INTERNACIONAL
Elecciones en Ecuador: en un escenario incierto, el futuro del país se define entre dos modelos opuestos
“¿Qué va a llevar mi reina? ¿Cebolla? ¿Zanahoria? ¿Aguacate?”, las preguntas llegan casi a coro, desde varios puestos del mercado de Iñaquito, en el norte de la capital de Ecuador.
Hay pocos clientes a las 3 de la tarde, cuando falta apenas una hora para el cierre. Aquí no hay carteles electorales ni clima de campaña. Pero algunos vendedores están preocupados por el balotaje de este domingo, cuando se enfrentan en las urnas dos modelos opuestos de país.
“Yo no sé a quién votar… No sé si los candidatos están preparados para gobernar este país”, dice Marta, desde su puesto de venta de verduras. Como ella, son miles los votantes que no tienen claro qué boleta elegirán. Otros sí: para muchos, lo que está en juego es el regreso del correísmo o la apuesta a un espacio nuevo.
Esta segunda vuelta enfrenta a la heredera del correísmo, Luisa González, que puede ser la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales, y al empresario Daniel Noboa, que con 35 años puede convertirse en el mandatario más joven de Ecuador.
Dos perfiles opuestos en casi todo pero que enviaron mensajes muy similares en el último tramo de la campaña para atraer a los votantes indecisos que serán la clave para abrir el portón del palacio presidencial de Carondelet.
Los analistas no se atreven a predecir un resultado. Los últimos sondeos marcaban una ligera ventaja de Noboa, aunque la diferencia se fue achicando mientras subía la intención de voto de González. Además, más de un 10% de los votantes se manifestaban indecisos, una porción del padrón que será crucial este domingo.
Unos 13,4 millones de ecuatorianos volverán a las urnas en unas elecciones anticipadas que muestran la inestabilidad política en este país, a la vez sumergido en la peor crisis de seguridad de su historia, con una presencia cada vez más marcada de las bandas del narcotráfico que aterrorizan y ordenan secuestros y asesinatos aún cuando muchos de sus cabecillas están en la cárcel.
En este contexto, y luego de una campaña marcada por los chalecos antibalas y la férrea custodia de los candidatos, este domingo habrá unos 100.000 militares y polícías desplegados en todo el país para proteger la seguridad de los votantes, anunciaron las autoridades.
Mandato breve
Sea quien sea el ganador este domingo, tendrá por delante un mandato breve y que en pocos meses quedará envuelto en una nueva campaña electoral.
El próximo presidente sólo gobernará hasta mayo de 2025, cuando debería terminar el actual mandato del conservador Guillermo Lasso, que disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para evitar un juicio político que amenazaba con destituirlo luego de acusarlo por un supuesto caso de corrupción que el mandatario niega categóricamente.
Acorralado por la oposición mayoritaria en el Parlamento, Lasso acudió en mayo al mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada”, que lo obligará a dejar el poder prácticamente en la mitad de su mandato. Tanto el Legislativo como el Ejecutivo que asuma tras estas elecciones -no hay fecha confirmada, pero será a comienzos de diciembre- sólo completarán el mandato que quedó inconcluso.
González, de 45 años, candidata de Revolución Ciudadana y ahijada política del ex presidente populista Rafael Correa fue la ganadora de la primera vuelta del 20 de agosto, con el 33,61% de los votos, cuando los candidatos eran ocho. Su compañero de fórmula es Andrés Arauz, quien enfrentó a Lasso en las elecciones de 2021 y fue derrotado en el balotaje.
En segundo lugar quedó Noboa, heredero de una fortuna amasada por su padre, Alvaro Noboa, un empresario bananero que figura entre los hombres más ricos del país y fracasó en cinco intentos de alcanzar la presidencia. El candidato de Acción Democrática Nacional (ADN) obtuvo el de 23,47% de los votos y sorprendió a políticos y ciudadanos de a pie porque no figuraba entre los favoritos.
Fue gracias al apoyo de las fuerzas de derecha, aunque él se define de centroizquierda y trata de sacudirse un poco la herencia familiar. Pero justamente su familia fue el sostén principal de su campaña, pues no cuenta con un aparato partidario como González. Su compañera de fórmula también es una mujer, Verónica Abad, una empresaria de 46 años que se muestra como una «conservadora clásica» defensora de la familia, la vida y la propiedad.
Final abierto
Las previsiones ahora son inciertas. La victoria en primera vuelta no le asegura a González la presidencia. Varios analistas aquí señalan que, así como hay un “voto duro” del correísmo, los fieles seguidores del ex mandatario, también hay una nutrida porción de “anticorreístas” que votarían a cualquier candidato que la enfrentara.
“Así como se sabía antes de la primera vuelta que Luisa González obtendría alrededor de un tercio de los votos, esa cifra parece ser también un techo”, explicó a Clarín el analista político Santiago Basabe. Su mirada coincide con la de varios observadores y periodistas aquí.
Pero González mostró un gran esfuerzo en la campaña para el balotaje para cambiar su imagen y despegarse de su padrino político, que cosecha tantos detractores como admiradores.
En la primera vuelta la abogada, ex legisladora y ex funcionaria de segunda línea del Ejecutivo de Correa -que gobernó de 2007 a 2017- se apoyó en el lema “por el resurgir de la patria”, y repetía la fórmula “ya lo hicimos, volveremos a hacerlo”, como una forma de mostrar la experiencia de su partido en la gestión.
Ahora, en cambio, como eslogan electoral apuesta “por el bien de todos” y llama a un “cambio” para dejar atrás a los gobiernos liberales de los últimos años. La candidata habla de la necesidad de reconciliación y de cómo su experiencia en el gobierno de Correa puede ser útil en los 17 meses de gobierno que tendrá el ganador.
Noboa fue la sorpresa electoral. Casi desconocido en la política, salvo por el cargo de diputado en la disuelta Asamblea, escaló en silencio hasta colarse en el balotaje con un discurso de mano dura contra el crimen, cuando el país estaba conmocionado por el asesinato de Fernando Villavicencio, uno de los candidatos a presidente en la primera vuelta, que fue acribillado por sicarios después de un acto electoral en Quito diez días antes de esa elección.
A diferencia de su rival, Noboa no tiene un aparataje partidista que impulse su candidatura. Así, el candidato optó por apoyarse sin reservas en su esposa, la joven “influencer” Lavinia Valbonesi, y en su madre, que lo acompaña desde hace meses en sus recorridas por todo el país llevando ayuda a las poblaciones más necesitadas, especialmente grandes cajas de avena de una marca reconocida a nivel mundial de la que su padre es dueño de la franquicia en Ecuador.
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