Eran las 13:30 del viernes cuando Maxwell Azzarello (37) empezó a repartir folletos, que hablaban de teorías de conspiración, frente al tribunal de Nueva York que juzga al expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Fue segundos antes de rociarse con un producto inflamable y prenderse fuego.

A primera hora de este sábado, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York confirmó que el hombre fue declarado muerto por el personal de un hospital de la zona.

El incidente ocurrió en el Parque Collect Pond, adonde había llegado este autodenominado «investigador» desde Florida. En ese momento, dentro del tribunal se había terminado de seleccionar a los miembros del jurado, 12 titulares y 6 suplentes, que sellarán la suerte de Trump -acusado de falsificar los registros contables de su empresa para ocultar un pago a una actriz porno, Stormy Daniels, en 2016- en un juicio histórico que sienta por primera vez a un expresidente en el banquillo.

Varios testigos contaron que vieron cómo Azzarello lanzaba unos panfletos al aire y luego abría un recipiente, vertía el contenido sobre su cuerpo y se prendía fuego con un encendedor. «Trump está con Biden y están a punto de darnos un golpe fascista», fue uno de los carteles que sostuvo frente al tribunal.

Después de la autoinmolación, la policía invadió el área mientras una ambulancia lo seguía de cerca y lo llevaron a la unidad de quemados de un hospital cercano en estado crítico. Pero murió alrededor de las 22:30.

Según el reporte policial, Azzarello no burló ningún control de seguridad para entrar al parque. En las inmediaciones había una fuerte presencia policial, ante la llegada de periodistas, manifestantes y hasta curiosos con motivo del juicio al candidato republicado.

Hasta el viernes, las calles y veredas en las inmediaciones de la Corte estaban generalmente abiertas al paso y las concentraciones habían sido pequeñas y ordenadas.

Tras el incidente, las autoridades indicaron que estaban revisando los protocolos de seguridad, incluyendo la posibilidad de restringir el acceso al parque. La calle lateral por la que Trump entra y sale del edificio había quedado aislada.

“Es posible que tengamos que cerrar esa zona”, admitió el subcomisario de la policía de Nueva York, Kaz Daughtry, en una conferencia de prensa en el exterior del tribunal, y agregó que las autoridades iban a discutir el plan de seguridad pronto.

Azzarello había viajado a la ciudad de Nueva York en los últimos días desde Florida sin que su familia lo supiera y había estado protestando frente al tribunal donde atacó a líderes políticos de ambos lados del pasillo, señaló el NY Post.

Previamente, había sido arrestado tres veces durante varios días en Florida, que incluyeron cargos de alteración del orden público y daños a la propiedad en agosto pasado.

Después de su tercer arresto, la policía local notó que tenía tendencias suicidas y lo catalogó como desempleado, según los informes policiales.

Molesto por sus problemas judiciales, el expresidente estadounidense Donald Trump celebra este sábado un mitin en Carolina del Norte, su primer gran acto de campaña desde el inicio de su juicio en Nueva York.

El multimillonario republicano hablará en Wilmington, población de este estado fuertemente disputado con su rival demócrata, Joe Biden, para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

El hombre que espera lograr un retorno triunfal a la Casa Blanca es juzgado en Nueva York por los pagos disimulados a la actriz porno Stormy Daniels para supuestamente comprar su silencio sobre una relación extramatrimonial días antes de las elecciones de 2016, que ganó contra la demócrata Hillary Clinton.

Trump, que denuncia una «cacería de brujas», ha protestado varias veces por el hecho de que el juicio no le deja libertad de maniobra.

«Debería estar ahora en Pensilvania y Florida, y en muchos otros estados, en Carolina del Norte, en Georgia, en campaña», dijo con indignación esta semana.

El viernes volvió a atacar al juez de su proceso en Nueva York, histórico por ser el primer juicio penal contra un expresidente estadounidense.

«Se trata de una injerencia electoral a un nivel jamás visto antes en Estados Unidos», dijo en su plataforma Truth Social.

«Si no se concede inmunidad a un presidente, todo presidente que deje el cargo será inmediatamente acusado por el partido contrario», reclamó.

Con información de AP y AFP