Colombia’s influential former President Álvaro Uribe on Wednesday denounced as «political vengeance» a move by national prosecutors to bring him to trial in a case of witness tampering that has shadowed his legacy.
Uribe insisted in a video message that there was no evidence against him, a day after prosecutors announced their intention to formally charge Uribe with bribery of witnesses in criminal proceedings and procedural fraud.
That would make Uribe the first former president to face trial in Colombia.
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The case against Uribe derives from allegations made a decade ago by an opposition senator that Uribe was tied to the creation of a paramilitary group. The former president was accused of bribing former paramilitaries to change their testimonies.
Senator and former president Álvaro Uribe arrives to the Supreme Court for questioning in an investigation for witness tampering charges in Bogotá, Colombia, Oct. 8, 2019.(AP Photo/Ivan Valencia, File)
Uribe accused the senator of slander, but that case was dismissed, and the Supreme Court instead opened a criminal case against Uribe on allegations of manipulating witnesses.
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«This trial is being carried out due to political presumptions, personal animosities, political vengeance, without evidence to infer that I was trying to bribe witnesses or deceive justice,» said Uribe, who served as president from 2002 to 2010.
Uribe was under house arrest in the case for two months in 2020.
Uribe could face up to 12 years in prison on the charge of bribing witnesses and eight years in prison on the charge of procedural fraud.
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Under previous administrations, Colombian prosecutors tried twice to close the case after saying they had failed to find «criminal responsibility of the defendant.» Those requests were rejected by criminal judges.
La pelea entre Donald Trump y Kamala Harris en dos estados clave para ganar las elecciones se mide punto a punto y es una muestra de cuán ajustada está la recta final de la campaña presidencial en Estados Unidos: un último sondeo publicado este sábado muestra que el magnate republicano mantiene su ventaja en Arizona, mientras que la vicepresidenta asoma con un leve margen en la crucial Pennsylvania.
También Harris busca reforzar el voto de los afroamericanos y remontar entre el electorado masculino, donde tiene desventaja.
Una nueva encuesta de The New York Times/Philadelphia Inquirer/Siena College marca que estos dos estados, uno en el noreste del país y el otro en el suroeste, rompen todavía la cabeza a las campañas porque en ellos hay votantes muy diversos que tienen prioridades diferentes y necesitan ser atendidas.
El ascenso de Harris a la cabeza de la fórmula en lugar de Joe Biden en julio revitalizó al partido oficialista, hizo que los demócratas se recuperaran en general en los sondeos y la carrera electoral se tornó más pareja. Pero Trump sigue liderando los sondeos en el tema económico, que es la principal preocupación de los votantes.
Pennsylvania es el estado más importante de estas elecciones porque cambia con frecuencia su voluntad electoral –o sea que suele oscilar entre demócrata o republicano según las elecciones— y además tiene gran peso en el colegio electoral por sus 19 votos electorales, de acuerdo al tamaño de su población.
Es un estado que combina todo un paisaje similar al de Estados Unidos: tiene centros urbanos importantes como Filadelfia y Pittsburgh y pequeños poblados rurales donde se cultiva maíz y soja y crece el ganado.
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También es un lugar que supo ser un gran centro industrial y minero, pero ahora se enfrenta a un creciente proceso de desindustrialización que afecta a buena parte de la población. Tiene mayoría de población blanca, pero también hay enclaves de afroamericanos y latinos.
Es por eso que ambos candidatos pasan el tramo final de la campaña recorriendo palmo a palmo este estado e invierten millones de dólares en actos y avisos de campaña. Se sabe que ganar ahí es crucial.
Ventaja ajustada
Allí la ventaja de Harris en las encuestas se ha mantenido estable, aunque ella no puede cantar victoria ni muchísimo menos. La encuesta muestra que hoy la vicepresidenta va adelante por 50 por ciento a 47 por ciento, pero las cifras caen dentro del margen de error.
Lo único que puede alentar a Harris es que es la tercera encuesta de Times/Siena en dos meses que la muestra adelante, aunque con escaso margen. Pero hay un dato muy relevante: en 2016, justo a esta altura, Hillary Clinton le llevaba a Trump casi 9,7% de ventaja en este estado. Y finalmente terminó perdiendo las elecciones en ese estado por casi 1% de los votos. Y también la Casa Blanca.
Lo que impulsa a Harris en ese estado es su ventaja de casi 20 puntos porcentuales en lo que respecta al manejo del aborto, su mejor tema en los estados disputados y la segunda preocupación más importante para los votantes de Pennsylvania tras la economía.
Un dato interesante en la encuesta es que la candidata demócrata recuperó terreno el último mes entre los residentes de ese estado sin título universitario -un electorado que tradicionalmente se ha inclinado por Trump- mientras que el republicano redujo su ventaja entre los votantes más educados.
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La carta de Trump: la economía
Pero la fortaleza de Trump sigue siendo la economía. La encuesta muestra que hoy el republicano tiene una ventaja de 11 puntos sobre Harris en el tema, frente a una brecha de 4 puntos que tenía en septiembre. Esto hace que el magnate aspire a cosechar más votos el día de los comicios de lo que predicen los sondeos. Buena parte de los estadounidenses vota con el bolsillo y no lo revela a los encuestadores.
Arizona es otro estado clave: también suele oscilar entre demócratas y republicanos en las elecciones, tiene 11 votos electorales y es un estado fronterizo, donde la inmigración es un tema importante, así como también el aborto. Es uno de lo estados donde se concentra la mayor proporción de latinos, un 33% de la población.
Según la encuesta publicada este sábado, Trump estaba por delante, 51 por ciento a 46 por ciento, o seis puntos porcentuales, casi sin cambios desde septiembre, cuando la encuesta mostró que el ex presidente lideraba 50 a 45 por ciento.
Lo que reforzó la ventaja de Trump en Arizona fue, una vez más, la economía. Más habitantes de ese estado dijeron que lo preferían a él sobre Harris en ese tema, 56 por ciento contra 41 por ciento. Y también una mayoría espera que el republicano sea mejor para ayudar a personas como ellos, y tiene una ligera ventaja en la pregunta de quién sería mejor para ayudar a la clase trabajadora.
Eso contrastó con Pennsylvania, donde los votantes le dan a Harris ventajas igualmente estrechas en las mismas preguntas.
Los votantes en Arizona también estaban más inclinados que los de Pennsylvania a decir en términos más generales que Trump sería mejor en el manejo de cualquier tema que consideren más importante. Tiene una ventaja de nueve puntos en esa pregunta en Arizona, incluso cuando él y Harris compiten en Pennsylvania.
La encuesta también muestra datos interesantes a nivel nacional: si bien la vicepresidenta mejoró la posición de su partido entre los votantes negros desde que Biden abandonó la carrera presidencial, aún está significativamente por detrás de la participación de Biden en 2020 en ese electorado demócrata vital.
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Según el sondeo, 8 de cada 10 votantes negros en todo el país dijeron que votarían por Harris, un marcado aumento con respecto al 74 por ciento de los votantes negros que dijeron que apoyarían a Biden antes de que se retirara de la carrera en julio. Pero Biden ganó el 90 por ciento de los votantes negros para capturar la Casa Blanca por estrechos márgenes en 2020, y la caída de Harris, si se mantiene, es lo suficientemente grande como para poner en peligro sus posibilidades de ganar estados clave en disputa.
Por eso la semana pasada Barack Obama salió a hacer campaña en Pennsylvania con pedido de movilización a los votantes afroamericanos y el martes Harris aparecerá en en Detroit, un comediante y presentador de radio cuyo programa es popular entre los jóvenes votantes negros.
El voto de los hombres
La encuesta muestra también que Trump mantiene una ventaja entre los hombres. El magnate tiene una ventaja sustancial sobre Harris: 51% a 40% Por eso la vicepresidenta y su campaña están haciendo un llamado a los varones para que se aparten del «bullying» machista del republicano y, en cambio, apoyen la fórmula demócrata.
Harris rara vez menciona su género a pesar de ser la primera vicepresidenta de Estados Unidos, y prefiere evitar convertirlo en un tema central de su campaña. Pero ahora hay señales de que se está viendo obligada a abordar el tema.
Para eso está utilizando a su compañero de fórmula, Tim Walz, un ex entrenador de football americano del Medio Oeste, en un intento de llegar a los votantes varones. Esta semana, su campaña lanzó «Cazadores y pescadores por Harris-Walz», un claro discurso dirigido a los votantes masculinos.