La empresa japonesa Icom afirmó este jueves que dejó de producir hace diez años el modelo de walkie-talkies que presuntamente estallaron de forma simultánea en el Líbano el miércoles.
La compañía dijo que está investigando las informaciones de algunos medios que señalan que varios de los walkie-talkies estallados en Líbano llevaban el logo de esa firma. «En medios internacionales ha habido informaciones de que walkie-talkies con el logo de Icom explotaron en Líbano», señaló en un breve comunicado.
«Estamos investigando los hechos alrededor de esta cuestión. Publicaremos información actualizada cuando esté disponible en nuestro sitio web», agregó la empresa.
Pero a la vez, Icom aclaró que los dispositivos que el miércoles estallaron en forma coordinada y dejaron al menos 25 muertos y decenas de heridos, en el segundo día de una ola inédita de ataques, ya no se producen desde hace una década en su fábrica.
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En las redes, y sobre todo entre los nativos digitales, había dudas al respecto. ¿Qué son los bipers y los walkie talkies y por qué una agrupación como Hezbollah usa estos dispositivos pasados de moda?
«La IC-V82 es una radio portátil que se produjo y exportó, también a Oriente Medio, desde 2004 a 2014. Dejó de fabricarse hace unos diez años y, desde entonces, no se ha comercializado desde nuestra empresa», afirmó la compañía en un comunicado.
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«La producción de las baterías necesarias para operar la unidad principal también se detuvo y (los walkie-talkies) no tienen el sello holográfico usado para distinguir los productos falsificados, con lo que no es posible confirmar si el producto procedía de nuestra empresa», agregó.
También señaló que los productos para exportación se venden exclusivamente a través de distribuidores autorizados y que su programa de exportación está basado en la regulación comercial y de seguridad de Japón.
«Todas nuestras radios se fabrican en nuestra subsidiaria de producción Wakayam Icom, en la prefectura de Wakayama, bajo un estricto sistema de gestión (…) por lo que no se usan otras piezas más allá de las especificadas por nuestra compañía», explicó la empresa.
«Además, todas nuestras radios se producen en la misma fábrica y no producimos en el extranjero», añadió.
Ataques sin precedentes
El miércoles, 25 personas murieron y más de 450 resultaron heridas en Líbano por una segunda ola de explosiones de aparatos de comunicación en bastiones del grupo islamista Hezbolá, según las autoridades de ese país.
En la víspera, la detonación simultánea de cientos de beepers usados por el movimiento islamista provocó la muerte de 12 personas y heridas en 2.800 en territorio libanés.
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Fue una oleada de atentados no sólo sorpresiva sino sin precedentes en la región. La milicia libanesa Hezbollah y su aliado palestino Hamas culparon de la acción a Israel, que no ha comentado todavía el suceso.
Se teme ahora un giro en la guerra que Israel inició hace casi un año contra el grupo ultraislámico palestino, tras el salvaje ataque en suelo israelí del 7 de octubre de 2023, cuando milicias terroristas penetraron en el sur del país y mataron a casi 1200 personas, en su mayoría civiles.
Además, se llevaron secuestradas a otras 250, algunas de las cuales fueron liberadas en un canje de prisioneros y otras en operativos del ejército israelí. Decenas siguen en manos de Hamas, aunque se presume que muchos de ellos murieron.
El padre Gabiel Romanelli, párroco argentino de la única parroquia católica de la martirizada Gaza, donde la guerra iniciada el 7 de octubre del año pasado ha causado ya alrededor de 44 mil muertos y más de 90 mil heridos palestinos, dijo al diario vaticano L’Osservatore Romano, que se acercan a la Iglesia tropas israelíes y temen que quieren evacuarlos hacia el sur.
El padre Romanelli dijo que hay “una gran tensión en nuestra comunidad”. Destacó que “la sede de Caritas y nuestro centro de formación San Tomas de Aquino, se encuentran a cuatro kilómetros al norte de aquí y ya han recibido la orden de evacuación hacia el sur”.
“Nuestras familias están atemorizadas pero no quieren dejar sus casas. ¿Por qué deberíamos abandonar nuestras viviendas? Ninguno de nosotros (los católicos) está involucrado en el conflicto”, afirmó el sacerdote.
“No sé qué sucederá”, reconoce el párroco de la única iglesia católica existente en toda la Franja de Gaza. Cree que “terminaremos amontonados con más de dos millones de palestinos que no tienen más nada y viven en las tiendas”.
“Espero que nuestra situación sea conocida en Occidente”, pide. El padre Romanelli agregó que confiaba como siempre en que la Iglesia intervendrá.
Apoyo del Papa Francisco
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El Papa ha llamado casi todos los días desde que comenzó la guerra para informarse de la situación cada vez más precaria de la comunidad de católicos de Gaza.
El sacerdote insistió: «No queremos dejar nuestra parroquia”, rodeada por buena parte de la comunidad católic, que eran cientos de católicos pero están en parte dispersos.
El sacerdote afirmó que “los cristianos que quedamos somos de las comunidades parroquiales católicas, con centro iglesia de la Sagrada Familia, y de la comunidad cristiana ortodoxa”.
El padre Romanelli informó al diario vaticano que “no hay pausa: día y noche sentimos el ruido de las bombas y los helicópteros que provienen de la zona a noroeste de nosotros, hacia Jabalia y Shita, donde vivían aún algunas familias cristianas. Allí hubo una órden taxativa de evacuación”.
En la entrevista no se habló de las dos monjas peruanas hermanas mellizas, María del Perpetuo Socorro y María del Pilar Llerena Vargas, que cuidaban como podían a los fieles refugiados en la parroquia, en un ambiente de notable y creciente escasez de agua y víveres.
Las monjas pertenecen al Instituto del Verbo Encarnado, fundado en la Argentina y hoy activo en 27 países. También el párroco Romanelli pertenece al Instituto.
Ambas monjas habían sido entrevistadas hace un año por la BBC mundo, cuando en Gaza se vivía el infierno. Los milicianos de Hamas lanzaron el 7 de octubre de 2023 un ataque por sorpresa que dejó 1.400 israelíes muertos, la mayoría civiles, y más de 200 secuestrados, que de hecho fue el comienzo de la guerra combatida y ampliada hasta ahora.
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Las dos monjas peruanas no querían abandonar la parroquia y la embajada de Perú en Egipto inició gestiones para obtener que pudieran ser evacuadas.