Mientras España aumenta a nivel 4 su alerta antiterrorista y refuerza su seguridad -frente al ataque de Hamas a Israel y al contra-ataque israelí en Gaza-, el conflicto en Medio Oriente enfrenta, una vez más, a los socios de la coalición PSOE-Podemos que se mantiene en funciones hasta que se forme un nuevo gobierno.

El presidente Pedro Sánchez condena los asesinatos y la toma de rehenes cometidos por los terroristas infiltrados en territorio israelí desde que comenzaron, el 7 de octubre.

“Me gustaría reiterar nuestra condena al ataque de Hamas contra Israel -dijo-. Israel tiene el derecho legítimo a defenderse dentro del derecho internacional y el derecho humanitario.”

“Al mismo tiempo, es esencial la protección de los civiles, así como el acceso de la ayuda internacional para los necesitados, especialmente en la Franja de Gaza”, agregó Sánchez.

Y opinó: “La única forma de resolver definitivamente el conflicto es el reconocimiento de los dos Estados, para que puedan coexistir en paz y seguridad”.

Sin embargo algunas voces dentro de su gabinete le apuntan al gobierno de Benjamín Netanyahu y lo acusan de genocida.

“Queremos alzar nuestra voz para denunciar que el Estado de Israel está llevando a cabo un genocidio planificado en la Franja de Gaza”, fue lo primero que dijo Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos.

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y líder de Sumar, la coalición de partidos a la izquierda del PSOE de la que Podemos forma parte, habló de “apartheid israelí”.

“Condenamos la violencia contra la población civil, venga de donde venga”, agregó Díaz.

La ministra Belarra le pidió a su socio de gobierno, el PSOE, que pida ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que se investiguen “los crímenes de guerra cometidos en Palestina por Netanyahu”.

Estas declaraciones irritaron a la embajada de Israel en España. A través de un comunicado y sin dar nombres, calificó “absolutamente inmorales” las palabras de las ministras.

El comunicado consideró “profundamente preocupante que, en un momento en el que Israel está de luto por la pérdida de vidas inocentes en el bárbaro ataque de Hamas, ciertos elementos dentro del gobierno español han optado por alinearse con este terrorismo tipo ISIS”.

“No sólo son absolutamente inmorales, sino que también ponen en peligro la seguridad de las comunidades judías de España -aseguraba el texto-. Y al riesgo de un mayor número de incidentes y ataques antisemitas.”

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no dio lugar al reclamo de la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon.

“La posición del gobierno de España en su conjunto con respecto a los ataques terroristas perpetrados por Hamas es clara: condena tajante, exigencia de liberación inmediata e incondicional de rehenes y reconocimiento del derecho de Israel a defenderse dentro de los límites marcados por el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario”, aclaró el ministerio de Exteriores.

“Llamé a la embajadora de Israel y le trasladé el profundo disgusto del gobierno español por un gesto que consideramos inamistoso”, dijo Albares el martes.

El ministro defendió que los representantes políticos españoles puedan expresar libremente sus ideas, pero aclaró: “En política exterior hay solamente dos voces autorizadas. La del presidente del gobierno y la del ministro de Relaciones Exteriores”.

Belarra le reprochó: “El PSOE es la parte mayoritaria del gobierno, pero no es todo el gobierno”. Y criticó que el partido de Pedro Sánchez “tome decisiones de manera unilateral en asuntos de calado”.

La ministra de Derechos Sociales, sin embargo, este miércoles redobló la apuesta.

“Le he pedido a nuestros socios, el Partido Socialista, que nos tomemos más en serio la lucha contra este genocidio planificado que está llevando adelante Israel contra el pueblo de Palestina”, insistió Belarra.

“Para ello creo que deberíamos suspender urgentemente las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel y que además deberíamos impulsar el debate a nivel europeo para aplicar sanciones económicas ejemplares contra los responsables políticos de este genocidio”, afirmó.

A través de varios de sus ministros y representantes de su partido, Pedro Sánchez hace saber a los españoles que está siguiendo de cerca el conflicto en Medio Oriente. Mientras tanto, su agenda combina las citas obligadas por la actual presidencia transitoria de España de la Comisión Europea y los encuentros con los distintos grupos políticos y sectores de la sociedad española para intentar reunir los apoyos que necesita para ser reelegido presidente del gobierno.

Por ahora, rema con viento en contra.

Tiene tiempo hasta el 27 de noviembre, fecha límite para formar gobierno y evitar una repetición electoral, para cambiar su suerte.