TEL AVIV, Israel – Un túnel de la Franja de Gaza era lo suficientemente ancho como para que un alto funcionaro de Hamás condujera un coche por su interior.

Otro se extendía a lo largo de casi tres campos de fútbol y estaba oculto bajo un hospital.

Bajo la casa de un alto mando de Hamás, el ejército israelí encontró una escalera de caracol que conducía a un túnel de unos siete pisos de profundidad.

Estos detalles y la nueva información sobre los túneles, algunos hechos públicos por el ejército israelí y documentados mediante vídeos y fotografías, subrayan por qué los túneles se consideraban una amenaza importante para el ejército israelí en Gaza incluso antes de que comenzara la guerra.

Pero los funcionarios y soldados israelíes que han estado desde entonces en los túneles -así como funcionarios y ex funcionarios estadounidenses con experiencia en la región- afirman que el alcance, la profundidad y la calidad de los túneles construidos por Hamás les han asombrado.

Incluso parte de la maquinaria que Hamás utilizó para construir los túneles, observada en vídeos capturados, ha sorprendido a los militares israelíes.

El ejército israelí cree ahora que hay muchos más túneles bajo Gaza.

En diciembre, se estimó que la red tenía unos 250 kilómetros.

Altos funcionarios de defensa israelíes, que hablaron bajo condición de anonimato para tratar asuntos de inteligencia, estiman actualmente que la red tiene entre 564 y 725 kilómetros, cifras extraordinarias para un territorio que en su punto más largo sólo tiene 25 millas.

Dos de los funcionarios también evaluaron que hay cerca de 5.700 pozos separados que conducen a los túneles.

Las cifras no han podido ser verificadas de forma independiente, y los funcionarios israelíes han realizado estimaciones diferentes sobre el alcance de la red de túneles, basadas en distintos datos de inteligencia.

Pero los inmensos esfuerzos de Hamás por militarizar el enclave no son discutibles; como tampoco lo son los fallos de inteligencia del ejército israelí al subestimar el alcance y la importancia de la red para la supervivencia de Hamás.

En una reunión celebrada en enero de 2023, un altofuncionario militar israelí afirmó que los túneles ni siquiera serían un factor en cualquier guerra futura con Hamás debido a la fuerza militar de Israel, según una transcripción de la discusión revisada por The New York Times.

«Hamás ha aprovechado el tiempo y los recursos de los últimos 15 años para convertir Gaza en una fortaleza«, afirma Aaron Greenstone, ex agente de la CIA que ha trabajado extensamente en Oriente Próximo.

Para el ejército israelí, los túneles son una pesadilla subterránea y el núcleo de la capacidad de supervivencia de Hamás.

Todos los objetivos estratégicos de Israel en Gaza están ahora vinculados a la eliminación de los túneles.

«Si quieres destruir a los dirigentes y el arsenal de Hamás, tienes que destruir los túneles», afirma Daphné Richemond-Barak, experto en guerra de túneles de la Universidad Reichman de Israel.

«Se ha convertido en algo conectado a cada parte de las misiones militares».

Hamás ha invertido mucho en los túneles, ya que no dispone de los recursos ni de los efectivos necesarios para luchar contra el ejército israelí en una guerra convencional.

El grupo utiliza los túneles como bases y arsenales militares, y depende de ellos para trasladar sus fuerzas sin ser detectado y proteger a sus altos mandos.

Un documento de 2022 mostraba que Hamás había presupuestado 1 millón de dólares en las puertas de los túneles, talleres subterráneos y otros gastos en Jan Yunis.

Los servicios de inteligencia israelíes calcularon recientemente que había unos 160 kilómetros de túneles justo debajo de Jan Yunis, la ciudad más grande del sur de Gaza, donde las fuerzas israelíes libran ahora intensos combates.

Yahya Sinwar, jefe militar de Hamás en Gaza, tenía una casa en Jan Yunis.

Además, un informe de 2015 indicaba que Hamás había gastado más de 3 millones de dólares en túneles por toda Gaza, incluidos muchos construidos bajo infraestructuras civiles y lugares sensibles como escuelas y hospitales, según el ejército israelí.

El ejército israelí dijo que había encontrado dos tipos de túneles: los utilizados por los comandantes y otros utilizados por los operativos.

Los túneles de los comandantes son más profundos y cómodos, lo que permite estancias más largas y el uso de baldosas de cerámica.

Los otros túneles son más espartanos y a menudo menos profundos.

Un funcionario israelí dijo que los militares podrían haber pasado un año localizando un solo túnel, pero ahora la campaña terrestre ha proporcionado un tesoro de información sobre la red subterránea de Gaza.

Los militares israelíes han examinado las computadoras utilizadas por los operativos de Hamás encargados de la construcción de túneles para encontrar los pasadizos subterráneos, según un alto funcionario israelí.

Algunos documentos capturados en la guerra también están resultando vitales.

El ejército israelí ha encontrado listas de las familias que «albergaban» las entradas de los túneles en sus casas particulares.

En un caso, los soldados israelíes localizaron un mapa de túneles en Beit Hanoun, ciudad del norte de Gaza, y lo utilizaron para encontrar y destruir túneles. Incluso con esta inteligencia de campo de batalla, los combates en Gaza en torno a los túneles han sido agotadores.

El ejército israelí informa de que casi 190 soldados han muerto y unos 240 han resultado gravemente heridos desde que comenzó la campaña terrestre.

Pero el ejército no ha revelado el número de muertos y heridos en relación con la guerra de túneles.

Un soldado, que habló bajo condición de anonimato por razones de seguridad, dijo que supervisó la destrucción de unos 50 túneles en Beit Hanún.

Todos ellos estaban llenos de trampas explosivas.

El soldado, un oficial de los ingenieros de combate, dijo que su unidad había encontrado bombas ocultas en las paredes y un enorme artefacto explosivo que estaba cableado para ser activado a distancia.

El soldado, que era reservista y ya ha sido licenciado, dijo que el artefacto había sido fabricado en una fábrica y tenía un número de serie.

Si hubiera estallado, la bomba habría matado a cualquiera que se encontrara en el túnel y directamente fuera de él, dijo.

Hamás difundió en noviembre un vídeo en el que mostraba cómo atrajo a un grupo de cinco soldados israelíes hasta la entrada de un túnel en Beit Hanún y luego utilizó una bomba colocada al borde de la carretera para matar a los soldados.

Richemond-Barak dijo que Hamás había importado la táctica de los rebeldes sirios que mataron a decenas de soldados del gobierno en un ataque a un túnel en 2014 en Alepo.

El 8 de enero, soldados israelíes llevaron a periodistas a ver tres pozos de túnel en el centro de Gaza: uno en el interior de un edificio agrícola de una planta en las afueras de Bureij, el segundo en el interior de una acería civil en las afueras de Maghazi y el tercero en el interior de un cobertizo cerca de la acería.

El pozo de la acería era el más profundo y sofisticado.

Descendía unos 30 metros y estaba equipado con una especie de ascensor.

Los soldados dijeron que se utilizaba para transportar piezas de munición que se moldeaban en la acería.

Cerca había un cubo con proyectiles o cabezas de cohetes.

Los soldados dijeron que los proyectiles se basaban en una plantilla de una granada de mortero amarilla de fabricación estadounidense con la inscripción «20 mm mortar shell; Lot 1-2008».

Los soldados no permitieron a los periodistas entrar en el pozo, citando el riesgo de explosiones, pero dijeron que Hamás llevaría las piezas de munición al túnel para transportarlas a otra parte de la red de túneles, donde se les colocarían explosivos.

Al parecer, el túnel conducía a un cobertizo cercano de chapa ondulada.

Los periodistas fueron escoltados hasta ese cobertizo, donde vieron 10 cohetes grandes de unos 3 metros de largo y pintados de verde oliva. Los cohetes estaban contenidos en largas jaulas oblongas, posiblemente utilizadas para transportarlos.

Los cohetes estaban contenidos en largas jaulas oblongas, posiblemente utilizadas para transportarlos.

Los soldados dijeron que los cohetes tenían un alcance de unos 100 kilómetros.

Había un pozo subterráneo en el suelo, pero no estaba claro adónde conducía ni a qué profundidad.

Parecía menos profundo que el primer pozo.

El logotipo de las Brigadas Qassam, el ala militar de Hamás, estaba pegado a una pared.

Más tarde, el ejército israelí publicó fotos y vídeos de los pozos y otras instalaciones cercanas.

Un fotógrafo del Times también documentó la infraestructura militar.

Los soldados también llevaron a los periodistas a ver un tercer pozo de túnel en un edificio agrícola de una sola planta en Bureij, a unos 2,5 kilómetros al norte, rodeado de tierras de cultivo.

Dijeron que el pozo estaba oculto tras una puerta cerrada con llave, que había sido arrancada de sus bisagras.

Una vez más, no se permitió a los periodistas entrar en el túnel.

En el exterior, a unos 100 metros de distancia, las excavadoras militares parecían haber desenterrado parte del túnel que salía del edificio de la granja.

Estaba a unos 5 metros bajo la superficie, tenía forma de arco y era lo suficientemente ancho como para que pasara cómodamente una persona.

Hamás ha mejorado su capacidad para ocultar los túneles, pero el alto funcionario dijo que el ejército israelí había descubierto uno de los modelos operativos del grupo.

El oficial lo llamó el «triángulo».

Siempre que el ejército israelí encuentra una escuela, un hospital o una mezquita, los soldados saben que pueden esperar localizar un sistema de túneles subterráneos bajo ellos, dijo el funcionario.

Destruir los túneles no es tarea fácil.

Hay que cartografiarlos, comprobar si hay rehenes y no sólo dañarlos, sino hacerlos irreparables.

Los últimos intentos de demoler los túneles inundándolos con agua de mar han fracasado.

El funcionario estimó que podría llevar años inutilizar el sistema de túneles.

c.2024 The New York Times Company