Advertisement

Los ministros consideraron que “el sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevos niveles” y denunciaron “el rechazo del gobierno israelí a proporcionar asistencia humanitaria esencial a la población civil”.

Los países firmantes son: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Suecia, Suiza y Reino Unido.

La declaración también fue firmada por la comisaria europea de Igualdad, Hadja Lahbib.

Advertisement

(Con información de EFE, AFP y AP)

gaza, Israel

Advertisement
Continue Reading

INTERNACIONAL

Flashback: Biden challenged to take pre-debate drug test in 2024; his son now makes Ambien claim

Published

on


NEWYou can now listen to Fox News articles!

Former President Joe Biden’s campaign dodged answering whether the president planned to take performance-enhancing drugs ahead of his debate against President Donald Trump just over a year ago, instead arguing that Trump and his campaign were spreading «desperate, obviously false lies» about the 46th president potentially taking drugs. 

Advertisement

About one year after Biden’s ill-fated debate, former first son Hunter Biden claimed in a wild and expansive interview published Monday his dad’s poor debate performance was due to taking Ambien, a sedative-hypnotic typically used to treat insomnia. 

«I know exactly what happened in that debate,» Hunter Biden said in the interview. «He flew around the world, basically, the mileage that he could have flown around the world, three times. He’s 81 years old. He’s tired as s—. They give him Ambien to be able to sleep.

«He gets up on the stage, and he looks like he’s a deer in the headlights,» Hunter added. «And it feeds into every f—ing story that anybody wants to tell.» 

Advertisement

BIDEN AIDES PUSHED FOR EARLY DEBATE TO SHOW OFF BIDEN’S ‘STRENGTH,’ EXPOSE TRUMP’S ‘WEAKNESS,’ BOOK SAYS

About one year after former President Joe Biden’s ill-fated debate, former first son Hunter Biden claimed in an interview published Monday his dad’s poor debate performance was due to him taking the sleep drug Ambien.  (Getty)

On June 26, 2024, the day before the debate, Fox News Digital reached out to the Biden campaign inquiring if Biden had any plans to use performance-enhancing drugs for the debate, but staffers twice avoided a direct answer to the question. 

Advertisement

At the time, Trump was leading a rising chorus, which included lawmakers, demanding that Biden take a drug test before the showdown. Those advocating a screening suggested Biden may have been motivated by a desire to quell mounting concerns about his mental acuity. 

«Donald Trump is so scared of being held accountable for his toxic agenda of attacking reproductive freedom and cutting Social Security that he and his allies are resorting to desperate, obviously false lies,» a Biden campaign spokesperson told Fox News Digital the evening ahead of that 2024 debate. 

When asked in a follow-up email for a «yes» or «no» response, the spokesperson said the original statement answered the question.

Advertisement

«The accusation from Trump on drugs is a desperate, obviously false lie,» the response said. 

Ambien is a sedative that slows brain activity to help a person fall asleep and would not act as a performance-enhancing supplement for a public debate. 

FLASHBACK: THE DEBATE NIGHT AGAINST TRUMP THAT THREW BIDEN’S REELECTION CAMPAIGN INTO A FREE FALL

Advertisement
President Biden at debate

President Joe Biden speaks during the consequential debate June 27, 2024, in Atlanta.  (Kyle Mazza/Anadolu via Getty Images)

ONE YEAR LATER: HOW JOE BIDEN’S DISASTROUS DEBATE PERFORMANCE FORCED HIS MEDIA ALLIES TO TURN ON HIM

Joe Biden spent days preparing for the debate at Camp David in Maryland with videos of his public gaffes and missteps haunting the campaign in the days leading up to the debate. Trump, meanwhile, led the charge in demanding Biden take a drug test to prove he was not taking performance-enhancing supplements ahead of the highly anticipated event. 

«DRUG TEST FOR CROOKED JOE BIDEN??? I WOULD, ALSO, IMMEDIATELY AGREE TO ONE!!!» Trump posted to Truth Social in the lead-up to the debate. 

Advertisement

Fox News Digital also reached out to the White House and Trump campaign asking if Biden or Trump, respectively, planned to take performance-enhancing drugs ahead of the debate. The Biden White House did not respond at the time, while the Trump campaign responded. 

«Absolutely not,» then-campaign spokeswoman Karoline Leavitt told Fox News Digital at the time. 

«President Trump has naturally elite stamina and doesn’t need performance-enhancing drugs, unlike Joe Biden, who many are saying will be drugged up for the debate like he was at the State of the Union,» Leavitt said at the time. «President Trump has repeatedly asked Joe Biden to participate in drug testing. What does Team Biden have to hide?» 

Advertisement

BOOK REVEALS BIDEN ADVISORS DECLINED TO HAVE PRESIDENT TAKE A COGNITIVE TEST IN FEBRUARY 2024: REPORT

Hunter Biden’s recent explosive interview on «Channel 5 with Andrew Callaghan,» released on YouTube, fanned the flames of Biden’s presidency and exit from the 2024 federal election amid ongoing accusations that Biden’s mental acuity had cratered during his Oval Office tenure. 

Hunter Biden

Hunter Biden, son of President Joe Biden, and wife Melissa Cohen Biden leave the J. Caleb Boggs Federal Building June 7, 2024, in Wilmington, Delaware. (Kevin Dietsch/Getty Images)

Biden entered the re-election cycle already racked by claims and concerns that his mental acuity had slipped, and he was not mentally fit to continue serving as president, which was underscored by special counsel Robert Hur’s report in February 2024 that rejected criminal charges against Biden for possessing classified materials, saying he was «a sympathetic, well-meaning, elderly man with a poor memory.» 

Advertisement

Biden also brushed off accusations he was using any performance-enhancing supplements, including mocking Trump’s challenge that he take a drug test in an X post just before the debate showing him drinking a can of water. 

«I don’t know what they’ve got in these performance enhancers, but I’m feeling pretty jacked up. Try it yourselves, folks. See you in a bit,» the X post said, accompanied by a photo of Biden drinking a can of water that said «Get real, Jack. It’s just water.»

The debate was an abject failure for Biden as he stumbled over his responses and appeared to lose his train of thought and slur words at times, opening the floodgates of criticism from longtime Democratic allies who called on Biden to drop out of the race and pass the torch to a younger generation to take on Trump. 

Advertisement

A handful of former President Barack Obama’s allies and former advisors publicly helped lead the charge in calling on Biden to drop out of the 2024 race earlier in the summer, including David Axelrod, who said Biden was «not winning this race;» George Clooney, who called on the president to quit in a bombshell op-ed; and Jon Favreau, who served as former director of speech writing for Obama. 

BIDEN CAMP DODGES ANSWERING IF PRESIDENT PLANS TO USE PERFORMANCE-ENHANCING DRUGS BEFORE DEBATE

Hunter Biden unleashed on the Democrats who turned their backs on his dad as he attempted to recover from the debate performance in his expletive-riddled interview Monday. 

Advertisement

«F‑‑- you. What do you have to do with f‑‑‑ing anything? Why do I have to f‑‑‑ing listen to you? What right do you have to step on a man who’s given 52 years of his f‑‑‑ing life to the service of this country,» Hunter Biden said of Clooney.

Biden Obama Philadelphia Pennsylvania

President Joe Biden and former President Barack Obama (Kevin Lamarque/Reuters)

«They’re all going to insert their judgment over a man who has figured out, unlike anybody else, how to get elected to the United States Senate over seven times … and how to garner more votes than any president that has ever won, and they’re going to replace their judgment for his?» he added, assailing other Biden allies who encouraged Joe Biden to drop out of the race. 

CLICK HERE TO GET THE FOX NEWS APP

Advertisement

Fox News Digital reached out to the former president’s office regarding Hunter Biden’s remarks and the campaign’s previous statements when asked about whether Biden would use performance-enhancing drugs ahead of the 2024 debate, but did not immediately receive a reply. 

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias