Partidazo. A veces es cruel que semejante partido se vea interpelado por una jugada tan poco futbolística. Claro, lo cierto es que no se podrá culpar a los árbitros, ya que se trata de una realidad técnica que nada tiene que ver con el espíritu natural del deporte. Cuando el Barcelona y el Inter empataban 3-3 en Montjuic, los italianos encontraron el 4-3 en los pies de Henrikh Mkhitaryán, que apareció por el segundo palo tras un gran centro de Denzel Dumfries. Sin embargo, el juez de línea anuló el tanto para que minutos después sea el offside semiautomático quien confirma la sentencia inicial de la línea.

Está claro que el triunfo pudo haber sido para cualquiera, incluso el Barcelona pudo haber merecido algo más que los italianos. Pero lo cierto es que los de Simone Inzaghi habían encontrado la ventaja nuevamente en los pies de Mkhitaryán, que aprovechó una jugada en la que los catalanes habían quedado mal parados para poner el 4-3.

Tras un gran centro de Dumfries, el armenio apareció en soledad por la banda izquierda del ataque del Inter para decretar la ventaja de los de Inzaghi. Sin embargo, la alegría duro apenas un suspiro. Es que tras el festejo del enganche, el VAR cobró offside a instancia del offside semiautomático.

Si bien en la primera imagen se ve que las líneas marcadas son muy parejas, lo cierto es que el offside semiautomático develó que la posición del armenio estaba apenas por delante de la posición de Pau Cubarsí. De hecho, la imagen muestra que el jugador del Inter tenía un dedo delante de la posición del central del Barcelona.