Hace 80 años, en el fútbol argentino, los jugadores del River post La Máquina fueron bautizados como «los caballeros de la angustia». ¿El motivo? Eran superiores a sus rivales pero ganaban casi siempre en los minutos finales de los partidos. Hoy, algo similar se vive en la Premier League con el Liverpool. El vigente campeón del fútbol inglés tiene puntaje ideal en el arranque de esta temporada pero con una curiosidad: ganó los cuatro partidos en los últimos minutos, de manera agónica.

Los 12 puntos sobre 12 en juego que sacaron los dirigidos por Arne Slot provocaron que los Reds sean los únicos punteros de la actual Premier. Y así ya están en carrera para defender el título logrado la temporada pasada. Pero la realidad, más allá de los números, es que futbolísticamente todavía no están al nivel del anterior torneo y la prueba está en que ganaron sobre la hora sus cuatro partidos. Sí, sin sobrarle nada. Mirá:

En el arranque de este torneo, el Liverpool recibió al Bournemouth. Hasta el minuto 87, el partido estaba 2-2 (Ekitike y Gakpo para el local; dos de Semenyo para el visitante) y todo parecía que iba a terminar en empate. Pero a los 88′, Federico Chiesa puso el 3-2 y a los 94′, Salah marcó el 4-2 final.

En la segunda jornada fue de visitante ante el Newcastle. Como ocurrió en el estreno, el Liverpool se puso 2-0 arriba (Gravenberch y Ekitike) pero su rival se lo empató. El gol agónico llegó en el minuto 100 por intermedio de Rio Ngumoha, el juvenil de apenas 16 años que ese día hizo su debut en la Premier.

Partidazo de ajedrez contra otro de los firmes candidatos al título y actual segundo en la tabla, el Arsenal de Arteta. Todo indicaba que nadie movería el 0 a 0, pero en el minuto 83, faltando siete para el final, el húngaro Szoboszlai la clavó de tiro libre para darle el triunfo a los Reds en Anfield.

Parecía un partido accesible para el Liverpool. Ante un equipo que se ubica en los últimos puestos de la tabla, la visita no se veía riesgosa. Pero hasta el minuto 92, el encuentro estaba 0 a 0. Hasta que Hannibal abrió el brazo dentro del área en un centro de Frimpong, la pelota le rebotó a la altura del codo y el árbitro cobró penal. Salah se encargó de poner el 1-0 final.