Palmeiras venció a River por 3-1 este miércoles por la noche en el Allianz Parque de San Pablo, en el marco de la vuelta por los cuartos de final de la Libertadores, y se metió a las semis con un global de 5-2. Tras la clasificación, Abel Ferreira, DT del Verdao, fue consultado por el arbitraje tanto en la ida como en la vuelta, luego de las protestas que los jugadores del Millonario y Marcelo Gallardo le hicieron al juez Andrés Matonte culminado el partido.

«Entiendo perfectamente a Gallardo, lo entiendo perfectamente. Ya pasé por ese lado. Todo el mundo se debe olvidar aquí, cuando jugamos con Boca, acá en nuestra casa (NdeR: en aquel momento él y Palmeiras se quejaron por el poco tiempo de adición antes de los penales, también con Matonte como árbitro). Pero yo no me olvido. Tengo muy buena memoria y cuando las cosas no salen como quiero, las apunto. Soy bueno de memoria, pero cuando quiero estar seguro de no olvidar, apunto todo», expresó en principio Ferreira.

Y luego, dejó en claro que, para él, el arbitraje en esta serie fue igual para ambos: «Pero entiendo, creo que el árbitro fue igual para los dos bandos. Acertó unas, se equivocó en otras, pero sinceramente, en mi opinión, no tuvo influencia en el resultado».

«En el partido de allá nosotros también podemos tener quejas, las amarillas, en fin… Nadie es perfecto y no voy a estar aquí haciendo de defensor de nadie, porque yo tampoco soy perfecto», completó.

Culminado el partido, los jugadores se le fueron al humo a Matonte y le reclamaron por lo que pasó antes del 2-1 de penal de José López. Desde River entendían -y correctamente- que no había mano previa de Facundo Colidio ni falta de Marcos Acuña -expulsado por doble amarilla- en la falta dentro del área que luego el ex Lanús canjeó por gol.

Así, tras el pitazo final, los jugadores del Millo fueron a increpar al juez uruguayo, que rápidamente fue rodeado por efectivos policiales. La cuestión no pasó a mayores a pesar de la calentura evidente de algunos futbolistas, como el caso de Maxi Salas. Más calmo, pero sin estar de acuerdo con los fallos arbitrales, se vio a Gallardo protestarle al charrúa «por las chiquitas» en relación a jugadas del partido y, también, decirle sin pelos en la lengua «condicionaste un partido al pedo».

«El árbitro no supo manejar el partido y, en esa confusión, le dimos ventaja al rival. No puede pasar. El árbitro sintió la presión. Lo llevaba bien y algunas cosas cambiaron en el segundo tiempo», señaló Gallardo en conferencia.

Sin embargo, lejos de enfocar la eliminación en el juez charrúa, no dudó en mirar hacia los suyos: “Hay que hacernos cargo de los errores nuestros. La serie estuvo en los detalles de atención. Conocíamos la jerarquía del rival y ellos también la nuestra”.

En este nivel de exigencia, las desatenciones son fatales. Como sucedió en el cabezazo solitario de Vitor Roque y en el pique de Facundo Torres, al margen de la errónea decisión arbitral. “Son distracciones. Cuando jugás series cerradas, en estas situaciones está la diferencia que en juego no la hubo. Baja el nivel de tensión, se te va de las manos y en estas series, lo podés pagar caro”, agregó el Muñeco, autocrítico con los suyos.