Los socios de Corinthians destituyeron definitivamente al presidente, Augusto Melo, acusado de corrupción. En la asamblea general, 1413 asociados votaron a favor del impeachment, mientras que 620 votaron en contra.

Melo ya había sido suspendido de forma provisoria en mayo por el Consejo Deliberativo, luego de que la Policía Civil de San Pablo lo señalara por supuestas irregularidades en un contrato de patrocinio con la casa de apuestas “Vai de Bet”. De acuerdo con la investigación, parte de los fondos habrían sido desviados hacia una empresa vinculada al Primer Comando de la Capital (PCC), la organización criminal más grande del país. El dirigente negó reiteradamente las acusaciones.

Augusto Melo llegó temprano a la asamblea, acompañado de aliados, y fue recibido con desdén durante la votación. Antes de que se confirmara su destitución, salió del club con seguridad, pero no pudo usar su auto debido a que le habían robado las cuatro ruedas.

En julio, la Justicia paulista aceptó la denuncia presentada por el Ministerio Público y procesó a Melo, junto a otros exdirigentes y empresarios, por asociación ilícita, lavado de dinero y robo.

El Ministerio Público de San Pablo pide que los acusados indemnicen al club por 40 millones de reales (unos 7,2 millones de dólares)

Hasta que se convoque a elecciones para designar a un nuevo presidente que complete el mandato vigente hasta 2026, la conducción del club quedará en manos del vicepresidente primero, Osmar Stábile.