INTERNACIONAL
Traslado forzoso de uigures en China: revelan una nueva dimensión de las violaciones a los derechos humanos

Desde hace años, la región de Xinjiang en China ha sido un foco de atención internacional debido al tratamiento al que se somete a la población de los uigures, una minoría étnica musulmana. Según un informe de The New York Times, las políticas implementadas por el régimen chino incluyen la detención masiva y la intensa vigilancia de los uigures, convirtiendo esta región en un símbolo global de abusos a los derechos humanos y trabajo forzoso. En respuesta, en 2021, el Congreso de los Estados Unidos decidió prohibir las importaciones provenientes de Xinjiang, en un intento de poner fin a estas prácticas deshumanizantes.
No obstante, Beijing ha encontrado mecanismos para esquivar estas restricciones impuestas por Estados Unidos. Se ha implementado un sistema que desplaza a los uigures hacia fábricas ubicadas fuera de Xinjiang. Este esquema busca no solo eludir las prohibiciones de importación, sino también servir como un método de control integral sobre una población históricamente resistente al dominio chino.
Una investigación conjunta llevada a cabo por The New York Times, el Bureau of Investigative Journalism y Der Spiegel revela la dimensión desconocida de estos programas de trabajo estatal previamente. Los esfuerzos por trasladar a los uigures no se limitan a simples cambios de ubicación geográfica; se trata de un fenómeno en el que los trabajadores son redistribuidos en fábricas de todo el país, produciendo para algunas de las marcas más reconocidas a nivel mundial. Este movimiento ocurre con escasa, e incluso nula, transparencia para los auditores de las cadenas de suministro o los funcionarios aduaneros, lo que provoca un vacío en la detección de abusos laborales y la importación de bienes contaminados por estas prácticas.
En respuesta a estos hallazgos, tanto Estados Unidos como la Unión Europea han adoptado leyes con el objetivo de impedir que los consumidores y las empresas financien, indirectamente, la persecución de las minorías en China. No obstante, el seguimiento de estos programas de trabajo fuera de Xinjiang resulta ser una tarea ardua, lo que plantea un desafío significativo para evitar que el trabajo forzado sea parte de la cadena de producción global.
La investigación sobre los programas de transferencia de trabajadores por parte del gobierno chino destaca la magnitud de esta operación. Se estima que decenas de miles de uigures están implicados en este esquema, donde las condiciones de trabajo no siempre son del todo claras. Pese a que el gobierno chino declara que estos programas son voluntarios y que buscan proporcionar oportunidades económicas, activistas y expertos insisten en que en realidad, los uigures se ven obligados a aceptar estas asignaciones laborales. Este movimiento es percibido como parte de un esfuerzo sistemático por parte del gobierno de Beijing para ejercer un control más estricto sobre una minoría que ha mostrado resistencia histórica al dominio chino.

El régimen de China argumenta que la diseminación de los uigures en puestos de trabajo a lo largo del país responde a una iniciativa para combatir la pobreza crónica en Xinjiang. Sin embargo, la narrativa del estado chino choca con las declaraciones de activistas y defensores de derechos humanos que sostienen que los trabajadores frecuentemente carecen de verdadera libertad para rechazar las ofertas laborales, una característica distintiva de los patrones de trabajos forzados ya documentados.
En el ámbito internacional, la situación de los trabajadores uigures tiene un fuerte impacto legal y comercial, especialmente a raíz de la Ley de Prevención de Trabajo Forzado Uigur que Estados Unidos puso en marcha para prohibir las importaciones desde Xinjiang, salvo que se pueda demostrar que los productos no se fabricaron mediante trabajo forzoso. Sin embargo, la implementación de esta ley presenta desafíos significativos, debido a que el seguimiento de los trabajadores que se reubican fuera de Xinjiang representa un gran reto logístico y administrativo.
Simultáneamente, estas medidas no solamente marcan un punto de tensión en las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos. La administración del presidente Donald Trump ya había acusado a China de beneficiarse injustamente del comercio exterior gracias a las condiciones laborales explotativas. La situación se agrava con la participación de empresas multinacionales que, consciente o inconscientemente, podrían estar integrando en su cadena de suministro productos fabricados bajo estas condiciones.

Marco Rubio, quien fuera senador por Florida y uno de los principales autores de esta ley en 2021, enfatizó la necesidad de cerrar las brechas legales que permiten que prácticas laborales deshonestas pasen desapercibidas. A nivel europeo, se han promovido normativas similares, aunque su aplicación de manera efectiva aún se encuentra en etapa de preparación, con la intención de comenzar a ser operativas recién en el año 2027.
La compleja relación comercial y diplomática que induce la situación de los uigures en China se destaca como un nuevo campo de batalla en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, reflejando no sólo tensiones económicas, sino también profundas diferencias en cuestiones de derechos humanos y prácticas laborales.
La investigación arroja luz sobre las prácticas poco visibles de transferencia de trabajadores uigures. Utilizando declaraciones públicamente accesibles, anuncios corporativos, informes mediáticos estatales, y redes sociales, los investigadores destaparon el alcance de estas políticas laborales. Documentos oficiales y publicaciones en redes sociales mostraron a uigures partiendo de Xinjiang e integrándose a líneas de ensamblaje en otras provincias, a menudo bajo estricta supervisión y condiciones laborales de alta intensidad.
Dichas publicaciones expusieron cómo las autoridades buscan ejercer control sobre estos trabajadores, mostrándolos en filas ordenadas en estaciones de tren y detallando condiciones que podrían interpretarse como restrictivas. Asimismo, el personal de seguridad en ciertas fábricas ha confirmado que los uigures fueron enviados a trabajar allí por intermediación gubernamental.

La investigación reveló que una amplia variedad de empresas multinacionales podrían estar involucradas directa o indirectamente en el uso de trabajadores uigures. Según el informe, más de 100 compañías parecen recibir trabajadores o productos realizados por ellos.
Toda esta situación pone a muchas marcas globales en una encrucijada, donde podrían ver un riesgo real de tener bienes incautados por las aduanas estadounidenses si se demuestra el uso de trabajo forzado en sus cadenas de suministro. Además, la inminente aplicación de legislaciones europeas similares añade otra capa de complejidad a la operación global de estas empresas.
Expertos y activistas aseguran que estos trabajadores tienen escasa capacidad de elección en la aceptación de empleos fuera de Xinjiang y que cualquier desacato podría acarrear serias repercusiones, como ser etiquetados como “alborotadores”. En una región donde actos menores, como poseer un Corán, pueden derivar en detenciones prolongadas, el peso de estas acusaciones es especialmente oneroso.

Los beneficios económicos de los trabajos ofrecidos, en contraste, son un fuerte aliciente ante las limitadas oportunidades disponibles y la estricta vigilancia que enfrentan dentro de Xinjiang. Sin embargo, las condiciones de trabajo y la calidad de vida de los uigures empleados bajo estos programas continúan generando dudas y crítica internacional.
En el escenario comercial global, la transferencia de trabajadores uigures presenta complicaciones legales considerables para las empresas, especialmente en aquellos países con regulaciones estrictas sobre el trabajo forzoso. Las leyes internacionales como la Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uigur en Estados Unidos crean un marco difícil para las empresas que dependen de cadenas de suministro que puedan estar, consciente o inconscientemente, contaminadas por estas prácticas.
Se ha documentado que componentes manufacturados en fábricas chinas, potencialmente operadas con trabajadores uigures, son exportados globalmente a mercados como India, Indonesia, México, y también Europa y América del Norte, incluyendo negocios estadounidenses que podrían enfrentar restricciones bajo el marco legal actual.

Las empresas tienen la difícil tarea de garantizar prácticas laborales éticas en sus extensas cadenas de suministro. Por un lado, grandes marcas corren el riesgo de que sus bienes sean requisados por las aduanas en Estados Unidos si se encuentra evidencia de trabajo forzoso. Por otro, tanto la reputación como la viabilidad económica de estas empresas están en juego, en una época en que los consumidores exigen transparencia y responsabilidad ética.
El conflicto de intereses entre el expansionismo económico chino y los estándares internacionales de derechos humanos se erige como un desafío crítico para el comercio global. Las marcas enfrentan una decisión crucial: asegurar que sus suministros estén libres de prácticas laborales explotativas o buscar alternativas fuera de China para preservar la confianza del mercado y evitar posibles sanciones legales.
INTERNACIONAL
Estados Unidos ordenó incautar un buque pesquero chino por esclavitud y violaciones a los derechos humanos: hasta hace un mes operó frente al Mar Argentino

El gobierno de Estados Unidos ordenó la incautación de todos los productos de mar capturados por el buque pesquero Zhen Fa 7, de bandera china, por graves violaciones a los derechos humanos.
La embarcación, que operó hasta mediados de junio frente a la Patagonia argentina, fue acusada de prácticas que incluyen esclavitud, violencia sexual, condiciones laborales inhumanas y retención de documentos, según denunció el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense.
La medida fue emitida por la Unidad de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que basó su decisión en indicadores de trabajo forzoso identificados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El caso fue difundido por el Círculo de Políticas Ambientales, una organización que monitorea la pesca ilegal en América del Sur.
«Zhen Fa 7 se benefició de menores costos laborales, produjo bienes por debajo del valor de mercado, perjudicó a las empresas estadounidenses y obtuvo ganancias injustamente», explicó el organismo en su resolución oficial publicada en su sitio web.
Durante más de una década, el buque operó en el Pacífico y Atlántico sur, con una fuerte presencia frente a las costas de Ecuador, Perú, Chile y Argentina. En su paso más reciente por Sudamérica, estuvo operativo frente al Mar Argentino hasta el 16 de junio de 2025 y utilizó el Puerto de Montevideo, Uruguay, como base logística.
No es la primera vez que el Zhen Fa 7 queda en la mira por abusos: en 2021 abandonó a un tripulante en estado crítico en Montevideo. El joven, de nacionalidad indonesia, falleció poco después en un hospital local. Las autoridades uruguayas nunca registraron oficialmente el ingreso del buque tanquero que lo desembarcó.
En marzo de este año, se detectó que el Zhen Fa 7 ingresó hasta 180 millas dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina, aproximándose peligrosamente a las costas del Chubut, frente al Golfo San Jorge. Lo hizo acompañado por una flota de al menos 150 pesqueros chinos, bajo el argumento de buscar refugio por tormentas.
En enero, la provincia de Santa Cruz firmó un acuerdo con empresas pesqueras chinas, muchas de las cuales tienen antecedentes similares de abuso y pesca ilegal. El informe alerta que estas flotas operan gracias a subsidios estatales y explotación sistemática de sus tripulaciones.
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) tiene consecuencias devastadoras: afecta ecosistemas marinos, la actividad pesquera legal y también genera un impacto económico y social directo en los países ribereños. A pesar de eso, Argentina todavía no ratificó dos acuerdos internacionales clave (uno de la OMC y otro de la OMI) que podrían contribuir a ponerle freno a estos abusos, a pesar de haber sido aprobados por el Congreso.
Este martes, Argentina depositó su instrumento de ratificación del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la Organización Mundial del Comercio, que busca limitar el accionar de las flotas que realizan pesca ilegal y no reglamentada en los mares del mundo. Había sido aprobado por el Congreso en octubre del año pasado.
Se trata de un acuerdo fundamental para luchar contra la depredación pesquera que ocurre en el Atlántico Sur, ya que impacta directamente en el financiamiento estatal que recibe la flota extranjera que realiza pesca destructiva, ilegal y no reglamentada.
El acuerdo, que demandó más de 20 años de negociación, constituye uno de los principales logros alcanzados en la OMC desde su creación, puesto que por primera vez se establece la restricción de los subsidios que afectan negativamente al comercio y a la conservación de los recursos pesqueros y se prohíbe las subvenciones que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), a la pesca de poblaciones ya sobreexplotadas y a la pesca en alta mar no reglamentada.
Según había anunciado el Gobierno argentino en octubre pasado, el acuerdo tiene implicancias de enorme relevancia para el país, dado su gran litoral marítimo y la importancia de los recursos pesqueros..
En particular, se espera que contribuya a disminuir la presión pesquera en el área adyacente a la Zona Económica Exclusiva Argentina, coloquialmente referida como «milla 201», ya que al limitar la posibilidad de que los países recurran a subsidios para mantener artificialmente la actividad de sus flotas, el acuerdo contribuirá a la protección de los recursos pesqueros en las aguas adyacentes a la jurisdicción nacional, limitará las capacidades de grandes flotas que pescan a distancia y complementará los esfuerzos de patrullaje de las autoridades nacionales sobre el terreno.
Con la aprobación del Congreso, el Gobierno estará ya en condiciones de sumarse a los más de 80 países que han presentado a la OMC su instrumento de ratificación.
China,Estados Unidos,pesca ilegal,Derechos Humanos,Últimas Noticias
INTERNACIONAL
‘Worst of the worst’ arrested in nationwide criminal illegal-alien crackdown: DHS

NEWYou can now listen to Fox News articles!
The Department of Homeland Security released a statement Tuesday highlighting some of the «worst of the worst» offenders who have been arrested in the agency’s nationwide crackdown on criminal illegal aliens.
According to the statement, 70% of U.S. Immigration and Customs Enforcement’s arrests have been of illegal aliens convicted or charged with crimes. This comes as the agency is facing intense criticism for its enforcement of immigration laws and officers are dealing with an 830% increase in assaults.
Some Democrats have accused ICE of targeting innocent, everyday immigrants. In the midst of anti-ICE riots in Los Angeles in June, Rep. Delia Ramirez, D-Ill., accused President Donald Trump and the administration of targeting anyone they consider «undesirable.» She also pushed a theory that the president will target U.S. citizens the same way he has deported criminal migrants.
«Trump, Homan, Miller and this whole regime has waged a campaign of terror against our neighbors, against our families, our loved ones, as they advance their fascist agenda and try to cast immigrants as a public enemy,» Ramirez said.
ERIC ADAMS RESPONDS TO TOM HOMAN PLEDGE TO ‘FLOOD THE ZONE’ WITH ICE AGENTS AFTER CBP SHOOTING
President Donald Trump is seen with Homeland Security Secretary Kristi Noem during their July 1, 2025 visit to «Alligator Alcatraz,» the controversial migrant detention center in Florida’s Everglades. (ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP via Getty Images)
While the agency has said it will not back down from arresting any immigrants who are in the country illegally, the new DHS statement says that the vast majority of those arrested thus far have criminal charges or convictions.
The illegals highlighted in the DHS statement include criminals charged with hit-and-run, aggravated assault, felony menacing, grand theft and drug possession.
Olinda Micaela Gonzalez-Ortiz, a 21-year-old illegal alien from Guatemala, was arrested by ICE Baltimore and has a criminal history, including a conviction for hit-and-run in Salisbury, Maryland.
Another, Federico Fong-Nunez, a 53-year-old Mexican illegal arrested by ICE Denver in Boulder, has 21 criminal convictions, including burglary, aggravated assault, and felony menacing.
ICE TORCHES ‘DEAFENING’ SILENCE FROM MAMDANI ON CBP OFFICER SHOOTING

From hit-and-run to aggravated assault and burglary, these five illegal immigrants—arrested in cities ranging from Boulder to Houston—are among the «worst of the worst» criminal offenders, according to DHS. (Christian Chavez/AP Photo)
Jhon Jervis Chavez-De La Rosa, a 21-year-old illegal immigrant from Venezuela, has a criminal history including a conviction of assault causing bodily injury. He was arrested by ICE in Houston.
Two others, Luis Alberto Leonardo Cortes-Rivera, a 34-year-old from from Mexico, and Rureiro Falkao, a 46-year-old illegal from Honduras, were arrested by ICE in Los Angeles and Oklahoma City, respectively. Cortes-Rivera has a criminal history that includes nine criminal convictions, including grand theft, burglary, and tampering with a vehicle. Falkao’s criminal background includes conviction for possession of methamphetamine.
ICE has also arrested scores of illegal immigrants either charged with or convicted of child sex offenses.
In June, ICE arrested 1,361 illegal immigrants in the Houston area alone, including individuals previously convicted of hijacking an airplane, homicide, sexual assault and more. Of those arrested, 32 were previously convicted of child sex offenses, nine for homicide-related offenses, and 16 believed to be gang or drug cartel members. One person arrested by ICE was convicted of hijacking an airplane headed to Key West, Florida, from Cuba.
ILLEGAL ALIEN WHO RAPED, IMPREGNATED HIS OWN DAUGHTER AT GOVERNMENT-RUN SHELTER LEARNS PRISON SENTENCE

ICE agents in Houston arrest and deport illegal immigrants with violent criminal histories as part of a broader DHS initiative praised by Secretary Noem and President Trump. (ICE Houston)
An ICE Homeland Security Investigations probe in Maryland led to the sentencing of Mark Rice, 38, to 30 years in federal prison and a lifetime of supervised release for having «used his position of authority» to sexually abuse a 2-year-old and produce and distribute child sex abuse material online.
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In the Tuesday statement, DHS Assistant Secretary Tricia McLaughlin commended President Donald Trump and Homeland Security Secretary Kristi Noem for having «unleashed ICE to target the worst of the worst.»
«Our brave law enforcement is facing an 830% increase in assaults against them and yet they continue to arrest violent criminals and drug traffickers every single day,» said McLaughlin. «We will not allow sanctuary politicians, activist hacks, or rioters stand in our way of protecting the American people. Our message is clear: criminal illegal aliens are not welcome in the United States.»
Fox News Digital reached out to Ramirez’s office for comment but did not immediately receive a response.
Fox News Digital’s Adam Sabes and Brooke Taylor contributed to this report.
INTERNACIONAL
La verdadera historia de la pelea entre Stephen Colbert y Donald Trump: de la complicidad a la guerra

La aparición de Donald Trump en septiembre de 2015 en el programa The Late Show With Stephen Colbert comenzó con una disculpa del aún nuevo presentador. Nadie lo sabía todavía, pero estos dos showmen representaban polos opuestos de una dramática convulsión que estaba a punto de sacudir la cultura estadounidense.
“He dicho algunas cosas sobre ti a lo largo de los años que, bueno, ya sabes, en compañía educada, tal vez sean imperdonables…”, dijo Colbert, con una vacilación cómica que resaltaba el eufemismo.
De hecho, solo dos semanas antes, cuando la antigua estrella de Comedy Central debutó en su tan esperada promoción al antiguo puesto de David Letterman en CBS, golpeó al improbable candidato presidencial como si fuera una piñata de dibujos animados. Se burló del apoyo que Trump recibe de los supremacistas blancos (“Es increíble, porque Trump ni siquiera es blanco, es más bien un Oompa-Loompa-mericano”) y se mofó de su pelo (“Lo que tiene en la cabeza es sin duda suyo. Ahora le toca a la ciencia decidir si es pelo o no”). El exgobernador de Florida Jeb Bush, que entonces estaba perdiendo impulso en la carrera de 2016, había sido invitado esa noche. “Se podría pensar que tanta exposición a naranjas y gente loca lo habría preparado para Donald Trump”, reflexionó Colbert.
Pero esa noche, el promotor inmobiliario y estrella de reality shows disfrutó de la disculpa de Colbert. “Aceptada”, dijo con una sonrisa. “¿Hay alguien a quien te gustaría pedir perdón?“, añadió Colbert, con tono incisivo. ”Ah», dijo el futuro presidente. “No”.
Los siguientes temas fueron serios: la inmigración, un muro fronterizo “con una puerta preciosa”, las falsas afirmaciones sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama, pero Colbert los trató con ligereza, sacándoles partido para conseguir un efecto cómico, y el público se rió y aplaudió. Trump formaba parte entonces de ese mundo cordial y cálido, un empresario hotelero de Nueva York que había logrado integrarse en la cultura popular estadounidense. Había aparecido docenas de veces en este mismo programa durante el reinado de Letterman, desde 1987, cuando se emitía en la NBC y él tenía su primer libro bestseller, hasta la década de 2000, cuando resurgió como estrella de los reality shows.
También estuvo en el programa de Jay Leno y, más tarde, en el de Jimmy Kimmel. Si Trump era a veces el blanco de las bromas, no parecía importarle demasiado. Nadie lo tomaba realmente en serio como político. Incluso cuando subió en las encuestas, muchos espectadores lo veían hablar de política con Colbert y veían a dos tipos divertidos realmente comprometidos con el tema.
Resultó que Trump se tomaba en serio lo de la política, pero su sorprendente victoria, poco más de un año después de su aparición en el programa de Colbert, lo vinculó paradójicamente más estrechamente a la televisión nocturna, y esta a él: durante sus primeros meses en Late Show, Colbert flaqueó en los índices de audiencia, pero comenzó a ver un auge de éxito al destripar al presidente Trump en sus monólogos. Pronto su programa se convirtió en el número uno de la televisión nocturna, una posición que mantuvo durante nueve temporadas consecutivas.
En un sorprendente giro de los acontecimientos, la CBS anunció la semana pasada que cancelaba Late Show, en una decisión financiera, según destacó la empresa en un comunicado, motivada por el “difícil contexto de la televisión nocturna”, que ha sufrido una caída de los índices de audiencia y de los ingresos publicitarios. El programa completará su temporada actual, según la cadena, y terminará en mayo de 2026.
Sin embargo, la decisión se produjo poco después de que la empresa matriz Paramount acordara pagar una indemnización de 16 millones de dólares por las acusaciones de Trump de que la entrevista de 60 Minutos en 2024 había sido editada de forma injusta, un acuerdo que Colbert denunció en su programa como “un gran soborno”. Mientras tanto, Paramount también está buscando la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones, actualmente dominada por personas nombradas por Trump, para una fusión propuesta con la compañía Skydance Media.
La reacción del público ante la cancelación del Late Show pasó rápidamente de la conmoción por el fin de una legendaria franquicia televisiva al escepticismo sobre los motivos de la misma. “La gente merece saber si se trata de un ataque por motivos políticos a la libertad de expresión”, escribió la diputada Pramila Jayapal (demócrata por Washington) en X. El Sindicato de Guionistas de América pidió una investigación sobre “posibles irregularidades” en Paramount. Un alto funcionario de la Casa Blanca que la administración Trump hubiera influido en la cancelación de Colbert. “Fue una agradable sorpresa”, dijo el funcionario, que habló bajo condición de anonimato para comentar conversaciones privadas.
Trump no ocultó su alegría. “Me encanta que hayan despedido a Colbert. Su talento era incluso menor que sus índices de audiencia”, escribió en las redes sociales. “He oído que Jimmy Kimmel es el siguiente. ¡Tiene aún menos talento que Colbert! Greg Gutfeld [de Fox] es mejor que todos ellos juntos».
La escalada continuó esta semana cuando, en la primera emisión del Late Show tras el anuncio del fin del programa, Colbert soltó “se acabó la diplomacia. ¡Váyase a la mierda!”, dirigido al presidente estadounidense. Además bromeó diciendo que desde que comenzó como cómico de improvisación en Chicago en la década de 1980, siempre había soñado con que un presidente en ejercicio celebrara el fin de su carrera.
La evolución de la relación entre Trump y Colbert durante la última década —de ligeramente amistosa a mordazmente polémica— es paralela al rápido declive reciente de los programas nocturnos de televisión. Aunque los programas de entrevistas presentados por cómicos habían perdido parte del interés que despertaban en la década de 1990, en 2015 seguían ocupando un lugar destacado en el debate cultural. Fue una gran noticia cuando David Letterman se jubiló, cuando Jimmy Fallon heredó The Tonight Show de Jay Leno en la NBC y luego cuando Seth Meyers consiguió el antiguo puesto de Fallon en Late Night de la misma cadena.
El ascenso de Colbert, de copresentador en la televisión por cable a estrella de la cadena, supuso una especie de validación del humor político de su antiguo compañero en The Daily Show, Jon Stewart, con un marcado sesgo hacia la izquierda. Colbert, Meyers y Kimmel, en particular, disfrutaron de un aumento de la audiencia y la atención al burlarse de Trump todas las noches.
Pero justo cuando los cómicos nocturnos encontraron su voz política, la dinámica de poder cambió. El auge del streaming significó que las personas a las que les gustaba relajarse en casa frente al televisor tenían muchas otras opciones para ver. Los espectadores más jóvenes se inclinaban por TikTok e Instagram para obtener noticias y entretenimiento, y no necesariamente necesitaban ver a comediantes profesionales opinar sobre la actualidad. Y a medida que su influencia disminuía, la de Donald Trump aumentaba.
Durante un tiempo, Colbert y Trump mantuvieron una relación algo cordial. En febrero de 2016, Trump llamó al programa; y Colbert realizó la entrevista a través de un teléfono naranja adornado con una peluca. Pero las críticas del presentador se hicieron más mordaces a medida que avanzaba el año, y la noche en que Trump fue elegido presidente, Colbert se mostró abiertamente abatido.
“Tenemos que aceptar que Donald Trump será el 45° presidente de los Estados Unidos!, dijo a su público, que abucheaba. “Escuchen, lo entiendo perfectamente. Solo tenía que decirlo una vez más. Quiero seguir diciéndolo hasta que pueda decirlo sin que se me revuelva un poco el estómago”.

Los brutales monólogos de Colbert centrados en Trump comenzaron a cobrar impulso; Trump lo ignoró públicamente hasta mayo de 2017, cuando declaró a la revista Time que Colbert era un “tipo sin talento” (pero se atribuyó el mérito de haberle aumentado la audiencia). En su programa, Colbert lo celebró. Por fin había provocado una reacción.
“¿No sabes que llevo un año intentando que digas mi nombre?“, dijo mientras el público del estudio le vitoreaba. Reconoció que Trump tenía razón: ”Hacer bromas sobre vos ha dado buenos índices de audiencia. ¡Es casi como si la mayoría de los estadounidenses no quisieran que fueras presidente!“. Colbert sugirió que, si Trump quería acabar con su carrera, podía hacer una cosa: renunciar, porque entonces ya no tendría material nuevo.
La dinámica continuó a lo largo de los años, con Trump publicando ocasionalmente en las redes sociales que Colbert y sus compañeros de los programas nocturnos no tenían talento y no eran graciosos. Esto alimentó el escepticismo ante la negación de CBS de que la cancelación se debiera únicamente a motivos económicos. (“¿Creo que es una coincidencia? NO», publicó el senador Bernie Sanders).
Rob Burnett, productor ejecutivo de Late Show With David Letterman desde 1996 hasta 2015, cree que se trataba de apaciguar a Trump. “¿Con qué frecuencia se cancela al número uno? Se puede analizar esto de 100 maneras diferentes, pero Colbert tiene el programa número uno en horario nocturno y lo han cancelado. Si camina como un pato, es un pato», dijo Burnett. “No conozco los entresijos de lo que está pasando allí, pero no creo que esto ocurra si Stephen Colbert no dice las cosas que dice».

Burnett reconoció que los ingresos han bajado en la franja nocturna: en su momento álgido, durante la larga etapa de Johnny Carson como presentador, el programa estrella de la NBC en esa franja horaria, Tonight Show, atraía a 17 millones de espectadores, según Adweek, mientras que el programa más visto de Colbert, Late Show, ha tenido una media de 2,5 millones de espectadores este año. Todos los programas nocturnos comparten ahora extractos digitales en línea, lo que permite a los fans consumir un episodio por partes cuando lo deseen. Pero YouTube no ofrece ni de lejos los mismos ingresos publicitarios que la televisión.
Burnett se preguntó si a Colbert se le había dado mucha opción antes de tomar la drástica medida de poner fin a la franquicia. “¿Hubo alguna conversación del tipo: ‘Oye, Stephen, aquí están las cifras y esto ya no nos funciona. ¿Puedes aceptar una reducción salarial? ¿Podemos reducir el personal? ¿Podemos hacerlo de otra manera?’“, dijo. En cambio, señaló Burnett, ”la primera conversación es: Vamos a cancelar todo tu programa. Todo el programa va a desaparecer».
Merrill Markoe, que fue la guionista principal del programa de Letterman durante su etapa inicial en la NBC a principios de los años 80, antes de que él lanzara The Late Show cuando se trasladó a la CBS en los años 90, dijo que “tuvo pesadillas” después de enterarse de la noticia sobre Colbert.
“CBS, Paramount, la fusión, la compra con Trump, todo se derrumbó como un castillo de naipes y me afectó en un segundo”, dijo. “Me afectó mucho”.
Ella señaló que en sus primeros años escribiendo con Letterman, se abstuvieron de hacer comedia política. Carson rara vez había tocado esos temas, y Letterman lo veía como un modelo a seguir. Markoe entiende que la era Trump hizo imposible que un comediante con la sensibilidad de Colbert evitara la política. Pero espera que pueda encontrar un hogar en otro lugar.
“Sería una estupidez que nadie más se hiciera cargo del programa”, dijo. “Era el número uno en su franja horaria. Y un programa de entrevistas es una de las formas de entretenimiento más baratas que existen”.
En cuanto al futuro, Colbert todavía tiene muchos programas que producir en la CBS antes de mayo. Daniel Kellison, otro antiguo productor de Letterman, duda que lo consiga. “Solo espero que ahora vaya a por todas. No hay forma de que vaya a estar en el aire durante nueve meses”, dijo Kellison. “Es un tipo muy inteligente y sería genial que lo hiciera poco a poco”.
Fuente: The Washington Post
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