El presidente Joe Biden, que recibió el apoyo de los gobernadores demócratas para continuar su carrera por la reelección, reveló en una reunión privada que se hizo un chequeo médico después del debate presidencial con Donald Trump y aseguró que está en buen estado de salud.

Así lo confirmó el mandatario de 81 años en una reunión anoche con algunos gobernadores demócratas en la Casa Blanca, explicando que se hizo el chequeo después del debate de la semana pasada con Donald Trump, en el que tuvo una performance decepcionante para la mayor parte del partido.

Los comentarios de anoche de Biden con algunos gobernadores fue revelados este jueves en exclusiva a ABC News por dos personas que participaron del encuentro en la Casa Blanca. Según la información, el presidente estadounidense acudió al médico debido a un resfriado.

La persona que habló con ese medio dijo que se trató de un examen breve que no incluyó ninguna prueba importante. La revelación del mandatario se produjo horas después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, negara que Biden se hubiera sometido a algún examen médico desde su último examen físico en febrero.

«Pudimos hablar con su médico sobre eso y la respuesta es no», dijo Jean-Pierre. Cuando se le preguntó nuevamente si se había realizado «algún tipo de examen médico», respondió: «No».

Otra persona con conocimiento de la conversación durante la reunión dijo que el presidente le transmitió a los gobernadores demócratas «que se encontraba bien de salud».

Toda esta situación se da en medios de fuertes presiones para que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, baje su candidatura del lado demócrata tras su desastrosa actuación en el debate del jueves pasado, aunque por ahora pelea por salvarla.

Según informó The New York Times, el jefe de la Casa Banca le dijo a un aliado clave que sabe que es posible que no pueda sostener su postulación si no puede convencer al público en los próximos días de que está capacitado para un segundo mandato.

Esa fue la primera vez que trascendió que Biden, de 81 años, tiene en mente la posibilidad de renunciar a su candidatura para las elecciones de noviembre, porque tras el debate siempre ha dicho que no tirará la toalla. La información, sin embargo, fue desmentida este miércoles por la Casa Blanca.

La persona con la que habló Biden, cuyo nombre no se reveló, enfatizó que el presidente todavía está muy comprometido en luchar por su reelección y que tiene pensado remontar su imagen en este fin de semana largo, por el feriado del 4 de julio, el día de la independencia de Estados Unidos.

Además de la reunión que mantuvo con los gobernadores y con algunos representantes demócratas en el Congreso, Biden tiene pautado una entrevista este viernes con George Stephanopoulos de ABC News, el medio que acaba de divulgar lo del chequeo médico del presidente, y actos de campaña en Pennsylvania y Wisconsin. La entrevista se emitirá en su totalidad como un especial en horario estelar el viernes a las 20 (hora del este). El presidente es consciente de que todo debe salir impecablemente bien en estas presentaciones.

«Todos los gobernadores demócratas estamos junto a Joe Biden y todos queremos ganar en noviembre», afirmó el gobernador de Minnesota, Tim Waltz, tras reunirse con el presidente y sus aproximadamente 30 colegas en la Casa Blanca.

También dijo que ninguno de ellos niega «que el jueves por la noche fue una mala actuación, un mal golpe, por así decirlo, pero no afecta» lo que cree, que Biden «está cumpliendo».

«El presidente nos ha asegurado que se postula para ganar», añadió la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul.

En representación de todos sus colegas, Hochul, Waltz y el gobernador de Maryland, Wes Moore, subrayaron los riesgos de una segunda presidencia de Donald Trump y destacaron que Biden «está aquí para ganar y le prometimos nuestro apoyo».

Cuando los periodistas le preguntaron si consideraban a Biden «apto» para el cargo, Waltz respondió con un firme «sí».

El debate del jueves pasado, según la audiencia, tuvo a Trump como ganador con un 67% contra un 33% que dio triunfador a Biden. Pero las dudas sobre la edad del presidente, que tendría 86 años al finalizar un eventual segundo mandato, no solo no se disiparon, sino que arreciaron desde entonces.

La preocupación por la viabilidad como candidato para ganar a Trump y si puede permanecer otros cuatro años más en la Casa Blanca llegaron al máximo. Funcionarios, donantes y legisladores del partido demócrata hablaron de “catástrofe”, “desastre” y comenzaron a presionar para que el presidente renuncie y deje lugar a otro candidato que pueda enfrentar con más chances a Trump.

Una encuesta de CNN midió que más de la mitad de los demócratas cree que el partido tendría más posibilidades en noviembre con otro candidato.

Pero Biden resistió hasta ahora. Dijo que “se quedó dormido en el escenario”, que había viajado demasiado antes del debate a través de varios husos horarios, que estaba cansado y que tenía un fuerte resfrío. Pero a muchos no les fueron suficientes esas explicaciones.