Qué final terminaron regalando Barcelona y Real Madrid. Será una que quedará grabada a fuego en la historia de la Copa del Rey. Fue una que tuvo de todo. Afuera, polémica en la previa, con llantos del juez Ricardo De Burgos y hasta la amenaza del Merengue de no presentarse a jugarla. Adentro, un partido inolvidable. Con cinco goles, un tiempo para cada uno y un resultado que no paró de darse vuelta hasta que se cumplieron 120 minutos de juego. Terminó ganando 3-2 el Barsa por detalles. Porque la final estuvo para cualquiera. Los dos lastimaron y se dejaron lastimar. Pero los dos, a su vez, fueron dignos de una final con todas las letras. Si antes del inicio habían empañado la definición en Sevilla, en el durante se reivindicaron. Fue fútbol total. Cada uno con su estilo, pero sin guardarse nada.

De inicio, el equipo de Flick arrasó al de Ancelotti. La primera media hora fue toda del Barcelona. Tenía la pelota y cuando la perdía la recuperaba de inmediato y bien arriba. Al Real se le complicaba pasar la mitad de cancha. Apenas se contabilizó algún pelotazo al solitario Vinicius. El 1-0 estaba al caer. Tardó 28 minutos, que fue cuando Pedri llegó desde atrás por el centro del campo y metió un derechazo al ángulo. Parecía que los catalanes iban a repetir lo sucedido en enero, cuando le habían metido cinco al Real por la Supercopa de España. Porque era todo de ellos. Desde un Yamal y Ferrán Torres intratables hacían valer sus piernas llenas de juventud y fútbol intenso. Pero la ventaja mínima al descanso dejó con vida a un equipo con nombres pesados y una camiseta con mística.

Ancelotti no esperó. De entrada mandó a Mbappé para jugar el ST y cambió el partido. No fue titular porque venía de una lesión, pero tardó muy poco en marcar diferencias. Al ratito nomás también se metió Modric entre los 11 y el Madrid fue protagonista. El Barsa ya no corría como antes y le quemaba la pelota. La experiencia empezaba a jugar su partido.

Szczesny ya era figura hasta que en un tiro libre no cubrió su palo y Kylian se avivó: palo y gol. Siete minutos después, Tchouameni la metió de cabeza y puso el 2-1. Faltaban 13’ y era todo merengue. Pero se dio lo mismo que en el PT. El Real no lo liquidó y en una jugada aislada llegó el 2-2: genial asistencia de Yamal, salida en falso de Courtois y Torres lo empató faltando seis para el final. Fueron al alargue ya con un cambio menos y con los penales como una opción real. ¿Qué pasó? Faltando 4’ Koundé sacó un derechazo tras una mala salida del Madrid y puso el 3-2. Locura en Barcelona, que ganó el clásico y la Copa del Rey.