El Ascenso siempre regala momentos inéditos, curiosos y que dan que hablar en el mundo fútbol. Sin embargo, esto no solo sucede en Argentina, sino también en el resto del mundo. De hecho, Inglaterra es un claro ejemplo de ello.

El Wembley FC debía medirse frente a Spelthorne Sports el pasado lunes en un partido correspondiente a la División Uno de la Liga Combinada de Condados, un torneo semiprofesional que equivale a la Novena División. No obstante, el duelo se suspendió por un motivo insólito.

Previo a que el encuentro comience, el árbitro revisó el terreno de juego y dictaminó que no se podía disputar porque las condiciones no eran las adecuadas ya que el campo contaba con la presencia de excrementos de ganso. Increíble…

«Antes del saque inicial, el árbitro dictaminó que el campo del Spelthorne Sports no era apto para jugar debido a la considerable presencia de excrementos de ganso», compartió el conjunto de Londres en su cuenta oficial de X, lo que provocó la respuesta de algunos usuarios: «¿Echó un vistazo al terreno primero?»; «¡Qué situación de mierda!» y «¿Han gritado ‘juego de gallinas’?», fueron algunas de las respuestas.

En enero de este año, el West Allotment Celtic y el Seaham Red Star se enfrentaron por la Northern Football League Division One pero también tuvo que ser suspendido por el mismo motivo 20 minutos antes que la pelota rodara.

«Nuestras más sinceras disculpas a aquellos que hayan asistido al partido esta noche, por favor quedaos con la entrada porque intentaremos solucionar la decepción de esta noche. Para aclararlo, excrementos de ganso han sido encontrados en el césped durante el calentamiento, algo que no había ocurrido nunca», publicó uno de los equipos en aquel entonces.

Luego, agregó: «Tras advertirlo su entrenador, el árbitro consultó a ambos club, preguntándoles si deseaban seguir adelante con el partido. Nosotros no teníamos problema, pero el Seaham decidió que la superficie era insegura y que no querían jugar. Como resultado de esto, el partido se ha suspendido».

La temporada 2025/26 de la Premier League ya está en marcha y, entre los equipos que prometen ser protagonistas, el Chelsea se perfila como uno de los grandes animadores. Los Blues llegan con la chapa de recientes campeones del Mundial de Clubes, una política de fichajes ambiciosa y la presencia de una de las figuras más destacadas del Europa: Cole Palmer.

Justamente, el delantero inglés estuvo de fiesta en las últimas horas. En Londres, se está celebrando el Carnaval de Notting Hill, una fiesta en las calles de la capital inglesa dirigida por miembros de la comunidad afrocaribeña británica que reúne a un millón de personas al año. Allí estuvo Palmer, pero disfrazado de una forma más que peculiar.

Según la foto que compartió el propio Cole, el 10 de los Blues llevaba un sombrero extravagante con rastas falsas incluidas, un barbijo negro, unos lentes de sol y una camiseta negra. El británico, siempre que puede, muestra con orgullo sus raíces caribeñas.

El crack tiene una conexión muy especial con San Cristóbal y Nieves, a más de seis mil kilómetros de Stamford Bridge, donde la rompe con el Chelsea. Su abuelo paterno nació en este lugar. La familia de Palmer emigró rumbo a Manchester mucho antes de que él naciera. El jugador del Chelsea viajó junto a su familia a la isla luego del MdC y fue recibido por el primer ministro del país, Terrance Drew.

El primer ministro publicó un video donde se ve cómo recibe a Palmer, intercambian palabras y le regala la camiseta de la selección que pertenece a la Concacaf. También participó de un evento deportivo y se sacó fotos con los habitantes de la isla. San Cristobal y Nieves tiene una extensión de 261 kilómetros cuadrados, está rodeado en su totalidad por el océano Atlántico y su población no supera los 55 mil habitantes.

Por más que el jugador haya nacido y juegue con la selección inglesa, nunca se olvidó de sus raíces. Sumado a esto, encontró una forma especial de honrar ese legado. En sus botines, Palmer lleva la bandera del país de su abuelo, junto a la de Inglaterra y un emoji que hace alusión a su festejo característico.

El zurdo de 23 años nació en Manchester y se formó en las inferiores del City. Sin lugar en el equipo de Pep, en 2023 pasó al Chelsea a cambio de 47 millones de euros. Palmer tuvo en la temporada que se terminó su año de explosión. Jugó 52 partidos, metió 18 goles y repartió 14 asistencias. Consiguió la Conference League y el Mundial de Clubes, donde fue elegido mejor jugador de la final y del torneo.