DEPORTE
Barcelona venció 1-0 a Atlético de Madrid del Cholo Simeone y jugará la final de la Copa del Rey

Barcelona jugará la final de la Copa del Rey. Foto: EFE
Con un gol de Ferrán Torres, Barcelona derrotó 1-0 a Atlético Madrid de Diego Simeone y jugará la final de la Copa del Rey ante Real Madrid.
Lanzado por un primer tiempo concluyente, ganador por un pase de Lamine Yamal y un gol de Ferran Torres en el minuto 27 y resistente cuando el duelo lo exigió en la segunda parte, el Barcelona alcanzó la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid, entre los complejos iniciales del Atlético de Madrid y una reacción insuficiente después.
El más campeón de todos en este torneo, 31 veces vencedor, se ganó un puesto el próximo 26 de abril en el duelo decisivo en Sevilla en la primera parte. En la conexión entre Lamine y Ferran, beneficiados por la duda persistente y decisiva de Musso en su salida. La acción decisiva que dejó sin nada al Atlético de Madrid, rebelado en la segunda parte, pero reducido de ocasiones. Ni un remate entre los tres palos, más allá de un gol anulado. Y ya sin Copa del Rey, sólo le queda el Mundial de Clubes.
Ya antes del primer minuto, Giménez se empleó a fondo, lanzado al suelo, para frustrar la primera ocasión del Barcelona, sin Lewandowski sobre el césped, suplente en beneficio de Ferran Torres. Un anuncio de todo lo que se le venía encima al Atlético de Madrid. El equipo lo padeció, siempre tarde en cada sector, a destiempo, desbordado, todo el primer tiempo.
La afición lo sintió, callada, temerosa, consciente de que, bajo esas premisas, era una quimera superar a un equipo como el azulgrana, que surgió en el Metropolitano con una ambición ingobernable, con un talento imparable, con la convicción de un bloque cuya fuerza es desmedida e incontenible. A ese ritmo y con espacios, es formidable.
Cada carrera de Lamine Yamal, cada quiebro en su perfil, cada giro hacia el medio, cada combinación con Ferran Torres, cada aparición de Raphinha (dos entradas sobre él provocaron dos amarillas a Azpilicueta y De Paul en menos de cuarto de hora), cada desmarque, activó el ciclón azulgrana para poner en jaque al Atlético, superviviente un rato, a duras penas, relegado a una defensa atolondrada, sobrepasada casi siempre.
Primero fue Giménez, después tres veces Le Normand, más tarde la falta de tino y el nudo en la garganta del aficionado atlético que provocó un zurdazo de Lamine Yamal. La sensación inequívoca del futuro gol del Barcelona. Una lección que, en cualquier caso, necesitó siempre de la duda del Atlético, personificada en Musso… Como en la ida.
Cierto que el pase de Lamine Yamal, otra vez, fue maravilloso, como tantos y tantos que ofrece a sus compañeros. También que el desmarque de Ferran Torres, indetectable, fue perfecto, igual que nada habría ido más allá de haber sido más atrevido, menos contemplativo, menos miedoso, más rápido el portero argentino en su salida. Reaccionó tarde y mal a un balón que debió ser suyo. Ferran sólo tuvo que sortearle con facilidad.
El 0-1 en el minuto 27. Incontestable el Barcelona, un mazazo para el Atlético, preso de un continuo ataque de nervios en cada lance dentro de su área en toda la primera parte, limitada en los remates en el otro área a un cabezazo alto de Reinildo. Fuera de los tres palos. Ningún tiro local de la primera parte alcanzó el marco de Szczesny. No hubo forma.
Simeone le dio vueltas a su plan. No le salió el inicial. Tampoco el segundo que propuso (Llorente al medio, Giuliano al carril derecho y De Paul escorado a la izquierda). Ni siquiera el tercero (Llorente en punta, Griezmann a la banda izquierda y de Paul de nuevo al medio), entre la bronca por las tarjetas recibidas del árbitro (cuatro antes del descanso) dentro y fuera del campo, entre el miedo anterior y la rabia posterior del Metropolitano.
No supo meterle mano Simeone al partido en el primer tiempo, desbordado completamente en el aspecto táctico por Flick y sus muchachos, en un nivel absolutamente superior en la primera mitad. Con balón y sin él. En ataque y en defensa. En lo táctico, en lo físico, en la precisión… En todo lo que importa en un partido de fútbol.
De vuelta al vestuario, el técnico del Atlético propuso el enésimo plan. Adentró en el terreno, para rebelarse contra el panorama opresivo del encuentro, a Sorloth, Lenglet y Galán para prescindir de Giuliano, Azpilicueta y Reinildo. El primer efecto fue una ocasión de Griezmann, que remató fatal, al medio, a servicio de Sorloth. Era fuera de juego.
Un síntoma de reacción, la primera duda del Barça, la esperanza de la afición del Metropolitano, que se echó las manos a la cabeza cuando Sorloth mandó al lateral de la red una gran ocasión. Era otro Atlético. Más intenso, mejor posicionado, más seguro, menos acomplejado, más vertical, más ofensivo, más incisivo… Y con Llorente de central. La quinta demarcación en una hora de encuentro para el madrileño.
Le miró de igual a igual el Atlético, entonces, al equipo azulgrana, que encaró el segundo tiempo mucho más preocupado que en todo el primer acto. Ya exigido. Hasta el punto de que Flick movió dos fichas. Una declaración de intenciones, sobre todo la primera. Quitó a Fermín para poner a Araujo para competir con Sorloth. También reemplazó a Cubarsí para jugar con Eric García.
El Atlético insistió. Un gol anulado por fuera de juego a Sorloth activó ya definitivamente la alarma del Barcelona. Flick recurrió a Lewandowski. A su mejor goleador. En el minuto 73. Y decayó el equipo rojiblanco, que necesitaba más de Julián Alvarez y mucho más de Griezmann en esa ofensiva desesperada sofocada por los azulgrana, con Araujo providencial en los últimos instantes, rumbo a la final, mientras lidera LaLiga y compite en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Con esta victoria, Barcelona se enfrentará en la final de la Copa del Rey a Real Madrid, que el martes pasado derrotó a Real Sociedad.
Barcelona,Atlético de Madrid,Copa del Rey
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La picante respuesta de Alexander Barboza a un hincha de Botafogo: «La próxima le dejo hacer gol»

Alexander Barboza, central argentino del Botafogo, cruzó por Instagram a un hincha que lo criticó luego de la derrota del Fogao ante Cruzeiro en el Brasileirao. Su equipo cayó 2-0 y se ubica en la séptima ubicación del campeonato. Barboza fue amonestado a los nueve minutos tras una mala salida y un hincha lo criticó en redes, pero el defensor no dejó pasar la situación.
Barboza le respondió a un fanático en redes
«Dejemos de recibir tarjeta amarilla en todos los partidos», escribió un hincha en el posteo del defensor. El ex River e Independiente lo cruzó: «Muy bien, amigo. La próxima vez dejaré que el jugador controle el balón y entre al área para marcar el gol. Abrazo». El hincha borró el comentario minutos después.
La crítica viene no solo por la amonestación en la derrota por Cruzeiro, sino por las amarillas que viene recibiendo el defensor campeón de la Libertadores en la temporada. En 27 encuentros recibió amarilla en 14 oportunidades. Fue expulsado una sola vez, por doble amonestación en el torneo Carioca.
Botafogo en el Brasileirao
Tras perder con Cruzeiro en condición de local, el último campeón de la Libertadores y Brasileirao se ubica séptimo en el campeonato. Está a 11 puntos del líder Flamengo, en puestos de clasificación a Sudamericana. En el horizonte aparecen dos partidos de visitante ante Bragantino y Fortaleza, antes de jugar contra Liga de Quito por los octavos de la Copa.

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Alexander Barboza,botafogo
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Mauro Icardi y la paloma: la increíble anécdota que protagonizó en La Masía de Barcelona

En las inferiores de los clubes ocurren mil y una historias. Las jóvenes promesas de un club comparten más que entrenamientos o 90 minutos de partido. Y hay algunas vivencias son increíbles. Esta es una de ellas…
Sergi Gómez, jugador español surgido de La Masía del Barcelona, contó una inédita anécdota de sus días en las inferiores del club junto al argentino Mauro Icardi. El actual centrodelantero del Galatasaray, polémico en los últimos años por su vida mediática, llegó al club blaugrana muy joven y compartió mucho tiempo con el ex defensor del Espanyol.
Sergi Gómez y la surrealista anécdota de Mauro Icardi
En diálogo con Post United, el central relató una imperdible historia con el nueve argentino. «Mauro Icardi llega a La Masía y somos compañeros durante tres o cuatro temporadas. En una de ellas vivimos juntos en un piso con Marc Muniesa y Sergi Roberto, éramos cuatro», contextualizó el español.
«Me acuerdo que me dice, ‘Sergi, ven conmigo, vamos aquí al parque de al lado’. Justo en La Masía al lado hay un parque con árboles muy altos. Veo que trae una madera que estuvo cortando el día anterior en forma de y. Veo que le pone ahí una goma bien dura enganchada. Que se hizo un tirachinas (Ndr: en Argentina se conoce como honda o resortera) a mano, fue a la ferretería a comprar la goma y todo», continuó.
Desde luego, la anécdota (en El After) siguió. «Le digo: ‘¿Pero qué haces?’. Y dice, sí, acompáñame. Me dice: ‘¿Ves ahí arriba del todo’. Era un árbol de 20 metros o 25 metros. Le digo: ‘Sí, veo que es un pino y que tiene sus piñas, ¿no?’. Dice: ‘No, no, más arriba’. Y había una paloma, pero que te lo juro que no se veía la paloma».
«Agarró una piedra y me acuerdo que estira así (Ndr: hizo el movimiento típico con sus manos) y hace ‘plas’ y veo que cae una paloma de 20, 30 metros de arriba. ‘¿Pero qué haces, Mauro?’, le digo. Volvimos a La Masía. Le sacó todas las plumas, le abre una percha de alambre, la pasa por dentro, enciende una hoguera, la cocina y se la come delante mío», contó el jugador entre risas.
El español recordó cómo fue su primera impresión después de ver toda esa escena. «Recuerdo que digo: ‘La que me espera de aquí en adelante si ya no vamos a empezar así’. Delante de mí. Se cargó una paloma, la cocinó y se la comió. Literal, Mauro Icardi. Le tengo mucho aprecio, vivimos muchísimo tiempo juntos y si ve esto sabe que eso lo tengo en el corazón», cerró.
La carrera de Sergi Gómez
Si bien se formó en el Barcelona y jugó el el filial del equipo culé -el Barcelona Atletic- Sergi Gómez solamente disputó un encuentro con el primer equipo. Fue en la final de ida de la Supercopa de España 2010, en ese partido jugó Lionel Messi y el Barsa cayó 3-1. Luego ganó 4-0 en la vuelta y se consagró campeón, pero Gómez no fue parte de los once.
Ante la falta de minutos dejó el Barcelona y pasó al Celta de Vigo. Tras 115 partidos en el conjunto celeste se fue a Sevilla donde conquistó la Europa League. Despúes recaló en Espanyol, el clásico rival de Barcelona en la ciudad. Finalizó su contrato en julio de este año con el equipo Periquito y desde entonces es jugador libre.

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Neymar récord: el fichaje más caro de la historia por más tiempo

Año tras año, mercado tras mercado y millones tras millones; el monto que pagó el PSG por Neymar se sostiene como el top. La transferencia del brasileño desde el Barcelona al club francés ya es la que más tiempo acumula como la más cara de la historia. Los números son contundentes y Ney tiene el récord.
En 2017, Neymar aún vestía los colores del Barcelona y formaba un legendario tridente de ataque con Lionel Messi y Luis Suárez. No obstante, el jugador era pretendido por gigantes europeos temporada tras temporada y se temía mucho su salida desde Cataluña. «Se queda«, llegó a postear con una foto juntos Gerard Piqué, asegurando que el brasileño no se iba a ir a ninguna parte. Pero, eso no pasó. La frase, para el recuerdo de todas formas.
Menos de dos semanas después y un día más tarde de firmar su contrato, Ney fue presentado en el Parque de los Príncipes. Había cambiado de casa y el PSG había pagado 222 millones, la cláusula. Desde ese momento, pasaron ocho años y un día. El hito jamás pudo ser superado, ni estuvo cerca de serlo.
En el medio pasaron dos Mundiales, el boom del fútbol árabe y miles de hechos. Incluso, se produjeron los fichajes más caros de la historia de la Premier League (Florian Wirtz al Liverpool por 125 millones), Serie A (Cristiano Ronaldo a la Juventus por 117 millones), La Liga (Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé al Barcelona por 135 millones) y la Bundesliga (Harry Kane y Hugo Ekitiké al Bayern de Múnich por 95 millones).
Lejos de sus días de gloria, el paulista hoy lidera a un Santos que no vive un buen momento y se encuentra en el fondo de la tabla del Brasileirao.
Maradona, el quinto más caro por más tiempo
«¿Dónde firmo?«, eso mismo podría decir uno al escuchar que el Barça compró a uno de los mejores de todos los tiempos a mediados de 1982 por solo 7,3 millones de euros (cotización actual calculada por Transfermarkt, ya que esa moneda no existía). Un regalo considerando las cifras que se manejan en los mercados contemporáneos. Sin embargo, ese pequeño monto, a día de hoy, fue estratosférico en su tiempo. Maradona supo ser el más caro del mundo. El récord duró cuatro años exactos. Actualmente, ese lapso lo ubica como el quinto futbolista que más tiempo estuvo como el traspaso más costoso de la historia.
Cristiano, el galáctico 2.0 que brilló
«Hoy damos la bienvenida a su nueva casa, hoy recibimos a Cristiano Ronaldo«, exclamó Florentino Pérez un 6 de julio de 2009. Al segundo, el Santiago Bernabéu estalló de emoción y gritos coreando su nombre empezaron a sonar mientras el Bicho entraba al campo de juego con los brazos en alto. El portugués fue el primero en arribar de los Galácticos 2.0 que Florentino armó en aquel mítico mercado veraniego. Luego Xabi Alonso, Kaká y Benzema; pero primero Cristiano: fueron 94 kilos, como dirían los españoles. El más caro de la historia. Un hito que duró cuatro años, un mes y 26 días.
Vialli, un killer cotizado
Matador como pocos, Gianluca Vialli fue uno de los grandes delanteros italianos de la Serie A durante los años ochenta y noventa. Con la Sampdoria hizo 141 goles y ganó cinco trofeos. Entonces, no fue de extrañar que la Juventus lo convirtió en el más caro de todos cuando desenfundó 20,6 millones de euros durante 1992. Su tiempo en la cima como el más cotizado duró cinco años.
Un Real de Zine, actúa Zizou
«Un Real de Zine» titularon medios locales cuando Zinedine Zidane aterrizó en la Casa Blanca. No se trataba de un republicano o un demócrata, sino de un ganador del Balón de Oro. Por el francés se desembolsaron 77,8 millones en 2001, un récord que duró siete años, 11 meses y 27 días. El paso del volante ofensivo por España quedó marcado por una volea mágica, una Champions y el segundo mayor tiempo como el más caro del mundo.

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