Connect with us

INTERNACIONAL

Insultos y abucheos a Emmanuel Macron: otra violenta protesta del campo en París empañó una ceremonia tradicional

Published

on


El entonces presidente Jacques Chirac repetía que “ningún candidato puede llegar al Palacio del Eliseo si no le tocó el culo a una vaca en el Salón de la Agricultura”. Con su bonhomía y apetito pantagruélico, pasaba hasta 10 horas recorriendo el histórico salón en París, donde se expone la agricultura y la ganadería de Francia. Era un amor mutuo entre él y los productores rurales, sus animales, sus técnicas, sus productos, chorizos, leche, cervezas y quesos.

Este sábado Emmanuel Macron tuvo otra clase de experiencia, inédita, blindada, al cumplirse 60 años del tradicional salón. Debió´ «sobar el lomo” a centenares de campesinos, que no le dejaban inaugurar el Salón de la Agricultura, en medio de una crisis de sobrevivencia agrícola causada por los altos costos del gasoil, la competencia que produce la guerra en Ucrania con sus bajos precios de cereal, la amenaza del Mercosur que tanto detestan y la ecología “a la parisina”. Todos factores que los han puesto al borde de la quiebra y con la mayor tasa de suicidios de Europa.

La visita del presidente de la República estuvo marcada por tensiones, silbidos y violencia entre manifestantes y la policía. Pero también tiempo para debates y anuncios. Tardó más de cuatro horas y media para conseguir cortar la cinta de la inauguración con los colores de Francia. Solo lo consiguió luego de aceptar un debate con los campesinos, que lo habían emboscado a su llegada. Pero una brigada de policías anti disturbios del CRS y un enorme dispositivo policial, que incluyó la policía montada, lo acompañó en su forzado y tenso paseo por los pabellones del salón.

La policía francesa custodia el célebre Salón de Agricultura, en París, este sábado. Foto: Noel SmartLa policía francesa custodia el célebre Salón de Agricultura, en París, este sábado. Foto: Noel Smart

Caos y choques entre manifestantes y policías

Macron había llegado a las 9 de la mañana. Y al mediodía el Salón seguía cerrado al público. Los toros Charolais de 1500 kilos, las vacas rubias de Aquitaine, las bestias productoras de carne de Salers estaban nerviosos y las ovejas asustadas porque la policía reprimía en el Pabellón 1 con gases lacrimógenos. A Macron lo acompañaba la prensa acreditada en el Elíseo. Los demás no podían entrar, como el público, en una exposición custodiada con ametralladoras, como si esperaran un atentado terrorista.

Decenas de manifestantes forzaron una puerta y se enfrentaron a la policía antidisturbios del CRS, en el exterior como en el interior del Salón Agrícola. En el piso de arriba, Macron se reunió con los sindicatos. Todo era un caos.

Los manifestantes entraron al Salón sin ser registrados, antes de la inauguración oficial. Entre ellos los exasperados agricultores de la Coordinación Rural, la FNSEA y los Jóvenes Agricultores, reconocibles por sus distintivas banderas y gorras verdes.

Cuando buscaban al presidente de la República por los pasillos de ese laberinto que es la Puerta de Versalles, se enfrentaron a los policías, que intentaban detenerlos, y se intercambiaron golpes, bastonazos y gases.

“Jamás vi eso en mi vida. Cuando llegamos, la situación estaba fuera de control”, reconoció Johann Cavallero, ex responsable del grupo de seguridad presidencial y secretario de Alianza del CRS, la policía anti disturbios.

Policías antimotines bloquean la entrada a los agricultores furiosos que protestaban contra Emmanuel Macron, en la apertura de una feria del campo en París. Foto: AP  Policías antimotines bloquean la entrada a los agricultores furiosos que protestaban contra Emmanuel Macron, en la apertura de una feria del campo en París. Foto: AP

Esta primera jornada estuvo marcada por numerosas secuencias de trompadas, batallas campales, silbidos al presidente, gritos y corridas.

“Macron Dimisión», cantaban los agricultores, como si se hubiesen convertido nuevamente en Chalecos Amarillos. Los agricultores habían llegado con sus tractores a Paris el viernes, marcharon por los Inválidos y se instalaron en sus alrededores desde la noche.

Pero también hubo intercambios positivos con Macron sobre la crisis, coincidencias y anuncios. En un contexto de crisis agrícola que dura ya un mes, el momento era más para las reivindicaciones sociales y las cuestiones económicas que para degustar los exquisitos productos del “terroir” francés y sus derivaciones.

Macron se reunió con los sindicatos para desayunar pero el caos no lo dejaba avanzar con la inauguración. En su entorno comenzó un debate de inaugurar o no, y de retirar al presidente del lugar “por razones de seguridad”. «Voy a inaugurar. A eso vine”, insistió Macron.

l presidente dijo que no se dejó engañar por algunos de los alborotadores: «No soy un conejo de seis semanas, sé dónde viven”, declaró, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que la Reagrupación Nacional, el nuevo partido de Le Pen, hubiera aprovechado la protesta. Implícitamente, se apuntó a la coordinación rural.

Agricultores franceses chocan con los agentes de seguridad dentro del Salón de la Agricultura, en París. Foto: APAgricultores franceses chocan con los agentes de seguridad dentro del Salón de la Agricultura, en París. Foto: AP

Cuando nadie lo esperaba, Macron en camisa, con un manojo de papel blanco en su mano, apoyado en una mesa de bar , invitó a sus adversarios paisanos a debatir. El clima era como en la fábrica de Whitepoll en Amiens, cuando el se presentó en medio de la huelga, en plena campaña electoral .Como entonces, Marine Le Pen estaba de Fantasma de los disturbios.

Se sacó el saco, se arremangó su camisa blanca y Macron comenzó a hacer lo que mejor saber: debatir. Persuadir, responder, provocar, rebatir y finalmente, proponer a los paisanos en cólera. De la furia pasaron a cierta esperanza los agricultores franceses.El estado los acompañará, la burocracia será limitada, los permisos se acelerán.

«Estamos aquí para hablar», afirmó el jefe de Estado, rodeado de sus ministros Marc Fesneau y Agnès Pannier-Runacher.

Durante dos horas, apoyado en una mesa alta de bar, , el presidente recogió las quejas de los agricultores agrupados a su alrededor, cada uno con un signo distintivo de su organización sindical: sombreros amarillos, gorras verdes o rojas.

Espejos cerrados que «no existen», la renta, la competencia ucraniana, la agricultura biológica, el bienestar agrícola, la simplificación de las normas.

Probablemente uno de los momentos más conmovedores fue cuando se puso sobre la mesa la tasa de suicidios en la profesión. Luego, un agricultor le dijo al presidente que “casi tomó esta medidas” en agosto.»Hacemos mucho por el bienestar animal, pero ¿qué estamos haciendo por el bienestar de los agricultores?», preguntó un granjero.

En 2010, la industria de la ganadería lechera tenía un exceso de mortalidad por suicidio del 52%, como ya se había observado en su estudio Santé Publique France de 2016.

Durante estas conversaciones con los sindicatos, Emmanuel Macron acordó reunirse con los representantes dentro de las tres semanas posteriores al Salón, que durará hasta el 3 de marzo.

El presidente reiteró que el Gobierno había asumido 62 compromisos en respuesta al movimiento ,que estalló el 18 de enero .Realizó varios anuncios, entre ellos la creación de un «precio mínimo» para pagar mejor a los agricultores.

También se anunció un censo de explotaciones agrícolas ,que necesitan ayuda de emergencia para el flujo de caja, y la inclusión en la ley de que la agricultura y la alimentación son «un interés general importante de la nación francesa». También se han lanzado varias propuestas para reducir los estándares.

El Salón de la Agricultura, una cita tradicional en París. Foto: Noel SmartEl Salón de la Agricultura, una cita tradicional en París. Foto: Noel Smart

La demorada inauguración

Con más de cuatro horas de retraso, Macron finalmente inauguró el Salón. Tras instar a los sindicatos a calmar sus bases, el jefe de Estado optó por mantener su visita e inaugurar esta 60ª edición.

Entre silbidos estridentes, abucheos, la «dimisión de Macron» y algunos dedos medios, el presidente, rodeado de su ministro de Agricultura y Soberanía Alimentaria, Marc Fesneau, y de la ministra delegada, Agnès Pannier-Runacher, cortó la cinta.

A pesar de la tensión, el jefe de Estado decidió mantener su paseo por los pasillos del Salón detrás de un enorme cordón de seguridad.

Macron probó miel del Pays d’Auge y queso de Alta Saboya, estrechó manos y respondió a las preguntas, con un aspecto casi imperturbable, pero su voz regularmente tapada por el estrépito. El programa inicial de esta caminata se vio completamente alterado por un caos sin precedentes.

«La agricultura merece algo mejor que el proyecto de decadencia y estupidez que consiste en explicar a la gente que la solución sería abandonar Europa», protestó el presidente de la República ante los agricultores y la prensa.

Un poco más lejos, el stand de Lactalis, el número uno mundial en productos lácteos acusado de pagar mal por la leche, fue blanco de un derrame de estiércol, del que se desprendió un líquido marrón.

Testimonios desde el campo

Con su clásica gorra militante verde, Monsieur Robinet administra con su hermano una explotación agrícola de 60 hectáreas cerca de la cerealera Chartres. Produce trigo, colza, papas y remolachas y participó en las protestas.

“Antes todos podíamos vivir de esto. Hoy mi hermano no tiene de qué vivir. Gana menos que un salario mínimo francés. La competencia con los bajos precios de Ucrania, el bloqueo administrativo que generan las decisiones burocráticas del Estado francés, la ecología caricatural, que elimina los glifosatos pero el Estado no investiga como reemplazarlos, nos está llevando a la quiebra», se quejó.

«La ecología está diseñada por personas que jamás vieron un trigo. Su política es caricaturesca y dañina. Hay que acompañar la transición pero con ayuda del Estado. Y el Mercosur es apenas una muestra. Vamos a importar la mala calidad, sin reglas sanitarias y todos terminarán enfermos”, explica este agricultor y al mismo tiempo, contador. Ahora se necesitan tres veces más de superficie para hacer rentable la explotación heredada de su padre.

Naya Morin es productor de ovejas Rouges de L´oest en el departamento 64. Con orgullo muestra su pedigree, como mastican perfectamente de derecha a izquie rda, la calidad que demuestran sus arrugas y el rojo de su cabeza. Cada una cuesta 800 euros.

“Nadie respeta nuestro sacrificio, la calidad de producción, la contribución a Francia. Enfrentamos al Mercosur porque lo que viene no tendrá calidad, ni las mismas regulaciones sanitarias que Francia. Y de Macron mejor que callo. Me abstengo de decir lo que pienso de él”, contó a Clarín.

Eran las 7 de la tarde. El Salón de la Agricultura cerró y el presidente Emmanuel Macron seguía allí, desde la mañana, persuadiendo, escuchando y explicando su política para salir de la crisis agrícola.



Source link

INTERNACIONAL

Francia se prepara para armar una «gran coalición heterogénea» contra Marine le Pen si la ultraderecha no alcanza la mayoría absoluta

Published

on


A 48 horas del fin de la campaña electoral y la segunda vuelta, Francia se prepara para una gran coalición heterogénea contra el lepenismo, si la ultraderecha de Reagrupamiento Nacional no consigue la mayoría absoluta parlamentaria en la Asamblea Nacional en la segunda vuelta de las elecciones legislativas de este domingo.

La coalición anti RN crece en medio de la violencia electoral, cartas de amedrentamiento anónimas y amenazas en pueblos pequeños contra los extranjeros, las minorías musulmanes y “blacks”.

“Cierre su comercio”, “Vendan su propiedad y vuelva a su país” son las consignas, que llegan en forma de cartas anónimas, en localidades francesas, donde la convivencia era normal hasta el triunfo de RN el pasado domingo.

Otros dueños de café de provincia en el sur y la Provence hostigan a los extranjeros, con los que habían cohabitado bien hasta ahora. Los británicos e irlandeses han sufrido hostigamientos en el sur de Francia .Muchos, como Alix Neil, piensan mudarse desde la región francesa de Tarn nuevamente a Irlanda si gana Le Pen.

Desde la primera vuelta, ese voto secreto a Le Pen se ha puesto en evidencia. Ya no es más un voto vergüenza. La hostilidad a los extranjeros se ha comenzado a hacer sentir en Francia. «¿Usted no habla francés?» preguntan, si escuchan hablar en inglés.

Una coalición amplia e ingobernable

La amplia coalición anti RN, que no tiene precedentes en Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, es común en Italia y Alemania. Pero los franceses no tienen tradición de este clase de gobierno.

Si Jordan Bardella y sus aliados no consiguen la mayoría el domingo, una parte del macronismo, de la izquierda y de la derecha ya imaginan un acuerdo para ampliar el “frente republicano” en el gobierno.

La primera parte del plan funcionó. El lepenismo tendrá dificultades para conseguir la mayoría absoluta. Con cerca de 220 candidatos de triangulares, que desistieron a favor de combatir a la ultraderecha, aunque habían conseguido más del 12,5 por ciento de los votos en la primera vuelta, en muchas partes el balotaje de este próximo domingo se convirtió en un duelo entre los lepenistas y otras fuerzas consideradas republicanas.

Un cartel muestra al diputado europeo y miembro del partido de izquierda la France Insoumise, Manon Aubry, y al líder del partido, Jean -Luc Melenchon, en París. Foto EFE

Históricamente en Francia, el lepenismo y el ex Frente Nacional fue considerado una amenaza a la democracia. Todas las fuerzas políticas siempre se unieron, más allá de sus diferencias, para combatirlo. Esta vez ese”voto republicano” está costando y es mucho mas difícil , tras la inesperada disolución de la Asamblea Nacional por Emmanuel Macron, que ha sido muy criticado por su decisión.

Al transformar las triangulares en duelos, bajo el efecto de las retiradas o “desestimientos”, la izquierda, el campo de Macron y una parte de la derecha esperan impedir que la Reagrupación Nacional (RN) obtenga la mayoría absoluta de los diputados, el domingo.

Si se logra este objetivo, evitando la convivencia con Jordan Bardella y sus aliados, ¿Continuará este “frente republicano” como una gran coalición anti-RN en la Asamblea Nacional y en el gobierno? Es la gran duda.

Algunos dirigentes macronistas, del Nuevo Frente Popular (NFP) y de los Republicanos (LR), se preparan cada vez más para este escenario, todavía aritméticamente incierto.

Tras las retiradas en nombre del “aluvión anti-RN”, sólo quedan en lista 297 candidatos del Nuevo Frente Popular y de “varias izquierdas”, así como 236 del campo presidencial y de “varios centros” . Como resultado, las posibilidades de la izquierda de obtener por sí sola una mayoría absoluta de 289 escaños son extremadamente escasas, y las de los macronistas, nulas.

Por el contrario, el RN y sus aliados están presentes en 441 distritos electorales. “O el poder estará en manos de un gobierno de extrema derecha o el poder estará en el Parlamento”, resumió el miércoles el jefe del gobierno saliente, Gabriel Attal, en France Inter.

¿Un escenario ingobernable?

Un problema: «Según todos nuestros cálculos, ese escenario es absolutamente ingobernable», denuncia un ministro, consciente de la imposibilidad, consagrada en la Constitución, de disolver la Asamblea Nacional durante un año.

Emmanuel Macron planteó la hipótesis de una coalición el miércoles en el Consejo de Ministros. “Retirarse hoy de los cargos electos de izquierda ante la Reagrupación Nacional no significa gobernar mañana con la Francia Insumisa”, resumió el Jefe de Estado. «No hay duda de ello», insistió.

Desde su conferencia de prensa del 12 de junio, tres días después de su sorpresiva y solitaria disolución de la Asamblea Nacional, defendió el escenario de una “federación de proyectos”, ampliada a “los socialdemócratas, los ecologistas y la derecha gaullista”, sobre una base “progresista, base democrática y republicana”. Su decisión es excluir a Francia Insumisa, y a Melenchon, a quien consideran antisemitas. Pero el problema es que los judíos de Francia están votando al lepenismo desdiabolizado.

La presidenta saliente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, quiere aliarse con los comunistas. El presidente de Los Republicanos (conservadores) en Altos de Francia, Xavier Bertrand, aboga por “un gobierno de resurgimiento nacional”, para “salir del callejón sin salida en el que nos ha sumido Macron”. Pero no por una “coalición de retaguardia”.

Ninguno de ellos, sin embargo, se atreve a sugerir el nombre de un primer ministro que podría liderar un equipo de gobierno tan numeroso. Rafael Glucksmann, el socialista, o el ex presidente François Hollande podrían serlo. Ellos permanecen en silencio. Xavier Bertrand, un republicano conservador, también podría ser candidato.

“La única condición para que suceda algo”, señala el ex diputado del MoDem Jean-Louis Bourlanges, “es la desintegración del Frente Popular. Pero aún no hemos llegado a ese punto. Hemos construido un monstruo».

Gabriel Attal suspendió el domingo por la tarde el endurecimiento previsto del seguro de desempleo, un anuncio que se interpretó como una señal enviada a la izquierda. Dispuesto a “discutir” una “coalición” que vaya “de la derecha conservadora a los socialdemócratas”.

El ex primer ministro Édouard Philippe, ahora alejado de Macron, criticó estas “iniciativas individuales” del Primer Ministro: “No me gustaría que tuviéramos regateos antes”, advirtió el miércoles en TF1.

Un cartel de campaña rasgado del presidente del partido de ultra derecha francés Jordan Bardella en París. Foto EFEUn cartel de campaña rasgado del presidente del partido de ultra derecha francés Jordan Bardella en París. Foto EFE

Convencidos del riesgo de confundir a los votantes, varios líderes políticos quieren hacer campaña sobre su proyecto y posponer las negociaciones hasta después del 7 de julio. Temen que una estrategia de “cualquier cosa , menos RN” , se transforme en un acelerador de votos para los líderes lepenistas, que se apresuran a presentarse como la única alternativa al “sistema”.

“Es mortal. Es una máquina para hacer votar a RN”, alertó.

Violencia electoral

Entre la primera y la segunda vuelta electoral en Francia ha estallado la violencia. Prisca Thévenot, portavoz del gobierno, la sufrió con su equipo, cuando pegaban afiches electorales el miércoles por la noche en Meudon, en los Altos del Sena. Ella es allí candidata a su reelección.

Jóvenes quisieron destruir los afiches. Ella les recordó que estaba prohibido. Un hombre arrancó el afiche, antes de volver acompañado por otros 20 hombres. La ministra no fue atacada físicamente. Pero uno de los militantes que la acompañaban tiene su mandíbula fracturada y Virginia Lanlo, una diputada, sufrió una herida en el brazo. Cuatro personas fueron detenidas. Tienen entre 15 a 20 años. La portavoz terminó su campaña.

Una anciana de 77 años ,que pegaba afiches para el candidato y ex ministro Olivier Veran también fue atacada en Isere.

«Condeno con la mayor firmeza este ataque cobarde contra un funcionario electo y que se produce en un contexto de violencia sin precedentes en esta campaña para la primera circunscripción de Isère», añadió Veran.

Las tensiones son xenófobas y racistas. Un empleado municipal de Saint-Quentin (Aisne), de origen magrebí, presentó una denuncia contra Philippe Torre, candidato de LR-RN , en la segunda circunscripción del departamento.

«Estoy en mi tierra, estoy en mi país, soy francés», habría dicho varias veces el candidato de extrema derecha, cuando el empleado le informó de una infracción cometida durante la colocación de su cartel de campaña.

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad