El Manchester United de Lisandro Martínez y Alejandro Garnacho está cada vez más cerca de cerrar la llegada de Bryan Mbeumo. El gigante rojo pagará una cifra cercana a los 70 millones de euros para hacerse con los servicios de una de las grandes sorpresas de la última temporada con los colores del Brentford. Estas son las particulares pasiones del crack camerunés.

Con las Abejas, Mbeumo luchó para pasar de peón a rey: domina cada casillero del tablero moviéndose en todas direcciones del ataque y verticaliza como pocos por su banda derecha, desde donde es capaz de romper cualquier defensa con su diagonales o sacarse hombres de encima en alguna intrépida cabalgada. Sus movimientos en la cancha recuerdan al juego por el que se apasiona.

«En el ajedrez nos movemos, esperamos a que el oponente se mueva y atacamos o defendemos. En el fútbol es lo mismo: si alguien ataca, puede que el jugador venga, así que se juega al otro lado y se crean huecos», describía hace algún tiempo el atacante que «puede jugar» al clásico juego de mesa, según el mismo definió con The Telegraph el año pasado.

Bryan asegura «saber algunas cosas» del tablero: «Hace dos o tres años, me interesé mucho y decidí aprender a jugar bien». Y lo que aprendió en la cuadrícula blanquinegra lo llevó al campo. El Brentford del que se hizo emblema se caracterizó toda la temporada por la agresividad de su ataque desde el saque inicial; «es el jaque mate en tres jugadas», definía el de Avallon, sonriente.

Para muchos, la estrategia del ajedrez en sí misma es un arte: la lectura del rival, el análisis de las amenazas sobre el tablero, la capacidad de romper la dinámica con el fruto de lo impensable, la creativdad de pensar más allá. Por fortuna, Mbeumo tiene para elegir lugares donde desarrollar ese genio: el tablero, la cancha y también el banco frente a los 88 dientes blanquinegros.

«La primera vez que me interesé por el piano fue hace unos siete años. Fui a cenar con un amigo y su novia sabía tocar. Lo escuché y fue increíble. Podía sentarme en una silla y escucharlo durante dos horas«, recordaba Mbeu. «Compré mi primer teclado hace tres años y desde este verano me he dedicado a tocarlo constantemente. Me encanta«, confesó entonces el talentoso zurdo.

Es tanta su conexión con el teclado que el equipo de Londres no dudo en darle a su emblema su propio espacio en el que brillar sobre el rey de los instrumentos. Fanático de Ludovico Einaudi, tocaba sus composiciones para sus compañeros, momento que le generaba más nervios que ponerse la albirroja rayada para saltar a la cancha, según él mismo confesaba.

El equipo de Ruben Amorim ya sumó a los goles de Matheus Cunha y sueña con incorporar también a las salvadas milagrosas del Dibu, Emiliano Martínez, para darle algo más de forma a unos decepcionantes Red Devils. Mbeumo deberá llevarse todo ese arte y estrategia al Teatro de los Sueños: si es capaz de dominar el tablero de la Premier, toda Inglaterra deberá bailar al compás de su música.