Fue la figura que acaparó todas las miradas. El imán que cautivó a las 48.500 personas presentes en el estadio 11 de noviembre y de los casi 38.000.000 habitantes de Angola que celebraron los 50 años de la independencia del país con un invitado estelar. Lionel Messi no defraudó: con una asistencia y un gol generó los aplausos de los locales. La cancha entera se rindió a sus pies antes, durante y después del partido.

Leo revolucionó Luanda desde que aterrizó el jueves. Fue recibido por una multitud en el hotel de la concentración y los angoleños lo ovacionaron en la ruta cuando el micro lo trasladó a la cancha. En la previa al partido lo homenajearon en pleno terreno de juego cuando el presidente del país africano, Joao Lourenço, bajó al césped para entregarle una condecoración especial que aludía al aniversario de la descolonización del país africano. La presencia del futbolista de Inter Miami fue una cuestión de estado,

De entrada, Leo descerrajó un remate que obligó al arquero, Marques, a mostrar sus reflejos. Una atajada que los hinchas celebraron como si se hubiese tratado de un gol propio. El crack rosarino luego tuvo un disparo alto tras un pase de Almada. Y antes del cierre del primer tiempo aportó una intervención crucial al asistir a Lautaro Martínez para que el delantero del Inter de Italia abra el partido.

Ya en el complemento, Lautaro devolvió gentilezas y le convidó la pelota a Messi, quien calibró la mira y sentenció la victoria con un zurdazo que conjugó potencia y precisión. El gol fue aplaudido incluso por los hinchas locales, que en algunos casos lucieron la camiseta albiceleste del capitán de la Scaloneta. Fanáticos que lo habían ovacionado cuando desbordaron la ruta por la que transitó el micro que llevó al seleccionado al estadio.

De esta forma, Leo llegó a su grito número 115 y su 60° asistencia en los 196 partidos que lleva disputados en la Selección Argentina. Además, fue el gol 895 en su carrera, en la que suma 401 asistencias. Los registros delatan que su talento y su zurda mágica todavía son inoxidables y resisten el paso del tiempo. En lo que va del 2025 ya metió 45 goles. Las estadísticas son propias de un extraterrestre que, a los 38 años, continúa incrementando sus alforjas ya no desde la lozanía de la juventud, sino a partir de la sapiencia, capital intangible que le concede su experiencia.

“Orgulloso de seguir representando a mi país y de defender la celeste y blanca”, publicó Messi en su cuenta de Instagram una vez consumada la victoria frente al seleccionado africano. Con algunas pinceladas, Leo dio su show en África.

Tras del escándaloque sacudió la presentación de su libro » Matar a Rubiales«, se confirmó la identidad del agresor que interrumpió el acto en Madrid y le arrojó huevos al ex presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. No se trató de un manifestante anónimo ni de un opositor político: quien atacó a Luis Rubiales fue su propio tío, Luis Rubén Rubiales López, hermano menor de su padre.

El agresor irrumpió encapuchado en plena presentación y lanzó huevos hacia el escenario mientras insultaba al ex dirigente. El episodio generó caos en el auditorio y obligó a la intervención inmediata de la seguridad. Minutos después, la Policía Nacional lo detuvo y lo identificó formalmente.

Según el informe policial, Luis Rubén fue arrestado por “ daños”, ya que en medio del ataque rompió una pantalla valuada en 20.000 euros. Para Rubiales, lejos de ser un desconocido, su tío es alguien a quien reconoció de inmediato y de quien aseguró que » siempre fue una persona conflictiva«.

» Estaría bien que se le tomaran los datos. Así vemos quién es y realizamos la correspondiente denuncia«, mencionó el canario unos segundos después del acalorado acontecimiento. Además, el expresidente de la RFEF agregó: » La suerte es que me han parado. No sé si tenía un arma o algo. He visto a una mujer embarazada con dos niños pequeños. He pensado en los niños. Si llego a agarrarlo, estaríamos ahora en otra situación. Me he asustado mucho. Son amigos míos. Todos nos hemos criado juntos y me he asustado mucho».

A su vez, Rubiales también se tiró flores y reivindicó su figura: » A mí, que me tiren huevos, la verdad es que me da igual. En este país no sé qué porcentaje hay de gente que me tiraría huevos, y otros flores, porque soy uno de los pocos que se atreve a contar la verdad, ese es el motivo del libro». Con estas palabras, el español explicó que en su nueva obra contó la » trama del poder» detrás de su salida de la Federación en 2023 y la «verdad» del escándalo con Jennifer Hermoso.

Mientras atraviesa las semifinales del torneo mexicano con Tigres, Jenni Hermoso volvió a ser blanco de agresiones en redes sociales. Tras las polémicas declaraciones de Luis Rubiales en El Chiringuito el pasado miércoles, donde insistió en que no pide perdón porque “ella dijo ‘vale’”, la futbolista recibió nuevos mensajes privados cargados de insultos y amenazas en Instagram.

Hermoso decidió hacerlos públicos, denunciando que no es la primera vez que enfrenta este tipo de violencia. Junto a la captura de los mensajes, escribió: » Seguimos para bingo. Que se le vea bien la cara a esta gente, que con niños en fotos es capaz de hacer estas cosas«.

El episodio ocurrió en agosto de 2023, durante los festejos por el título de la Selección femenina de España en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. En plena celebración, el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tomó de la cara a Jenni Hermoso y la besó en la boca sin consentimiento, un gesto que quedó registrado por las cámaras y generó una inmediata y masiva condena pública.

Lo que inicialmente pareció un acto impulsivo terminó siendo considerado una agresión sexual, lo que abrió una causa judicial que avanzó durante dos años. La justicia española terminó imponiéndole a Rubiales una multa de 18 meses (10.800 euros) y una indemnización de 3.000 euros a la futbolista por daños morales. Además, se le prohibió acercarse a Hermoso a menos de 200 metros.

El escándalo derivó en la salida forzada de Rubiales de la Federación y provocó una fuerte crisis institucional. En sus apariciones mediáticas posteriores, el ex dirigente sostuvo que todo fue un “ malentendido”, alegó que Hermoso habría dado consentimiento (algo que la sentencia no avaló) y denunció presiones políticas.