El Papa argentino Jorge Bergoglio cumple este martes 88 años y afronta un peso de actividades más abrumador porque comienza el Jubileo del Año Santo 2005, cuando millones de fieles acudirán a Roma a pasar por las cuatro Puertas Santas de las basílicas, comenzando por la de San Pedro, y por una quinta Puerta que agregó el pontífice en una cárcel romana.
Francisco, como eligió llamarse en homenaje al santo el 13 de marzo de 2013, hace ya casi doce años, cuando fue elegido, está viviendo un buen momento de su salud pero su entrega a un trabajo excesivo le pondrá cada vez más límites. Es ya el segundo pontífice más longevo en la historia de la Iglesia, solo superado por Leon XIII, muerto a 93 años el 20 de julio de 1903.
Muy bien cuidado por los médicos del servicio sanitario del Vaticano y los especialistas del hospital católico Gemelli, donde fue operado dos veces e internado otras más, Bergoglio recibe diariamente tratamientos de fisioterapia para combatir los problemas de su rodilla izquierda que lo obligan a evitar las caminatas y a utilizar una silla de ruedas para desplazarse. Los feligreses se han acostumbrado a esta realidad.
El Papa lanza bromas pero no tanto en las audiencias. Cuando recibió hace unos días a una delegación de la Federación Motocicística Internacional, les dijo. “Recen por mí porque mi trabaja esta muy acelerado y mi moto ha envejecida y no funciona bien”. Les describió sus achaques, la pérdida de energía típica de los ancianos.
El lunes, tras un maratón agotador de su gira exitosa en Ajaccio, la capital de Córcega, que duró once horas, el encuentro final fue con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Cuando subió al avión de regreso, Francisco tiró la toalla frente a los periodistas que lo acompañaron desde Roma y lo esperaban. Por primera vez en tantos viajes, les dijo que no podía dar el habitual encuentro en las alturas. Estaba agotado. Los periodistas lo consolaron presentándole una torta que celebró su cumpleaños número 88, gesto que consoló a Bergoglio y lo demostró con sonrisas y comentarios.
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Agenda nutrida
¿Podrá afrontar la lista de encuentros y otros obligaciones que suman una agenda que algunos vaticanistas consideran “sobrehumana” en el inminente Año Santo?
Cada vez más, el Papa usa un lenguaje coloquial en los ambientes vaticanos. Días atrás dijo que los clérigos ambiciosos que sobreponen la idea evangélica del servicio a aquella del poder, le «dan asco” porque quieren seguir una carrera eclesiastica.
Uno de los médicos dijo confidencialmente que el Papa “tiene una fibra fuertísima y una energía que, para un hombre de su edad, está más allá de lo común”.
Pero la edad avanza y las obligaciones del Año Santo, junto con las demás que se suman, serán una dura prueba a menos que el pontífice sea convencido de evitar someterse a tantas fatigas.
Francisco sostiene que “el diablo entra siempre por los bolsillos” y por esto es que es necesario ser “pobres que aman a los pobres”. Dice que los sacerdotes “no deben ser trepadores” y que cuando uno de ellos “comienza a ser un empresario” pierde la vecindad con “el pueblo, con la pobreza que lo hace similar a Cristo pobre y crucificado. El sacerdote empresario no es un servidor”.
El Papa ha creado el 7 de diciembre 21 nuevos cardenales, de los cuales 20 tienen menos de 80 años de edad. Se elevó así el número de los purpurados electores que elegirán al nuevo pontífice. La mayoría ha sido creada por el propio Francisco. Por razones de edad, 113 cardenales están excluídos de participar en el Cónclave que elegirá al sucesor de Jorge Bergoglio.
En Estados Unidos, a la cabeza de la Iglesia conservadora contraria a la línea reformista de Francisco, florecen los sitios tradicionalistas en Internet que dan indicaciones de quienes serán los cardenales candidatos en el próximo Cónclave y dan nombres concretos.
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La posible sucesión
Los italianos vuelven a sugerir sus favoritos. Hay dos que son los nombres principales. El secretario de Estado Pietro Parolín, de 69 años, recoge apoyo entre los bandos enfrentados. No es un bergogliano ni un antibergogliano. Podría conformar a todos si el Cónclave quedará paralizado por los enfrentamientos.
El otro italiano muy bien cotizado es el cardenal Matteo Zuppi, también de 69 años, presidente de los cardenales italianos. Abiertamente del campo progresista, el arzobispo de Bolonia, romano de nacimiento y sacerdote de la poderosa Comunidad San Egidio, ha sido enviado del Papa a Ucrania y a Rusia para mostrar la disposición del pontífice a una mediación que ayude a poner fin a la peor guerra sufrida por Europa desde que concluyó la Segunda Guerra Mundial. .
En las listas de papables figuran muchos otros cardenales, aunque ninguno parece obtener el consenso que actualmente podrían empujar las candidaturas de los cardenales italianos Parolín y Zuppi.
Una hipótesis inevitable debido a la anciana edad del Papa, que circula con discreción, es la de un gesto de renuncia, que pondría a la Iglesia frente a la necesidad de una sucesión. No parece que esta opción sea inmediata.
Es cierto que Francisco podría elegirla (él mismo consideró la hipótesis en más de una entrevista) cuando sienta que los años pesan demasiado. Además la renuncia serviría para que el mismo Bergoglio pueda influir la elección de su sucesor.
El pontífice argentino dijo en una entrevista que si renunciara no sería Papa emérito, titulo que se dio a si mismo Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger cuando dimitió en febrero de 2013, sino Obispo de Roma renunciante y que podría vivir en la sede episcopal de la basílica de San Juan de Letrán.
Pero aclaró que eran puras especulaciones. Conviene no olvidar que Obispo de Roma, el primero de los cuales fue San Pedro, es el título fundacional, la condición para ser elegido Papa y que recibe el elegido en la votación que expresa la voluntad del Cónclave de cardenales.
El papa Francisco reveló que escapó de dos intentos de atentado durante su viaje a Irak de marzo de 2021, según extractos de su autobiografía que publica este martes la prensa italiana.
«La policía había alertado a la gendarmería vaticana sobre una información recibida de los servicios secretos británicos: una mujer cargada de explosivos, una kamikaze, se dirigía a Mosul para inmolarse durante la visita papal«, escribe Francisco en su autobiografía titulada «Esperanza» y que se publicará en enero en más de 80 países.
«Y también se lanzó una furgoneta a toda velocidad con la misma intención», agrega, según extractos del libro publicado por el diario italiano Corriere della Sera.
Tanto la kamikaze como el conductor de la camioneta fueron interceptados y abatidos por la policía iraquí.
«Casi todo el mundo me desaconsejó ese viaje», escribe Francisco, que celebra su 88 cumpleaños el martes, «pero quería llegar al fondo, sentí que tenía que hacerlo».
La histórica visita de tres días a Irak, del 5 al 8 de marzo de 2021, estuvo rodeada de grandes medidas de seguridad, en un país donde las células yihadistas clandestinas estaban entonces en plena actividad.
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A pesar de ello el papa cruzó todo el país y visitó Bagdad, Mosul y Qaraqosh, en el norte, una zona con presencia yihadista.
El Papa cumple este martes 88 años y afronta un peso de actividades más abrumador porque comienza el Jubileo del Año Santo 2005, cuando millones de fieles acudirán a Roma a pasar por las cuatro Puertas Santas de las basílicas, comenzando por la de San Pedro, y por una quinta Puerta que agregó el pontífice en una cárcel romana.
Francisco, como eligió llamarse en homenaje al santo el 13 de marzo de 2013, hace ya casi doce años, cuando fue elegido, está viviendo un buen momento de su salud pero su entrega a un trabajo excesivo le pondrá cada vez más límites. Es ya el segundo pontífice más longevo en la historia de la Iglesia, solo superado por Leon XIII, muerto a 93 años el 20 de julio de 1903.