El Inter de Milán ingresará al Allianz Arena de Múnich con brazaletes negros en memoria y homenaje a Ernesto Pellegrini, expresidente del club entre 1984 y 1995 que falleció este sábado a los 84 años.

«Nos ha dejado el presidente Ernesto Pellegrini. Durante once años dirigió al Inter con sabiduría, honor y determinación, dejando una huella imborrable en la historia de nuestro Club. El Inter de Milán y toda la afición Nerazzurra se suman al dolor de su familia», informó el club en un comunicado oficial.

Pellegrini ganó durante su mandato el Scudetto récord de 1989, cuando el Inter hizo 58 puntos en 34 partidos, en la época en la que las victorias eran dos puntos; la Supercopa de Italia y dos Copas de la UEFA (1991 y 1994). Fue el presidente autor del ‘Inter alemán’ con los fichajes de Rummenigge, Matthäus, Brehme y Klinsmann.

“Nos dejó el presidente Ernesto Pellegrini. Durante once años dirigió al Inter con sabiduría, honor y determinación, dejando una huella imborrable en la historia de nuestro Club. El FC Internazionale Milano y todo el pueblo nerazzurri se reúnen en torno a su familia.

Hay amores a primera vista inevitables, hechos a propósito para encender la chispa de un amor duradero, eterno, total. Para Ernesto Pellegrini fue un Inter-Juventus multitudinario: 4 de abril de 1954. Tenía 14 años y la cantidad de espectadores en el San Siro casi le impedía ver lo que sucedía en el campo. Una pena, porque sobre el terreno de juego los Nerazzurri ganaron 6-0, con doblete de ese maravilloso jugador que fue Nacka Skoglund.

Ernesto Pellegrini, nacido en Milán en 1940, seguía con ojos llenos de alegría los movimientos del campeón sueco incluso en las calles de Milán: lo observaba en la Piazza dei Mercanti, donde Skoglund iba a lustrar sus zapatos. Cautivado por tanta clase, el joven Ernesto desarrolló una infinita pasión y admiración: «Estaba enamorado de los colores negro y azul, orgulloso. Y soñaba: un día…».

Hijo de agricultores, trabajador emprendedor: en 1965 montó su propia empresa, iniciando una aventura empresarial que hoy emplea a miles de personas. Una historia de éxito, determinación y dedicación. La llamada del Inter fue fuerte, muy fuerte. En 1984, cuando tuvo la oportunidad, Pellegrini realizó el sueño que tenía desde niño, desde la época de Skoglund: convertirse en presidente del Inter.

Tomó el control de la empresa de manos de Fraizzoli, convirtiéndose en el decimoséptimo presidente en la historia de los Nerazzurri. Once años, hasta 1995, antes de pasar el testigo a Massimo Moratti. Once años con el Scudetto de 1989, la Supercopa de Italia y dos Copas de la UEFA (1991 y 1994).

El Inter alemán: primero Rummenigge, luego Matthäus, Brehme, Klinsmann. El Inter de Trapattoni, con Zenga-Bergomi-Ferri-Berti, en definitiva con aquella formación que todavía podemos recitar de memoria, con Serenza-Díaz cerrando el 11 y la canción infantil, además del juego, siempre transformada en goles.

No sólo el campo, no sólo el trabajo. El deseo de devolver, de dar a los demás: la Fundación Pellegrini, el restaurante Ruben, acciones concretas para alimentar a personas en dificultad. Para dar dignidad.

En 2020, el Inter lo incorporó al Salón de la Fama del Club y le otorgó el Premio Especial. Un reconocimiento a la pasión, dedicación y bondad de una persona que ha hecho historia, no solo para el Inter”.

El Inter utilizará su tercera equipación, la amarilla. Algo histórico, porque nunca antes el equipo ‘Nerazzurro’ jugó un partido tan importante con su tercera indumentaria.

¿El motivo? Todo apunta a la superstición, pero no por el color en sí como pudiera parecer. En España, por ejemplo, el amarillo se asocia a la mala suerte. Pero no es así en Italia, donde el violeta, el morado, es el considerado como ‘mufa, pese a que equipos como Fiorentina no tengan problemas en vestirlo.

De hecho en Italia, ningún actor de teatro, por ejemplo, estrena su obra vestido de ‘viola’, pues se considera que dará mala suerte y será un fracaso. En este caso es por otra superstición. Y es que la única derrota de los italianos en esta edición de Champions llegó con la segunda equipación, la blanca, ante el Bayer Leverkusen. Quedó descartada automáticamente. Con la amarilla, en cambio, dos victorias en Europa.

La principal, la clásica, la de rayas negras y azules, no está disponible al ser el Inter el visitante y coincidir con la vestimenta del PSG.

Este sábado, el Inter juega desde las 16 ante el PSG la final de la Liga de Campeones, torneoe que persigue levantar por cuarta vez en su historia y por vez primera en los últimos 15 años. El PSG, por su parte, otea el triplete con una competición que nunca ha ganado.