La detención en Francia de Pavel Durov, fundador y director ejecutivo de la aplicación de mensajería Telegram, ha provocado un fuerte clamor por la libertad de expresión.

Elon Musk ha descrito el arresto en su cuenta X como una amenaza ominosa a la libertad de expresión, y Robert F. Kennedy Jr. se refirió a la aplicación como una plataforma «encriptada, sin censura» y dijo que «la necesidad de proteger la libertad de expresión nunca ha sido más urgente».

Es un caso curioso, y el gobierno francés no ha ayudado a solucionar el problema al publicar información poco a poco.

Si bien es posible que haya problemas de libertad de expresión enredados aquí, algunos detalles preliminares sugieren que el problema puede ser una actividad delictiva.

El lunes, el fiscal francés dijo en un comunicado que Durov, que es ciudadano de Francia, Rusia,St. Kitts and Nevis y los Emiratos Árabes Unidos, estaba detenido para ser interrogado en relación con una investigación sobre actividades delictivas en la aplicación, incluido el comercio de material de abuso sexual infantil, así como el tráfico de drogas, el fraude y el lavado de dinero.

Cabe destacar que Telegram se jacta explícitamente de que nunca ha revelado datos de sus usuarios a ningún gobierno.

Hace tiempo que hay dudas sobre Telegram.

Contrariamente a la creencia generalizada, Telegram no está encriptado en ningún sentido significativo.

Se trataría de un cifrado de “extremo a extremo”, por lo que ni siquiera la empresa podría leer los mensajes de los usuarios.

Telegram (y cualquier persona que elija) puede leer todos los chats grupales, y no hay forma de cifrarlos por completo.

Esos grupos tan grandes son la principal atracción de la plataforma.

Los chats privados de Telegram también carecen de cifrado de extremo a extremo de forma predeterminada.

Sin embargo, en este caso, los usuarios pueden someterse a un proceso oneroso para activar el cifrado de extremo a extremo, que luego se aplica solo a esa conversación.

Incluso la protección proporcionada a los chats privados es turbia:

los expertos en criptografía han cuestionado durante mucho tiempo si el cifrado limitado de Telegram realmente cumple con los estándares de seguridad.

Durov nació en Rusia, donde Telegram se usa ampliamente.

El Kremlin respalda a Durov: emitió una declaración en la que afirma que, a menos que se proporcionen más pruebas, la detención de Durov puede ser “un intento directo de limitar la libertad de comunicación”.

Los activistas rusos contra la guerra se preguntan desde hace tiempo cómo el Kremlin parece saber tanto sobre sus actividades en Telegram. (Buena pregunta.)

La libertad de expresión es un valor importante, pero protegerla no significa absolver a nadie de la responsabilidad por toda actividad delictiva.

Irónicamente, la falta de cifrado de extremo a extremo de Telegram significa que es probable que la empresa sea más responsable simplemente porque puede ver la actividad delictiva que ocurre en su plataforma.

Si, por ejemplo, Telegram no cooperara en absoluto con las autoridades después de recibir órdenes judiciales para obtener información sobre actividades delictivas, eso significaría problemas incluso en Estados Unidos, con sus amplias protecciones a la libertad de expresión.

c.2024 The New York Times Company