Ya pasaron 25 días de aquel 20 de agosto, cuando la barbarie se instaló en Avellaneda. Primero, las agresiones de los hinchas de U. de Chile a la gente de Independiente. Y luego, en un ambiente de locura, una facción de la barra del Rojo que fue a buscar a los trasandinos a una de las plateas altas. La historia es obviamente conocida: caos total, heridos, detenidos y un partido suspendido. Días atrás, la Conmebol emitió la resolución deportiva y disciplinaria: le dio la serie ganada a U. de Chile (que jugará esta semana con Alianza Lima de Perú por cuartos de Sudamericana), pero con multa económica para ambos y sanción para sus hinchas (14 partidos sin público en copas internacionales, 7 de local y 7 de visitante). Y después de todo esto, la U juega este domingo de nuevo con sus hinchas en la final de la Supercopa ante Colo Colo.

Luego de meses de espera (debía jugarse en el arranque del año), la Supercopa de Chile se disputará este domingo en el estadio Santa Laura, con un fuerte operativo de seguridad. Estos equipos ya se habían enfrentado el pasado 31 de agosto por la liga local en el Monumental de El Cacique, sin público visitante (es decir, sin fanas de la U) por los incidentes que habían ocurrido ante Independiente. En este encuentro, lamentablemente falleció un hincha de Colo Colo al querer cambiar de tribuna. Dos semanas después de eso (ganó Colo Colo 1-0), se volverán a cruzar. Con las dos hinchadas, pero…

Será en el estadio Santa Laura (aforo reducido de 20 mil a casi 10 mil) de Santiago, la casa de Unión Española. Las autoridades locales no estaban muy de acuerdo con albergar este encuentro, pero fue la sede elegida. Y, para evitar desmanes, se pusieron en marcha una serie de medidas importantes.

De este modo, la capacidad del estadio se verá reducida en un 50%, pero además también se dispuso que asistirán solamente los fanáticos que estén inscriptos en el Registro Nacional de Hinchas -sistema de inscripción voluntaria donde cada simpatizante debe incluir sus datos biométricos (reconocimiento facial)-.

Acaso una de las medidas que más polémica causó entre los hinchas fue que solamente pudieron sacar entradas para el partido aquellas personas mayores de 55 años, mientras que los menores de edad serán revisados y tendrán que entrar obligatoriamente con un adulto.

A su vez habrán cerca de 400 guardias de seguridad privada dentro del estadio, se implementaron 40 cámaras tanto dentro como fuera de la cancha, habrán drones para vigilar los accesos y todos los ingresos tendrán detectores de metales.

Pero eso no es todo, porque los alrededores del estadio estarán prácticamente sitiados, algo que causó un profundo malestar entre los vecinos de la zona. Y es que el operativo incluyó la implementación de rejas en el borde de las calles para un ingreso más ordenado. Pero claro, aquellas personas que viven cerca de la cancha de la U. Española no pueden ni siquiera cruzar de una vereda a otra…

Por último, dentro del estadio, habrán baldes de arena por si los hinchas utilizan pirotecnia y así poder apagar las bengalas rápidamente. Sí, la Supercopa de Chile cuenta con medidas atípicas para un partido de fútbol local, aunque teniendo en cuenta los recientes antecedentes, es mejor prevenir que curar.