Menos Donald Trump, que rechazó la invitación por otras obligaciones, todos quisieran estar en Venecia como huéspedes en la boda del billonario norteamericano Jeff Bezos y Lauren Sánchez, su neumática novia de origen latino. Solo faltó Marco Polo. El casamiento se celebró este viernes, pero le seguirá una fiesta en un anfiteatro al aire libre en la isla veneciana de San Giorgio Maggiore.

Durante tres días, Venecia fue y será un “party” (fiesta). Excepto para los venecianos, que protestan por esta “toma de posesión” de su ciudad por uno de los hombres más ricos del mundo que paga escasos impuestos y es dueño del diario Washington Post.

Los venecianos Lo ven como un turista ultra-rico y caprichoso, con sus yates. Los irrita y se sienten millonariamente invadidos.

Un sentimiento común de “sobre-turismo”. Aunque él se llame Jeff Bezos, sea el dueño de Amazon, una empresa que salvó a tantos del aislamiento durante la pandemia de Covid, con sus paquetes y evitó entrar al canal con su yate para proteger el medio ambiente. Un problema: se alineó con Donald Trump para horror de los periodistas del Post.

Una pancarta de protesta recibió a los novios colgada de una grúa, con la leyenda «Tassare i ricchi per ridare al pianeta» (Impuestos a los ricos para devolverle algo al planeta).

Las protestas contra el evento continuaron. Activistas de Extinction Rebellion subieron la grúa, ubicada frente al Hotel Danieli, donde se alojan los huéspedes. Pero los manifestantes fueron detenidos por la policía.

El miércoles, los activistas hicieron flotar por el Gran Canal un maniquí de Bezos, con billetes de dólares en la mano. Después plantaron el muñeco en plena plaza San Marcos y lo rodearon de maíz para que fuera presa de las célebres palomas venecianas.

El muñeco terminó en brazos de la policía que se lo terminó llevando.

Solo las amenazas de atentados tras la guerra en Irán han transformado este espectáculo de show business, alta costura, lanchas Rivas, gondoleros y celebrities en algo un poquito más secreto.

Le sumaron los ex Marines norteamericanos como seguridad para que los cuiden y trasladaran la fiesta al Arsenal, una verdadera fortaleza.

No hay indicios de que Sánchez y Bezos, exdirector ejecutivo de Amazon, tengan intención de apoderarse de ninguno de los puntos turísticos más concurridos de Venecia. Aun así, la intensa inquietud sobre la posibilidad llevó a su coordinador de bodas, Lanza & Baucina, a emitir un inusual comunicado calificando esos rumores de falsos.

El jueves, una hilera de taxis acuáticos recorrió la laguna para llevar a Bezos, Sánchez y sus invitados al claustro de Madonna dell’Orto, mientras algunos espectadores aplaudían.

Los paparazzi los seguían en sus propias embarcaciones, intentando capturar a los invitados —Oprah Winfrey, Kim Kardashian, Ivanka Trump, Tom Brady, Orlando Bloom— mientras la policía patrullaba en motos acuáticas.

Los medios locales adelantaron que la pareja celebraría la ceremonia en la isla de San Giorgio, frente a la plaza de San Marcos, en la cuenca de la laguna.

Periodistas que sobrevolaban la isla el jueves vieron a trabajadores montando carpas y personal de seguridad privada apostado en cada punto de desembarque, incluido un muelle recién instalado.

Aunque la realidad es que Jeff y Lauren se casaron hace al menos un mes en Estados Unidos para conseguir las garantías de la ley norteamericana en la división de bienes.

El romanticismo de Venecia, sus canales y sus palacios medievales los inspiró para imitar a George Clooney y Amal, su esposa abogada, huéspedes oficiales de Venecia en su casamiento.

Cuando los Clooney se casaron en Venecia en 2014, la ceremonia se ofició en la alcaldía.

Las autoridades municipales revelaron que Bezos y su novia no se había registrado para casarse en la ciudad. Para casarse se necesita comprar una licencia en Venecia.

«Descarto totalmente que celebren una ceremonia civil en Venecia según la ley italiana», declaró la autoridad.

Jeff Bezos llegó a Venecia el miércoles para su boda, de tres días. Las protestas contra el magnate continuaban de la mano de al menos 12 organizaciones. Bezos decidió donar un millón de dólares a cuantos pudo para calmar a quienes querían arruinar su fiesta.

Bezos, de 61 años, y su pareja, la periodista Lauren Sánchez, de 55, saludaron desde un taxi acuático al llegar al hotel Aman Venice, con vistas al Gran Canal. Se instaló una marquesina de lona blanca y gris en un muelle flotante para que los invitados pudieran desembarcar, fuera de la vista de los fotógrafos.

Yates de lujo y aproximadamente 95 jets privados en el aeropuerto Marco Polo transportaron a los 200 invitados de la pareja; todos clientes de grandes bancos y dueños de enorme billetera: Bill Gates, Leonardo DiCaprio y Sir Mick Jagger más las hermanas Kardashian.

A ellos se sumó Doménico Dolce, el socio de Gabana, por lo que se cree que el vestido de la boda podría ser un modelo de Dolce y Gabana, en un homenaje a Italia.

Nadie se va a aburrir. Lauren, que además de ser periodista es astronauta “part time” y pasó por el quirófano del cirujano plástico antes de la boda, incorporó 27 cambios de ropa para el casamiento, como si fuera una ópera. En la noche del jueves, se enfundó en un corsé de avispa de Elsa Sciaparella dorado y antes, en un Alexander Mc Queen vintage.

Se dice que la boda costó unos 50 millones de dólares. Nadie sabe si incluye o no los modelos de Lauren.

La hija del presidente Trump, Ivanka; su esposo, Jared Kushner, y sus tres hijos llegaron el martes. Esto llevó a las autoridades a reforzar la seguridad, con la ayuda de una contribución de 13.500 euros de Bezos para las horas extras de la policía, según informó una fuente del ayuntamiento.

El miércoles, el personal de la boda descargó los equipos de aire acondicionado y las linternas en el claustro del antiguo monasterio de Madonna dell’Orto, en el distrito de Cannaregio, donde comenzaron las festividades el jueves.

El claustro se encuentra junto a la iglesia del monasterio, que alberga obras del artista veneciano del siglo XVI Tintoretto y su tumba.

La policía afirmó que las calles aledañas estarían cerradas para mantener alejados a los manifestantes, quienes ya obligaron a los organizadores a trasladar una fiesta prevista para el sábado de un salón en el centro de Venecia al Arsenale, los antiguos muelles de Venecia, rodeados por una muralla.

En la invitación de boda enviada a los invitados, Bezos y Sánchez pidieron que no hubiera regalos, añadiendo que ya habían hecho una donación en nombre de los invitados a una universidad de Venecia, a la oficina local de la Unesco y a una organización que protege la laguna de Venecia. Luca Zaia, gobernador regional, afirmó que las donaciones ascendían a 3 millones de euros.

Oprah Winfrey fue invitada. Se alojó en el Gritti Palace al igual que Leonardo di Caprio y su nueva novia Vittoria, una modelo. El actor se escondió detrás de su gorra de básquet de los paparazis.

Otros decidieron hacer cruceros por los canales de Venecia, vestidos para la boda y saludando a la gente y los fotógrafos. Allí estaban Kris Jenner y sus hijas, incluida Kim, versión crucero.

Las celebraciones comenzaron con una cena de bienvenida en el Campo Della Madonna dell’Orto, a la que asistieron más y más celebridades… Orlando Bloom, Tom Brady…

Sin embargo, las celebraciones tuvieron un comienzo interesante al verse afectadas por una extraña tormenta.

Los invitados buscaron refugio bajo los claustros abovedados mientras los relámpagos cruzaban el cielo y los truenos retumbaban en lo alto, al final de un día tórrido y húmedo con temperaturas que rozaban los 36°C.

Los aguaceros torrenciales y el fuerte viento dejaron a los invitados empapados, quienes corrieron hacia los taxis acuáticos, que habían sido despachados 45 minutos antes de la medianoche.

La boda ha provocado una polémica política en Italia, donde diputados de la oposición exigen al ministro del Interior que revele cuánto está financiando la seguridad de los invitados.

Salvatore Caiata, diputado del partido Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, desestimó la petición, afirmando: “El ministro del Interior no es un organizador de bodas”.

Para garantizar la privacidad de Bezos y sus invitados en su fiesta del viernes en la isla de San Giorgio Maggiore, las autoridades municipales extendieron la prohibición de vuelos con drones en Venecia para cubrir la isla.

Un taxista acuático de Venecia declaró que a unos 30 conductores contratados para transportar a los invitados de una fiesta a otra se les habían entregado tiras de plástico tintado y adhesivo. «Es para colocarlas en las ventanas de los taxis acuáticos y evitar miradas indiscretas», dijo.

Nadie imaginó que el novio tenía un doble: Cagdas Halicilarm, un actor profesional alemán, posaba como Bezos antes de la ceremonia. Los gondoleros transportaban falsas parejas disfrazadas de Bezos y Lauren, en paseos románticos, en un Carnaval anticipado.

Un equipo de cámaras y un grupo de turistas creyeron haber tenido suerte al ver al jefe de Amazon deambulando por las calles venecianas.

Los usuarios de redes sociales compartieron imágenes de quien creían que era Bezos. Más tarde se reveló que su doble.

Cagdas Halicilar renunció a su trabajo el año pasado para convertirse en doble de Bezos a tiempo completo. Desde entonces ha conseguido un papel en una serie de Netflix.

«¡Nos encanta Venecia, miren esto!», dijo Bezos, el verdadero, saludando con los brazos mientras recorría a toda velocidad el Gran Canal en un taxi acuático, junto a Sánchez.

«¡No puede existir y sin embargo aquí está!», añadió el magnate, al pasar junto al barco de periodistas.

Bezos, de 61 años, y Sánchez, de 55, se dirigían a la primera fiesta de su enlace, un evento al que los lugareños llamaron «Jeff en Venecia».

Dos mujeres elegantemente vestidas en un taxi acuático se acercaron a una lancha con fotógrafos y les ofrecieron helados y agua fría. «De parte de Jeff y Lauren», dijo una de las mujeres.

Oficiales en motos acuáticas patrullaron los canales del cercano distrito de Cannaregio para contener a los manifestantes, que afirman que la «boda del siglo» ha convertido a Venecia en un parque temático para famosos.

Este viernes, los invitados VIP seguían paseando por Venecia. Khloé Kardashian y su madre, Kris Jenner, fueron vistas comprando en Chanel mientras Khloé celebraba su 41º cumpleaños.

Orlando Bloom compartió un taxi acuático con Tom Brady, exjugador de la NFL, después de desayunar en la terraza del lujoso hotel Gritti Palace, donde anteriormente se había visto a Oprah Winfrey y Gayle King, presentadora de CBS, comiendo.

Sydney Sweeney, la actriz de Euphoria, también fue fotografiada paseando por las calles venecianas horas antes del inicio de la boda.

Otros invitados que llegaron el jueves incluyen a la reina Rania de Jordania y el cantante Usher.

La pareja culminará el fin de semana con una fiesta el sábado en el antiguo astillero de Venecia, el Arsenale, que se llenará con 80.000 rosas, según medios italianos. Se dice que Elton John y Lady Gaga estarán entre los artistas que ofrecerán un concierto durante el fin de semana.

Horas antes de la ceremonia, la novia fue vista partiendo en barco hacia la isla veneciana donde se celebrará el casamiento.

Con un pañuelo de seda en la cabeza al estilo Grace Kelly, como en los años 60 y anteojos de sol, Sánchez lanzó un beso a los fotógrafos antes de partir.

Gran parte de los planes de la boda se mantienen en secreto por seguridad y sin redes sociales. Pero uno de los posibles lugares más comentados es la Fundación Cini en la isla de San Giorgio Maggiore.