La salida de Franco Mastantuono marcó un cambio de paradigma en River. La decisión del Real Madrid de invertir un total de €63,2 millones (45M netos para el club de Núñez) para llevarse a la última joya dejó en evidencia que las claúsulas de rescisión que son elevadas para el fútbol argentino no le impiden a los poderosos del mundo venir a la Argentina de compras. Ante esta situación, en las oficinas del Monumental tomaron la decisión de llegar a los tres dígitos y luego de blindar a Bautista Dadín con un monto de salida histórico de 100M de euros, tomaron la misma postura con el segundo refuerzo de este mercado.

En medio de la presentación de Maxi Salas, el club también hizo oficial la llegada de Alexander Woiski Pioletti, delantero de 19 años nacido en Palma de Mallorca y que llegó con el pase en su poder tras jugar en el equipo B de la ciudad. Convocado este año a la Selección Argentina Sub 20 para jugar el Sudamericano, llega como una apuesta que comenzará a tener rodaje en Reserva, pero desde Núñez decidieron moverse rápido y ya le pusieron un canon récord.

Una cifra que, además, tiene un mecanismo extra de retención que ya es habitual en Núñez: subirá en un 20% en los diez últimos días del mercado. Y que será tendencia porque la idea de la CD es que las nuevas promesas de River -Lautaro Rivero, de 21 años, extendió el vínculo por el mismo monto- también tengan ese piso en las rescisiones, un 122% mayor a la de la de Mastan, en un marco de flexibilización en las ejecuciones, modificación establecida recientemente en el fútbol argentino.

Ahora, las tres partes involucradas (jugador, club de origen y de destino) pueden negociar una rebaja del monto, la cuotificación del valor y hasta la inclusión de objetivos futuros. Además, se establece un techo alto que evita que, al momento de negociar futuras extensiones, el tópico deba ser tratado otra vez en detalle.

Hijo de madre argentina, el delantero, que también sabe y gusta de sumarse a la elaboración del juego, sumó rodaje en selecciones juveniles de la mano de Diego Placente y supo ser campeón de la Copa del Rey Juvenil con Mallorca.

Robusto, de 1,70 metro de estatura, Alex moldeó su estilo de juego en las Inferiores para moverse como ariete pese a no ser un centrodelantero natural: su facilidad para el gol, jugando tirado hacia la izquierda con perfil cambiado -es diestro- pesaron al momento de pararlo en cancha. ¿Su espejo futbolístico? Un tal Julián Álvarez.

Quienes terminaron de perfeccionarlo en ese rol fueron el argentino Gustavo Siviero -ex San Lorenzo, Newell’s, Lanús y Colón- quien lo subió promediando el 2023 al Mallorca B, y también el mexicano Javier Aguirre, quien lo tuvo en cuenta para entrenarse con la Primera en el cierre de la temporada 23/24.