INTERNACIONAL
Israel abatió al “número dos” de la unidad de contrabando de armas del grupo terrorista Hezbollah en Líbano

El Ejército de Israel anunció este domingo que abatió al jefe adjunto de la unidad especializada de contrabando de armas del grupo terrorista libanés Hezbollah en un ataque con un avión no tripulado en el sur del país.
Hussein Ali Nasr, “número dos” de la unidad 4400 de Hezbollah, murió en un ataque efectuado en Kaouthariyet al Saiyad, en el sur del país, entre Sidón y Tiro.
El Ministerio de Salud de Líbano confirmó la muerte del terrorista de Hezbollah luego de que el vehículo que lo trasladaba por Kaouthariyet al Saiyad fuera atacado por un drone israelí.
En su comunicado difundido este domingo, el Ejército de Israel responsabiliza a Nasr de contrabando de “armas y dinero con el fin de restaurar las capacidades militares de la organización terrorista Hezbollah” y “junto con funcionarios iraníes, promovió transferencias de armas y dinero a Líbano, incluso a través del aeropuerto de Beirut”.
“Nasr mantenía contactos con empleados del aeropuerto que operaban secretamente para Hezbolá y asistían en las actividades de contrabando. Además, promovía y lideraba tratos de adquisición de armas con contrabandistas en la frontera entre Siria y Líbano. Asimismo, supervisaba el proceso de refuerzo y construcción militar de las organizaciones terroristas”, agrega el texto emitido por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Y concluye: “Durante la guerra ‘Espadas de Hierro’ y como parte de la operación ‘Flechas del Norte’, la IAF, guiada por inteligencia precisa, llevó a cabo ataques extensos y eliminaciones dirigidas destinadas a interrumpir las actividades en curso de la Unidad 4400 y las rutas de contrabando de armas utilizadas por la organización terrorista Hezbollah en el Líbano”.
En el marco de los recientes ataques de Israel contra la Unidad 4400 de Hezbollah también fue abatido el jefe de la unidad, Muhammad Jafar Qasir, en Beirut, a principios del pasado mes de octubre, y de su sucesor, Ali Hasan Gharib, en Damasco (Siria), varias semanas después, junto con otros altos comandantes.
Por su parte, el Ejército libanés anunció este domingo que detuvo a “varias personas” que supuestamente estaban planeando lanzar un ataque con cohetes contra Israel, después de que los militares entraran en un apartamento en el sur del Líbano y confiscaran una serie de proyectiles junto con sus plataformas de lanzamiento.
Según un comunicado castrense, las fuerzas de seguridad “allanaron un apartamento en la zona de Sidón-Zahrani, confiscaron varios cohetes y sus plataformas de lanzamiento y detuvieron a varias personas implicadas en la operación”.
Los arrestados estaban ultimando “los preparativos para un nuevo ataque con cohetes hacia los territorios palestinos ocupados”, en referencia a Israel, de acuerdo con información de la Inteligencia libanesa citada en la nota, que apuntó que las armas incautadas fueron “entregadas” a las autoridades competentes.
Esta operación tiene lugar después de que el pasado 16 de abril el Ejército detuviera a varios miembros de un grupo -al que no identificó pero aseguró que estaba compuesto por libaneses y palestinos- al que acusó de llevar a cabo “dos ataques con cohetes” contra Israel entre los días 22 y 28 de marzo.
Esos ataques fueron los primeros en meses lanzados contra el Estado judío tras la entrada en vigor del alto el fuego entre Israel y Hezbollah el pasado 27 de noviembre, aunque el Ejército israelí ha seguido efectuando bombardeos por amplias zonas del territorio libanés.
El primer ministro libanés, Nawaf Salam, elogió en un comunicado publicado este domingo la operación “preventiva” del Ejército y la labor de todos los organismos de seguridad para “frustrar planes sospechosos que buscan involucrar al Líbano en más guerras”.
Estos esfuerzos, según Salam, “no son más que una confirmación de que el Gobierno está procediendo a la implementación de las disposiciones de su declaración ministerial relativa a la extensión de la plena soberanía sobre su territorio con sus propias fuerzas, y que solo el Estado libanés es la autoridad que toma decisiones sobre la guerra y la paz y es el organismo autorizado para poseer armas”.
La misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) ya denunció a principios de este mes de abril que todavía había armamento no perteneciente al Ejército libanés en el sur del país más de cuatro meses después de la entrada en vigor del alto el fuego con Israel, que prohíbe la presencia de grupos armados no estatales en la zona.
Todo ello se produce mientras las autoridades libanesas se preparan para comenzar un supuesto diálogo con los terroristas de Hezbollah para acordar el desarme del movimiento extremista.
(Con información de EFE)
INTERNACIONAL
La batalla por la legitimidad de Israel se taslada de Oriente a Occidente

La guerra árabe contra Israel comenzó mucho antes de que Israel declarara su independencia el 14 de mayo de 1948. El sionismo tomó fuerza en Europa a finales del siglo XIX, cuando los pogromos y otras formas de antisemitismo obligaron a un grupo de líderes judíos a buscar alternativas a la vida en Europa. Al mismo tiempo, el nacionalismo surgía como una fuerza política en Europa.
En respuesta, los líderes políticos y religiosos árabes comenzaron a difundir ideas que rechazaban por completo el regreso de los judíos a Tierra Santa. Esto tuvo varias dimensiones.
En primer lugar, calificaron al movimiento sionista como la última manifestación del imperialismo. Presentaron el llamado sionista al retorno a Tierra Santa como una nueva forma del expansionismo europeo en Asia y África. Señalaron que el sionismo era judío, se refirieron a los judíos como “depredadores” y muchos consideraron a los judíos inferiores a los musulmanes.
Durante años, estas ideas tuvieron un poder significativo en el mundo árabe en parte porque la región se sentía asediada por los expansionistas europeos —en particular Gran Bretaña, Francia y Alemania— que buscaban un amplio control en Asia y África.
Esto ocurrió a pesar de que caracterizar al sionismo como una forma de imperialismo era incorrecto en múltiples niveles.
En primer lugar, referirse simplemente al sionismo como imperialismo requería ignorar por completo la historia del pueblo judío y su conexión inherente con la tierra de Israel. No se puede empezar a apreciar la historia judía sin reconocer que, en cada momento importante, Israel fue fundamental para esa narrativa.
Esto fue cierto en su formación como nación. Fue así en su apoteosis. Y, aun después de la expulsión forzosa de los judios de Tierra Santa, el retorno a Israel dominó las aspiraciones judías durante milenios. Estos hechos sobre los judíos fueron deliberadamente ignorados o simplemente desestimados.
En segundo lugar, y en relación con lo anterior, los sionistas fueron atacados por ser europeos. En realidad, los judíos rara vez eran tratados como iguales en Europa, y si hablaban de sionismo, era más para escapar de Europa que para representarla.
En tercer lugar, los sionistas eran considerados ajenos a la región porque no eran musulmanes. Aquí también es relevante la historia de los judíos. No solo el judaísmo tuvo sus años de formación en el Medio Oriente, mucho antes de la fundación del islam, sino que los sionistas soñaban con regresar a su pequeña patria, en medio de un mar de países musulmanes.
Todo ello ponía de manifiesto la debilidad de la afirmación árabe de que la justicia dictaba que no hubiese lugar para un Estado judío en la región.
Hoy, tantos años después, se está produciendo un giro inesperado. Aunque el rechazo sigue siendo una potente fuerza en la región, especialmente –aunque no de manera exclusiva– entre los islamistas, la tendencia se está moviendo en gran medida en la dirección opuesta. Cada vez se oyen menos estas generalizaciones hostiles, sobre la supuesta ilegitimidad del Estado judío, y más sobre los problemas y retos regionales específicos.
Al mismo tiempo, observamos una tendencia contraria entre las democracias occidentales. Los cuestionamientos de la existencia de Israel surgieron inmediatamente después de la masacre del 7 de octubre. Frases como “Desde el río hasta el mar” y “Globalizar la Intifada” parecían justificar la masacre y daban credibilidad a la esperanza en la desaparición del Estado judío.
Todo esto fue producto, en demasiados lugares, de un antiliberalismo disfrazado de justicia social.
El desarrollo histórico de la tradición liberal benefició a Estados Unidos, a los judíos estadounidenses y a la relación entre Estados Unidos e Israel.
Su debilitamiento, especialmente en los campus universitarios, generó una tendencia imprevista: asistimos al declive del tradicional rechazo árabe a Israel, que durante décadas encabezó la lucha contra el Estado judío, y al auge de una nueva oposición, surgida en Estados Unidos y Europa, especialmente en círculos progresistas, que niega la legitimidad misma de Israel.
Para quienes se preocupan por el futuro de Estados Unidos, de la comunidad judía y de la relación entre Estados Unidos e Israel, este debería ser el reto principal de cara al futuro.
Kenneth Jacobson es subdirector nacional de la Liga Antidifamación (ADL).
Middle East,Civil Unrest,TEL AVIV
INTERNACIONAL
Secuestró un avión, cobró un rescate récord y saltó en paracaídas: 54 años después, nadie sabe si sobrevivió

El Día de Acción de Gracias
Luego de 47 años al frente del FBI, J. Edgar Hoover murió con un dolor entripado. No pudo resolver el caso del secuestro de un avión realizado meses antes por un tipo que pidió y obtuvo 200.000 dólares para no hacerlo estallar. Se tiró del avión con los dólares atados al pecho. Fue el día de Acción de Gracias (“Thanksgiving”) de 1971 (24 de noviembre). La memoria de Hoover tiene un pequeño consuelo: nadie resolvió el caso. Al pirata del aire nunca más lo volvieron a ver, ni vivo ni muerto. El crimen fue perfecto, si sobrevivió; una locura total, si no.
El Día de Acción de Gracias es una festividad estadounidense que se celebra el 4º jueves de noviembre. La tradición se remonta a 1621 cuando los colones ingleses decidieron festejar la buena cosecha que habían tenido ese año junto con los indios de la región.
Dan Cooper
Dan Cooper (o como se llame) se hizo famoso la víspera de Acción de Gracias de 1971, un día frío y húmedo en el noroeste de los Estados Unidos. A las 16.00 de ese miércoles, un hombre de 1.83 y unos 80 kilos, de ojos marrones y cabello castaño corto, vestido con un traje negro, camisa blanca y un sombrero tipo Homburg de ala corta, llegó hasta el mostrador de Northwest Orient en el Aeropuerto Internacional de Portland, en Oregón. Pagó 20 dólares en efectivo por un billete de ida al aeropuerto de Seattle-Tacoma, en el estado de Washington. El hombre, de unos 45 años, dijo llamarse Dan Cooper. Le asignaron el asiento de pasillo 18C en clase turista del vuelo 305 de Northwest que despegaría a las 4:35. El viaje duraría media hora.
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El vuelo 305 era un Boeing 727-100 que tenía capacidad para 94 pasajeros (66 en clase turista y 28 en primera), pero ese día solo transportaba a 37 más cinco tripulantes: el capitán William Scott, de 51 años; el primer oficial Bob Rataczak; un ingeniero de vuelo y dos azafatas, Tina Mucklow, de 22 años, y Florence Schaffner, de 23, cada una con menos de dos años de experiencia.
Cooper le entregó una nota a la azafata Florence Schaffner momentos después de que el avión despegara. Los hombres que viajaban solos solían pasarle los números de teléfono o de habitación de hotel a las azafatas. Florence asumió otra insinuación y guardó la nota sin leer en el bolsillo de su uniforme. Identikit del secuestrador, que compró su boleto con el nombre de Dan Cooper.
Cooper le hizo un gesto a Florence para que se acercara. Le dijo: «Mejor lee eso. Tengo una bomba». Señaló con la cabeza el maletín que tenía en el regazo. Schaffner fue a la cocina, leyó la nota y la compartió con su compañera Tina Mucklow. Se la llevaron al capitán Scott y este avisó por radio al control de tráfico aéreo de Seattle-Tacoma. Los operadores de vuelo alertaron a la Policía de Seattle, que a su vez informó al FBI. Los agentes se comunicaron con el presidente de Northwest Orient, Donald Nyrop, que dispuso que se cumpliera con las exigencias del tal Cooper.
La redacción exacta de la nota de extorsión de Cooper se ha perdido porque el secuestrador insistió en que la tripulación se la devolviera. Pero Florence recordaría más tarde que estaba escrita a mano con tinta negra e instrucciones sencillas: 200.000 dólares en efectivo y dos juegos de paracaídas. Los artículos se entregarían al avión cuando aterrizara en Seattle, de lo contrario haría estallar el avión.
El capitán Scott envió a Florence de vuelta con el secuestrador. Cooper se corrió al asiento de la ventanilla y ella se sentó en el asiento del pasillo. Él abrió su maletín lo suficiente como para que ella viera cables y dos cilindros rojos que podrían haber sido cartuchos de dinamita. Cooper le indicó que le avisara al piloto que permaneciera en el aire hasta que el dinero y los paracaídas estuvieran listos en Seattle. El capitán Scott anunció pronto a los pasajeros que un problema mecánico obligaría al avión a dar vueltas antes de aterrizar.
Billetes de 20 dólares y paracaídas civiles
El equipo de crisis del secuestro en tierra, incluyendo policías de Seattle, agentes del FBI, empleados de Northwest y funcionarios de la Administración Federal de Aviación (FAA), tuvo aproximadamente media hora para cumplir las exigencias de Cooper. El FBI reunió 200.000 dólares. El secuestrador había especificado billetes de 20 dólares, lo que demuestra que tenía un plan. Había calculado que 10.000 billetes de 20 dólares pesarían solo 9 kilos y medio. Denominaciones más pequeñas añadirían peso y peligro a su salto.
Cooper especificó que los billetes debían tener números de serie aleatorios, no secuenciales. Los agentes del FBI siguieron sus instrucciones, pero se aseguraron de que cada billete comenzara con la letra clave L, emitida por la oficina de la Reserva Federal en San Francisco. Casi todos los billetes tenían fecha de 1969. A contrarreloj, los agentes realizaron una sesión rápida en la que se fotografió cada billete para crear un registro en microfilm de los 10.000 números de serie.
Mientras tanto, la búsqueda de paracaídas adecuados fue más difícil que conseguir 200.000 dólares en efectivo.
Al principio, la tarea parecía sencilla. Las autoridades de la Base Aérea McChord de Tacoma accedieron a proporcionar paracaídas militares. Pero Cooper los rechazó porque tienen mecanismos de apertura automática. Cooper insistió en paracaídas civiles, con cuerdas de apertura accionadas por el usuario. La policía de Seattle logró comunicarse con el dueño de una escuela de paracaidismo y consiguió los tipos de paracaídas que demandaba el secuestrador.
Una patrulla con las luces y la sirena encendida llegó al aeropuerto de Seattle con todo lo solicitado.
La nota de secuestro de Cooper no decía nada de su plan de saltar en paracaídas con el botín, pero las autoridades lo dedujeron Les intrigaba su pedido de dos juegos de paracaídas. ¿Planeaba llevar a un pasajero o tripulante como rehén? No podían darle paracaídas falsos. Para algunos fue otro brillante detalle de su plan.
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A bordo del avión, Cooper bebió whisky con agua y, curiosamente, quiso pagarle la bebida a la azafata Tina Mucklow. Los modales y el temperamento de Cooper fueron motivo de controversia. Según el FBI, estaba borracho y usaba un lenguaje bastante obsceno. Pero Tina lo describió como un caballero. Dijo: «Fue bastante amable. Nunca fue cruel ni desagradable. Era considerado y tranquilo». Un ejemplo fue la solicitud de Cooper de que llevaran comida a bordo para la tripulación una vez que el avión aterrizara en Seattle.
El plan
Con el dinero y los paracaídas listos para ser entregados, la torre de control le avisó al capitán Scott, a las 17:24: «Todo listo para su llegada». El avión aterrizó a las 17:39. Cooper ordenó al capitán Scott que carreteara hasta un punto remoto y bien iluminado en la pista, que se bajaran las luces de la cabina para entorpecer la visión de los francotiradores de las Policía. Especificó que ningún vehículo debía acercarse al avión y que la persona elegida para entregar los paracaídas y el dinero -un empleado de Northwest- debía llegar sola.
El empleado de la aerolínea condujo un vehículo de la empresa hasta un punto cercano al avión. Cooper le ordenó a Tina que bajara las escaleras de popa. En un avión Boeing 727-100, la “escalera de popa” se refiere a la escalera retráctil integrada en la parte trasera del fuselaje, cerca de la cola, que permite a los pasajeros embarcar y desembarcar sin necesidad de una escalera de tierra o pasarela colocada al costado de la nave. Esa escalera, también conocida como escalera ventral, se extiende hacia abajo desde el fuselaje cuando se despliega. El Boeing 727 popularizó el uso de estas escaleras integradas

La tripulación del avión.
El empleado de Northwest le entregó los paracaídas y el dinero en una bolsa grande de lona. Fue entonces cuando Cooper permitió que descendieran los 36 pasajeros y también la azafata Florence Schaffner. No liberó a Tina ni a los tres hombres en la cabina.
A través del capitán Scott, un funcionario de la FAA le pidió a Cooper permiso para subir al avión para advertir al secuestrador las consecuencias de sus acciones. Cooper le dijo que se fuera al diablo.
Un profundo conocimiento del 727
Usó el teléfono de la azafata para dar instrucciones a los pilotos sobre cómo y dónde volar. Ordenó una altitud máxima de 3000 kilómetros (10.000 pies), con los flaps a 15 grados y una velocidad aerodinámica máxima de 150 nudos, alrededor de 277 kilómetros por hora. Cooper advirtió al piloto que llevaba un altímetro de muñeca para controlar la altitud. Después le dijo a la tripulación que quería ir a México.
El primer oficial Rataczak le contestó que la altitud y velocidad que Cooper había indicado, tendría sólo una autonomía de vuelo de 1.600 kilómetros. Ciudad de México estaba a 3.500 kilómetros de distancia. Al final acordaron una parada intermedia para reabastecerse en Reno, Nevada.
Antes de partir de Seattle, Cooper ordenó un reabastecimiento completo. Un camión cisterna fue enviado rápidamente al avión, pero una esclusa de vapor ralentizó el proceso. Cooper demostró una vez más su profundo conocimiento del 727. Al parecer, sabía que el avión podía cargar 15.000 litros de combustible por minuto. Cuando el reabastecimiento no se completó después de 15 minutos, exigió una explicación. El equipo de combustible pronto completó el trabajo.
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Había más cuestiones que atender. Por ejemplo, negociaron la ruta. Una ruta en línea recta desde Seattle en dirección sur-sureste hasta Reno era imposible a la altura de vuelo que quería Cooper. El 727 habría pasado peligrosamente cerca de varios picos altos de la Cordillera de las Cascadas, incluyendo el Monte Rainier (más de 4000 metros de altura) y el Monte Adams (3700 metros). El capitán Scott y Cooper optaron por una ruta estándar de baja altitud.
Una puerta abierta
El 727 despegó a las 19:46, dos horas y seis minutos después de que aterrizara en Seattle. Otra vez en vuelo Cooper ordenó a Tina que fuera a la cabina con el resto de la tripulación. La puerta de la cabina no tenía mirilla y el avión no estaba equipado con las cámaras y monitores remotos que se emplean en la actualidad en muchos aviones comerciales. La tripulación se quedó perpleja mientras el capitán Scott hacía todo lo posible por mantener la elevación y la velocidad aerodinámica requeridas contra el viento.
A las 20:00, una luz roja se iluminó en el panel de instrumentos para advertir que había una puerta abierta en el avión: era la escalera de popa. Por el intercomunicador, Scott preguntó: “¿Podemos ayudarle en algo?”. La respuesta fue cortante: “¡No!”. Fue la última palabra que la tripulación escuchó de Dan Cooper. Unos 25 minutos después, Scott notó una leve inclinación del avión. Sospechó que se habían bajado las escaleras de popa. Fue cerca del río Lewis, a 40 kilómetros al norte de Portland. Los tripulantes pensaron que Cooper había saltado, pero continuaron hacia Reno, ya que no había forma de confirmar la sospecha salvo desobedeciendo la orden del secuestrador de permanecer en la cabina.
El avión aterrizó en Reno a las 22:15. La tripulación esperó nerviosamente durante cinco minutos. El capitán habló por el intercomunicador, pero al no recibir respuesta, abrió con cautela la puerta de la cabina. No había nadie más en el avión. El secuestrador se había ido y se había llevado casi todo lo que llevaba a bordo, incluyendo su sombrero, su abrigo, el maletín bomba, el dinero en efectivo y un juego de paracaídas.
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Cooper había bajado tranquilamente las escaleras de popa con el paracaídas y la mochila con el dinero atada en su pecho con cuerdas cuerdas de nailon cortadas del segundo paracaídas que había pedido. Se detuvo en el último escalón, azotado por un viento cortante y una lluvia helada, y se enfrentó a un salto a ciegas hacia un terreno desconocido en una noche oscura y tormentosa. La temperatura del aire a 3.000 metros era de aproximadamente 3 grados bajo cero. Abajo lo esperaban las copas puntiagudas de abetos Douglas de 45 metros y los riscos y grietas de montañas de una milla de altura.
En 1980, un chico encontró un paquete podrido lleno de billetes de veinte dólares (5.800 dólares en total) que coincidían con los números de serie del rescate.
Nunca más se supo de Cooper. Nadie ha podido demostrar que se fugó. Pero nadie ha demostrado que no lo hizo.
secuestro, avion
INTERNACIONAL
Iran’s Supreme Leader spends his days sleeping and getting high, Mossad-linked account says

Pillsbury: This is an invitation to strike Iran again
Fox News contributor Michael Pillsbury joins ‘America’s Newsroom’ to discuss President Trump’s meeting with Philippine President Marcos Jr. amid rising China tensions and Iran opening up indirect talks with the U.S.
NEWYou can now listen to Fox News articles!
Iranian Supreme Leader Ayatollah Ali Khamenei spends all day sleeping and using drugs while most of the country lacks access to clean water and electricity, according to a social media account linked to Israel’s national intelligence agency.
«How can a leader lead when they sleep half the day and spend the other half high on substances?» the Mossad’s Farsi account wrote Friday on X. «Water, electricity, life!»
«Consuming drugs and conversing with spirits are not desirable traits for someone leading a country,» the account wrote on July 9.
The post came from a new X account with a premium subscription created last month, claiming to be the official Mossad spokesperson in Farsi — the official language of Iran — though the Israeli intelligence agency has not officially confirmed the account’s affiliation.
EUROPEANS MEET WITH IRANIAN OFFICIALS FACE-TO-FACE FOR FIRST TIME SINCE ISRAEL, US BOMBINGS BEGAN
Iranian Supreme Leader Ayatollah Ali Khamenei spends all day sleeping and using drugs, a Mossad-linked social media account purported. (Getty Images)
The account has made several posts over the last month about Khamenei’s health and the state of Iran, including its lack of clean water, electricity and education.
«To everyone contacting us through private messages, for your own security, please ensure you are using a VPN,» the account’s bio reads.
A post on the account addressed the designation of the newly appointed, but officially unnamed, commander of the Khatam al-Anbiya Central Headquarters, which is the command headquarters of the Iranian Armed Forces.
After the Tasnim News Agency, Iran’s semi-official news agency associated with the Islamic Revolutionary Guard Corps, reported that Iran would not reveal the commander’s identity for his protection, the Mossad-linked account said it already knew the name and urged Iranians to send in their guesses.
27 INMATES FROM NOTORIOUS IRANIAN PRISON STILL AT LARGE AFTER ISRAELI STRIKE: TEHRAN

The Mossad-linked account has made several posts over the last month about Khamenei’s health and the state of Iran. (Office of the Iranian Supreme Leader via AP)
The account responded to the «lucky winner» who guessed the name Ali Abdollahi Aliabadi and told him to «contact us privately to receive your prize.»
The satirical jabs and provocative claims coming from the account are unlike the way the Mossad usually communicates with the public, but two intelligence experts told JFeed, an Israeli news outlet, that the unusual Mossad-linked account appears to be authentic.
«Some of the information it has shared could only have come from Mossad,» Beny Sabti, an Iran expert at Israel’s Institute for National Security Studies and a former IDF Persian-language officer, told the outlet.
Khamenei’s alleged drug use has been suggested in the past, with an Iranian academic saying in 2022 that the Iranian Supreme Leader often uses drugs.

The Israeli intelligence agency has not officially confirmed the account’s affiliation. (AP)
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«Many viewers do not know this, but Khamenei himself uses drugs,» Nour Mohamed Omara said on Muslim Brotherhood-affiliated TV in Turkey at the time.
«He has a special village in Balochistan, where the drugs used by the leader are produced,» the academic added. «This village is run by the Islamic Revolutionary Guard Corps and no one is allowed in.»
The Ayatollah publicly declared drug use as «un-Islamic» after the 1979 Iranian Revolution. Penalties for drug-related offenses can include death.
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