El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva dio 72 horas a Meta, la empresa nave de Facebook, para explicar cómo sus nuevas políticas sobre verificación de contenidos afectarán a Brasil, anunció este viernes un alto funcionario.
«Debido a la ausencia de transparencia de la empresa, el gobierno va a presentar una notificación extrajudicial» y Meta tendrá «72 horas para informar al gobierno brasileño cuál es, de hecho, su política para Brasil», dijo a periodistas Jorge Messias, encargado de la defensa legal del Estado (AGU).
Esa agencia confirmó a AFP que en efecto envió la notificación a Meta, que abarca las plataformas Facebook, Instagram y WhatsApp. Si la empresa de Mark Zuckerberg no responde en dicho lapso, «serán adoptadas medidas legales y jurídicas», añadió Messias, sin precisar cuáles serían las consecuencias de un eventual desacato.
Brasil ganó protagonismo mundial en torno a la cuestión de las plataformas digitales en agosto de 2024, cuando un juez de la corte suprema ordenó bloquear el acceso a la red X en todo el país por desobedecer órdenes judiciales relacionadas al combate de la desinformación.
La medida estuvo vigente por 40 días y fue levantada cuando la compañía estadounidense reculó. En ese lapso, la Justicia amenazó con imponer multas diarias equivalentes a unos 9.000 dólares a quienes intentaran burlar el bloqueo usando «subterfugios tecnológicos», como redes privadas virtuales (VPN).
Fake news y un cambio como guiño a Trump
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Meta anunció el martes que cesará su programa de fact-checking (verificación digital) en Estados Unidos, un giro radical en sus políticas de moderación de contenido que sacudió el mundo de las comunicaciones.
Según Zuckerberg, Meta busca «restaurar la libertad de expresión en sus plataformas» y reemplazará la tarea de los verificadores por un sistema de notas comunitarias similares a las que utiliza X.
«Es hora de volver a nuestras raíces alrededor de la libre expresión y dar voz a la gente en nuestras plataformas», anunció y contó que van a simplificar su políticas contenido y que van a «eliminar las restricciones en temas como la inmigración y el género que están fuera de contacto con el discurso convencional».
«[Vamos a] cambiar la forma en que aplicamos nuestras políticas para eliminar la gran mayoría de los errores de censura, centrando nuestros filtros en hacer frente a las violaciones ilegales y de alta gravedad y exigiendo una mayor confianza para que nuestros filtros tomen medidas», expresó.
Una de las partes más llamativas de su anunció fue la mudanza de los equipos de moderación de contenido de California a Texas, justamente donde Elon Musk -a quien algunos consideran un virtual vicepresidente bis de la nueva administración por su influencia creciente sobre Trump- tiene sus cuarteles centrales.
Messias resaltó la «enorme preocupación del gobierno brasileño» al señalar que Meta parece una «veleta, que cambia de posición todo el tiempo según los vientos».
En la notificación, la defensa legal del Estado (AGU) le pide a Meta información sobre las “medidas que se han adoptado respecto del deber de diligencia en relación con la prevención de la violencia de género, la protección de niños, niñas y adolescentes, la prevención del racismo, la homofobia, la prevención del suicidio, las trabas y los discursos de odio y otras cuestiones de derechos fundamentales”, según el documento al que tuvo acceso Clarín.
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Además, le reclaman que se aclare si se divulgará un informe de transparencia sobre el control de la desinformación realizado por las notas comunitarias, método adoptado recientemente por la red social X, que de acuerdo a los anuncios de Zuckerberg será la nueva regla.
Los abogados del Estado brasileño afirman que los cambios de las políticas de moderación permitirán asociar a las personas LGBTQIAPN+ con trastornos mentales. Dicen que se estaría, así, autorizando «acusaciones de enfermedad o anormalidad mental cuando se basen en género u orientación sexual, considerando discursos políticos y religiosos sobre transgenerismo y homosexualidad, así como el uso común y no literal de términos como ‘raro’».
«La AGU también se refiere a cambios en apartados anteriores de las directrices relativos al discurso de odio, el debate sobre la restricción del acceso a espacios en función del género o el sexo, la defensa de las limitaciones profesionales en función del género y la eliminación de un apartado que prohibía la deshumanización de las mujeres», marcan en un comunicado oficial.
Messias es un férreo crítico de las políticas que llevan adelante las plataformas en torno al combate de las noticias falsas y brega por la regulación de las mismas. Sin ir más lejos, ayer publicó un mensaje a favor de reforzar las regulaciones en las redes sociales y WhatsApp sobre todo.
«Un estudio reciente realizado por el IPESP, a pedido del Observatorio de la Democracia, indica que el 70% de los brasileños está a favor de regular las redes sociales y WhatsApp. Te invitamos a acceder a la página del Observatorio de la Democracia para conocer más sobre esta relevante investigación sobre la democracia, realizada en diciembre de 2024», sostuvo.
Um estudo recente realizado pelo IPESP, a pedido do Observatório da Democracia, indica que 70% dos brasileiros são favoráveis à regulamentação das redes sociais e do WhatsApp. Convidamos você a acessar a página do Observatório da Democracia para descobrir mais sobre essa… pic.twitter.com/6Gqdo6nHBH
La Agencia France-Presse (AFP) trabaja con el programa de verificación de contenidos de Facebook en 26 idiomas. Facebook paga para usar las verificaciones de unas 80 organizaciones a nivel global en su plataforma, así como en WhatsApp e Instagram.
Colombia está desde este lunes bajo un «estado de conmoción interior» ordenado por el presidente, Gustavo Petro, en medio de una embestida de guerrilleros y narcos que deja más de 100 muertos y casi 20.000 desplazados en cinco días.
Ante la escalada violenta sin precedentes recientes, el mandatario tomó esta decisión excepcional que faculta al Ejecutivo para tomar medidas extraordinarias como por ejemplo liberar recursos y restringir la movilidad de los habitantes.
Desde el jueves diferentes focos de violencia estallaron en el país, el más grave en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacó a la población civil y se enfrentó contra disidentes de las FARC que no se unieron al acuerdo de paz de 2016.
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Baño de sangre y estado de emergencia en Colombia: claves sobre el choque entre grupos armados que dejó al menos 100 muertos
La prolongada embestida incluyó asesinatos selectivos y combates que dejan un balance de al menos 80 muertos y casi 20.000 desplazados en esta región plagada de narcocultivos.
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Este lunes, el Ministerio de Defensa informó sobre la muerte de 20 guerrilleros en el departamento amazónico del Guaviare (sur) por choques entre dos facciones enemigas de los desertores del pacto que puso fin a las FARC.
Aterrorizados por la violencia, miles de personas en el Catatumbo huyen hacia poblados más seguros o hacia Venezuela donde el gobierno activó un «operativo especial» para atender a los desplazados en dos municipios fronterizos.
Hasta ahora las fuerzas de seguridad no han entrado a enfrentar a los rebeldes en las zonas críticas. Los más de 5.000 soldados desplegados se han concentrado en rescatar en helicópteros la población en riesgo.
Radiografía de la región del Catatumbo
El Catatumbo, que ocupa la parte septentrional del departamento de Norte de Santander, es un territorio montañoso y selvático en la frontera con Venezuela, donde se encuentran el Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí y dos resguardos indígenas.
Desde el punto de vista administrativo, abarca los municipios de Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), «la mayoría de los habitantes de las áreas urbanas del Catatumbo (…) tienen necesidades básicas insatisfechas», lo que se acentúa en las zonas rurales, «en las que más del 50 % habitan en condiciones precarias».
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Petróleo y primeras guerrillas
El Catatumbo fue en la primera mitad del siglo XX la primera provincia petrolera de Colombia, pero la explotación del crudo nunca trajo progreso a la región y en los años 70 empezaron a llegar distintos grupos guerrilleros, atraídos por la riqueza de esa industria.
La región, que había sufrido en la década del 40 del siglo pasado la violencia partidista de liberales y conservadores, comenzó a sentir a finales de los 70 el impacto del conflicto armado con la creación en 1973 del Frente Libardo Mora Toro del Ejército Popular de Liberación (EPL), guerrilla de corte maoísta, a la que siguieron otros grupos armados para disputar las riquezas de su territorio.
«El 31 de enero de 1979 entra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la toma guerrillera de Convención y para la década de los ochenta se consolida como el actor predominante en la región, infiltrándose en agremiaciones de trabajadores petroleros», señaló el Informe de la Comisión de la Verdad.
El ELN se asentó en los pueblos del Catatumbo con el Frente de Guerra Nororiental Manuel Pérez Martínez, así llamado por el cura español que dirigió esa guerrilla desde 1978 hasta su muerte en 1998.
Las FARC y los paramilitares
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A mediados de los 80 llegaron las FARC, con el Frente 33, y en los noventa los paramilitares de las Autodefensas del Sur del Cesar, el Bloque Catatumbo y el Frente Resistencia Motilona, del Bloque Norte, bajo el mando del temido Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’.
«El conflicto armado llegó y se desarrolló en el Catatumbo por una serie de condiciones que convergieron: se trata de un territorio biodiverso y rico en recursos naturales, comparte frontera con Venezuela y ha sido históricamente marginado por el Estado», según el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Ante la expansión de los distintos grupos armado ilegales, el Estado aumentó su presencia militar en una guerra que sigue dejando muertos y desplazados en el Catatumbo.
Los cultivos de coca
El surgimiento de los cultivos de coca se dio a finales de los años 80 y las disputas por tierras y rutas del narcotráfico exacerbaron la violencia.
Según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, sigla en inglés), en 2023 había en el Catatumbo 43.867 hectáreas sembradas de coca que hacen de esa región la tercera más grande del país, superada solo por la del Pacífico y la de Putumayo-Caquetá.
El acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno y la antigua guerrilla FARC nunca se materializó en el Catatumbo donde, al igual que en otras áreas del país, los distintos armados ilegales llegaron antes que el gobierno para ocupar los vacíos territoriales dejados por la desmovilización de las FARC y apropiarse de cultivos de coca.
Guerras entre guerrillas
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Uno de esos grupos, las disidencias del Frente 33 de las FARC, son hoy blanco de los ataques del ELN, como lo fue en 2018 y 2020 un reducto del EPL, conocido como ‘Los Pelusos’, que fue diezmado en una guerra entre guerrillas.
La actual ofensiva contra las disidencias de las FARC, el ELN asegura que va dirigida contra ‘Richard Suárez’, supuesto jefe del Frente 33 del autodenominado Estado Mayor de los Bloques, al que tacha de «personaje siniestro y perverso» llegado a la región desde El Caguán, en el sur del país, «para pretender imponer su ley a las y los catatumberos».
Sin embargo, eso es lo mismo que ha hecho el ELN durante décadas no solo con asesinatos y secuestros sino también con los ‘paros armados’ con los cuales paraliza durante días todas las actividades de los pueblos de la zona.