El gobernador de Florida Ron DeSantis anunció este domingo que se bajó de la carrera republicana por la Casa Blanca y le dio su apoyo a Donald Trump, quien tiene así despejado el camino hacia la Casa Blanca.

Ya con apenas una rival en la interna, Trump está a un paso de ser el candidato oficial opositor para competir con Joe Biden en las elecciones del 5 de noviembre.

La carrera de DeSantis, un conservador al que muchos consideraban un “mini Trump” o “un Trump con cerebro”, se detuvo después de haber logrado un deslucido segundo lugar en Iowa el lunes pasado, un estado donde él y sus aliados invirtieron millones en un agresivo esfuerzo para conseguir el voto que incluyó al gobernador visitando los 99 condados. Las encuestas no lo favorecían en las próximas citas electorales y decidió bajarse.

En un video publicado este domingo en la red social X, DeSantis indicó que después de haber quedado en segundo lugar en Iowa, no podía “pedir” a sus partidarios “que ofrezcan voluntariamente su tiempo y donen sus recursos” sin un “camino claro hacia la victoria”. “En consecuencia, hoy suspendo mi campaña”, añadió.

“Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump”, dijo DeSantis en la grabación, señalando que ha tenido diferencias con el expresidente, sobre todo por la pandemia del coronavirus. “Tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño o a una forma reenvasada de corporativismo recalentado que representa Nikki Haley”, señaló.

Trump seguirá ahora la carrera contra la más moderada Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, que le sigue dando pelea, aunque con prácticamente nulas chances. La cita que viene es el martes en New Hampshire y luego en Carolina del Sur, donde espera remontar, aunque las encuestas no le asignan un triunfo allí.

Trump desea terminar ya con la interna, que le consume tiempo y dinero, para dedicarse a los juicios que tiene pendientes y a competir ya en batalla general por la Casa Blanca contra Biden, que es el candidato demócrata. Todo indica que la interna terminará pronto. Las encuestas por ahora señalan un empate entre Trump y Biden.

Inicialmente, DeSantis, de 45 años, había sido considerado un rival de peso para el expresidente Trump. Ex militar, abogado y con una familia con hijos pequeños, es más conservador incluso que el magnate, con una posición similar en la economía y la dura política antiinmigratoria. Ofrecía un perfil parecido, pero mucho más alejado de los escándalos que rodean el ex presidente.

DeSantis arrasó en 2022 con su reelección en Florida y superó a su rival por más de 20 puntos. El dinero de los principales aportantes de campaña fluía hacia el gobernador, una figura nueva y refrescante, en contraste con los juicios y las dudas sobre el apego a la democracia y las instituciones de Trump.

Pero DeSantis no pudo ganar tracción en las primarias porque la base trumpista se mantuvo fiel a su líder, a pesar de los 91 cargos en diferentes juicios que el magnate enfrenta, y Trump consolidó constantemente el apoyo y subió en las encuestas para luego sellar una victoria aplastante en Iowa.

DeSantis, que creció bajo el ala de Trump y logró popularidad cuando se opuso a cerrar las escuelas y los negocios del estado durante la pandemia, inicialmente trató de evitar criticar al expresidente, cuyo respaldo lo ayudó a ganar las primarias de 2018 para gobernador y seguir su carrera. Pero en los últimos meses argumentó que Trump había perdido «su bola rápida» y no cumplió con sus promesas anteriores, como construir un muro fronterizo.

La decisión de DeSantis de poner fin formalmente a su campaña dará lugar inmediatamente a especulaciones sobre su futuro. DeSantis ha descartado muchas veces servir como compañero de fórmula de Trump y ha dicho que preferiría regresar a Florida y terminar su mandato como gobernador durante los dos años restantes.

«No creo que sea un puesto que ofrezca mucho», dijo DeSantis a principios de este mes sobre el puesto de vicepresidente. Pero todo puede cambiar.