Rodrigo Castillo se robó todas las miradas en la ida de la semifinal contra Universidad de Chile. El héroe de Lanús brilló con un doblete y ayudó a que el Granate se llevara un buen resultado del país trasandino, más allá del 2-2. “Hicimos un esfuerzo enorme, pero queda la bronca de ir ganando 2-0 y que se nos escape sobre el final”, contó el goleador.

Su camino no fue fácil: comenzó en Sportivo Rivadavia, de su Venado Tuerto natal, y con 19 años llegó a las Inferiores de River. En 2020, con 21, se fue libre, sin debutar. Al año siguiente, llegó cedido a Gimnasia, que un tiempo después lo compró por su rendimiento en Reserva y lo prestó a Deportivo Madryn, donde convirtió 12 goles en 36 partidos en 2022. Su regreso a La Plata en 2024 fue bueno, aunque en un contexto complicado (seis goles en 35 partidos). Sin embargo, su último semestre convenció a Lanús, que pagó 1,7 millones de dólares por su pase. Y ahora suma ocho goles en 19 partidos jugados con la camiseta del Granate.

“Fueron lindos los goles, pero queríamos ganar, veníamos a eso”, admitió Castillo.

Aunque el triunfo se les escapó sobre el final con el penal que dio Daronco, la vuelta en la Fortaleza promete ser una fiesta. “Ahora queda la vuelta y creo que en casa lo vamos a hacer mejor”, cerró el goleador, listo para brillar de nuevo ante su gente.

Rodrigo Castillo no acumulaba goles en la Copa Sudamericana y se despachó con un doblete en la primera media hora del partido de Lanús ante la U de Chile por la ida de la semifinal del torneo, en el estadio Nacional de Santiago. Tremendo lo del delantero que se incorporó al Granate desde Gimnasia y Esgrima.

El 1 a 0 fue con plenitud de méritos: presionó sobre la salida de Franco Calderón, el zaguero argentino que surgió de Unión de Santa Fe. Le quitó la pelota y expuso calidad y lucidez para definir de primera por encima de Castellón. No se tomó tiempo para acomodar la pelota y así darle la chance de recomponerse al defensor o de acomodarse al arquero. Brillante por cómo la pensó y cómo lo resolvió desde cerca de 40 metros.

El 2 a 0 fue al definir un contraataque que tuvo como gran protagonista al Toto Salvio, quien escapó por la derecha con un caño sobre un adversario y asistió a Rodrigo en el área chica: definición de primera. Estaba en el lugar que debía estar.

Castillo acumulaba seis goles en el Clausura: dos en los últimos partidos, ante Independiente, en Avellaneda, y frente a Godoy Cruz, en casa.