El golpazo por la caída ante Fluminense y la eliminación en los octavos de final del Mundial de Clubes dejó secuelas en el Inter que, a esta altura, ya parecen irreversibles. Todo estalló inmediatamente luego de la prematura despedida, cuando Lautaro Martínez explotó y no se guardó nada: «No quiero perder, porque luchamos por objetivos. El mensaje es claro: quien quiera quedarse, que se quede. Quien quiera irse, que se vaya». Si bien Lautaro no dio nombres, Giuseppe Marotta, presidente del conjunto italiano, señaló a Hakan Calhanoglu como destinatario y el turco no tardó en recoger el guante y hacer su descargo. Pero lo que parecía un quiebre entre dos referentes, sumó un nuevo frente en las últimas horas: Marcus Thuram.

Sorprendentemente, en medio del quiebre, el compañero de dupla de ataque del Toro marcó su postura en redes sociales. Si bien no se manifestó al respecto, con un like ya dejó en claro su posición. El delantero, quien se perdió los primeros dos partidos por molestias musculares, avaló con un «me gusta» el duro descargo de Calhanoglu.

Antes de regresar a Italia, Cristian Chivu, quien asumió su cargo en la previa del Mundial de Clubes tras la salida de Simone Inzaghi, convocó a todo el plantel a una reunión en el hotel de Charlotte para intentar calmar la situación y encauzar el buen clima dentro del plantel. La cumbre, claro, incluyó a Lautaro, Calhanoglu y a Thuram.

Cabe destacar que, además del like de Thuram, la publicación de Calhanoglu también tuvo el visto bueno de Marko Arnautovic, quien desde este martes dejó de ser oficialmente jugador del Inter, y de Gaia Lucariello, esposa de Simone Inzaghi, el ex entrenador del Inter.

La fuerte reacción de Lautaro tras la eliminación del Mundial de Clubes no fue casualidad. El delantero campeón del mundo estalló luego de que se viralizaran las fotos de Calhanoglu disfrutando de la playa junto a su mujer.

El volante turco, quien es titular habitual en el equipo, no jugó ni un minuto en el Mundial de Clubes por una lesión que arrastraba desde la final de la Champions ante el Paris Saint Germain. Y, en la previa del partido por los octavos de final, había dejado la concentración por esa misma lesión. Pero el problema fue que, mientras el plantel se preparaba para el encuentro, su esposa comenzó a publicar fotos de ambos en la playa. Y fueron esas las fotos que se viralizaron y que generaron el descontento de Lautaro y de buena parte del plantel.

«No quiero perder, porque luchamos por objetivos. El mensaje es claro: quien quiera quedarse, que se quede. Quien quiera irse, que se vaya. Hacemos de todo y vi muchas cosas que no me gustaron. Soy el capitán y quiero seguir en la cima; para ganar títulos, hay que tener ganas. Llevamos una camiseta importante y queremos una mentalidad excelente», fueron las palabras elegidas por el argentino para expresar su descontento.

Al rato, como para agregarle más leña al fuego, Marotta, actual presidente del neroazzurro, agregó: «¿El mensaje de Lautaro sobre los jugadores que no quieren quedarse? No lo dijo… pero lo diré. Era para Çalhanoglu… Hablaremos con Hakan. Si hay condiciones para que deje el club, lo haremos sin problema».

La primera en reaccionar fue Sinem Gundogdu, la esposa del mediocampista de 31 años. A través de sus redes sociales, ella escribió un mensaje para su marido: «Algunas personas no te son leales. Son leales cuando te necesitan. Cuando sus necesidades cambian, también cambia su lealtad». Un tiro por elevación supuestamente para Lautaro y para Marotta.

Pero la voz que faltaba en esta novela era la del propio Calhanoglu. Y el futbolista también utilizó sus redes para realizar su descargo al estar en el centro de la discordia:

«Después de la lesión sufrida en la final de la Champions, decidí ir a Estados Unidos de todas formas. Estar allí, incluso sin jugar, era importante para mí. Quería estar cerca del grupo, darle mi apoyo. Por desgracia sufrí otra lesión en una zona diferente. El diagnóstico era claro: un desgarro muscular. Por eso no pude jugar. Nada más».

«Me dolió la derrota. Lo viví con tristeza, no sólo como futbolista, sino como alguien a quien realmente le importa este equipo. A pesar de la lesión, inmediatamente después del pitido final llamé a algunos de mis compañeros para hacerles sentir mi apoyo. Porque cuando te preocupas, eso es lo que haces. Pero lo que más me impactó fueron las palabras que vinieron después. Palabras duras. Palabras que dividen, no que unen».

«Nunca he traicionado esta camiseta. Nunca he dicho que no soy feliz en el Inter. En el pasado recibí ofertas, incluso muy importantes, pero elegí quedarme. Porque sé lo que representa esta camiseta. Y creo que mis elecciones hablan por sí solas. Aprendí que el verdadero líder es el que está al lado de sus compañeros, no el que busca un culpable cuando es más fácil hacerlo».

«Respeto todas las opiniones, tanto las de un compañero como las del presidente del club. Creo que en el fútbol, como en la vida, la verdadera fuerza reside en mostrar respeto, especialmente cuando las emociones están a flor de piel. Nunca he traicionado a este club. La historia siempre recuerda a los que se mantuvieron firmes, no a los que gritaron más fuerte».