Dibu Martínez podría quedarse en su zona de confort en Birmingham, viviendo en la misma casa de los últimos cinco años, no cambiando de colegio a sus hijos y cobrando el jugoso contrato que tiene con Aston Villa hasta junio de 2029. Pero el arquero de la Selección siempre quiere dar un paso más adelante en su carrera y por eso puede romper toda esa comodidad por el solo hecho de seguir creciendo, de marcar aún más la historia de un puesto en el que ya ganó varios trofeos individuales, como en el Mundial de Qatar o en las galas de los The Best y el Balón de Oro.

Su futuro todavía no está claro. Quizás si Aston Villa se clasifica a la próxima Champions (debe ganar el fin de semana que viene ante el United y esperar otros resultados), la emoción de Emiliano en el último partido de local solo será una anécdota. Pero si los Villanos no se meten en el torneo top de aquel continente es muy factible que el domingo 25 de mayo sea la última función defendiendo el arco del equipo que lo pagó 20 millones de dólares allá por el 2020.

Dibu busca progresar y desea jugar en un equipo protagonista, que tenga obligaciones de salir campeón. Ahora vendrá el tiempo del mercado de pases y habrá que ver qué ofertas son tentadoras para el club -necesita hacer caja- y para el futbolista. En la temporada previa al Mundial 2026, el arquero buscará seguir en la elite y no se dejará tentar por los millones de Arabia Saudita.

El ídolo de la Selección va por más. En el arco de la Scaloneta -quiere llegar al récord histórico de vallas invictas y lograr un nuevo Mundial- y también en su próximo destino, si es que finalmente se va del Aston Villa. Si equipos de primera línea de Europa llaman a su puerta, él seguirá con el mismo instinto que cuando se fue de Mar del Plata a los 13 años: dejará todo para ir por más gloria.