Jugó 14 años en Europa, en 10 clubes diferentes. Pasó por las exóticas ligas de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Metió 144 goles y dio 37 asistencias en 582 partidos, contando la selección. Disputó cuatro de las cinco ligas más importantes del mundo (Inglaterra, Italia, España y Portugal, solo le faltó Alemania), la Champions, la Europa League, un Mundial y dos Copa América. Habla inglés, francés, ruso, italiano y algo de árabe. En el Espanyol, fue el primer jugador del plantel en tener un Rolls-Royce. Es Felipe Caicedo, experimentado delantero de 36 años que llegó en el verano a Barcelona de Ecuador y este martes enfrentará a River en la Libertadores…

Parece una vida de película y podría serlo tranquilamente. Centrodelantero que también ocasionalmente se movió en otras posiciones del frente de ataque y es bastante reconocido por su paso por la Lazio entre el 2017 y el 2021, recién en esta temporada está debutando en el fútbol sudamericano, dado que a los 17 años se fue a Suiza para jugar en el Basilea. Ese fue el primer paso de una gran carrera: tras un par de años destacándose, el Manchester City puso 7 millones de euros y lo transformó en una venta que incluso actualmente ocupa el décimo puesto histórico de la liga suiza.

Tras pasos por Sporting Lisboa, Málaga, Levante y Lokomotiv Moscú, a partir del 2014 en el Espanyol se relanzó. Ahí, de hecho, se enfrentó cuatro veces con Enzo Pérez, quien jugaba en el Valencia (dos triunfos por lado) y que volverá a tener enfrente en el Monumental: por la Copa del Rey 14/15, el ecuatoriano entró faltando 14′ con el partido 0-0 y convirtió un doblete que amargó al volante argentino.

Sin embargo, no fue la única vez que este excéntrico del barrio Guasmo Norte de Guayaquil se enfrentó a un jugador que actualmente está en River. El 6 de enero del 2021, cuando jugaba para la Lazio, lo sufrieron Lucas Martínez Quarta y Germán Pezzella, quienes conformaban la línea de tres centrales de la Fiorentina ese día: apenas iban cinco minutos cuando, tras un centro desde la derecha, anticipó al campeón del mundo y puso el 1-0 parcial (fue 2-1).

Ese fue uno de sus últimos cartuchos en la élite europea: más allá de que después pasó por Genoa e Inter, apenas sumó 13 partidos entre los dos en un año y se marchó a Arabia, donde volvió a tener el lujo al alcance de la mano. De todos modos, siempre lo tuvo ahí: muchas veces fue noticia en medios internacionales por los autos que se compraba y unos looks informales que, cuentan, cambió cuando conoció a su esposa española María García por uno un tanto más formal.

Igualmente, eso no lo hizo olvidar de sus raíces, de los dos colectivos que se tomaba para llegar al complejo del club Rocafuerte, donde hizo las Inferiores: suele ir a pasar Navidad al barrio junto a su familia y reparte juguetes y regalos. De hecho, en la del 2012 llevó dos camiones de comida a la Penitenciaria del Litoral y se puso a jugar un partido con los presos, algo que llamó mucho la atención y llenó el patio de gente que quería ver a uno de sus ídolos.

Sí, una vida de película de quien muy probablemente sea suplente como en la mayoría de las veces desde que llegó al Barcelona (tres partidos, 60′, una titularidad). Este gran personaje estará en el Monumental…