Fue sensación en Independiente (donde alzó la Copa Sudamericana 2010) y consiguió el permiso para representar a Bolivia en las Eliminatorias Sudamericanas.

Se trata de Patricio Rodríguez, quien dio sus primeros pasos en el Rojo e ilusionó a más de uno en aquel entonces. Actualmente, el extremo (quien tiene doble nacionalidad) milita en Bolivar y es seguido de cerca por la Verde.

Juega en el país desde 2020, cuando fichó por Jorge Wilstermann. Allí estuvo por dos temporadas antes de pasar a su actual equipo. Ya lleva cinco años en la región, por lo que se encuentra habilitado para ser convocado a la selección. «Por ahora estoy tranquilo haciendo mi trabajo, voy de a poco«, confesó en diálogo con Proyecto Bolivar.

Patricio Rodríguez era uno de esos jugadores que prometían y mucho. No sólo para Independiente, club en el cual se formó como jugador allá por 2008, sino también para el fútbol argentino en general. De hecho, en un hilo que recordaba viejos tuits de Marcelo Gallardo, apareció uno en el que lo elogiaba de gran manera y festejaba su regreso a la Argentina, en 2013, cuando estuvo por un año a préstamo en Estudiantes de La Plata.

Saltó a la cancha por primera vez de la mano del Tolo Gallego y no tardó en generar ilusión en los hinchas, que veían en él un proyecto de jugador acorde al paladar de su historia. El extremo fue parte del equipo que levantó la Copa Sudamericana en 2010 y tuvo su tarde soñada en un clásico contra Racing del 2012, donde se sacó de encima a varios defensores y clavó el cuarto gol de su equipo. Para entonces, muchos ya lo comparaban con el Kun Agüero.

Con algunas lesiones de por medio, siguió su carrera en el Santos de Brasil, donde llegó a coincidir y hacer buenas actuaciones con un tal Neymar, que era pibito por entonces. Sin embargo, luego de mostrar un buen nivel durante años, comenzó a perder terreno y el club lo cedió a préstamo: primero volvió un año al Pincha y, más tarde, pasó al fútbol de Malasia.

Su carrera repuntó en la temporada 2016/2017, cuando finalmente logró dar el salto a Europa, más precisamente a Grecia. Allí disputó Champions y Europa League con el AEK de Atenas, e incluso ganó una copa local. Después, tuvo pasos por Portugal y Wilstermann, hasta que llegó al Bolivar, donde acumula 137 partidos en primera división, 31 tantos y 30 asistencias hasta el momento.