El término Ley Marcial que evoca imágenes de tanques en las calles y suspensión de derechos, vuelve a la conversación pública cada vez que una crisis política o social amenaza la estabilidad de un país. Pero, ¿qué implica realmente este estado excepcional? ¿Cuándo se justifica su aplicación?
¿Qué es la Ley Marcial?
Según la Corte Interamericana por los Derechos Humanos, la Ley Marcial «es el sistema de reglas que toma efecto cuando una situación requiere que una autoridad militar tome control de la administración normal de la justicia».
En general, «la Ley Marcial implica una reducción de los derechos del individuo, un acortamiento del proceso del juicio, y castigos más severos que los de la ley normal. En muchos casos, la pena de muerte es impuesta para crímenes que normalmente no serían capitales.
Los tribunales militares son los que a menudo administran la justicia bajo Ley Marcial«, indica la Corte Interamericana por los Derechos Humanos.
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¿En qué países se ha aplicado la ley marcial?
Son muchos los países que aplicaron la Ley Marcial y entre ellos figura la Argentina, donde se convirtió en una consecuencia lógica de los golpes de Estado de 1930, 1943, 1955 y 1976.
Posiblemente, la Masacre del Campo de Marte, el 17 de julio de 1791, en París durante la Revolución Francesa, fue el preludio de la primera aplicación de la ley. Ese día, la Guardia Nacional disparó contra manifestantes que pedían un referéndum sobre la abdicación del rey y el establecimiento de una república, por orden del alcalde, Jean Sylvain Bailly.
Durante el período conocido como el Terror, el político francés Robespierre ordenó ejecutar a quienes no comulgaban con sus ideas (habrían muerto unas 40.000 personas). Finalmente, en 1794, él mismo murió en la guillotina.
La Ley de Insurrección, aprobada en los Estados Unidos en 1792, permitió la intervención de tropas federales durante el incendio de Chicago (1871) y el terremoto de San Francisco (1906). También luego del ataque a Pearl Harbor (1941).
La última vez que Washington envió tropas federales para restablecer el orden en un estado de la Unión fue en Los Ángeles, en 1992, durante los disturbios producidos luego de la detención y agresión a Rodney King.
En España, en 1936, los generales Mola y Franco recurrieron al estado de excepción y al toque de queda para controlar todo tipo de oposición en el inicio de la Guerra Civil. El gobierno de Polonia declaró el estado de guerra entre 1981 y 1983 para sofocar las protestas del sindicato Solidaridad. Sus líderes fueron detenidos y una investigación posterior reveló que hubo al menos un centenar de muertos.
El gobierno chino impuso el estado de excepción en Beijing, durante 7 meses, para aplastar las protestas de la plaza Tiananmen (1989). Más recientemente, en 2021, luego de tomar el poder, los militares aplicaron la ley marcial en Myanmar para reprimir todo tipo de protesta.
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En el año 2022, luego de la invasión rusa, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, aplicó la Ley Marcial en todo el país. Lo mismo hizo el presidente ruso, Vladimir Putin, en los territorios anexionados ilegalmente durante la llamada «operación militar».
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Miles de personas participaron en una protesta en Manila con motivo del 52 aniversario de la imposición de la Ley Marcial en Filipinas. En la cercanía del palacio presidencial de Malacanang se registraron choques entre la policía y los manifestantes, quienes exigieron justicia para todas las víctimas de violaciones de derechos humanos.
Características clave de la Ley Marcial
Suspensión de derechos constitucionales, como la libertad de expresión o reunión.
Control militar de la población y las instituciones civiles.
Justificación basada en una supuesta emergencia nacional o crisis.
Duración variable, desde días hasta años.
Potencial para el abuso de poder y la violación de los derechos humanos.
Causas y Justificaciones de la ley marcial
Históricamente, la ley marcial se ha invocado ante guerras civiles, desastres naturales, insurrección, amenazas terroristas o golpes de estado. Sin embargo, la legitimidad de su aplicación es a menudo cuestionable. Muchos casos demuestran su uso como herramienta de control político, silenciando disidencias y consolidando el poder de un régimen.
La ley marcial, aunque teóricamente justificada en situaciones extremas, representa una amenaza para la democracia y los derechos fundamentales.
En el siglo XXI, es imperativo buscar soluciones pacíficas y democráticas para afrontar las crisis, evitando el recurso a medidas tan drásticas que, históricamente, han resultado en graves violaciones de los derechos humanos.
Mauricio Funes, primer presidente de izquierda en El Salvador, murió este martes a los 65 años en Nicaragua, como consecuencia de una «grave dolencia crónica«, informó el Ministerio de Salud del país en el que se encontraba asilado desde 2016, luego de que fuera acusado de malversar 351 millones de dólares y condenado por delitos de corrupción durante su gobierno.
Tras abandonar su profesión como periodista, en 2009, el exmandatario llevó al poder al partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) junto a la brasileña Vanda Pignato, su entonces esposa, madre de uno de sus hijos y en su momento representante en Centroamérica del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva.
Funes nació en San Salvador el 18 de octubre de 1959 y, durante más de 20 años, cosechó gran popularidad en el periodismo, principalmente por sus duras críticas a diversos sectores y, en especial, al Gobierno que durante dos décadas encabezó la derechista Alianza Republicana Nacionalista.
Realizó sus estudios básicos y universitarios con los Jesuitas, aunque no logró terminar la carrera de Licenciatura en Letras en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
Entre 1986 y 1991 trabajó en varios canales de televisión, pero luego se incorporó a la UCA para poner en marcha un centro de audiovisuales, y tras unos meses regresó al Canal 12, donde, en 1997, llegó a ser director de noticias y a conducir programas de gran audiencia.
Durante pocos meses, Funes también fue corresponsal en El Salvador de la cadena estadounidense de noticias CNN en español, y en 1994 recibió el prestigioso premio Maria Moors Cabot, de la Universidad de Columbia.
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Su llegada a la presidencia se dio gracias a sus promesas de campaña que, durante su gestión, no prosperaron. Resuena hasta el día de hoy un pacto que llevó a cabo durante su mandato con líderes de las principales pandillas en El Salvador para reducir los índices de violencia. Por ese motivo, en noviembre de 2022, fue enviado a juicio penal y, en mayo de 2023, fue condenado, en calidad de ausente, a 14 años de prisión por los delitos cometidos en el marco del acuerdo que impulsó.
Entregó la presidencia en 2014 al excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) y en 2016 se estableció en Nicaragua, donde el 30 de julio de 2019 recibió la nacionalidad y con ello se blindó de la extradición.
El expresidente de El Salvador también fue condenado en junio de 2024 a 8 años de prisión por lavado de dinero en un caso que involucra la entrega de una avioneta como dádiva.
Funes, de acuerdo con la Fiscalía General, mantenía órdenes de captura en procesos penales por la supuesta malversación de 351 millones de dólares, el supuesto pago de sobornos al exfiscal Luis Martínez, por la revelación de un documento confidencial del Gobierno de Estados Unidos relacionado con donativos de Taiwán desviados, y por la construcción irregular de una represa, además de otra orden por supuesta evasión de impuestos.
«El FMLN con mucha consternación recibe la lamentable noticia del fallecimiento de quien en vida fuera el primer presidente de El Salvador bajo nuestra bandera política, el señor Carlos Mauricio Funes Cartagena», expresaron desde el partido a través de un escrito.