Dos días después del golpe comando con el que una banda narco tomó la transmisión en vivo, el canal TC Televisión retomó su programación habitual en Ecuador. Fue durante el Noticiero de esa señal de Guayaquil que el grupo violento irrumpió con armas y granadas. Allí, este jueves, la conductora del programa se despachó con un emotivo editorial. «En el mismo espacio donde quisieron silenciarnos», sintetizó la periodista Saskia Bermeo. «Este equipo se levanta hoy mismo con valentía», añadió con la voz quebrada y los ojos con lágrimas.

El estudio de El Noticiero, en Guayaquil, fue el escenario el pasado martes de una violenta escena que recorrió el mundo, tal vez como nunca antes: integrantes de agrupaciones declaradas por el Estado ecuatoriano como «terroristas» irrumpieron en vivo y amenazaron, golpearon y hasta abrieron fuego contra sus trabajadores.

Cuarenta y ocho horas más tarde, una de las presentadoras del programa inició la edición con un fuerte mensaje y la voz quebrada: «Regresamos, en el mismo espacio donde quisieron silenciarnos».

Vestida con un saco gris petróleo, de frente a la cámara y con la rutina en las manos, comenzó mirando a la audiencia: «Estamos aquí por y para cada uno de ustedes».

«Gracias también a las fuerzas militares y policiales por su profesionalismo y trabajo impecable, que en menos de 15 minutos sometieron a quienes pretendieron sembrar el terror y controlaron estas instalaciones», dijo, como reconocimiento al trabajo de las fuerzas de seguridad que recuperaron el edificio.

Y luego prosiguió, en referencia a los efectivos militares y policiales: «Devolviéndonos a nuestros hogares para volver a abrazar, sí, abrazar a nuestras familias. Son nuestros héroes sin capa y merecen sin duda alguna todo nuestro reconocimiento y aplausos de pie».

Luego volvió a dirigirse al público. «Amigos, el noticiero está de vuelta aquí. En el mismo espacio donde quisieron silenciarnos», dijo Bermeo, con una mezcla entre sonrisa, alivio por el susto de lo que pudo haber sido y angustia por aquello mismo que sufrió en carne propia.

«Regresamos ahora con más fuerza y más comprometidos con nuestros hermanos ecuatorianos, con la gente que se despierta con nuestra señal para salir a construir un mejor Ecuador. Con la gente que permite que los acompañemos en su diario vivir porque confía en este equipo dedicado a informar con veracidad, transparencia, oportunidad y que hoy mismo se levanta con valentía«, agregó luchando contra las lágrimas.

Y ya con la voz indisimuladamente quebrada, les extendió una invitación a los televidentes.

«Los invitamos a cada uno de ustedes a unirnos para poder recuperar a nuestro país. Apoyamos todas, todas, las iniciativas positivas que nos pueden regresar el Ecuador que merecemos. Ese Ecuador de paz y seguro. Porque aún estamos a tiempo, porque los buenos, definitivamente, como siempre lo he dicho, siempre seremos más», expresó Bermeo.

«Aquí iniciamos la segunda emisión del noticiero», cerró la conductora, mientras la cámara paneaba hacia atrás, mostrando a su cara visible de cuerpo entero con la misma escenografía que -dos días antes- fue la de un ataque que puso en vilo a su país y desató una ola de medidas de seguridad en toda la región, operativos de prevención y capturas en el marco de un estado de guerra, como el propio presidente Daniel Noboa describió.

El Noticiero se emite a las 7, 12 y 19. Pero el programa del 9 de enero, como escribió Bermeo en sus redes sociales, salió al aire «en un día imposible de olvidar».

Saskia Bermeo, que este jueves dejó un fuerte mensaje al reanudarse el noticiero del canal TC de Ecuador, vivió desde adentro el ataque. En las horas posteriores al episodio, contó en un posteo de Instagram la pesadilla que vivió.

«Salí de El noticiero segunda emisión, que finaliza a las 2 de la tarde y pasé por mi camarín para ir a almorzar», comienza el relato.

De repente, cuenta, un compañero le advirtió sobre el infierno desatado en las instalaciones de la emisora: «¡Están disparando afuera. Corre, corre!».

Y luego agregó: «Escuchar sus insultos, sentir que corrían atrás nuestro, armados, fuertemente armados, ha sido el mayor momento de terror en mi vida. En la desesperación perdí mis zapatos, pero ¿quién piensa en zapatos cuando un arma apunta a la espalda?».

José Luis Calderón, otro de los conductores del noticiero, fue el hombre que quedó en primer plano, mientras el resto del personal yacía en el suelo. Al animador le colocaron un artefacto explosivo en un bolsillo del saco, suplicó frente a cámara que no lastimen a nadie y soportó las agresiones de los terroristas.

«Admiro la valentía de José Luis Calderón cuando apuntaron una escopeta a su cabeza y pusieron un taco de dinamita en su cuerpo. Como profesional, supo mantener el control y pedir ayuda», dijo Bermeo.

Las imágenes de la toma del canal público de televisión, en Guayaquil, recorrieron el mundo. Ese golpe comando fue el episodio más espectacular de un martes sangriento, que incluyó también el ataque a una universidad, el secuestro de policías y el saqueo de locales comerciales. Esa primera jornada culminó con un saldo de 10 muertos y 70 heridos.

Al día siguiente, el gobierno de Noboa, con las Fuerzas Armadas desplegadas en el país, reportó más de 320 terroristas detenidos, otras cinco víctimas fatales y casi una treintena de presos recapturados.