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Mike Pence, exvice de Trump, no lo apoyará en su carrera por volver a la Casa Blanca, pero avisó: «Nunca podría votar a Biden»

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El exvicepresidente republicano Mike Pence volvió a marcar distancia con Donald Trump al manifestar que no lo va a apoyar en su carrera por volver a la Casa Blanca, aunque adelantó que «nunca podría votar» al actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que va por la reelección.

“No creo que haya sido una sorpresa que, en vista de las diferencias que tuvimos, no vaya a apoyar a Donald Trump estas elecciones. Pero nunca podría votar por Joe Biden y voy a seguir siendo una voz de lo que considero que debe ser el Partido Republicano. Dejaré que cada estadounidense vote según su conciencia. Yo haré lo mismo”, analizó Pence, en una entrevista con El País.

En octubre pasado, Pence -un ultraconservador cristiano de 64 años- abandonó su intentó de llegar a la Casa Blanca, retirándose de las primarias del Partido Republicano.

Para ese entonces ya había tomado distancia del magnate, distanciamiento que comenzó con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, cuando Trump no reconocía los resultados electorales y no aceptaba su derrota en las urnas a manos de Joe Biden.

Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017 acompañado por Pence. Foto: Reuters/Carlos Barria.Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017 acompañado por Pence. Foto: Reuters/Carlos Barria.

El intento de Trump por permanecer en el cargo incluyó una campaña de presión contra Pence, quien como vicepresidente tenía la tarea de presidir el recuento de los votos del Colegio Electoral el 6 de enero. Trump insistió en que Pence debía impedir que Biden se convirtiera en presidente, sin tener el poder para hacerlo.

El exvicepresidente tuvo que huir de la sala del Senado el 6 de enero, cuando una turba de seguidores de Trump irrumpió en el edificio gritando “¡cuelguen a Mike Pence!”.

Pence dijo recientemente que “no puede, con la conciencia tranquila” respaldar a Trump debido a los hechos del 6 de enero y otras cuestiones, a pesar de estar orgulloso de lo que lograron juntos. El republicano señaló que Trump está «articulando y persiguiendo una agenda en desacuerdo con la agenda conservadora que gestionamos durante cuatro años».

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El exvicepresidente no es el único participante del Gobierno de Trump que ha manifestado que no apoyará el intento del magnate inmobiliario por recuperar la presidencia de Estados Unidos. Existe un coro de detractores, conformado por quienes presenciaron de primera mano su conducta en el cargo.

Entre ellos están el exsecretario de Defensa Mark Esper, quien calificó a Trump de “amenaza a la democracia”, y John Bolton, un exasesor de seguridad nacional que declaró que “no es apto para ser presidente”

Entre los críticos más vehementes de Trump se encuentran también exasistentes que trabajaron estrechamente con él en la Casa Blanca, en particular dos que ganaron prominencia tras testificar sobre el ataque del 6 de enero y la presión de Trump para anular las elecciones.

Otros tiempos, cuando todo era armonía entre Trump y Pence. Foto: AP/Chris Carlson/archivo.Otros tiempos, cuando todo era armonía entre Trump y Pence. Foto: AP/Chris Carlson/archivo.

Ellas son Alyssa Farah Griffin, exdirectora de Comunicaciones de la Casa Blanca de Trump; y Cassidy Hutchinson, exasistente principal de Mark Meadows, el jefe de despacho de Trump. Ambas han concedido una serie de entrevistas en los últimos meses en las que se oponen a su exjefe.

“Fundamentalmente, un segundo mandato de Trump podría significar el fin de la democracia estadounidense tal como la conocemos, y no lo digo a la ligera”, dijo Griffin a la cadena ABC en diciembre.

En la lista también figura John Kelly, ex jefe de despacho de Trump que tuvo su larga desavenencia propia con Trump.

Kelly, en una extensa declaración hace unos meses al canal de noticias CNN, describió a Trump como “una persona que admira a los autócratas y a los dictadores asesinos” y “no tiene nada más que desprecio por nuestras instituciones democráticas, nuestra Constitución y el Estado de derecho”.



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¿Por qué ganó Donald Trump? Algunas claves del contundente giro a la derecha en Estados Unidos

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Donald Trump protagonizó un regreso rutilante a la Casa Blanca, con una victoria arrasadora en todos los estados clave y con una mayoría en el Senado de Estados Unidos -probablemente en la cámara baja también- que le permitirá avanzar con su agenda conservadora en el Congreso.

Las encuestas a boca de urna indican que a la inmensa mayoría de los votantes le importó la economía, sobre todo el aumento de precios, y en el electorado no pesaron los antecedentes penales de Trump ni sus desafíos a la democracia ni a derechos como el aborto, sino el castigo al gobierno de Joe Biden y la esperanza de que Trump pueda restaurar la economía y hacer a Estados Unidos grande otra vez.

Kamala Harris perdió ante Trump de manera abrumadora, al igual que Hillary Clinton, la primera mujer en ser la candidata presidencial de su partido, en 2016. El ex presidente construyó una coalición de votantes más diversa que cualquier candidato republicano en 20 años, a pesar de llevar a cabo una campaña cargada de agresiones y de demonización de los inmigrantes.

Por su mensaje y quizás también por las debilidades de Harris, no solo ganó entre los hombres blancos, su gran bastión electoral, sino que también sumó muchas mujeres, jóvenes, afroamericanos y latinos.

Banderas a favor de Donald Trump, frente a la Torre Trump en Nueva York, este miércoles. Foto: REUTERS

Los hispanos, que alguna vez fueron baluarte de la base demócrata, acentuaron su giro a la derecha. Trump obtuvo el apoyo del 45% de los votantes latinos a nivel nacional, en comparación con el 53% que logró Harris, según encuestas boca de urna de NBC News. Ese apoyo a Trump es mucho mayor que en 2020, cuando obtuvo el 32% frente al 65% de Joe Biden.

Trump también avanzó entre los votantes negros. Según sondeos de CNN, el magnate cosechó el apoyo de alrededor del 13% de ese electorado mientras que en 2020 había conseguido un 8%.

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La estrategia del miedo

Robert Harding, profesor de Ciencias Políticas de Valdosta State University, en Georgia, uno de los estados clave de estas elecciones, dijo a Clarín que cree que una de las razones importantes de la victoria fue “la propagación del miedo”.

“Trump impulsó el miedo a la economía, a la inmigración e incluso el miedo a los demócratas, para motivar a su base. Hemos visto un cambio claro en el electorado en algunos de los estados más disputados”, explicó.

Karen Hult, profesora de Ciencias Políticas de Virginia Tech University, dijo a Clarín que “tres cosas parecen claves para la victoria de Donald Trump: 1) percepciones de la economía (preocupaciones sobre la inflación, los precios de bienes y servicios como alimentos, gasolina, atención médica y vivienda. 2) Una «mentalidad contra el oficialismo” también parece ser parte de la historia, tal vez análoga a lo que ha sucedido en el Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, los Países Bajos, Polonia, Sudáfrica y Corea del Sur. 3) En los EE. UU., muchos evidentemente estaban preocupados por la frontera sur, percibían un «cambio cultural» y tal vez se sentían ignorados o no escuchados por el partido demócrata”.

Para Mark Jones, profesor de Ciencias Políticas de Rice University, en Texas, “estuvimos frente a una batalla de movilización. Al final, Trump tuvo más éxito para movilizar a los votantes, incluso en aquellos que no suelen votar o participar mucho de las elecciones”, según dijo a Clarín.

“El mensaje de Trump tuvo mucha llegada con aquellos que no suelen ir a votar. Y plantó esa idea de que él iba a ser mejor con la economía y fue efectivo transmitiendo que Kamala Harris iba a ser una amenaza al estilo de vida y al estilo de vida de la población anglosajona, pero también a la población trabajadora, cristiana y americana”, añadió.

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Un mensaje dramático

Para Jones, “al final lo que pegó muy fuerte es el mensaje de que un gobierno de Kamala Harris podía ser el fin de un Estados Unidos como estas poblaciones lo conocen. Fue un mensaje dramático que penetró. En cambio, la voz de Harris diciendo que había una amenaza para la democracia era un mensaje para las élites y no pudo movilizar a las masas”.

Ryan Carlin, profesor de Ciencias Políticas de Georgia State University, afirmó a Clarín que “las razones principales se asocian a una inflación que no se había experimentado en 40 años en la historia de Estados Unidos y eso es lo que influía en el día a día de los ciudadanos”.

Y agregó: “Otra cuestión innegable es la crisis de inmigración que se puede palpar en las calles del país. Y, por último, creo que se pudo ver cierto desgaste de la política de identidad que el partido demócrata ha intentado hacer en las últimas tres elecciones. Creo que estas tres cuestiones hicieron una tormenta perfecta para que gane un hombre autoritario para terminar con estos tres temas”.

El voto latino y el bolsillo

Harding también arriesga un elemento: “Para una pequeña minoría, creo que influyó el hecho de que Kamala haya sido una candidata mujer. Sabemos que algunos hombres negros y algunos hispanos tenían dificultades para aceptar una candidata mujer. Y en una carrera que estaba a un par de puntos porcentuales de diferencia en la mayoría de los estados, eso pudo haber marcado una diferencia crucial”.

Carlin coincide: “En Estados Unidos hay un porcentaje de población que cree que una mujer es una candidata débil y esta población cree que un líder débil expone al país a dificultades. Sobre todo, eso se escucha entre hispanos y afroamericanos”.

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Kamala Harris y Joe Biden no lograron convencer a los estadounidenses especialmente por la economía. Foto: AP  Kamala Harris y Joe Biden no lograron convencer a los estadounidenses especialmente por la economía. Foto: AP

Jones resalta el cambio “notable del voto latino”. “El problema de la campaña de Harris es que fue una campaña dirigida por élites y se enfocó en preocupaciones que no son las mismas que tiene la comunidad latina promedio. Las élites latinas son universitarios y tienen preocupaciones que no son las de la mayoría de los latinos en los Estados Unidos. Es decir, para la campaña de Harris los temas de mayor importancia fueron temas como el futuro de la democracia, el derecho al aborto y temas identitarios como la comunidad LGTBQ+”.

“Por el contrario, la campaña de Trump hizo su enfoque en dos temas concretos: uno fue la economía y el otro fue la seguridad en la frontera. Y al final el votante latino votó con el bolsillo. Para la mayoría de los latinos sus condiciones durante el mandato de Trump eran mejores que la de los últimos cuatro años en la gestión de Joe Biden. Harris durante la campaña nunca tuvo mucha llegada a los latinos, pero especialmente a los hombres latinos quienes votaron de una manera abrumadora a Trump”.

La experta Hult también apunta a las debilidades demócratas. “La vicepresidenta Harris no se había preparado para presentarse como la primera candidata; se la asoció fácilmente con un presidente impopular y con frecuencia no demostró que fuera o pudiera ser un agente creíble del cambio. Por ejemplo, la entrevista de View donde no pudo responder de inmediato si haría algo diferente que el presidente Biden o la falta de respuesta a la primera pregunta en el debate presidencial sobre el estado de la economía”.

Jones coincide en que “Harris no fue una buena candidata porque no tuvo la habilidad de llegar a la gente que necesitaba para ganar la elección. Harris ganó a los votantes de siempre del partido demócrata, pero en los estados más competitivos perdió. Solo ganó el voto duro demócrata pero no ganó el voto volátil, ni tampoco el independiente”.

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